ALguiprquimorr

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Alguien por quién morir – Linda Howard

-No vi los focos delanteros –dije con decisión, intrigada por la pregunta-. Las luces traseras... Hmmm. Tal vez –cerré los ojos y volví a representar la escena en mi mente. En mi imaginación vi el automóvil oscuro deslizarse al irse, y para mi sorpresa mi corazón empezó a palpitar-. La calle quedaba en ángulo recto, recuerdo, así que lo vi de perfil. Las luces traseras eran... sí. No eran unas de esas redondas, eran alargadas – Abrí los ojos-. Creo que algunos modelos de Cadillac tienen luces traseras de esas. -Entre otros –dijo él. Estaba escribiendo lo que yo decía, en esa pequeña libreta que evidentemente había sacado de su bolsillo, ya que estaba doblada en la medida justa. -Me lo hubieras podido preguntar por teléfono –señalé mordazmente. -Sí, si hubieras contestado al móvil –respondió en el mismo tono. -Tú me colgaste el teléfono. -Estaba ocupado. Ayer tuve un día de perros. No tenía tiempo de ocuparme de tu coche, que por cierto, de cualquiera manera no te lo hubiera podido llevar porque no te tomaste la molestia de darme las llaves. -Lo sé. Quiero decir, que no lo supe hasta después. Las encontré un poco más tarde. Pero el periódico me mencionaba como único testigo y eso me incomodó, y Tiffany lloriqueaba, así que alquilé un coche y me vine a la playa. Se quedó silencioso durante un momento. -¿Tiffany? -Mi conejito de playa interior. No he tenido vacaciones desde hace mucho tiempo. Me miró como si me hubieran crecido dos cabezas, o como si hubiera confesado tener múltiples personalidades, o algo así. Finalmente preguntó. -¿Hay alguien más, aparte de Tiffany, que viva dentro de ti? -Bien, no tengo un conejito de nieve, si eso es lo que estás preguntando. Sólo he ido a esquiar una vez. Casi. Me probé las botas y son tan incómodas que no puedo creer que la gente las lleve sin tener una pistola apuntándoles a la cabeza –Tamborileé-. Solía tener a Black Bart, pero no lo he sentido dentro desde hace tiempo, así que tal vez sólo era cosa de niños. -¿Black Bart? Estaba en tu interior... ¿El pistolero? –había empezado a sonreír abiertamente. -No, era mi maniático interior que enloquecería y trataría de matarte si lastimaras a una de mis Barbies. -Has debido ser un diablo en el recreo. Traducción: Espe Corrección: Lady_Anam

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