Prosas Apátridas
DICHOS DE LUDER —Una cualidad que te envidiamos es haber logrado siempre evitar las discusiones —le dicen a Luder. —No veo por qué. Entrar en una discusión es admitir por anticipado que tu contrincante puede tener la razón. ***
—Nunca he sido insultado, ni perseguido, ni agredido, ni encarcelado, ni desterrado —dice Luder—. Debo en consecuencia ser un miserable. ***
—Así como hay una palabra que ha dado origen a todas las palabras —dice Luder— debe haber una sentencia que contenga todas las enseñanzas y toda la sabiduría del mundo. Cuando la descubramos el tiempo cesará de existir, pues habremos entrado a la era inmóvil de la perfección. ***
—¡No por favor! —protesta Luder, cuando vienen a buscarlo una vez más para que firme un manifiesto humanitarista o participe en un mitin a favor de un pueblo oprimido—. Amar a la humanidad es fácil, lo difícil es amar al prójimo. ***
—¡Ah! —suspira Luder, cogiendo los botines de lana que ha tejido una amiga para el hijo que ha dado a luz—. ¡Tan pequeños zapatitos para medir el mundo! ***
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