La otra izquierda: testimonios de una ideología olvidada, el anarquismo en México (1931-1971)

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e internacional, contrarrestando la labor de descrédito contra los revolucionarios españoles”.231 Dicha oficina se transformó en la Sección de Prensa y Propaganda, y pronto fue sustituida por la Comisión de Propaganda Confederal y Anarquista (CPCA). También se crearía, a finales de ese año (1937) el Comité Nacional de la Distribuidora Ibérica de Prensa (DIP), instalada en Valencia. Esas dos organizaciones estuvieron

En contacto con diversas organizaciones antifascistas como: la Unión Anarquista de Francia, Federación Anarquista de lengua francesa, Federación de Grupos Anarquistas de Chile, Grupo Esfuerzo de Uruguay, Grupo Regeneración de México, Grupos Anarquistas de lengua española e italiana de Estados Unidos, Freie Arbeiterstimme y otros grupos norteamericanos.232

SIA funcionó por medio de comités locales conformados por grupos, aunque no exclusivamente, de anarquistas donde el militante más “reconocido” de la región invitaba a formar un comité, y este, a su vez, debía vincularse con los delegados ibéricos del país, quienes estaban en contacto directo con el comité general de SIA, instalado en Barcelona, que se encontraba bajo el influjo del MLE. La estructura orgánica de cada consejo se formó por un secretario, un tesorero, un contador y cinco vocales.233 En sus estatutos SIA se propuso ser una organización para “socorrer a los individuos y entidades antifascistas de acuerdo con las posibilidades existentes (…) atender a los necesitados que en cualquier forma sean luchadores antifascistas o víctimas del fascio, proporcionándoles toda clase de ayuda económica, sanitaria, instructiva y de trámite ante los tribunales”, sus actividades estuvieron alejadas de cualquier injerencia política y/o religiosa; sin embargo no excluyeron de pertenecer a SIA a “todos los ciudadanos que lo estimaran conveniente; siempre que se atienda

Iglesias Rodríguez, “Propaganda”, 2002, pp. 289 Ibíd., p. 313. 233 El secretario era el responsable del cumplimiento de los acuerdos tomados por las asambleas y plenos de Consejo. El Tesorero era el encargado de la recepción de cuotas y donativos. El contador controló el movimiento de fondos y tuvo bajo su responsabilidad, la organización de la contabilidad. Los vocales se distribuyeron las demás funciones a realizar poniéndose al frente de secciones como las de Propaganda, Estadística, etc., “Estatutos de SIA”, Tierra y Libertad, Barcelona, 30 de octubre de 1937, V época, núm. 40. 231 232

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