NORTE
CYAN MAGENTA YELLOW BLACK
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“Soy coherente en en mi línea de principios y en mi vida política ANTONIO POSSO canDiDato a asambLeísta De imbabura por aVanza
martes 30 dE OCTuBrE 2012 La Hora iMBABurA-CArChi
Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad”. blAS PASCAl
CARTAS Descontextualizan los hechos en fiestas de Ibarra
A un mes de las fiestas septembrinas, cuando estas obviamente para la mayoría fueron orientadas de una manera positiva y muy bien conceptualizadas, lo que permitió disfrutar en familia y de manera controlada los diversos eventos que fueron programados para el efecto. Y hablando de estos eventos, estos tuvieron verdadera trascendencia a nivel nacional e internacional, así como una extraordinaria concurrencia que fue más allá de las mismas expectativas, donde pudieron dar los concurrentes rienda suelta a cada una de las programaciones que en definitiva recogió de los asistentes una excelente opinión y que en este sentido fue la gran mayoría ciudadana, la que retomando los espacios públicos, lugares que por convenir para una mayor afluencia, pudieron asistir de manera gratuita en la mayoría de ellos. Pero la “cantaleta”, argumentos desgastados, trasnochados por el negativo de sujetos, que cargados de consignas que responden preferentemente a intereses personales, por lo general siempre están fuera de contexto, alejados de la verdad, evidenciando criterios poco convincentes, y lo que es más, una manera de descargar todos esos resentimientos, egoísmos, envidias, e infortunados desatinos consabidos, los mismos que finalmente son los perfectos ingredientes de ese circo anunciado, buscando a toda costa saciar sus bajos instintos atrapados por sus mentes débiles. Francisco Hadathy 100082173-4
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El rEino dEl rumor
Cuentan periodistas que ejercieron en las peores tiranías del continente que, luego de que esos regímenes lograban amordazar, acallar o reprimir salvajemente a la prensa libre, su lugar lo ocupaba una singular y añeja forma de circular la información: el reino del rumor, de mensajes que se transmitían las víctimas de la censura, es decir, los ciudadanos de esas sociedades, de boca en boca. Esas informaciones no confirmadas, que alguien vio, escuchó o protagonizó de alguna manera, siempre fueron el peor castigo de los totalitarismos. Los órganos represivos de esos gobiernos las temían como el vampiro a la cruz, aunque a veces las utilizaban para lograr efectos propagandísticos a su favor. Un ejemplo son las recurrentes muertes o enfermedades terminales de ciertos líderes de nuevo tipo.
FAuSTO jARAMIllO
Igualito que antes ¡Qué decepcionante inicio de la campaña electoral! Cuándo todos creíamos que habíamos superado el baratillo de ofertas en que se habían convertido estas contiendas cívicas, cuándo todos pensábamos que en este año se harían presente las ideas, los debates racionales, quizás hasta la violencia verbal, pues, no; nos equivocamos. Nuevamente la campaña electoral se transforma en el escenario de ofensa a la dignidad y a la razón. El bono de la pobreza (Jamil Mahuad, padre y creador de esa
No eran las disposiciones gubernamentales las que influenciaban en el comportamiento de los ciudadanos, sino las noticias y especulaciones que se comunicaban en voz muy baja y mirando hacia los lados, por si alguien identificado con el dictador hubiera podido escucharlo. El rumor siempre ha sido parte del imperio del miedo. Ambos se extienden, proliferan y escapan a cualquier paliativo. Tal vez más temprano que tarde nos veamos abocados a echar mano a ese sistema. Códigos limitantes de la libertad de expresión e información, disposiciones de silencio a funcionarios públicos, normas arbitrarias de distinto matiz, son apenas un prólogo. Con el tiempo la prensa libre vuelve por sus fueros y la sociedad, hambrienta de justicia, suele pasar factura a quienes les hicieron tanto daño.
clase de subsidios en el Ecuador, le puso ese nombre), luego Noboa, Gutiérrez y Palacio, no solo que lo mantuvieron, sino que lo perfeccionaron; pero habría de llegar el economista para que alcance el nombre del bono de la dignidad, del buen vivir, de no se cuantas cosas más. Ese bono que pretende aportar a acabar con la pobreza en el país, otorgando a madres solteras, pobres, enfermas, una ayuda económica, ahora es el caballo de batalla de todos los pre-candidatos. Por supuesto que a las maquinarias electorales no les importa las consecuencias que estos ofrecimientos puedan traer. Lo que les importa es “comprar el voto”. Mantener en la indigencia o en la pobreza al mayor numero de ecuatorianos, es, entonces, el objetivo de la política en el país; porque al hacerlo, resulta fácil el funcionamiento de las leyes de la prepotencia y, lo que es más grave, la vigencia de
las ideas paternalistas, propias del populismo, de que: “en mis manos está el ayudarte, pero en las tuyas el votar por mi”. ¡Qué indígnate resulta comprobar que el Ecuador, a pesar de las crisis y los problemas atravesados, seguimos siendo víctimas de sistemas opresores. Ya no es el “amo patrón”, el que oprime e impone, sino la compra de consciencias, lo que determina la relación de “Amo y esclavo”, en palabras de Federico Hegel. ¡Quién da más! ¡A ver, caserita, yo le ofrezco el cielo, pero usted tiene que darme su voto! ¡Yo te subiré el bono, pero déjame disfrutar las delicias del poder. Esas parecen ser las consignas de los precandidatos. Sin importar la dignidad del buen vivir que solo se consigue con el trabajo y la honradez. ¡Pero, bueno! A quién le importa esas palabras cuando lo que está en juego es ganar las elecciones.
RODRIgO SANTIlláN PERAlbO
¿Quién da más?
En la guerra y en la política la primera víctima es la verdad y la segunda es la ética. Los belicistas y los políticos en busca de victorias ensalzan mentiras y en cada batalla la ética es asesinada. Mientras no aparezca el hombre nuevo como pensaba el Che, la humanidad no escapará de esa condición fatalista. La carrera hacia la Presidencia de la República ha comenzado con exhibición de ofertas demagógicas que buscan el voto clientelar con el remate al martillo y el clásico “quién da más” para esa indigna caridad denominada bono de la pobreza o de desarrollo. El candidato Lasso, pintado en grafitis como: “No hay banquero bueno, ni amigo del barrio” ofertaba subir a $50,oo dólares al bono-caridad, el presidente Correa y candidato a la reelección ripostaba 50 desde enero, pero con gravamen a las utilidades de los banqueros y el coronel Gutiérrez que, con desvergüenza y necedad, quiere ser reelecto ofrecía $65,oo. ¿Este concurso de ofertas merece rechazo total, risa a carcajadas o lágrimas de impotencia y frustración porque los políticos no salen de la demagogia populista? El candidato de las izquierdas Alberto Acosta escapaba de ese remate al martillo y con toda lógica y visión de estadista señalaba que el subsidio a la pobreza debía convertirse en bono productivo. Si eso fuera posible sería un acierto porque el pueblo quiere trabajo y no dádivas miserables. El Estado debería preocuparse por entregar pensiones jubilares a los ancianos no afiliados al IESS y a los discapacitados impedidos de trabajar. Ojalá en esta campaña electoral haya debate ideológico y discusión programática para delinear un nuevo Estado, pero la tragedia será el triunfo de la campaña sucia con la demagogia por delante. rsantillan@lahora.com.ec
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