EL REP
RTERO E L R E P O R T E R O D E U N I N PA H U
ENTREVISTA
REPORTAJE
CRÓNICA
EDITORIAL
Distribución Gratuita - Bogotá Colombia 2014 - ISSN: 0121 - 3865
Nuestra historia
Jorge Andrés Lara Restrepo
Historia de El Reportero
“Prefiero tener una cámara en mi mano como mi mejor arma y no un rifle para buscar venganza”
¡El reportero, el reportero! Regresa el periódico de la Facultad de Comunicación en UNINPAHU.
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Páginas 6 y 7
Dejar huella
El Toldo
“Hace unos meses nos llegó el momento de visitar esas preseleccionadas por mi hija y su consejera”
Las noches de los viernes, los alrededores del “Toldo” eran un carnaval.
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ENTREVISTA EL REP
EL REP RTERO
REPORTAJE RTERO
Distribución Gratuita Bogotá Colombia Enero - Junio de 2014
Fundación Universitaria UNINPAHU Presidente Hernán Linares Ángel Canciller María Paula Linares Venegas Rectora Myriam Velásquez Bustos Vicerrector Académico Jesús Peñaranda Bautista Decano Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje Álvaro Sandoval R. Comunicación, Imagen y Promoción Institucional María Carolina Pulido R. Comité editorial Roberto Gayón T. María Claudia Hernández J. Miguel Gómez O. Juan Pablo Barrera C. Álvaro Sandoval R. Iván René León G. Daniel Camargo R. Carolina Vélez G. Colaboradores Priyanka Arias M. Edwin Cómbita M. Laura Díaz G. Andrés Fonseca S. Alejandra Giraldo B. John Jairo Rodríguez Diseño Estudiantes de Comunicación Social (VII semestre, asignatura Producción Profesional II) Johana Castaño M., Cristiam Cubillos A., Diego Garibello C., Erika Garrido R., Tatiana Hernández M., Angélica Marín G., Esperanza Martínez M., Andrea Noreña S., Sebastián Obando S., David Oyuela R., Camilo Perdomo P., Carlos Rodríguez D., Sandra Rodríguez T., Alexandra Romero D., Leonardo Urrego M. Pre-prensa Centro de Producción de Artes Gráficas Fernando Orjuela L.
CRÓNICA
EDITORIAL
El Reportero vive en el siglo XXI Por Delsar Roberto Gayón T., Decano y Miguel Gómez O, Docente Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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a reportería se ha constituido históricamente en la base de la profesión periodística. A partir de ella, el periodista construye la noticia, la crónica, el reportaje y, en ocasiones, la páginas editoriales y las columnas de opinión. El reportero es un profesional que se acerca a los hechos, sucesos y acontecimientos; los indaga desde una perspectiva “noticiosa” y le da orden a una realidad caótica en la búsqueda de un interés particular para algún grupo humano, bien sea por la calidad del personaje, por lo estrafalario de la conducta o por lo aleccionadora que pueda resultar la información para las audiencias que consumen noticias. El reportero husmea, caza, busca, encuentra noticias a través de la observación, documentación y relación con sus fuentes. Según Gabriel García Márquez, el reportero debe ser agudo para percibir la noticia en la fuente, poseer aptitud y actualidad informativa adquiridas en la universidad; tener dignidad, lo que equivale a una autonomía profesional. Además, esfuerzo
por la objetividad, es decir, la consulta de todas las fuentes posibles, ser honrado e incorruptible. Requiere iniciativa para hacer hallazgos, ser un apasionado de su quehacer profesional, desarrollar el sentido periodístico, o sea, encontrar el ángulo del interés público; ser tenaz para encontrar un tema central y una gran vocación que le permita convertir los asuntos públicos en noticia. En los periódicos, canales de televisión o emisoras hay reporteros de planta, de asuntos especiales, enviados especiales, corresponsales, reporteros de guardia o reporteros gráficos, todos atentos a la aparición de la primicia. Las primeras versiones de El Reportero de UNINPAHU fueron publicadas hace más de 20 años, por docentes y estudiantes de la entonces denominada Unidad de Periodismo —hoy Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje— y se proponían articular el saber teórico con la producción escrita, a través de la elaboración de trabajos en los distintos géneros periodísticos. Las fuentes noticiosas fueron
los hechos, personajes e instituciones de la localidad, la ciudad y ocasionalmente noticias sobre la nación. En escritos individuales y a dos manos se pueden apreciar los primeros trabajos periodísticos de Olga Lucía Torres, Yanelda Jaimes, Donaldo Donado y Jaime Alberto Moreno. En tiempos de periodismo digital El Reportero es un proyecto, si se quiere romántico, que le apuesta a un público lector de prensa escrita que se niega a desaparecer. No se debe olvidar que históricamente la profesión periodística se ha servido de diferentes tecnologías; por ello, los gadgets del siglo XXI deben contribuir para la obtención de más información oportuna y de mejor calidad. El Reportero conserva su esencia con un diseño ágil: 12 páginas, periodicidad, en principio semestral, y una mirada refrescante al acontecer de la institución, la localidad y la urbe, desde la percepción de estudiantes, docentes, egresados, directivos. La misión es lograr impacto en la comunidad educativa, participación ciudadana y circulación local.
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Entrevista a Jorge Andrés Lara Restrepo, hijo de Rodrigo Lara Bonilla.
“Prefiero tener una cámara en mi mano y no un rifle para buscar venganza” Por Alejandra Giraldo B. Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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“No quiero lujos, deseo vivir tranquilo”
RES LARA
RESTREP
¿Guarda algún tipo de rencor contra los asesinos? Conocí al hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín —su verdadero nombre es Juan Pablo Escobar—. Él escribió una carta en el documental “Los Pecados de mi Padre” en la que nos pide perdón. Sebastián es una víctima
también, carga con un ADN, con un apellido y solo por eso mucha gente cree que es malo, pero contrario a eso es una persona que habla de paz.
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¿Cómo recuerda la infancia antes y después de lo sucedido? Hubo un momento en que todo cambió. El celador pasó de estar en la esquina al jardín de la casa y ya no iba en el bus escolar sino con los
escoltas cerca, pues había papás que no querían que fuéramos en la ruta porque podría ser objetivo de las bandas criminales. Después de la muerte de mi padre tuvimos que salir del país y adaptarnos a una vida diferente a la de muchos, una vida donde sí sabes lo que es el exilio.
FOTO: JO
A
los seis años de edad, Jorge Andrés Lara Restrepo tuvo que sobrellevar la pérdida de su padre, el entonces ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado en abril de 1984 por su lucha contra el narcotráfico. Su madre, Nancy Restrepo, temiendo por la seguridad de sus hijos, se vio forzada a alejarse de sus seres queridos y a abandonar el país para vivir prácticamente en el exilio durante 15 años. Hoy, al recordar su infancia, Lara Restrepo la evoca como un doloroso drama, pues la muerte de su padre cambió drásticamente sus vidas.
Cátedra Semana “La experiencia tiene palabra” en UNINPAHU Leonard E. Rubiano Casas Docente Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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n llamado de atención hizo el reconocido caricaturista Vladdo, al empezar su conferencia el pasado martes 11 de febrero de la Cátedra Semana, en el marco de la celebración del mes del periodista en UNINPAHU, por la falta de lectura de los estudiantes de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje, de uno de los medios de comunicación más importantes del país, “El Tiempo” y anotó que no importa qué se escriba allí, pero siempre toca leerlo. Vladimir Flórez, “Vladdo”, periodista, dise-
ñador, ilustrador y columnista, compartió con los estudiantes su experiencia en el ejercicio del periodismo y su papel como actual realizador de las secciones “Vladdomania” y “Aleida” en Semana. La conversación transcurrió entre la obra del caricaturista y la relación del periodismo con el diseño, en la que evidenció cómo se fue posicionando a lo largo de los años como un crítico de los temas más importantes del país; resaltó que siempre ha primado la independencia frente a los medios de comunicación en los que ha trabajado, razón por la que sus salidas han
sido marcada por la imposición de la mirada institucional de quienes lo dirigen. Para Vladdo la independencia es la forma en que el ejercicio del periodismo de
¿Está de acuerdo en que continúen las investigaciones para hallar los verdaderos autores intelectuales del crimen? A pesar de que todas las personas que intentaron investigar fueron asesinadas y que han desaparecido páginas del expediente, apoyo firmemente a mi hermano Rodrigo. Hay culpables que están libres y se debe seguir la investigación porque hay mucho delincuente suelto. Me preocu-
opinión no pierde su objetividad, debido a que es allí donde se ponen de manifiesto las posturas sinceras de quienes lo ejercen, otorgándole un valor importante al género que cada vez toma más fuerza en Colombia, puesto que es la mejor forma de manifestar aquellas inconformidades que se manejan en la cotidianidad de los colombianos y como lo dice él mismo, es aprovechar la “papaya” puesta por las “figuras públicas”, con el fin de poner a pensar a la gente. De igual forma, se destaca la aclaración hecha por el caricaturista sobre la diferencia entre el humor y la caricatura, pues con esta última se intenta poner a pensar a quienes la miran y no divertirlos: si el humor se da, es algo adicional. Así mismo, las caricaturas de opinión se encuentran en el
pan los de cuello blanco, que como intocables, se han venido instalando en nuestra sociedad y hay leyes que los han perdonado. ¿Por qué no dedicarse a la política? Mi mamá siempre nos dijo: “Hagan lo que quieran, pero háganlo bien” y nunca supe qué quería realmente y terminé estudiando Administración de Empresas. Sin embargo, hace 10 años llegué al mundo audiovisual y he venido haciendo formatos de entretenimiento cultural como realizador independiente, porque es algo que me gusta. Una cámara bien utilizada es un arma muy fuerte. ¿Cuál será su futuro? Me gustaría casarme, tener hijos, y vivir tranquilo en una finca con muchos animales. Yo no quiero lujos, quiero vivir feliz. La tranquilidad te da felicidad.
mismo nivel de las columnas de opinión, con la diferencia marcada en el grado de recordación por parte del público que interactua con ellas, pues debido a los niveles de lectura en los que se encuentra el país es más fácil ver una caricatura que leer una columna. En entrevista para UNINPAHU, el periodista le dio tres consejos a los periodistas en formación: primero, nunca se debe regalar el trabajo, pues lo que se hace cuesta; segundo, siempre se debe tener claro que se puede vender el trabajo pero no la conciencia; y por último, las historias tienen varios enfoques y no se puede quedar con uno solo, pues la labor del periodista es buscar varias fuentes e interpretar lo que se esta buscando, para darle a la audiencia mejores elementos de juicio.
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La vida de Daniel Castellanos
“Tuve un millón de pesos y me lo fumé” Por Priyanka Arias M. Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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n su adolescencia, Daniel Castellanos llegó a Bogotá solo e inocente, recorriendo calles con edificios grandes y atemorizantes. Encontró una ciudad gris de personas que caminaban sin mirar a su alrededor e ignoraban todo aquello que no tocaba sus vidas. Vino con la expectativa de vivir libre, pero esa libertad fue más allá. Lo llevó a tener miles de experiencias, confundiendo felicidad con placer. Todo esto lo encerró en el peor de los laberintos: el oscuro camino de la droga. Su mirada refleja la soledad que desde hace años lo acompaña. Su único e inseparable amigo es un perro con el que comparte el nombre, sus pocos momentos de lucidez y el desprecio de una dura realidad. Su fiel compañero, con jugueteos, le alegra los días oscuros que habitan en su corazón. Su escondite es el bazuco, que escogió después de haber probado la marihuana, la cocaína y el ácido, vicios que paga con monedas que recoge en la calle o, como lo hizo un día, con un millón de pesos que se encontró en un basurero. Recuerda con tristeza a su familia y los años de adolescencia que pasó en Medellín, destacándose como un estudiante excelente y becado en dos ocasiones por su rendimiento en un colegio de la Comunidad Salesia-
na. A los 12 años se enteró de un acontecimiento que marcó su vida para siempre: él era adoptado y su familia biológica vivía en el mismo barrio donde tuvo una infancia normal y feliz. A la calle A los 20 años de edad decidió que su hogar sería la ciudad, su cama, un frío y duro rincón con cobijas de cartón que ocupa cuando no logra recoger los ocho mil pesos que cuesta una habitación en el barrio Las Cruces del centro de Bogotá. Hoy dice que no se arrepiente de la vida que padece, sus parejas habituales son hombres y afirma con seriedad que “las mujeres son complicadas y quedan embarazadas”. Recuerda con nostalgia que en su casa lloraba cuando le servían hígado y su madre, cariñosamente le decía que algún día se lo tendría que comer con hambre. Ahora debe soportar humillaciones al recibir las sobras de los restaurantes del sector, porque en la calle es imposible rechazar el alimento. Afirma que su vida no sería la misma de haber hecho caso a las palabras que con cariño y respeto le decían sus padres: “Hay que obedecer a los papás, quienes también fuimos jóvenes y tenemos la experiencia que a los adolescentes les falta, así seamos cansones, pero lo hacemos por el bien de los hijos, para que después no se lamenten”, recuerda Daniel Castellanos.
FOTO DANIEL CASTELLANOS
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“Daniel Castellanos, de estudiante destacado a habitante de calle”.
“En mi casa lloraba cuando me servían hígado y en la calle me toca comer cualquier cosa”
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Jefferson Beltrán N.
El compromiso es con la verdad Por Andrés Fonseca S. Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
“Hay personas que no creen que se pueda llegar lejos sin ayuda y me molesta, quienes piensan eso no logran lo que se proponen por falta de carácter, persistencia y determinación”.
P
rofesional en Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, inició sus estudios de periodismo en la Universidad Central y finalizó en la Fundación Universitaria UNINPAHU donde recibió el título de Tecnólogo en Comunicación Social y Periodismo hace ocho años. Periodismo humano, con alto rigor en la investigación y un compromiso con la verdad, son las bases que sustentan su carrera como periodista y sub-
director del programa “La Noche”. ¿Por qué periodista? Para contarle a la sociedad sobre lo que pasa a su alrededor, desde lo político porque me interesa informar de este ámbito. Creo que con buena información podemos contribuir a que la gente tome mejores decisiones. ¿Qué le gustó de sus estudios en UNINPAHU? Que salí a enfrentarme al mundo laboral con conocimientos sólidos. Antes tenía una postura más crítica pero entendí que la función de las universidades es darnos las bases para desempeñarnos, pero el verdadero compromiso es nuestro. ¿Prefiere radio o televisión? La televisión me encanta, pero la radio me apasiona. Las imágenes no son tan importantes como el tiempo que se puede tener en radio para debatir diferentes temas. ¿Cómo fue su vinculación a RCN Televisión? En 2007, estando en el Congreso me enteré por un colega de la vacante de
Jefferson Beltrán Neira, subdirector del programa “La Noche” de RCN Televisión.
periodista político para este medio, presenté mi hoja de vida y dos semanas después me llamaron a una entrevista. Y comencé como periodista político en el programa “La Noche” y realizando trabajos para NTN 24 con Claudia Gurisatti.
¿Cuál es su reto como periodista? Generar conciencia mediante un enfoque, estimulando a las personas a seguir averiguando sobre los temas que hemos tratado, para que por medio de inquietudes se cree opinión pública.
¿Qué consejo daría a los estudiantes? Les diría que si quieren fama y dinero van por mal camino. Esto es cuestión de pasión y amor, ya sea por informar o por servir. ¿A qué le teme? A lastimar a alguien por algún error en el trabajo.
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¡EL REPORTERO, EL REPORTERO!
Regresa el periódico de la F Por: Laura Díaz González Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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n la década de 1980, nace el periódico El Reportero. En esos tumultuosos y violentos años la Unidad de Periodismo, hoy Facultad de comunicación, información y lenguaje de INPAHU, fomentó el espíritu periodístico de estudiantes y docentes quienes requerían de un medio para informar y conocer los diferentes aspectos de la universidad estableciendo posiciones críticas frente a la situación Nacional. En 1985, ya se hablaba de establecer un medio de comunicación para la institución. Esta iniciativa la tuvo
el Dr. Antonio Ramírez; Director de la unidad de periodismo; se formó un grupo de trabajo conformado por docentes de la institución y estudiantes más que todo de último semestre quienes se encargaban de la edición y producción del El Reportero que comenzó a circular a final de los 80. El Reportero apareció en formato tabloide, a una sola tinta, con más o menos 12 páginas; era impreso en los talleres de La República y el Siglo, periódicos donde luego se hizo el diseño, edición e impresión de éste. La labor de producción del vocero de la institución era ardua, pues en esa época era un proceso muy complicado e INPAHU
no contaba con los equipos necesarios para producirlo. Para escoger el nombre, se hizo un concurso entre los estudiantes, y ganó El Reportero, pues la INPAHU se caracterizaba por formar estudiantes que realmente fueran reporteros interesados en la investigación, - la verdadera esencia del oficio -. “Era muy institucional en su presentación, el cabezote me acuerdo, naranja con el logo que aún todavía existe de la INPAHU, digamos que era muy institucional en cuanto a su imagen”(…), expresó Patricia Bustamante, docente que formó parte de la mesa de trabajo de El Reportero. A comienzos de los años 90 se hizo
un cambio en la dirección del programa y pasó a estar a cargo del Dr. Jorge Salazar Manrique, quien ahora es Director de investigaciones del área de Comunicación Social, Periodismo y Diseño de la Maestría y Especialización en Docencia e Investigación Universitaria de la Universidad Sergio Arboleda. En su paso por INPAHU se destacó por su amor a la profesión, en especial el escrito; por este motivo se dedicó a la organización del medio de comunicación junto con su equipo de docentes conformado por Patricia Bustamante, Álvaro Sandoval, Fanny Duque, Iván René León y Argemiro Piñeros, quien estuvo en dos momentos distintos en El Reportero, primero como estudiante y luego como docente. Jorge Salazar, se dio a la tarea de formar un grupo que llamó el de micro-currículo para que fortaleciera los programas académicos, el área de prensa, y a su vez fuera escenario de práctica de los estudiantes. Desde sus inicios el periódico tuvo libertad en la expresión de los contenidos, contaba con varias secciones, una de ellas era dedicada al espacio de práctica de los estudiantes que cursaban los últimos semestres en los talleres de periodismo, se fomentaba la producción de noticias, reportajes, y crónica. Había otra sección que era de los docentes para que pudieran publicar allí; los coordinado-
res del área de comunicación, oficiaban como consejo de redacción; la coordinadora, Patricia Bustamante era la encargada de armar un grupo que producía los contenidos para la gaceta. En términos de producción, hablamos de un medio que se mandaba a un taller de impresión externo, por tanto había que revisar las planchas; era mucho trabajo para un grupo tan pequeño. Había una persona siempre ayudaba a los integrantes del grupo; era Wilson Díaz quien todavía labora en INPAHU, como coordinador de los estudios de radio y televisión; primero se hacía el trabajo periodístico y después se construían los contenidos. En los 90, se consolida y adquiere una mayor periodicidad; en su buen momento llegó a salir cada mes. Para Argemiro Piñeros y Patricia Bustamante, El Reportero siempre se consideró como la mejor pieza comunicativa y casi que única con la que contaba INPAHU, para mostrar lo que se hacia desde adentro; estamos hablando que en esta década no tenía internet, por lo tanto no había la posibilidad de tener emisoras, como se tiene hoy, ni un canal de televisión, el carácter universitario les daba mayor categoría a la Javeriana y La Sabana frente a INPAHU que era escuela técnica en esa época, sin embargo El Reportero le
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Facultad de Comunicación permitía a la institución estar a la par con aquellas de la llamada competencia. “empezamos con un periódico mensual, y bueno eso significaba que los estudiantes tenían que entregar o fotografías o reportajes, en fin todo los materiales, y eso a la vez tenía sus notas de evaluación en las clases de fotografía o en las de redacción según el profesor que estuviera allí. Por tanto había la presión del calendario institucional, pero también la presión de lo que es un periódico que si se dejaba pasar mucho tiempo, pues ya no tenía sentido.”(…) – Patricia BustamantePor esta misma época, junto a Jorge Salazar, Fanny Duque y Argemiro Piñeros, Patricia Bustamante creó Coloquios, un boletín de carácter académico. “éramos muy buenos amigos y trabajábamos mucho; había un tema afectivo entre nosotros que nos ayudaba, a tener unas muy buenas relaciones con Jorge, el decano era muy exigente pero éramos un equipo muy sólido, y éramos muy distintos entonces había mucho debate al interior de la facultad, pero debate muy sano”. El objetivo del boletín era mostrar cómo se producían textos
de calidad, frente a lo que sucede en Colombia, o en el mundo, pero que no fuera otro Reportero, sino que fuera más ágil su producción y distribución. Esta idea se cristalizó en un boletín de una hoja impresa a color, por lado y lado que se sacaba cada semana y que se leía rápido; con artículos escritos a máquina porque en esa época apenas se comenzaban a comercializar los computadores en Colombia. Patricia Bustamante propuso una tertulia, entonces nació “cafetería y letras.” esta idea fue cogiendo fuerza, y en la cafetería de la sede principal hablaban, discutían y leían, los Viernes en la tarde, “es un día en que la gente está como en ánimo de rumba”. Esta tertulia de cafetería y letras acompasaba muy bien con la salida de Coloquios, no había un viernes que el boletín no saliera; El Reportero era mucho más lento porque el proceso era más extenso y con estos dos elementos le fue muy bien a la institución. Durante el periodo de 1990 a 1993 El Reportero tuvo éxito en sus publica-
“Era muy institucional en su presentación, el cabezote, me acuerdo, naranja con el logo que todavía existe de la UNINPAHU” ciones. Pero con el tiempo comenzó a perder fuerza, ya no se publicaba con la misma frecuencia y comenzó como los enfermos terminales, a decaer. Con la salida de integrantes de la mesa de trabajo como Jorge Salazar y Patricia Bustamante, las cosas comenzaron a cambiar. A medida que la universidad fue creciendo, se hizo un cambio en la dirección del
programa de comunicación y a su vez se hicieron modificaciones al periódico; pues debía enfatizar más en la línea socio – humana por la cual se regía INPAHU y comenzó a perder el enfoque periodístico que caracterizaba dicha pieza comunicativa, motivo por el que varios de los colaboradores de El Reportero, fueron perdiendo el impulso para publicarlo. Pero este no fue el único problema, la falta de financiación también acabó con el vocero de INPAHU, pues no representaba un ingreso útil, sino por el contrario otra carga económica. “el periódico; comenzó a dejar de circular por muchos motivos; uno especialmente que fue el que en mi opinión creo que fue el que pesó, es que era un proyecto de comunicación que no tenía una financiación” (…) – Argemiro PiñerosEn este segundo semestre de 2013, INPAHU se ha dado a la tarea de reconstruir la memoria periodísti-
ca de lo que se conoce como la escuela de periodismo de INPAHU, proponiendo relanzar el periódico, noticia, que deja a la expectativa a algunos de sus ex integrantes, como Patricia quien en su opinión: “le parece excelente que le den vida nuevamente a algo que caracterizó la facultad”. Pues en comentarios anteriores había calificado fuertemente el hecho de que hubiera desaparecido un elemento tan representativo e importante de FCIL y no solo de ella sino de la universidad. Por lo anterior, la Dra. Myriam Velásquez Bustos junto con el decano de la FCIL, Roberto Gayón y algunos docentes de INPAHU, han decidido revivir tan importante elemento comunicativo, con el fin afianzar la labor periodística e investigativa en los estudiantes que siempre ha caracterizado a la institución y además para mostrar el nivel de competencia que tiene la institución frente a otras universidades.
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Dejar huella: Diario de viaje
Juan Pablo Barrera Cruz Director del Programa Universitario en Comunicación Social
Uno tiende a creer que estudiar en otro país es la mejor alternativa para los hijos, por cuanto, a como dé lugar, se busca una beca para enviarlos con el argumento de que la educación colombiana es escasa y de visión cortoplacista. Y sí, en algunos casos. Pero, ¿dónde está la diferencia? Por estos días mi hija, quien por situaciones particulares vive en Estados Unidos, estaba escogiendo universidad en un país que cuenta con más de 8500 universidades, muchas de ellas de garaje, algunas buenas y pocas muy buenas. Con la ayuda de un consejero se redujeron las opciones a cuatro o cinco, y hace unos meses llegó el momento de visitar las preseleccionadas. Ella quiere estudiar ciencia política y las mejores alternativas están en el área de Washington D.C. Programamos las entrevistas y organizamos el viaje; yo fui con la doble mirada de papá y de director de un programa universitario.
La universidad es apenas un factor: el cambio está en qué tanto acompañamos —o truncamos— como padres y profesores, los sueños y las iniciativas de nuestros jóvenes. La víspera de las entrevistas Sin proponérnoslo, el hotel que seleccionamos quedaba en pleno corazón de una zona universitaria. Mientras llegaban mi hija, su mamá y
el esposo de la mamá, di una vuelta por la zona al tiempo que me preguntaba: ¿dónde está la diferencia? Tomé un café en un lugar donde, minutos después, me sentí como si estuviera de vuelta en la esquina de UNINPAHU, la única diferencia era el idioma. Escuchaba a estudiantes hablar de los mismos temas que conversan acá, a los profesores de las mismas preocupaciones de las que discutimos acá… en esencia, lo mismo.
Las entrevistas Éramos muchas las familias en busca de esa opción y escuchamos varias conferencias. En la ronda de participación para los padres, me sentí en casa escuchando las mismas preguntas de los papás preocupados por el futuro de sus hijos y las mismas respuestas que yo les doy. ¿Dónde está la diferencia? La primera Universidad fue la George Washington University, amplia como casi todo en Estados Unidos, moderna con sus largos años de historia y profesores que hacen parte de equipos y cuerpos de gobierno. Lo único que me llamó la atención es que en todas sus plazoletas los ladrillos del piso tienen el
nombre de algún egresado y la fecha en que se graduó. La segunda, American University, es un campus integrado con excelentes programas académicos. En todos los rincones se evidencia un especial interés por lo que conocemos como bienestar: que el estudiante se eduque y viva bien. Por su parte, la Goucher College, fue más de lo mismo, solo que un campus en medio de la naturaleza cerca de Baltimore, una ciudad pensada para estudiantes.
La respuesta De vuelta al hotel, pasamos de nuevo por la universidad con los ladrillos marcados y recordé cuando la estudiante que nos guió el recorrido explicó que era como una forma de representar la huella que dejaban los alumnos en su paso por la universidad. Esa fue la respuesta que buscaba. Pensar que el lugar donde educamos a nuestros hijos influye es válido, pero también es descargar en una institución la responsabilidad de su formación y, ya en extremo, pensar que sólo serán exitosos si estudian en una institución catalogada entre las mejores. ¿Y si no está a nuestro alcance? O peor, ¿si al costear una de esas universidades, al final nuestro hijo resulta un
profesional del montón o sin éxito? La universidad es apenas un factor: el cambio está en qué tanto acompañamos —o truncamos— como padres y profesores, los sueños y las iniciativas de nuestros jóvenes; qué aportamos desde nuestra experiencia para apoyarlas; cuánto confiamos y creemos en ellos, dejando de lado juicios y prejuicios para entender su forma de ver las cosas y para que sea el estudiante quien deje una huella. Cuando me despedí de mi hija y tomé el tren para el aeropuerto comprendí que los profesores somos instrumentos y que la universidad, sea donde sea o sea la que sea, no es un lugar sino un momento, que ese momento es el tiempo de ellos y que son ellos los que deben dejar huella.
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Andrés Durán
Pionero del rock en Colombia
Por Edwin Cómbita Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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a carrera de Andrés Durán como voz influyente en la radio nacional y como productor musical, se originó en las frustraciones en que, a veces, Colombia nos sumerge a todos. Luego de prestar el servicio militar tuvo una revelación. Su vida, sus sueños, su carrera y el rock no estaban en Colombia, abrió los ojos y decidió marcharse a Los Ángeles (California, EE.UU.), a estudiar inglés y producción musical, sin la intención de volver y con las expectativas de un hombre joven y talentoso a quien su pasión por la música le entregaría grandes satisfacciones. Una época difícil hizo que regresara a Colombia y obsequiara a los amantes del rock y de la buena música el criterio de un maestro de quien aprender y a quien seguir. Su camino en el medio se ha nutrido de entrevistas, conciertos, canciones y personajes. Encontró la inspiración en The Beatles
como su primera banda y la formación con grandes roqueros como Steve Hackett, Brian May y David Bowie, de quienes disfrutó más al conocerlos. Estas experiencias las compartió en la antigua 88.9, La Superestación, y tomó el legado de Lucho Barrera del programa “El Final de los Tiempos”, para poner su sello en espacios o intervenciones. El “Expreso del Rock” y “Desayuno con los Beatles” son sus obras de arte en Radiónica. Estos programas se convirtieron en un escape a la mediocridad de los medios y a la ignorancia que estos ayudan a transmitir según lo indica: “RCN y Caracol acabaron con todo, en Colombia la cultura y el entretenimiento se basan en el facilismo y la mediocridad, en la denigración de la mujer y de los valores de la sociedad”. Ha tenido la fortuna de experimentar en grandes espectáculos musicales, de conocer a las leyendas del rock, hizo realidad el sueño de muchos amantes del
“´El Expreso del Rock´ y ´Desayuno con los Beatles´ son sus obras de arte en Radiónica” género y descubrió con sus propios ojos y oídos a personajes enigmáticos. Cree que el rock va más allá de solo canciones, que es necesario sumergirse en
el océano artístico de las bandas y así entender la calidad de cada una. Él es una voz autorizada para develar misterios y desmitificar leyendas de la música. Podría sorprender a los fanáticos con sentencias como: “Type O Negative en vivo no es una buena banda” o “Yngwie Malmsteen me decepcionó y me humilló, no le interesó saber que soy un mediador entre su música y los fanáticos”. En cambio tuvo palabras halagadoras para Marilyn Manson de quien dijo: “Me impactaron, realmente no
pensé que fueran tan buenos en vivo”. Un libro del Rock “Rockestra” es el primer libro de Andrés Durán, escrito junto a Jacobo Celnick. “Es un compendio de las mejores entrevistas hechas por nosotros”. Durán ha llevado la bandera del rock y del metal durante 20 años de carrera en la cual pasó de tener tres bandas de rock a producirlas. Por esto concluye que su trabajo y su vida caminan junto a su gran orgullo: “La paz, la tranquilidad y el rock and roll”.
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Jean Carlos Campo, un deportista de gran corazón
Por Jhon Jairo Rodríguez Estudiante Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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o hay más que luz y sombra, sus manos, nariz y oídos son sus ojos, después de eso un amasijo de figuras guardadas en su aguda memoria con los recuerdos de la infancia, el dolor y la tristeza. Codazzi, Cesar, fue su cuna, pero como toda semilla que busca el agua, le regaló su niñez al municipio
CRÓNICA
Entre sombras
La sonrisa es su vanidad.
de La Gloria a orillas del rio Magdalena,. Allí fue un chiquillo como cualquier otro, de risas, juegos y pilatunas que quiso ser tan normal como sus amigos, pero la realidad a veces no es justa y Jean Carlos Campo Caña, aunque se comportara y corriera como todos, ya sabía que jamás podría ver en el agua el rostro que allí se reflejaba.
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Eso no lo olvida, es una marca en la memoria, porque a pesar de haber vivido el abandono de su madre cuando apenas tenía seis años, su padre tomó las riendas del hogar para hacerse cargo de sus hermanas mayores y de él, un ciego que aceptaba las inocentes burlas de sus compañeros y a Claudia, una niña a la que le dio monedas para que lo
aceptara tal cual como era. Por esto habla de su pueblo y de todos los que lo conocieron con cariño y gratitud. Llegar a Bogotá, a esta fría ciudad que pareciera también congelar los corazones de las personas, era un golpe duro para un joven de 14 años que no había sufrido el dolor del desprecio y la indiferencia, era recibir los golpes de un padre porque un día se defendió de los insultos de una madre que no era la suya. Se confundió entre copas de amargura, decepción y discriminación, creyendo que el alcohol sería la diversión o tal vez la forma de dejar morir los sueños, porque nadie lo invitaba a oler la vida o tan siquiera a oírla, nada evitó que pensara en que, por ejemplo, para su propia madre era una carga. Volver a la vida Ahora Campos Caña tiene su vida dividida: la inútil y dolorosa, y la que le enseñó a valerse por sí mismo, a recorrer las calles con el bastón blanco, que más allá de un instrumento para invidentes es un amigo inse-
parable, un confidente que escucha secretos y pesares, un camarada que baila al ritmo de su alegría. Ya tuvo el privilegio de volar, Cúcuta recibió su esfuerzo como yudoca, en representación paralímpica por Bogotá; jugando goalball —algo parecido al fútbol, su gran pasión— quedó campeón, demostrando en territorio venezolano que el mejor premio es ser colombiano. Trabaja con Misión Bogotá, que alimenta la esperanza de este hombre de 27 años quien anhela ser padre y seguir disfrutando aquello de lo cual se siente orgulloso: su problema visual. Admira al “Pibe” Valderrama y a Freddy Rincón y asegura que cuando sea periodista, según lo que ha planeado para su futuro profesional, el primero en convertirse en una de sus fuentes será el famoso comentarista de fútbol, Hernán Peláez. En últimas, este hombre lleno de propósitos y de ambiciones, no deja de mostrar una paradoja. Sorprende saber que pediría muchas cosas, menos sus ojos.
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Teusaquillo, en contacto con la comunidad Redacción El Reportero
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n marcado énfasis en el desarrollo de los medios de comunicación de la localidad ha sido una de las tareas adelantadas por la Alcaldía Menor de Teusaquillo en cabeza de su actual mandatario, Iván Fresneda. Fresneda señaló que este es uno de los temas fuertes dentro de su administración, puesto que se pretende mantener una comunicación directa no sólo con los cerca de 150 mil habitantes de la localidad, sino con la población flotante que supera, diariamente, las 500 mil personas. Uno de los canales usados por la alcaldía zonal es la página web institucional que, semanalmente, publica entre dos y tres noticias además de la normatividad vigente y el cronograma de la Junta Administradora Local (JAL), con la agenda de cada uno de los ediles
para que la comunidad las conozca y participe activamente en las reuniones programadas. Igualmente, Teusaquillo cuenta con una publicación en la que, periódicamente, se informa de temas coyunturales como la intervención de vías en la zona y las actividades de la administración, entre otros temas. Para mantener contacto con la población joven de la localidad, Fresneda explicó que fueron habilitados perfiles de la alcaldía en redes sociales como Twitter y Facebook, espacios donde se publican actividades o hechos de importancia tal como la muestra de arte contemporáneo ‘La Noche en Blanco’. Cerca de 50 intervenciones artísticas formaron parte de la primera edición bogotana de un evento que ya cuenta con tradición en ciudades como París — Francia— y Madrid —España— que tuvo como sede a Teusaquillo. ‘La Noche en
Alcalde de la localidad de Teusaquillo, Iván Fresneda.
Blanco’ permitió no solo a los habitantes de la zona sino a la comunidad bogotana disfrutar de una jornada llena de teatro, música, videos y exposiciones. Otro espacio en el que la comunidad se ha involucrado fue en la producción
de varios filminutos que hicieron parte de una reciente convocatoria denominada “Por tus ríos”. En ellos, se abordó el tema del estado actual del río Arzobispo y la tarea de recuperación del afluente hídrico que se viene gestionando de la mano
con los vecinos. Estas son apenas algunas labores desarrolladas en este año de gestión, pero Fresneda señala que aún hay más por trabajar. Eso sí, aclaró que “a mí me gusta soñar, pero con los pies en la tierra”.
Generación de contenido: el presente del futuro Por Carolina Vélez Gómez Docente de la Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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a creación de contenidos que, además de multimediáticos, incluyan infografías y cruces de datos que respondan a las necesidades de un segmento poblacional delimitado por sus hábitos, y no por su edad, es una de las claves del ejercicio del periodismo digital para internet y para dispositivos como tabletas y teléfonos inteligentes.
Esta es apenas una de las conclusiones de la charla “El futuro de la industria de los medios”, que la editora de Desarrollo de Contenidos de Revista Semana, Lina Zuluaga Ocampo, ofreció a los estudiantes de Comunicación de UNINPAHU en desarrollo de la Cátedra Semana, evento que forma parte de las actividades que la Facultad adelanta durante el ‘Mes del Periodista’. Zuluaga ilustró su charla con un vídeo que mostraba cómo la tecnología, mediante el uso de pantallas táctiles, permea la cotidianeidad desde que nos levantamos hasta que nos volvemos a acostar. Estas dinámicas implican cambios en los tiempos en que
las personas acceden a la información desde sus dispositivos, por lo que conceptos como el prime time comienzan a revaluarse. Las transformaciones que internet está generando en la sociedad, en concepto de la invitada, no solo son evidentes en las dinámicas comunicativas sino también en las de producción de información. Un ejemplo es la segmentación de las audiencias que ya no pasan por variables como la edad sino por temáticas afines a ciertos sectores, una de las razones por las que se están transformando las secciones de los medios. Es así como para filtrar la información que las oficinas de prensa envían mediante
comunicados ya no se necesita de una persona encargada de esa tarea sino que, mediante un algoritmo, un ‘robot’ adelanta la labor. Entonces, ¿qué papel le queda al periodista? Zuluaga apuesta por un profesional que agregue valor a la información ya sistematizada; que mantenga el rigor y la disciplina que, en su concepto, nunca se perderán ni deberían perderse; que esté en permanente actualización en cuanto al manejo de las nuevas tecnologías; que sea integral y multiplataforma, es decir, que sea capaz de producir en varios formatos. Por ahora, para ella y su equipo en la revista ha sido un reto encontrar gente con estas características.
Aunque la tecnología se está abaratando y permite la creación de nuevas iniciativas digitales, Zuluaga considera pertinente que sigan existiendo referentes serios de información, esto en mención del papel que cumplen medios como Semana.com, que mantiene su solidez y su credibilidad. No obstante, invitó a los estudiantes para que le apuesten a la generación de sus contenidos. La charla cerró con una invitación a dejarse permear de esas nuevas iniciativas, de revisar las nuevas opciones laborales que se están gestando alrededor de las tecnologías de la información y la comunicación, y a ser emprendedores.
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Enero - Junio 2014
ENTREVISTA
EL REP RTERO
REPORTAJE
Por: Álvaro Sandoval R. Docente Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje
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as transformaciones del paisaje urbano pasan ante nuestros ojos casi de manera imperceptible. Los espacios cotidianos quedan en nuestra memoria casi como fotografías inamovibles, pero la realidad es otra, después de adentrarnos en nuestros recuerdos y hacer un flashback como de película gringa percibimos las transformaciones silenciosas de nuestro entorno. Quizá a los jóvenes no les sea evidente y para ellos nuestra institución es como la ven y siempre, supuestamente, ha sido así. Sin embargo, en viaje hacia el pasado cercano, llega la imagen de un pastal en la Nacional, en él yace un grupo de desprogramados estudiantes de universidad pública que buscan qué ha-
cer. Uno de ellos insinúa que vayan “al Hueco”, un oscuro bar sobre la avenida 30 con la calle 45, pero su idea no cala: “Eso debe estar repleto, busquemos otro lado”, “Entonces, vayamos al “Toldo” cerca de la Inpahu”. La novedad del sitio, de pronto el espíritu aventurero o la promesa de encontrar peladas lindas nos trajo hasta la 39 con la 15. Allí, frente a lo que se conoce como la sede principal de Inpahu, encontramos “El Toldo”. El ambiente febril de la esquina nos llamó la atención, junto a una casa gris de apariencia abandonada, con una carpa que cubría la entrada de un viejo garaje y muchos jóvenes sentados nos transmitieron la sensación de incomodidad, pero la música, las lindas jóvenes y nuestras hormonas no nos
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El Toldo
permitieron ser selectivos o escrupulosos frente a las condiciones de este lugar. Tiempo después, ya dejado atrás el periodo estudiantil y arrancando en la vida laboral, llego a Inpahu y desde otra perspectiva veo al “Toldo”. Ahora, es el sitio que compite por atraer a los estudiantes. El dilema para ellos era: viernes de 8 a 10 p.m. clase de lingüística o ir a rumbear al “Toldo”. Aunque creo que gané, también perdí algunos asistentes a mi clase que se desaparecían entre las pocas luces y penumbra de este bar. Los viernes en la noche los alrededores del “Toldo” eran un carnaval: venta de hamburguesas, perros calientes, cerveza, flores para las novias y otras cosas menos evidentes. Caminar frente a este sitio era difícil,
había que disputar la destapada acera con vehículos parqueados, novios que salían a arreglar los desacuerdos con sus parejas, los cuidadores de carros, las jóvenes que llamaban a sus padres desde las añoradas “panelas” para avisarles que estaban “haciendo un trabajo” y los vendedores. El bullicio solo se acallaba sobre la madrugada gracias a la ley zanahoria. Además, este sitio fue el lugar de socialización interinstitucional, ya que en el departían estudiantes de la Católica, la Escuela de Aviación, el Sena y la Cooperativa. Sin embargo, alrededor de estos lugares no solo está la diversión, también se encuentran muchos de los males que aquejan a nuestra sociedad: la inseguridad, las drogas y los problemas rela-
cionados con la ingesta de bebidas embriagantes. Por esta razón, Inpahu emprende un plan de renovación que no solo embellece a la institución dotándola de un nuevo y cómodo edificio sino que además contribuye con la recuperación urbanística del sector. Gracias a una “operación de alta cirugía” la gris y vieja casa de la esquina, el garaje donde funcionaba el “Toldo” y otros sitios como “Curuba”, “Cafeína” y la papelería “El Punto Universitario” cambiaron en un proceso de metamorfosis del cual emergió la “Sede 23”, una de las más bellas y modernas con que cuenta la Fundación; la antes destapada acera luce, hoy, un bello jardín y ahora allí podemos caminar ya que no la disputamos con nadie, solo la compartimos. ¡Cómo cambian las cosas!
El Toldo - 2009
Sede 23 - 2014