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10.5 Ricardo Martinelli (2009-2014
Ricardo Martinelli al parecer obtuvo su mayor apoyo electoral en la juventud panameña hechizada por un etéreo discurso que prometía el “cambio”. Hizo parte de sus planteamientos durante la campaña política por la presidencia de Panamá, lograr un tratado de libre comercio con Estados Unidos, al igual que modificaciones en el sistema educativo, salud y seguridad social. Las reformas en los últimos tres rubros estuvieron inspiradas en la economía de mercado. La izquierda panameña, como en otras ocasiones, se presentó dividida en este certamen electoral sin lograr constituirse en una real opción de poder. Mientras América Latina giraba a la izquierda, Panamá se mantenía en la derecha.
Martinelli guardó prudente distancia de la ola de izquierda que se imponía en esa coyuntura en la región y, por el contrario, buscó alianzas con los pocos gobiernos de derecha entre ellos con México, Chile y Colombia. Consecuente con su posición de derecha, se alinderó a favor de la política exterior de Estados Unidos y de Israel respecto a los palestinos. Como empresario, impuso sus intereses y los de su clase social. Para ello impulsó la reducción de impuestos a los empresarios y flexibilizó (más de lo ya existente) las relaciones laborales, obviamente en desmedro de los trabajadores a quienes reprimió ferozmente.
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Es de advertir que con este mandatario no se inician los gobiernos civiles de derecha en Panamá. Con Martinelli se acentúa y profundiza la derecha panameña. La mayoría de sus más cercanos colaboradores fueron empresarios, comerciantes, banqueros, gentes de tradición adinerada y de burócratas camaleónicos expertos en el camuflaje, el mimetismo y la simulación ideológica. En general el elenco de sus funcionarios, con conocimiento de causa o por simple inercia resultaron ser eficientes predicadores y practicantes del Consenso de Washington que, en 1989, recetó e impuso para América Latina la disciplina fiscal, la fijación de prioridades del gasto, las constantes reformas tributarias, la liberación de tasas de interés, el tipo de cambio, el libre comercio, la inversión extranjera, las privatizaciones, la desregulación y los derechos de propiedad intelectual.
Se considera que desde 1994 tras la asunción al poder de Ernesto Pérez Balladares fueron perceptibles dos tendencias en el seno de
la derecha panameña58. Los neoliberales aglutinados preponderantemente en el PRD y una derecha más articulada al mercado nacional, siendo su principal expresión política el Partido Panameñista siendo Martinelli un típico representante de esta tendencia de la derecha panameña cuyo éxito electoral probablemente se debió a los errores y fracturas de sus adversarios, más que a los méritos de este personaje y su coalición de partidos que lo llevó al poder. Ambas tendencias de la derecha panameña desde 1999 se han sucedido en el poder sin sobresalientes ejecutorias dignas de mención. Desde entonces, si ha cobrado especial protagonismo la corrupción en los gobiernos de esas dos tendencias de la derecha.
En esas condiciones, tanto el Partido Revolucionario Democrático (fundado por Omar Torrijos Herrera en 1978) como el Partido Panameñista (fundado por Arnulfo Arias en la década del treinta en el siglo XX) parecían ceder ante un nuevo fenómeno político encarnado en esta ocasión por Martinelli, uno de cuyos rasgos esenciales sería la militarización del país como un recurso político para anticiparse a las olas de protesta que desencadenarían su neoliberal gestión de gobierno.
Se estima que en la actualidad, los decretos militares aprobados por el Ejecutivo responden a los intereses de EEUU. Los aparatos de inteligencia y de represión selectiva, que comienzan a organizarse en el presente tienen proyecciones para el futuro. Según Ana Esther Ceceña estamos enfrentando una estrategia de “contrainsurgencia del siglo XXI. Pero hay que tener claro, no se está hablando de un proyecto panameño. Estamos siendo llevados por una peligrosa corriente que Panamá conoció a mediados del siglo XX. En aquella época, a nombre de la doctrina de la “contención” se militarizó el país. En la actualidad, en nombre de la “seguridad nacional” reiniciamos el mismo camino59 , afirma Gandásegui.
Desde la última década del siglo XX, el Comando Conjunto de las fuerzas de seguridad de EEUU, como figura representativa de la potencia hegemónica, está organizando su visión de la dominación de
58. GANDÁSEGUI, h., Marco A. Panamá 2009: elecciones, crisis mundial y movimientos sociales. En: Revista de Ciencia Política. Volumen 30. Número 2. (2010); p. 419-437. 59. GANDÁSEGUI, h., Marco A. El militarismo en Panamá. En: Tareas. Número 131, Centro de Estudios
Latinoamericanos “Justo Arosemena”, Panamá, Panamá. (Ene-abr de 2009); p. 111-128.
espectro completo. La pretensión consiste en controlar cielos, mares, tierra y subsuelo en todos los lugares, incluyendo a todos los habitantes del planeta. El espectro es geográfico, espacial, social y cultural, simultáneamente, y cuenta para ello con el trabajo combinado de NASA y del Departamento de Defensa60 .
El propósito de alcanzar una dominación de espectro completo va acompañado de una estrategia de guerra que combina cuatro dimensiones: prevención, disuasión, persecución y eliminación. Perseguir y eliminar al disidente o al insurrecto para que a nadie más se le ocurra desafiar al poder. Evitar que los nuevos contingentes de desposeídos, desestructurados o excluidos piensen en rebelarse, encaminándolos hacia las válvulas de escape producidas por el propio poder o intimidándolos con la persecución y eliminación61 .
La guerra preventiva moderna es una guerra que se adelanta a la necesidad de la guerra, que antecede a la amenaza para disuadirla. Es una guerra que fabrica al enemigo en prevención de un futuro conflictivo y que arrebata los derechos humanos y sociales a un colectivo universal de sospechosos62 .
Guerra preventiva parece ser la palabra de orden que caracteriza los nuevos modos de imponer la dominación. Sin embargo, la novedad de la guerra del siglo XXI no es su carácter preventivo. Lo que cambia hoy es la concepción de prevención, que trasciende la necesidad de desplegar posiciones de batalla con antelación o de estar siempre preparado para un conflicto, para desplazarse hasta el punto donde hay que destruir toda posibilidad de amenaza. De hecho, todos somos sospechosos hasta demostrar lo contrario, se cierran los espacios de la política y se instaura el estado de excepción como estado permanente. Si la sociedad es sospechosa, se le debe impedir actuar. El sujeto de la historia no es más la sociedad, sino la camarilla en el poder que pretende actuar en su representación63 .
El desarrollo tecnológico alcanzado hasta hoy puede tomar como signo los misiles usados en Palestina para asesinar a personas espe-
60. Ibíd. 61. Ibíd. 62. Ibíd. 63. Ibíd.
cíficas desde posiciones lejanas. Abarca una amplia variedad de campos, indispensables para acercarse a los objetivos de invulnerabilidad y dominio simultáneos. El Departamento de Defensa se encuentra en medio de una transformación hacia lo que se llama ‘Red Centralizada de Guerra’. En esencia, la Red Centralizada de Guerra traduce la superioridad en información en poder de combate64 .
Esto implica: El conocimiento y producción exclusivo de materiales resistentes, ligeros, flexibles y lo suficientemente sofisticados como para que nadie más pueda disponer de ellos; Un manejo de las transmisiones en el espacio y conocimientos sobre la vida en los límites; Experimentos con sistemas complejos vivientes, para inducir su comportamiento; Invisibilización de los mecanismos de vigilancia, investigación y control mediante su miniaturización (nano – robótica); Producción de naves o tanques de guerra no tripulados; Trabajo con sistemas de información instantáneos; y Emulación del funcionamiento cerebral mediante sistemas de procesamiento informático (brain machine)65 .
Aparte de la creciente militarización que caracterizó al gobierno de Martinelli, los efectos de la crisis económica mundial se hicieron sentir con mayor rigor en los sectores sociales más vulnerables incrementando de ese modo el desempleo, así como la ruina de la industria nacional expresada en las manufacturas y el sector agropecuario y, desde luego en los rublos de educación, salud y seguridad social. El gobierno neoliberal de Martinelli ante la crisis social hizo énfasis en la represión, antes que en la prevención de los problemas sociales como el tráfico de drogas, la prostitución, la drogadicción, el alcoholismo, el irregular comercio de armas y la trata de personas.
A este sombrío panorama se suma la crítica situación de los indígenas panameños. Se considera que…Panamá tiene una población de doscientos setenta mil indígenas aproximadamente, distribuida en ocho grupos étnicos en todo el país, que aunque poseen diferencias entre sí, también tienen muchos elementos en común. El más evidente de los elementos comunes entre los grupos étnicos es la extrema pobreza, el analfabetismo, la discriminación racial, laboral y social, la desprotección jurídica y el desentendimiento de las autoridades para
64. Ibíd. 65. Ibíd.
con sus deberes básicos hacia esta población vulnerable. Los mismos se encuentran marginados de sus derechos constitucionales, civiles, políticos, en fin, son considerados como ciudadanos de segunda clase, producto de la discriminación económica, política y social de los gobernantes de turno66 .
El desempleo es crónico, los ingresos son escasísimos, la indefensión ante las catástrofes naturales y la inmisericorde explotación laboral hacen que la expectativa de vida promedio sea más baja en esta población. Lo anterior va aunado al mínimo respeto por sus costumbres y valores culturales. El sistema educativo persigue la incorporación del indígena a la sociedad y provoca su desaparición paulatina como ente que forma parte de una diversidad cultural. Los pueblos indígenas han resistido la ofensiva de inversionistas durante varios siglos. Las crisis económicas, la ampliación de las áreas de cultivo y la necesidad de nuevas áreas de comercio presionan a los indígenas. Los indígenas representan una fuente de mano de obra barata y de tierra casi gratuita para terratenientes, ganaderos y recientemente para empresas hidroeléctricas y mineras en sus comarcas67 .
Como si lo anterior de por sí no fuera grave, a través de una ley durante el gobierno de Martinelli, en el año 2012, se eliminó de los planes de estudio la cátedra “Relaciones de Panamá con los Estados Unidos de Norteamérica” creada en 196368. Como se sabe, el fenómeno neoliberal no es una cuestión solamente económica. Tal perspectiva es una visión de vida que implica lo cultural, lo social, lo ético, lo estético, lo ideológico, lo religioso, lo gastronómico, el conocimiento, lo político, lo militar, lo artístico y lo económico. La mayoría de estudios sobre el neoliberalismo reducen este acontecimiento histórico a su dimensión económica subvalorando o soslayando las demás dimensiones.
En cuestiones educativas y culturales tal es el caso, el neoliberalismo propugna por el denominado “Fin de la Historia”, de las ideologías, de los metarrelatos y de las utopías. Ese es el estado ideal para una total desideologización y la construcción de una sola visión del
66. GANDÁSEGUI, h. Marco A. Panamá 2009: elecciones, crisis mundial y movimientos sociales. En: Revista de Ciencia Política. Volumen 30. Número 2, (2010); p. 419-437. 67. Ibíd. 68. BENEDETTI, Giovanna. La globalización de la educación y el fin de la historia. En: Tareas. Número 148,
Centro de Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena”, Panamá, Panamá, (Sept-dic de 2014); p. 45-54.
mundo defensora de la economía de mercado. Dentro de ese horizonte en los países donde campea el neoliberalismo, las Ciencias Humanas y Sociales, pero principalmente la Historia como campos del saber, se asumen por parte de los cancerberos del neoliberalismo como algo pernicioso, inútil y, en algunos casos, peligroso. Ese tipo de conocimiento, máxime cuando es crítico, no conviene, por obvias razones a la economía de mercado ni a sus ideologías de derecha. Las dictaduras militares de extrema derecha de los países del cono sur en América Latina extirparon esas cátedras de los planes de estudio. De análoga manera y, por las mismas motivaciones, Martinelli actuó como se ha indicado.
De ese modo el mandatario panameño quiso congraciarse con Estados Unidos en el sentido de intentar eliminar un espacio académico desde el cual era posible, institucionalmente, conocer las relaciones entre esa potencia y Panamá. El argumento del mandatario de marras era que esa cátedra generaba tensiones entre ambas naciones. El trasfondo político del presidente Martinelli y desde luego de Estados Unidos es intentar borrar de la memoria colectiva de los panameños la horrorosa estela de crímenes cometidos por Estados Unidos contra Panamá en nombre del “progreso”, la “libertad”, la “democracia” y la “civilización”. Un pueblo sin historia, es un pueblo sin presente y sin futuro y, por ende, condenado a desaparecer. Eso por un lado, por otro, se trata de imponer una única visión de la historia. En este caso, la visión del vencedor (Estados Unidos) con la complicidad de las autoridades panameñas.
De la mano de Martinelli, Panamá ocupa uno de los puestos más altos en las escalas de globalización que publican frecuentemente las agencias financieras que miden estos procesos. Es un país exportador de servicios por excelencia. Sus ingresos dependen, en gran medida, de los servicios que presta a la marina mercante mundial (el Canal de Panamá y los puertos), de los servicios bancarios y de seguros e, igualmente, de la reexportación de mercancías (Zona Libre de Colón). En total, las exportaciones de servicios representan cerca de cinco mil millones de dólares en ingresos69, sostiene Gandásegui.
69. GANDÁSEQUI, Marco A. Desarrollo y dialéctica de la dependencia en el siglo del imperialismo. En:
Utopía y Praxis Latinoamericana. Volumen 15, Número 49, Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela, (Abr-jun de 2010); p. 13-34.
El auge de estos servicios y otros difíciles de contabilizar, han generado, en los últimos cinco años, una “burbuja” inmobiliaria que representa otros 2 mil millones de dólares en inversiones anuales tanto internos como de origen externos. Panamá, además, exporta cerca de 500 millones de dólares en mercancías (el 10 por ciento del total), en su mayoría de origen agropecuario70 .
La pérdida de dinámica de la economía de EEUU se comenzó a sentir en Panamá a principios de 2008 con la disminución de la carga que pasa por el Canal con destino a los puertos de la costa oriental de ese país. Igualmente, se sintió una merma en la industria de la construcción así como una disminución de las ventas en la zona franca de Colón. A partir de octubre de 2008 la disminución de las importaciones por parte de EEUU tendió a estabilizarse y la actividad del Canal, de los puertos de la Zona Libre y de la construcción detuvo su caída71 .
El gobierno de Martinelli después de haber extendido y profundizado el neoliberalismo en todos los órdenes en Panamá, terminó como terminan casi todos los gobiernos neoliberales y al servicio de poderes extranjeros, carcomido por la corrupción convertida, en la práctica, en una especie de política de Estado. El mismo y gran parte de sus más destacados colaboradores terminaron en líos con la justicia tras el señalamiento de innumerables actos de corrupción.
Se considera que el año 2015 enfrentó a Panamá con asuntos de consideración que el país no logra solventar adecuadamente, en parte por la ausencia de una política exterior coherente y proactiva y, en parte, por falta de liderazgo e idoneidad en la conducción de las relaciones exteriores. Como en años anteriores, Panamá tuvo que luchar contra la reputación internacional de centro de lavado de dinero y “paraíso fiscal. “La primera se refiere al uso de la plataforma panameña de servicios para infiltrar, en la economía legal, dinero proveniente de actividades ilícitas. En años recientes se ha enfatizado la importancia de prevenir el financiamiento del terrorismo, que puede estar relacionado con el lavado de dinero, dependiendo de los vehículos que se empleen para dirigir recursos monetarios hacia actividades subversivas”72 .
70. Ibíd. 71. Ibíd. 72. GUEVARA MANN, Carlos. Panamá: Luces y sombras en torno a la institucionalidad democrática. En:
Revista de Ciencia Política. Volumen 36, Número 1, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago,
Chile, (2016); p. 259-285.
También merma la reputación internacional de Panamá la etiqueta de “paraíso fiscal” que algunos gobiernos y organismos internacionales le han endilgado. La polémica gira en torno al esquema tributario panameño, definido desde sus orígenes como un sistema territorial, en el que solo pagan impuestos las rentas que se generan dentro del territorio nacional. Como de acuerdo con el Derecho Internacional, los Estados tienen la facultad soberana de definir su sistema impositivo, Panamá reclama su prerrogativa de mantener el esquema territorial. Algunos Estados, sin embargo, alegan que el hecho de que Panamá no grave las rentas que se generan en el extranjero favorece la fuga de capitales hacia el istmo y afecta la recaudación fiscal en los países donde se originan las ganancias. Estos Estados, individualmente y agrupados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), acusan a Panamá de “paraíso fiscal”73 .
La trayectoria de esta polémica ha sido accidentada. En 2011 la OCDE extrajo a Panamá de su lista de “paraísos fiscales”. En abril de 2014, sin embargo, le negó el paso a la segunda etapa del proceso de revisión del Foro Global para la transparencia y el intercambio de información para propósitos tributarios, la dependencia de la OCDE encargada de esta temática. El Foro Global certifica la cooperación de los Estados (así no sean miembros de la OCDE) hacia el intercambio de información tributaria. Esta negativa supuso la inclusión de Panamá en una lista de países no cooperadores; en la práctica, representó la pérdida de corresponsalías bancarias y otras dificultades para el sector financiero74 .
Panamá mantiene con Estados Unidos su relación bilateral más importante, aún caracterizada por la dependencia y la sumisión en los temas que interesan a la política exterior estadounidense. En ese sentido, a principios de 2015 Panamá anunció su adhesión a la coalición contra el Estado Islámico, creada por Estados Unidos para enfrentar esa amenaza fundamentalista en el Medio Oriente. Aunque el gobierno aclaró que la participación panameña se expresa exclusivamente en el escenario de la lucha contra el financiamiento del terrorismo, el anuncio fue criticado por exponer innecesariamente al istmo (y al canal) a riesgos de seguridad. Panamá, en todo caso, esta-
73. Ibíd. 74. Ibíd.
ba encaminada a la adecuación de su marco jurídico para el combate al lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, según las recomendaciones del GAFI, lo que se logró poco después (como se indicó arriba), por lo que una adhesión para este propósito a la coalición liderada por Estados Unidos no parece razonable, a no ser que se trate de una exigencia de Washington75 .
Después del nexo con Estados Unidos, la relación bilateral con Colombia es la más relevante para Panamá, caracterizada por históricas complejidades que aún no se ponderan adecuadamente. El arancel a las importaciones de calzado y textiles, impuesto por Bogotá en 2013, fue mal recibido por el gobierno panameño; peor lo fue la inclusión de Panamá en un registro colombiano de “paraísos fiscales” en octubre de 2014 (Ministerio de Hacienda y Crédito Público, 2014). Cuando el gobierno panameño amenazó con aplicar medidas de retorsión, Colombia extrajo al istmo de la lista76 .
Aunque varios problemas captaron la atención ciudadana en 2015, incluyendo la creciente militarización de los servicios de seguridad, en detrimento de la estabilidad democrática del país, las revelaciones de actos de corrupción durante el gobierno de Martinelli constituyeron el tema político dominante. Tras el nombramiento de nuevos procuradores, en enero, el Ministerio Público emprendió la investigación de varios casos de corrupción que abarcan a “294 personas entre particulares, exfuncionarios del pasado gobierno y servidores de la actual administración”. La magnitud de la lesión patrimonial se estima en US$ 670 millones77 .
Además del expresidente Martinelli, 16 exministros y viceministros están siendo procesados en al menos 28 casos distintos. Algunos de los implicados han recibido medidas cautelares, incluyendo detención preventiva o impedimentos de salida de su casa o del territorio nacional; otros –entre ellos Martinelli– abandonaron el país y se encuentran prófugos de la justicia. El expresidente salió de Panamá en enero de 2015 y, eventualmente, se domicilió en Miami78 .
75. Ibíd. 76. Ibíd. 77. Ibíd. 78. Ibíd.