“¿Qué mares estamos atravesando y qué tormentas tendremos que navegar? ¿Qué lugar dejamos y qué tierras nos esperan en el futuro?” vo Sefer Torá. Se escribe con el mismo estilo y sacralidad hace cientos de años, porque hay elementos que no tienen tiempo y no tienen una fecha de vencimiento. Poner nuestra mano sobre la mano del Sofer crea historia, crea continuidad y volviendo a lo que personalmente rescate de la esencia de la llegada de nuestros antepasados, debería crear compromiso. Tenemos un desafío enorme por delante; hacer que esto, que con mucho placer, devoción y compromiso escribimos, se transforme en acción, que no se queden estas letras y palabras guardadas en un Armario, en un lugar de un Templo, dentro de un edificio que llamamos Kehila, sino que se transformen en letras vivas, que laten y palpitan. No es fácil, pero sabemos por historia y porque somos la herencia viva de esos soñadores, que no es imposible, que se puede y que redunda en una vida llena de placer. Y me siento invitado a hacer varias preguntas y las comparto con ustedes: ¿San-
tificaremos este desafío y seremos dignos trasmisores de este Sefer Torá? ¿Qué mares estamos atravesando y qué tormentas tendremos que navegar? ¿Qué lugar dejamos y qué tierras nos esperan en el futuro? ¿Estaremos sembrando la semilla para que las futuras generaciones tomen este testimonio y continúen esta milenaria cadena? Que no nos sorprenda la vida con la triste sensación de haber hecho poco y la de ser un mero espectador de mi vida y la vida comunitaria, que no me sorprenda la historia navegando mares que no merezco navegar. Vamos, preparémonos para este hermoso viaje, botemos nuestro barco, icemos nuestras velas, y zarpemos a navegar estos mares. Seamos los capitanes, valientes y orgullosos de nuestras embarcaciones, sepamos que nos esperan puertos llenos de vida, placer y Judaísmo. Seamos descubridores de nuevas rutas y juntos, lado a lado, seamos creadores de HISTORIA. 13