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Linchamiento político para ‘limpiar’ a la oposición
Faltan menos de dos años para las próximas elecciones presidenciales y legislativas, y alrededor de veintisiete meses para que se posesionen las nuevas autoridades electas. Eso significa que arrancan, desde ya, los esfuerzos por dejar fuera de la contienda a todo candidato en potencia que represente una amenaza. La Asamblea acaba de censurar al exministro Patricio Carrillo; imposibilitándolo para cualquier cargo público por los próximos dos años. Si llegara a candidatizarse tendría que enfrentar su inscripción y la campaña con la censura todavía vigente —un escenario problemático—. Así, vuelve el uso del juicio político como arma para vetar contrincantes electorales.
Nuestro sistema político es generoso en alternativas para excluir a opositores de los procesos electorales. Los juicios políticos, con la composición actual de la Asamblea Nacional, constituyen una herramienta de fácil empleo para la may- oría de un Legislativo desprestigiado. El sistema penal con las consiguientes pérdidas de derechos políticos, y a veces incluso acusaciones relacionadas con la causa sagrada de los derechos humanos, permiten también ralentizar convenientemente cualquier carrera política o acelerarla, mediante amnistías. A ello se suman los obstáculos que legalmente pueden imponerse desde la Función Electoral y las guerras intestinas que, desde ya, arrancan en los diferentes movimientos.
Velasco Ibarra, Assad Bucaram, Abdalá Bucaram, Lucio Gutiérrez, Rafael Correa, Jorge Glas e, incluso, Jorge Yunda; nuestro sistema suele construirse sobre la conveniente exclusión de ‘grandes ausentes’.
El populismo autoritario inventó el linchamiento mediático para escudarse del escrutinio de la prensa; este linchamiento político los blinda de la competencia incómoda.
Ojalá que esta vez ya no sea así.
Los deportistas y sus orígenes
Vi la declaración de ‘Dibu’ Martínez, el portero de la selección argentina, al recibir el premio al mejor guardameta del mundo en este 2022. Sus héroes son sus padres: esa madre que durante todo el día limpiaba edificios y su padre que hacía maromas financieras para cubrir deudas. Similar historia es la del Ángel Di María, que ayudaba a su padre a enfundar carbón.
Y es que el fútbol, para mucha gente, es una tabla de salvación, no solo económica, sino realmente de vida.
Un futbolista tiene que ser como Carlitos “El Demoledor” Tenorio, de surgimiento, de preparación, de saber invertir lo ganado y de saber comunicarse. Es un paradigma de lo que debe hacer un futbolista: crecer deportiva e intelectualmente.
Richard Carapaz es otro ejemplo de superación y entrega total a su familia. Todos hemos sido testigos de cómo venera a su madre y a su padre, como regresa cada año a su Carchi para entrenarse, para no desligarse de sus raíces.
El deporte profesional es un trabajo más dentro del mercado. Hay quienes hacen de su afición un oficio, una profesión y una forma de vida que los enriquece espiritual y también económicamente, pero cuando son más lo primero, se convierten en ídolos.
Pero quienes son en esencia deportistas de cuerpo y espíritu nunca abandonan sus orígenes, ni a los suyos, ni sus espacios vernáculos. Como dice el vals peruano: “…vuelven a la tierra en que nacieron”. Y su éxito radica en ese contacto permanente con su pasado.
El deporte es la salvación de un ser humano, cuando se interioriza esa práctica como una liberación espiritual y no solo como un trabajo más. Por esos hay ídolos deportivos que siempre permanecen eternos, y sus triunfos económicos son también de gozo popular, pues los seguidores nos sentimos satisfechos con su triunfo, como una gloria frente a la desigualdad, un gol a la miseria y un pedaleo al futuro.
Los verdaderos héroes deportivos, siempre vuelven al primer amor: sus padres.
de la escasez y la paralización, ese concepto significa que el país se arrodille y cumpla al pie de la letra sus caprichos. En junio de 2022, Iza y sus aliados destruyeron una ciudad, dejando nueve fallecidos y más de 300 heridos. La factura que pagó el país por la ambición de poder del fanático, fue de $1.115 millones. Este terrorista, amante del subdesarrollo, no entiende que un país sale adelante cuando se reactiva económicamente, cuando el sector privado tiene las condiciones necesarias para generar empleo y se reduce el Estado —con sus impuestos y subsidios— a lo mínimo necesario.
Ahora la nueva excusa de Iza es la minería. Durante 2022, la minería en el Ecuador aportó alrededor de 185.000 empleos directos e indirectos. También generó, entre enero y septiembre de 2022, $592 millones en recaudación tributaria, y facturó al exterior $2.315 millones entre enero y octubre, convirtiéndose en la industria que más crece. Sin embargo, esa misma minería es ahora la enemiga de este personaje sega- do por sus intereses propios, un revoltoso e intransigente fanático de la pobreza y el rezago.
Hoy, Leonidas Iza cree infantilmente que podemos superar la enorme deuda de unos $70.000 millones que nos dejó Rafael Correa, a punta de anunciar paros nacionales cada vez que se le daña el genio al fanático del retraso. En su afán de parecer un ‘defensor de los derechos’, siguiendo su retorcida agenda política, se convirtió en un abanderado del retroceso. Un típico ‘atrasa pueblos’.
Esperemos que en este nuevo y deprimente capítulo de la historia del país, el Gobierno y los ciudadanos, que representamos el 94% de los ecuatorianos, no nos dejemos amedrentar o sorprender. Deben quedar atrás estos falsos líderes que han pretendido imponer sus ideas a la fuerza. Iza no representa a grupo alguno, más allá de sus intereses egoístas. Su única bandera es la del retroceso y su única ideología, la del subdesarrollo. Menos Estado, más libertad.