20 años de SOS Racismo Gipuzkoa

Page 11

que inauguraba una nueva forma de entrar, permanecer en la irregularidad y regularizarse al cabo de tres años de permanencia en esa situación. Actualmente es la fórmula más utilizada para regularizarse, para conseguir el permiso de trabajo y residencia inicial. Y hubo regularizaciones especiales, las del 91, 96, 2000 (en 2000 hubo una especie de regularización especial de inmigrantes ecuatorianos, por medio de una circular del Ministerio del Interior, y con obligación de viajar al país de origen y abono por el Estado de la mitad del gasto del viaje) y la de 2005, la más grande de todas, con más o menos medio millón de personas regularizadas. Y ya no ha habido más regularizaciones especiales. A partir del tercer trimestre de 2008 se cerró el régimen general y el catálogo de actividades de difícil cobertura se quedó a cero. Y a partir de ahí se han acelerado los aspectos negativos, los prejuicios sobre la inmigración. En este aspecto, el impacto de la crisis económica, con sus corolarios, de paro, exclusión y sálvese quien pueda, está siendo brutal. Algunas cosas venían de antes, pero hay una evidente aceleración en los últimos cinco años. Se refuerza en algunas capas de la población la visión de la inmigración como un problema, y algunos estereotipos se van convirtiendo en prejuicios. Crece la tendencia a ver las cosas como “nosotros” y “ellos”, como dos cuerpos que funcionan aparte, y se va admitiendo, por parte de un porcentaje significativo de personas, que es lícito discriminar en diferentes campos de la vida diaria: el empleo, las prestaciones sociales, la fiscalidad, la ocupación del espacio público. Se ha ampliado el terreno y la intensidad de los prejuicios y los rumores negativos y, con ello, un clima social negativo. Del último baremo de Ikuspegi, correspondiente a 2012, se deducía que la población vasca se dividía en tres: una parte tolerantes, una parte de ambivalente y una parte (alrededor del 20%) intolerantes y contrarios. El problema es que, con respecto a barómetros de años anteriores, la parte intolerante crece en tamaño y en intensidad, y amplía el campo temático de su intolerancia.

atur?

El

impacto de la crisis económica, con sus corolarios, de paro, exclusión y sálvese quien pueda, está siendo brutal. Se refuerza en algunas capas de la población la visión de la inmigración como un problema, y algunos estereotipos se van convirtiendo en prejuicios.

Hoy nuestra sociedad es más plural que hace 20 años. A la pluralidad que ya tenía, que es uno de sus rasgos constitutivos más importantes, se le han añadido o incorporado otros nuevos. La incorporación de eso nuevo se ha hecho de una manera relativamente respetuosa y, a la vez, un tanto distante. No se han generado grandes tensiones, pero se ha mantenido una cierta distancia “educada”. Ahí hay un trabajo importante por hacer, con tiempo, con tranquilidad, pero decididamente a favor de una buena inserción social y de una buena integración. En última instancia, el problema no es tanto si las personas inmigrantes serán o no capaces de adecuarse a los valores que conforman esta sociedad, sino si nosotros y nosotras, quienes decimos defenderles, seremos capaces de integrarnos en lo que proclamamos: en las ideas de libertad, de igualdad, de justicia, de no exclusión, etc. La integración depende mucho de las condiciones de recepción, de la actitud y de la práctica de la parte mayoritaria de la sociedad. No se puede dejar ese proceso en manos de quien es más débil en todos los terrenos y que además está sujeto a una legislación especial. Implicaría impulsar, ir construyendo una nueva realidad social, entre todas las personas que conformamos la sociedad y construyendo nuevos espacios de convivencia en la que todos y todas nos sintamos reconocidos y respetadas. Y todo esto hay que tenerlo particularmente en cuenta en este tiempo de crisis.

SOS Arrazakeria 20 URTE

11


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.