18 minute read

5.2 Arnaldo Alemán Lacayo

49. El 21 de octubre de 1996 se celebraron las elecciones presidenciales, que ganó el neoliberal alcalde de Managua, Arnoldo Alemán Lacayo (de la Alianza Liberal). El 10 de enero de 1997, Chamorro traspasó el poder a Arnoldo Alemán Lacayo. 50. En 1997, Violeta Chamorro creó la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que preside junto con sus cuatro hijos, y promueve proyectos de desarrollo regional e iniciativas para fortalecer la paz civil. Cerramos esta síntesis sobre las principales acciones de gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, llamado “Reconstrucción económica del país”54 señalando que pertenece al “Consejo de Presidentes y Primeros Ministros” del Programa de las Américas del Centro Cárter, en la ciudad de Atlanta (Estados Unidos).

La anterior contrarrevolución destruyó los logros del gobierno del FSLN y, sobre sus ruinas, erigió un Estado neoliberal. Era para Estados Unidos, una victoria a lo Pirro, al igual que para las derechas nicaragüenses. Tal potencia imperialista a poco andar el gobierno sandinista, puso en funcionamiento su aceitada y multifacética máquina de guerra que, finalmente, logró su propósito como fue el de llevar al primer cargo en importancia en esa nación centroamericana a una persona hipnotizada por el mesianismo neoliberal. Este último pulso geopolítico lo ganó Estados Unidos, pero, además, granjeó para sí un aliado incondicional en el conjunto de las regiones latinoamericanas. Se trató de un gobierno de derecha, neoliberal, sumiso a los intereses de Estados Unidos y acucioso peón de brega en la imposición de la economía de mercado. Ese fue el significado del gobierno de la “Reconstrucción económica del país” liderado por Barrios de Chamorro en cuyas postrimerías, tuvo lugar las elecciones de las cuales resultaría elegido su sucesor.

Advertisement

5.2 Arnoldo Alemán Lacayo

Como a menudo suele ocurrir en América Latina, a poco de iniciarse un gobierno, los más destacados protagonistas del acontecer político van, in crescendo, resolviendo asuntos propios de la dinámica política que desembocarán en las siguientes elecciones. Eso ocurrió en

54. Ibíd.

Nicaragua cuando a mediados de 1995, la Alianza Liberal presentó al ex alcalde de Managua, Arnoldo Alemán Lacayo, como su candidato a la presidencia de la República. Alemán representaba al nuevo empresariado, de raíz liberal, pero de pensamiento profundamente conservador. Su discurso fue antisandinista, antioligárquico y antigobernista, buscando aglutinar sectores sociales inconformes con la política económica de Barrios de Chamorro. “El discurso de Alemán fue directo y sencillo tratando de influir en pequeños y medianos productores, en comerciantes, técnicos y profesionales de clase media, que fueron afectados por las políticas económicas de los dos regímenes anteriores”55 .

El 20 de octubre de 1996 hubo elecciones en Nicaragua. Compitieron por la presidencia de ese país, la extravagante cifra de 23 personas. Finalmente, la contienda se concentró en dos candidatos: Daniel Ortega Saavedra (FSLN) quien obtuvo el 37.83% de los votos y Arnoldo Alemán Lacayo (PLC) cuyo favoritismo se expresó con el 50.99% de los sufragios convirtiéndose de ese modo en el vencedor del certamen y, en consecuencia, en el nuevo presidente de Nicaragua, también neoliberal. Los escaños en el poder legislativo fueron 36 para el FSLN y 42 para la Alianza Liberal (coalición de partidos que llevó al poder a Arnoldo Alemán Lacayo y de la cual hizo parte el PLC)56 .

Desde el punto de vista de Monroy García “Estos resultados confirman el reacomodo y recomposición de la derecha nicaragüense, integrada por fracciones de la vieja burguesía somocista, nuevos empresarios, sectores importantes de la pequeña burguesía y capas medias. Alianza también se abocó a construir una nueva ideología para la sociedad nicaragüense, auxiliándose de la jerarquía católica y de algunos intelectuales conservadores, que construyeron un nuevo cuerpo ideológico a través de la educación, la cultura y los medios de comunicación”57. En cierta forma, desde temprana edad Arnoldo Alemán Lacayo bebió en las canteras ideológicas del somocismo lo cual complementó con su formación confesional. A nombre del PLN, los padres de Arnoldo Alemán Lacayo habían sido funcionarios de la dictadura de los Somoza. Incluso hay quienes lo asocian a Alemán Lacayo con la CIA y La Contra.

55. MONROY GARCÍA, Juan. Op. Cit., p. 115-130. 56. Ibíd. 57. Ibíd.

Las elecciones del 20 de octubre de 1996 y el ambiente de la campaña de las mismas se desarrollaron en condiciones diferentes, respecto a las anteriores. Había terminado la guerra fría y con ella la bipolaridad Este-Oeste y, por ello, Nicaragua dejó de ser atrayente en el marco de la geopolítica mundial. En ese orden, el “enemigo interno” estaba bajo control y el imperialismo estadounidense se aprestaba a “construir” un nuevo enemigo. La cresta de la ola de los conflictos, guerras civiles o conatos de las mismas, se trasladaban a los países del área andina (Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). Estados Unidos con un ojo seguía las transiciones políticas en Centroamérica y, con el otro, de manera casi simultánea observaba cómo intensificar su intromisión en los mencionados países.

La campaña política para esas elecciones tuvo lugar en unas condiciones nacionales de pobreza, hambre, ruina de la industria, desempleo, inflación, devaluación, hiperinflación, migraciones al exterior, desplazamientos en el interior, alto costo de vida, privatizaciones de lo estatal, subasta de lo público, marginalidad, corrupción y de la avalancha de iglesias evangélicas de origen estadounidense. Todo lo anterior como consecuencias parciales de la contrarrevolución neoliberal iniciada en 1990 y continuada por Arnoldo Alemán Lacayo quien no tuvo de lidiar con una guerra civil, pues por instrucciones de Estados Unidos La Contra ya se había desmovilizado al inicio del gobierno de su antecesora.

De la triunfante UNO en 1990 solo quedaba el nombre. La mayoría de partidos políticos que la conformaron se disgregaron unos y se reagruparon otros. Los partidos de orientación liberal se congregaron en la “Alianza Liberal”, mientras los partidos conservadores se mantuvieron bajo el alero de la UNO58 con el siútico candidato Sergio Ramírez. Las izquierdas por su parte, fieles a su tradición, continuaron como un archipiélago de diminutas e insignificantes organizaciones políticas más dadas a la intriga de corrillo y a la zalamería ideológica que a la construcción de un proyecto político creíble y con vocación de poder.

Ortega Saavedra a nombre del FSLN, en esta campaña muestra un nuevo estilo, exhibe la mutación ideológica de la tendencia del san-

58. ANDERSON, Leslie. DODD, Lawrence C. Comportamiento electoral y democracia en Nicaragua: 19902001. En: América Latina Hoy, Número 30, Universidad de Salamanca. Salamanca, España, (Abr de 2002); p. 205-227.

dinismo liderada por él y pone en escena los rasgos de lo que en lo sucesivo sería su nuevo accionar político. Es claro que había suavizado su imagen y se vestía de civil. Abandonó la imagen de curtido revolucionario guerrillero que lo caracterizó durante los años ochenta. Aun así, muchas de sus críticas al Gobierno de Chamorro eran críticas socialistas y su campaña enfatizaba la necesidad de que el Estado volviera a asumir su responsabilidad con los pobres. Más importante que el aspecto militar del régimen, los sandinistas siempre dieron prioridad a los pobres y rechazaron las políticas neoliberales que favorecían a los ricos al mismo tiempo que reducían drásticamente los servicios sociales para los pobres. “Ortega señaló claramente en su campaña que, en caso de ganar las elecciones, reduciría las medidas de austeridad establecidas por Chamorro e incrementaría el alcance de los servicios sociales para los pobres”59 .

Por su parte Alemán Lacayo quien a nombre de la UNO había sido alcalde de Managua en los últimos años del gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, prometía continuar, e incluso endurecer el programa neoliberal. Sus promesas electorales eran en favor de una democracia liberal y una economía capitalista, incluyendo la promesa de reducir aún más las reformas sandinistas y devolver tierras a los ricos, incluyendo a su propia familia. “Estas dos opciones hicieron que el electorado nicaragüense se viera en la necesidad de optar nuevamente entre distintos tipos de régimen así como entre distintos candidatos y políticas económicas”60. Las medidas fuertes de choque de la contrarrevolución neoliberal ya habían sido tomadas por Barrios de Chamorro quien tuvo que enfrentar numerosas manifestaciones de protesta.

Alemán Lacayo se propuso ejecutar desde su gobierno una nueva generación de medidas de tipo neoliberal en la misma dirección de la contrarrevolución. En ese sentido es claro que el gobierno liberal trató de establecer sus nuevos postulados que pretendían el rescate histórico del liberalismo, así como la reivindicación de la dictadura somocista; también les preocupó rescatar la dirección de la economía y beneficiar a los grupos empresariales afines con sus ideales. Cabe señalar que la transición democrática en Nicaragua tuvo un escollo importante con la existencia de grupos armados en la sociedad. “Al haber fracasado los

59. Ibíd. 60. Ibíd.

dos intentos de pacificación de parte de los sandinistas y del régimen de Violeta Barrios, grupos importantes de la población mantuvieron en su poder las armas, impidiendo la consolidación del Estado de derecho. El gobierno liberal impulsó el diálogo y los acuerdos de gobernabilidad principalmente con el FSLN, llegando a firmar en los primeros meses de su gestión una nueva ley sobre la propiedad”61 .

Con vínculos en el sector agropecuario (productor de café) Alemán Lacayo es recordado dentro y fuera de Nicaragua como uno de los presidentes con más señalamientos por actos de corrupción. En su momento fue considerado, de diez, el octavo jefe de Estado más corrupto del mundo. En dos ocasiones fungió como Secretario General del Partido Liberal Constitucionalista (1990-1991 y 1993-1996). Siendo alcalde de Managua renunció a ese cargo el 1 de septiembre de 1995 para dedicarse de tiempo completo a la campaña por la presidencia de la república a nombre de la Alianza Liberal62 (AL).

En esta coalición estuvieron todas las congregaciones políticas que se consideraban liberales en Nicaragua. Fue el de Arnoldo Alemán Lacayo un gobierno que, desde sus inicios, hizo de la corrupción un hábito. El día de las elecciones, antes de dar inicio a la jornada, se evidenciaron casos de urnas colmadas con votos a favor de este personaje, en el transcurso del evento el reparto de coimas a los potenciales votantes constriñéndolos de ese modo y, al momento del escrutinio, actas alteradas y casos en que personas fallecidas habían votado. Pese a las pruebas de fraude y a las manifestaciones en ese sentido por parte de los observadores internacionales, el Consejo Supremo Electoral (CSE) reconoció a Arnoldo Alemán Lacayo como presidente de Nicaragua y tomó posesión el 10 de enero de 1997 con Enrique Bolaños Geyer en calidad de vicepresidente.

Alemán Lacayo por la vía de corrupción, súbitamente pasó a ser una de las personas más ricas de ese país. La corrupción y la profundización de la contrarrevolución neoliberal fueron los dos elementos más relevantes de este gobierno. En primer lugar, el Gobierno de Alemán acordó con el FMI y otros acreedores internacionales la condonación de una parte de los intereses de la deuda nacional a cambio

61. MONROY GARCÍA, Juan. Op. Cit., p. 115-130. 62. Hizo parte de esa coalición el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el Partido Liberal (PALI), el Partido

Liberal Independiente de Unidad Nacional (PLIUN) y el Partido Liberal Nacionalista (PLN).

de aplicar un ajuste estructural. El PIB per cápita de Nicaragua llegó a ser el segundo más bajo de América tras Haití, la situación social se vio parcialmente afectada por los sucesivos desastres naturales, como las erupciones volcánicas, las sequías provocadas por el fenómeno meteorológico de El Niño y, revistiendo mayor gravedad, el huracán Mitch, que a su paso en noviembre de 1998 causó un millar de muertos y arrasó extensas zonas agrícolas. A comienzos de 2000 la inflación se duplicó al 10%, mientras que el desempleo superó el 20% de la población activa63 .

En segunda instancia, a los pocos meses de su asunción estalló el escándalo de “Los tarjetazos”, cuando se descubrió que el Banco Central emitía tarjetas de crédito pagadas por los contribuyentes a favor del presidente Alemán, tiempo después se descubrió que cheques emitidos por la DGI a favor del extinto BANIC para pagar deudas de la empresa Genisa, propiedad de Alemán, por un monto de 111 mil dólares, transacción que involucró a Petronic y casas de cambio privadas. La emisión por parte de la DGI de “notas de crédito” en favor de distribuidoras automotrices para descontar impuestos futuros, a cambio de lujosos vehículos que terminaron en manos de allegados a Alemán, nos costó a los nicaragüenses casi 11 millones de córdobas64 .

Como consecuencia de lo anterior, en abril de 1999, el descontento con la Administración de Alemán Lacayo, revivió con fuerza en una ola de disturbios y protestas laborales, sobre todo en el sector del transporte, de tal magnitud que el presidente ordenó al Ejército intervenir. Alemán Lacayo vio desplomarse su popularidad y por añadidura se encontró con que la Contraloría de la Nación le exigía explicaciones por el aumento de su patrimonio privado en un 900% coincidiendo con su ejercicio presidencial. Ante el cariz que tomaba la protesta, Alemán Lacayo optó por congelar la liberalización del transporte público y mantener los subsidios a los combustibles65 .

Estas cifras demostraron la poca credibilidad que acarrea el expresidente Alemán y su partido. El tramo final de su mandato coincidió con una fractura de la alianza que lo llevó al gobierno, sus antiguos aliados comenzaron a criticarlo, entre ellos ex vicepresidente de la

63. MONROY GARCÍA, Juan. Op. Cit., p. 115-130. 64. Ibíd. 65. Ibíd.

República con Chamorro, Virgilio Godoy, que declaró que Alemán Lacayo y los suyos habían “robado con más rapidez que durante la dictadura de Anastasio Somoza”, y el diputado conservador Leonel Teller calculó que Alemán había amasado en el ejercicio de su cargo unos 250 millones de dólares. Particular irritación provocó en la opinión pública conocer los gastos suntuarios del presidente66 .

Además de lo anterior, Alemán también sobrelleva otras acusaciones de corrupción en Panamá y Estados Unidos por blanqueo de fondos, entre los acusados están: Su esposa María Fernanda Flores de Alemán, su hermano Álvaro, su difunta hermana Amelia, y su hija María Dolores, entre otros. Algunos de los colaboradores más cercanos durante su pasado gobierno también ya han sido acusados de corrupción. Alemán fue enjuiciado en Nicaragua por los cargos de lavado de dinero. Fue encontrado culpable, y fue sentenciado a 20 años de cárcel. Guardó prisión con un polémico permiso de convivencia familiar, otorgado por una jueza que le permite la libre circulación por la ciudad de Managua, algo así como “ciudad por cárcel”67 .

Adicionalmente, en 2004 la juez H. Méndez ordenó el traslado del expresidente a prisión efectiva por fraude por 1,3 millón de dólares y otros delitos en perjuicio del estatal canal 6 TV. La jueza. Sin embargo, Méndez tuvo dificultades para hacer cumplir su propia resolución, debido a que la familia de Alemán Lacayo, trabajadores de la finca y diputados liberales trataron de impedir la salida del ex gobernante. Los adeptos a Alemán Lacayo incendiaron neumáticos en la vía pública, mientras que en otras hicieron fogatas con ramas de árboles y lanzaron vidrios como protesta por su encierro. El 15 de enero de 2009, Arnoldo Alemán fue sobreseído de los cargos de corrupción por la Corte Suprema de Nicaragua, que en ese entonces era presidida por Manuel Martínez Sevilla un cercano allegado de Alemán Lacayo68 .

Según informes del departamento de Estado de Estados Unidos Mientras Alemán fue presidente, él y su familia robaron aproximadamente cien millones de dólares al pueblo de Nicaragua a través del saqueo del tesoro nacional y de las cuentas de los diferentes

66. Ibíd. 67. Ibíd. 68. Ibíd.

ministerios y agencias, controladas por sus corruptos asociados, uno de los principales Byron Jerez, señala un informe de la embajada al Departamento de Estado. “Alemán, su familia, y sus asociados, utilizaron diversos esquemas para robar y blanquear el dinero del gobierno, pero la mayor parte de los fondos fueron blanqueados a través de empresas pantalla en Panamá, Estados Unidos y República Dominicana”. La esposa del mandatario, María Fernanda Flores, y alguno de sus hijos, crearon alguna de las empresas concebidas por los cómplices del expresidente. En 2004 una jueza de Managua ordenó el traslado del expresidente de Nicaragua Arnoldo Alemán de su casa-hacienda El Chile a la Cárcel Modelo de Tipitapa, por haber cometido delitos contra el Estado69 .

De ese modo Nicaragua se constituyó en un caso emblemático de cómo una pandilla, en este caso liderada por Violeta Barrios de Chamorro y seguida por Arnoldo Alemán Lacayo y Enrique Bolaños Geyer como se verá más adelante, hicieron, en nombre del neoliberalismo, el despojo de una nación con la complicidad de Estados Unidos, de la “Comunidad internacional” y del sistema financiero internacional. En su momento el sector del sandinismo liderado por Daniel Ortega Saavedra también participó de ese pillaje. La ferocidad de las políticas neoliberales precisa, como caldo de cultivo, un ambiente político permeado por la corrupción de lo cual Nicaragua fue un ejemplo fehaciente. En esas condiciones la equidad, la transparencia y, en general las buenas prácticas en la administración pública y en general la democracia, no son valores en sí para el capitalismo ni interesan al neoliberalismo.

En esa misma perspectiva, Wando Ansaldi considera que la expresión “transición a la democracia” resulta ser “una idea legitimadora y orientadora de la consolidación de la transición a un capitalismo profundizado”. Este capitalismo consolidado tuvo dos feos y sucesivos rostros, jánicos, si se quiere: uno, utópico en los años 1980; el otro, nihilista, en la década siguiente. Utópico “en relación a las promesas de la mano invisible”, nihilista, “en tanto ya no promete mundos mejores sino que se anuncia como el único posible frente al cual no hay alternativas”. Es, pues, en la bisagra entre los siglos XX y XXI, una “reedición del capitalismo salvaje del siglo XIX”. En su forma actual, el

69. Ibíd.

capitalismo es, por sobre todas las cosas, generador y profundizador de brutales e insoportables grados de desigualdad social70 .

Las políticas del Consenso de Washington corresponden a un nuevo patrón de acumulación del capital. Todo cambio en la misma genera nuevas normas de organización y lucha. La democracia, como forma de dominación, no escapa a ellos. Uno de los espacios donde el cambio se advierte es el de los partidos políticos, los agentes clásicos de mediación entre la sociedad civil y el Estado. La metamorfosis de los partidos -un fenómeno generalizado, tanto en las sociedades capitalistas centrales cuanto en las dependientes, justamente por lo señalado y no por azar o casualidad- los ha convertido en organizaciones crecientemente cerradas, endogámicas, alejadas de sus bases, donde las decisiones, desde las direcciones partidarias y las candidaturas hasta las alianzas y los remedos de programas, son tomadas por la cúpula, cuando no por la autoridad máxima, con prescindencia de los afiliados, es decir, las bases71 .

Es claro que para los actuales demócratas de palabra, la política sigue siendo concebida, si bien metamorfoseada, de la misma manera en que la entendían y practicaban los oligarcas del entre siglos XIX y XX: como una cuestión de minorías elegidas endogámicamente, antes convalidadas por pocos electores, hoy por mayorías de votantes que han perdido -si es que tuvieron alguna vez- la plena condición de ciudadanos o la ciudadanía plena, como se prefiera72 .

Alemán Lacayo fue condenado a 20 años de prisión por un cúmulo de delitos cometidos en ejercicio de sus funciones como presidente de Nicaragua. Luego desaforado y arrestado. Mediante maniobras legales y presiones políticas parte de su pena la purgó en su lugar de residencia o en el perímetro urbano de Nicaragua. Por aquella época se calculó en 250 millones de dólares el monto de lo robado por dicho funcionario. Igual que Somoza escondió su fortuna en los denominados “paraísos fiscales”, invirtió en finca raíz en el extranjero, benefició a su familia y amigos, adoptó un extravagante y suntuoso estilo de vida.

70. ANSALDI, Waldo. De la vox populi, vox deus, a la vox populi, vox mercatus. La cuestión de la democracia y la democracia en cuestión. En: Estudios. Número 31, (Ene-Jun de 2014); p. 13-31. 71. Ibíd. 72. Ibíd.

Según Cuadra Lira, Alemán Lacayo era el representante de un grupo proveniente de la clase media que, actuando desde la política, tenía aspiraciones de constituir un grupo de poder económico. Para eso utilizó todas las influencias y recursos estatales posibles, incluyendo los recursos políticos; pero para llevar a cabo sus propósitos necesitaba una alianza importante con la principal fuerza de oposición: el FSLN. Esa alianza se concretó en el año 2000, luego de una serie de negociaciones entre los “operadores” políticos de ambos grupos. El acuerdo es conocido como “el pacto Alemán-Ortega” y significó reformas a la Constitución y la ley electoral para asegurar la alternancia de estas dos fuerzas políticas en la presidencia, el control sobre los otros poderes del Estado a través del nombramiento de magistrados y funcionarios titulares; y la creación de sociedades para la realización de negocios conjuntos73 .

Al poco tiempo de haber sido condenado, mediante alianzas con el FSLN logró que la asamblea nacional aprobara un paquete de medidas, entre ellas una amnistía a cuyo amparo cesó la pena impuesta Alemán Lacayo. La impunidad y la venalidad volvieron a convertirse en el común denominador del acontecer político nicaragüense y de la administración de justicia. Este funcionario, en retribución al FSLN por su apoyo para terminar su condena, a través de los diputados de su partido y en asocio con los legisladores del FSLN, hizo aprobar reformas constitucionales cuyo único beneficiario sería Daniel Ortega Saavedra, después de que Enrique Bolaños Geyer ocupara la presidencia entre el 2002 y el 2007.

Ninguna transición a la democracia en América Latina, después de las dictaduras militares de derecha ubicadas en el marco de la guerra fría, desembocó en regímenes políticos de izquierda. En ello actuó con suma cautela y precisión Estados Unidos. Una vez las dictaduras y los dictadores cumplieron sus propósitos para los cuales fueron instauradas, esa potencia se deshizo de las mismas bajo distintos procedimientos (legales e ilegales). “Concertó” con las oposiciones los ritmos, los tiempos, las formas y el desenlace de las transiciones y se aseguró que los nuevos gobiernos fueran, igual que las dictaduras, de derecha. En los casos en que los hechos se salieron del libreto,

73. CUADRA LIRA, Elvira. Op. Cit., p. 85-101.

This article is from: