"Aquí estamos"

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REVISTA BIMENSUAL RESOLUCIÓN N. 734 del 30 de Octubre de 2020 “Arte para la Trans-Formación Social” Programa Distrital de Estímulos 2020

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Emprendimiento

Artístico

“VALORARTE”

para la promoción de nuevas formas de expresión

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RESOLUCIÓN No. 734 del 30 de octubre de 2020

“Arte para la Trans-Formación Social” Objeto: “Diseñar metodologías, estrategias pedagógicas novedosas, plataformas no tradicionales o sistematizar experiencias exitosas en la enseñanza de las artes escénicas (música, danza, teatro, magia y circo) relacionadas con los espectáculos públicos de las artes escénicas, se incluyen temas de producción técnica asociadas a las artes escénicas en mención.” Programa Distrital de Estímulos 2020 Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte Ejercicio de Emprendimiento Artístico “VALORARTE para la promoción de nuevas formas de expresión y creación frente a la sociedad. Proyecto ejecutado por la Corporación de las Artes Bataklan

Agradecimientos: ASMUBULI Asociación de Mujeres Buscando Libertad Confederación de Trabajadores de Colombia. CTC Centro de Atención Integral a la Diversidad Sexual y de Géneros CAIDS-G Zona Centro, Secretaría de Integración Social.


La revista AQUÍ ESTAMOS o es una publicación digital que podremos apreciar bimensualmente y en la que se pretende comunicar y difundir aspectos de nuestra vida así como relatos en los que plasmamos nuestro pensamiento respecto a la realidad que vivimos y a las circunstancias sociales que nos abrigan. Fundador Corporación de las Artes BATAKLAN Directora de la revista Sandra Solano Arte y Diagramación Paola Valencia Grupo Bataklan Nayibe Barón Mayte Valencia Dolany Acuña Eduina Mas y Rubi Jonathan Briceño Ernesto Tovar Sandra Solano Ingrid Uribe Jorge Valencia


TABLA DE CONTENIDOS

Carta de presentación por Jorge Valencia Artículos Mayte Valencia – Nayibe Barón Testimonios La Chiqui, Natasha, Marcela Agudelo, Katherine, Bárbara, Naguib Alexander Quesada, Nikoll Ortiz Fragmentos Varias Frases sueltas Varias Narraciones y Crónicas María Giraldo, Luis Carlos Pulgarín Galería fotográfica Varias Charlas Fabiola Alarcón, Mónica Uribe y Nadia Granados (La Fulminante)


CARTA DE PRESENTACIÓN UN EJERCICIO por Jorge Valencia Un somero recuento de las actividades desarrolladas con la comunidad de ASMUBULI nos permite recordar un ejercicio desarrollado presencialmente durante los meses de diciembre de 2020 hasta febrero de 2021. Nos preguntaríamos ¿Por qué razón se realizó presencialmente y no, como lo han bautizado y recomendado, virtualmente? Nuestra razón se limitó a las dificultades de trabajar con un grupo heterogéneo en varios aspectos: formación educativa, edad, nacionalidad, etc. Mantener la atención para un trabajo en el que involucramos las artes escénicas, no es fácil, genera demasiados inconvenientes; decidimos entonces asumir los riesgos que conlleva el encuentro con comunidades, en este caso 15 personas, más el equipo de Bataklan. Las reglas: asumir todas las precauciones, seriedad y disciplina en torno a distancias, tapabocas, saludos y manifestaciones efusivas. Los espacios: la CTC y el CAIDSG del barrio Santafé en Bogotá, quienes generosamente nos facilitaron sus ámbitos más amplios, en los que desarrollamos tres acciones: Cuadros teatrales, fotografía y elaboración de una revista digital. El encuentro teatral se realizó apoyándonos en la Creación Colectiva, la que orientamos como una apertura a la percepción de sí mismo en relación con el otro; esa fue una de las premisas que se plantearon al asumir el ejercicio con mujeres neófitas en el arte teatral. Nuestro interés era el de abordar una práctica con un final concreto: Una acción teatral en tiempos de pandemia. La preparación actoral la asumió nuestra compañera Nayibe Barón y el acondicionamiento corporal Nikoll Ortiz. Enfrentarnos a esta situación nos condujo a la necesidad de adaptar un lenguaje que no generase una distancia aterradora, por lo compleja y “ajena” a su experiencia de vida. Complementamos el ejercicio con un taller de fotografía dictado por Mayte Valencia, con el apoyo de Eduina Mas Ruby. Esto las llevó a comprender los límites de los espacios escénicos: ya no es el mundo mi espacio de representación, sino que ahora tengo restricciones zonales. Nuestra tercera acción se orientó a la importancia de comunicar “mi vida”, hacerla pública con todas sus asperezas y dificultades; esto lo asumimos como una revista con todos sus bretes y limitaciones. Acompañamos estos juegos con charlas-talleres virtuales impartidas por Fabiola Alarcón, Mónica del Pilar Uribe y Nadia Granados, esto fue un acierto, dada la participación de los internautas. Quiero agradecer profundamente a Fidelia Suarez y a todas las chicas que nos acompañaron estos tres meses de aventura por los caminos del arte, su compañía desinteresada y generosa permitió llevar a feliz término el ejercicio en que se involucraron como miembros de Asmubuli y como mujeres deseosas de continuar creciendo.


Apartes de la acción teatral 1 venciendo el miedo

El valor venciendo al miedo cuadro 1


ARTÍCULOS Lo remoto, lo virtual y lo presencial por Nayibe Barón En este momento en la que la humanidad atraviesa debido a la crisis mundial por una pandemia, el Gobierno Nacional ha informado que el país ha tenido que transformar hábitos y saber aprovechar mucho mejor la tecnología y la conectividad, demostrando que son las mejores herramientas para la equidad. (https://www.mintic.gov.co/portal/inicio/Ministerio/Acerca-del-MinTIC/), ha recomendado entonces hacer uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones A principios del mes de noviembre nos informaron que Bataklan Teatro había sido una de las entidades ganadoras de la convocatoria: “Arte para la Trans-Formación Social” del programa Distrital de Estímulos 2020, de la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, con la propuesta Ejercicio de emprendimiento artístico para la promoción de nuevas formas de expresión y creación frente a la sociedad. Esta ya había sido contemplada, desde su investigación, en desarrollarse de manera presencial; para nosotros fue una inmensa satisfacción el que los miembros de la Asociación ASMUBULI aceptaran la invitación a participar de dicho proceso. Mi desafío entonces, fue el de recopilar una serie de ejercicios teatrales que permitiera por un lado motivarlas, atraer su atención y acercarlas de manera divertida, con un lenguaje de fácil comprensión, conceptos de la expresión del lenguaje teatral. Una vez iniciaron los talleres previos al montaje, mi recomendación fue que evitaran hacer comentarios como- No puedo, me da pena, no soy capaz y me llevó a ser más observadora, y con mayor tacto proponerles acciones para que acrecentaran su confianza y decirles entre otras cosas, que en este momento era más importante plantear, que explicar lo que uno quiere presentar y así fue. Ya en los calentamientos con ropa cómoda fueron soltándose y con total libertad se permitieron travesear el juego planteado; sin embargo los calentamientos corporales y emocionales, debían hacerse de manera precisa pues los tiempos eran limitados, las características y necesidades del montaje debían, no solo articularse con la fase de construcción de las escenas, sino aprovechar como en todo proceso creativo, las habilidades y destrezas de cada uno de los participantes, alentarlos para que el poder de respuesta desde su cuerpo, su voz, sus acciones, fueran espontáneas y creativas, que fueran descubriendo una concordancia entre los ejercicios propuestos y lo que se necesitaba para cada escena. En el transcurso de las sesiones y durante el desarrollo de la propuesta, se fueron articulando desde un contexto teatral, la concentración, la comunicación, la memoria, la exploración de la corporeidad, la motricidad individual y colectiva, en el espacio escénico en el que fueron materializados en los tres cuadros teatrales que luego llevamos a video Agradezco a Bataklan Teatro por darme la oportunidad de participar en este proyecto de transformación social, un proceso que demostró la valentía de todo el equipo de trabajo, construido desde las vivencias de los participantes en un escenario diverso, en el que considero se debe tener continuidad.


El valor venciendo al miedo cuadro 1

Discurso final. Cuadro 3

Acciones coreográficas desplazamiento en el espacio.


MI EXPERIENCIA desde BATAKLAN TEATRO con ASMUBULI por Mayte Valencia Mi experiencia junto a ASMUBULI Asociación de Mujeres Buscando Libertad, significó un gran aprendizaje, un gran reto en cuanto a responsabilidades asumidas y muchas enseñanzas, ya que pude compartir saberes con estas maravillosas mujeres, ávidas de conocer sobre el teatro, la fotografía, la comunicación en las artes. Trabajamos aproximadamente con 15 mujeres, trabajadoras sexuales, de las cuales la mayoría fueron constantes y vivieron todo el proceso, realizando sus propias producciones teatrales, fotográficas y audiovisuales. La Corporación de las Artes BATAKLAN (Bataklan Teatro), viene investigando y trabajando el tema del trabajo sexual y de género en el teatro a través el monólogo Rita, dramático dirigido por Maribel Cabrera sobre texto de Jorge Valencia Villegas y personificado por la actriz Nayibe Barón, que arroja verdades a las mujeres y los hombres desde la visión de una trabajadora sexual y donde me di cuenta que, de alguna manera, todas y todos somos Rita. De aquí mi oportunidad de incorporarme a su equipo de trabajo. Agradecida por confiar. Junto con las mujeres de Asmubuli, Bataklan continúa el camino de Rita. Realizamos 3 montajes teatrales cortos de creación colectiva por parte de los tres grupos que conformamos para armar la experiencia. Para la buena marcha de este proyecto, tuvimos un apoyo fundamental y fueron las sedes de la CTC Confederación de Trabajadores de Colombia y el CAIDSG Centro Integral a la Diversidad Sexual y de Géneros, que nos facilitaron los espacios para la realización de los talleres, prácticas y ensayos de teatro, fotografía y video. Por su parte, la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte entidad adscrita a la Alcaldía Mayor de Bogotá, reconoció en la propuesta de Bataklan Teatro, la importancia de unir a este grupo de mujeres organizadas en una actividad cultural de crecimiento personal que nos ayudó a todas y todos a integrar dentro de nuestra cotidianidad, el arte, y nos abrió a la creatividad y otra comunicación con nuestro entorno. La vivencia que tuve con cada una de las compañeras de Asmubuli fue realmente enriquecedora, de respeto, de camaradería y hermandad. Son unas mujeres valiosas, interesantes y humanas como lo somos todos. Espero que Asmubuli y Bataklan Teatro puedan seguir desarrollando este proyecto en una próxima fase; por ahora disfrutaremos de la Revista Digital, la exposición fotográfica y los videos de los montajes teatrales. Cada día me convenzo más de que debemos combatir la crítica despiadada, el señalamiento, el estigma contra nuestras hermanas y hermanos, por cualquier tipo de condición. Nadie sabe por qué una persona toma determinada decisión, que quizás esté apartada de los cánones de la “moral” o la seguridad para su vida. Pero todas y todos tenemos derecho a la libertad de vivir. Como humanista, antropóloga y comunicadora, abogo por el respeto a la diversidad como algo natural, no por moda o mediática. En base a mis experiencias con comunidades étnicas, sexo-diversas, migrantes, seguiré luchando por el respeto a los derechos humanos y contra los prejuicios, la discriminación, el racismo, la xenofobia y cualquier forma de intolerancia.


TESTIMONIOS: Realizados por el equipo creativo de Bataklan Los consejos de “La Chiqui” Comencé en este trabajo cuando tenía 28 años. Espero que las personas que lean este mensaje, tengan en cuenta que esto fue una experiencia de la vida real, de lo que me pasó a mí. Yo llegué a esta ciudad jovencita, era bella y conseguí mucho dinero. Había clientes que le pedían a una que lo acompañaran a tomarse unos tragos y le pagaban hasta cien mil pesos sólo por eso, pero eso ya pasó. Le tengo miedo a los problemas y les he huido, no me meto con nadie. Recién entrada a la prostitución tuve una dificultad con una mujer porque yo era una joven y un Señor me buscaba y como yo era nueva…, él no tenía un letrero que dijera: “Yo tengo mujer” o “tengo compromiso”. Pues yo me fui con ese Señor y cuando menos pienso, veo a una mujer furiosa que me grita que ese hombre era su marido en el negocio, yo no lo sabía. Aprendí que la cara de uno vale mucho, así como nuestro cuerpo, para que por un problema la dañen a una; cuando yo sentía que iba a tener problemas yo era la primera que me perdía. He visto niñas que les han dañado la cara, que las han chuzado y hasta las han maltratado y si hay una compañera que interceda por ella, le dan también. O que una botella sea lanzada no se sabe de dónde, una bala perdida y eso me daba mucho miedo; por eso es mejor evitar problemas. Algunas se meten en complicaciones por groseras, por irle a quitar un peso a los clientes, ¡eso no se hace! Porque puede pasar que llegue un cliente que esté armado y se busque en los bolsillos y no tenga la plata que dice tener, hay unos clientes que cuentan la plata antes de entrar a la residencia y por eso la pueden matar a una. Es mejor ganarse la plata honradamente. Si se ganó un peso, bueno ¡bendito sea! Pero si una observa que un cliente tiene mucha plata, déjelo quieto porque ahí es donde a una la matan por robarle a los clientes. Una tampoco se puede meter en cualquier residencia, muchos clientes después de hacer el amor terminan robándole hasta el producido a las chicas. Espero que todas sean conscientes de que una en la vida tiene que pasar por muchas experiencias, le toca a una para poder conseguir un peso, aguantarse muchas cosas. Por eso hay que ahorrar, no puede una gastar todo lo que se gana, pues es con mucho esfuerzo; ahora una no consigue nada, porque ya nadie lo voltea a mirar para nada.


Improvisación con objetos2

Ejercicios de acondicionamiento corporal2

Ensayo general Acción Teatral 2 El valor de una mujer

Acercamiento al juego de luz y sombra acción teatral 1


HISTORIA DE VIDA Por MARCELA AGUDELO Empecé el trabajo sexual por pura necesidad, no por gusto. Soy una persona sola, tuve muchos hijos pero todos tienen su vida aparte, porque uno termina volviéndose una carga y eso, ¡Eso no! La verdad es que si yo no hago algo por mí, nadie lo va a hacer; si yo no me cuido, nadie me va a cuidar. Tengo una discapacidad de artrosis degenerativa; para yo poder salir de mi casa, tengo que tomarme un poco de pastas para que se duerma el dolor y luego sí poder desplazarme. Desde que empezó la pandemia yo no he vuelto a salir por ahí, por ejemplo a la Plaza de la mariposa, que era mi sitio de trabajo desde el 2013. Fui casada y separada tuve 12 hijos de mi matrimonio, se me murieron 2 pequeños; viví 38 años con el padre de mis hijos, en el Líbano (Tolima). Teníamos un gran capital, restaurantes, supermercados, una ferretería, empresa de taxis, tiendas de concentrados para animales, una hacienda con 3.000 reses en el Caquetá, para luego quedar sin nada, porque somos desplazados. Me mataron 2 hijos, por allá en una emboscada, no sé qué grupo armado. Teníamos un trato con el estado por cincuenta mil millones de pesos, por todo lo que perdimos por ser desplazados pero puro cuento del Estado, porque de esa plata no se ha visto, ni una primera parte. Ya es tiempo perdido y a mí me tienen hace 3 años que mañana y nunca se ha visto nada. Ahora soy una mujer muy sola, pago un arriendo en Ciudad Bolívar y pues como Dios no desampara a nadie, nunca le he quedado mal al dueño de la casa. Desde hace 17 años conozco a Fidelia Suárez la presidenta de Asmubuli, ella es una persona que me ha ayudado mucho. Vivo en arriendo, no es caro, pero para mí es difícil. Uno tiene sus amistades que por ahí me colaboran, porque si no es así, no podría, porque en estos tiempos de pandemia ¿cómo? Recibo un bono para la tercera edad de ciento veinticinco mil pesos, pero yo pago doscientos treinta mil pesos, además debo rebuscarme la comida, los transportes, los servicios y todas mis necesidades. Yo no soy sucia, yo no soy cochina, yo no me voy a revolcar con cualquier cosa. Yo soy así, no porque me gusta, lo hago por necesidad.


Acercamiento a la escritura dramática

Acercamiento a la escritura dramática

Preparación Coreográfica


NATASHA Llevo 20 años en este oficio. Tengo una discapacidad auditiva y visual, que no ha sido un impedimento para este trabajo, lo he sabido manejar bien, soy una mujer muy segura de mi misma. Los clientes y las compañeras de trabajo, por lo general han tomado jocosamente estas discapacidades y también yo. He trabajado en la calle y en bares de varios sectores de Bogotá, pero hay que respetar las reglas de los lugares. Hay días buenos, como los hay difíciles . Me he enamorado perdidamente dos veces en mi vida, ahora estoy sola. Esta situación de la pandemia ha sido muy complicada, no he vuelto a bares, atiendo sólo a un par de clientes que ya conocen mi trabajo. He tenido experiencias desagradables, eso fue al principio; ahí aprendí que los clientes deben pagar por adelantado. La mayoría ya sabe cómo es todo, los acuerdos, el tiempo, la negociación en general. Una debe ser seria y se tiene que portar bien, para que la traten bien; me gusta atender bien a mis clientes, me extasío si el cliente me gusta y desahogo mi cuerpo. Nadie la obliga a una a nada, si una ve cosas raras se puede retractar, una mira y decide con quién se quiere ir a la habitación. Lo que una le prometa al cliente, lo debe cumplir, sino, es un problema porque eso es engañarlos; así como que se llegue a un acuerdo con el cliente y dentro de la habitación cambien las reglas de juego o el trato, o que pretendan hacer con una lo que quieran. Ahí se pide ayuda y los dueños del negocio intervienen, hasta llamar a la policía de ser necesario. Hay que saber manejar la situación y hay mucho de psicología en este trabajo y los clientes llegan con sus fantasías, con sus desamores, los satisfago y por eso vuelven a buscarme. La sociedad debe darse cuenta de que la vida de la prostitución es dura: nos juzgan, pero nos buscan. Hay personas que necesitan cariño, se sienten solas. Cuando alguien se entera del trabajo que una tiene, creen erradamente que una no sabe respetar, yo sí lo hago, yo se respetar y tengo sentimientos. No hay oportunidades de empleo y las obligaciones son muchas.


KATHERINE Soy de Bogotá, tengo 32 años, he tenido varios trabajos. En algún momento me encontré en una situación económica muy difícil, ya que no tenía con qué pagar el arriendo y el desespero me llevó al trabajo sexual y ahí me quedé. Trabajo en la Plaza de la Mariposa desde hace seis años; en esa zona ocurren muchos hurtos y hay trabajadoras sexuales que se prestan para eso, robarle a clientes. Ahí llega la policía y molesta. Gracias a Dios nunca he pisado una cárcel transitoria, ni me han arrestado, ni nada por el estilo. No soy muy llamativa con mis atuendos; algunas veces desoriento a los clientes, viene una mirada, un guiño, de pronto una invitación a un café y ahí ya se hace referencia al asunto. No me gustan mucho los jovencitos, no me han tratado mal, es que pagan poquito y quieren que una les entregue mucho tiempo de servicio; eso sí, miro siempre la presentación de mis clientes. Tengo dos hijas y las he sacado adelante yo sola. He tenido que padecer el asedio de mi ex pareja, esconderme y escabullirme de donde yo esté; he querido viajar pero no he podido. He conocido gente amable en este oficio que me ha tratado bien, con respeto, sin obligarme a nada que yo no quiera. Odié el día en que mis hijas se enteraron de mi oficio por terceros, a través de un programa de televisión, en donde me veía parada en la Plaza de la Mariposa; un compañerito del colegio de mi hija mayor, describió mi trabajo con frases ofensivas y crueles. Yo les había dicho a las niñas que era camarera; después de ese suceso ya no pude sostener más esa mentira. Con una mirada madura de la vida comprendieron mi realidad y no me reprocharon nada. Soy buena compañera, cuando he visto que ya es muy tarde y alguna aún no ha tenido con qué almorzar, le he brindado ayuda. Nunca he tenido un conflicto con otra trabajadora sexual. No me arriesgo a ir donde no conozco, siempre le aviso a mi papá donde estoy por si me llegase a pasar algo. Pero gracias a Dios, nada de eso ha ocurrido. Cuando anunciaron el aislamiento obligatorio, fue muy complicado para mí, pues debía responder por el arriendo, la alimentación para mi familia y me estresé mucho. Poco a poco clientes que ya conocían mi trabajo, me contactaron y así pude responder con el pago de mis obligaciones. No es un camino fácil el que una ha escogido, no es para nada un trabajo sencillo el que una ejerce. Les diría a las personas que han pensado iniciarse en este oficio, que busquen otras opciones de subsistencia, porque una vez una ingresa a esto, es muy difícil salir. Yo he buscado otras alternativas de empleo, pero me ha tocado continuar con el trabajo sexual porque con los pagos que una recibe no alcanza a cubrir todos los gastos y el gobierno no la tiene en cuenta a una para nada.


Acercamiento a la acción Teatral quiero puedo y tengo derechos

Ejercicios actorales, capacidad de respuesta en la escena


BÁRBARA Nací en Girardot. Descubrí como a los 12 años el sentido de mi orientación sexual; soporté por un tiempo el rechazo de algunos miembros de mi familia pero mi madre siempre me apoyó. Luego llegué a Bogotá en la década de los ochenta, gracias al apoyo de una compañera Trans y me dediqué de lleno al trabajo sexual dentro de la comunidad LGTBI como travesti. Han pasado tantas cosas en esta etapa de transición, como lo fue la aceptación, el travestismo no era aceptado en nuestro país y por esa razón la policía la llevaba a una presa, nos despojaban de las prendas y nos trataban feísimo. Fueron tiempos muy duros. He tenido que soportar cosas con las que no he estado a gusto, sólo por necesidad, enfrentarme con compañeras por el territorio, por celos y reconocimiento en el medio. En una oportunidad, una noche en el trabajo, estaba con una amiga y nos encontrábamos en un bar. Unos hombres ingresaron al lugar. Yo me dirigí a una vitrola y me di cuenta que la máquina tenía dos créditos; cuando estaba seleccionando la primera canción, comenzó el tiroteo. Corrí hacia el baño; un segundo antes de cerrar la puerta, una mujer empujó con fuerza para poder entrar. Venía herida, cayó y al poco rato murió. Cuando todo se calmó, descubrí que al dueño del bar lo habían matado y a cinco personas más. Tuve que pasar por encima de los cuerpos junto a mi compañera, la amiga con la que estaba trabajando, ambas nos salvamos de la muerte. Hoy en día hay mucha aceptación, puedo ingresar donde sea, no me siento amenazada. Anteriormente sí, algunas veces tocaba andar acompañada, para cuidarnos mutuamente. Había sometimiento, explotación, presión y pago de propinas a varias personas para poder trabajar y moverse en varias plazas. En estos momentos no ejerzo el trabajo sexual, no solo por la pandemia, sino porque desde antes complementaba el oficio entre semana con la venta de películas y música. Hay días buenos, otros días se recoge solo lo del alquiler y la comida. Tuve un compañero de vida por más de 18 años y hace 10 años murió. Estoy sola en estos momentos, De apoyo en este último año, recibimos el almuerzo en el comedor comunitario del CAIDSG en el barrio Santafé. Como espejo para la sociedad, es necesario que la gente se sensibilice sobre la vida que llevamos las mujeres Trans y la cotidianidad es muy diferente, el trabajo en la calle es muy duro. Estoy orgullosa por ser una mujer Trans género empoderada y espero con paciencia completar mi transición para afianzar mi identidad.


capacitación en fotografía (3)

Ejercicios rítmicos


NAGUIB ALEXANDER QUESADA Mi nombre es Naguib Alexander Quesada Martínez, nací en Sincelejo (Sucre). Después de la muerte de mi mamá me fui a vivir a Cartagena. Empecé a trabajar ya siendo un niño porque tocaba llevar dinero a la casa, por la situación en la que nosotros estábamos; mi abuelo decía que si no llevaba dinero, no comía. Éramos siete hermanos, dos primos y mis dos abuelos. Si mis hermanos llevaban plata para la comida, ellos tenían derecho a comer. Mi abuelo decía que eso nos enseñaba a ser más fuertes y más responsables de nosotros mismos. En vista de la situación, me fui a la zona histórica; yo era un jovencito de 12 años bastante amanerado. Ahí conocí a un señor alemán, a él le fascinó mi forma de ser y me llevó a su casa. Yo le ayudaba a diferentes cosas, a hacer los oficios, con eso yo me ganaba el diario y cuando me quedaba tiempo libre, vendía artesanías en las playas. Cuando cumplí los 18 años me presenté a la Armada Nacional, presté el servicio militar durante dos años, me gustó la carrera, entonces oculté mi condición; era la década de los 90, en donde el homosexualismo en las Fuerzas Militares era prohibido. Entonces asumí un personaje, porque lo que yo sentía, era una mujer dentro de mí, asumí dos roles. En la Armada Nacional nunca se enteraron de lo que yo era. Me gustó tanto la vida militar que duré dos años y me llevé la Medalla “Juan Bautista Solarte Obando” como Mejor Infante de Marina. Hice un Curso de Enfermería en Cartagena. Luego llegó la orden de traslado y fui enviado a Bogotá. Cuando salí de prestar el servicio militar en esta ciudad, me retiré por un tiempo, casi por un año y aunque tenía una Libreta Militar de Primera Clase y conducta excelente, no conseguí trabajo porque me pedían experiencia y si uno no la tiene, el gobierno le pone a uno muchos obstáculos, igualmente las empresas ya que no era Bachiller, lo cual se convirtió en otro impedimento. No podía trabajar en ningún lado. Regresé a las fuerzas armadas y entré como Soldado Profesional, donde permanecí casi siete años. Un día me dieron permiso y un Cabo de la Armada Nacional me vio salir de una discoteca gay en Cartagena que se llamaba “La Tablada”. El día que retorné, me tenían un informe en el que se incluía el sitio del que me habían visto salir y me dieron la Baja por mi condición sexual. Se me dio la oportunidad de trabajar como mesero en una discoteca “Calles de San Francisco” aquí en Bogotá. En vista de que había concursos de strippers, de chicos bailarines y como en ese tiempo yo era un buen bailarín - ya no, por lo gordo (risas), vi que pagaban más en discotecas gay y comencé a hacer mi show de danza. Hombres y mujeres, me ofrecían dinero, para acostarme con ellos. Ahí descubrí que el trabajo sexual era más rentable, nadie me obligó, yo era autónomo. Me fui dando a conocer aquí en Bogotá y en muchas partes. Viajaba mucho a los pueblos, a distintas ciudades de Colombia a ejercer el trabajo sexual. A veces conocía a clientes que, si me comportaba bien con ellos, me invitaban a distintos pueblos como compañero, igual a sus fincas; realmente me iba muy bien, gracias Dios. Me fui a vivir al barrio 7 de agosto. La gente allí era bastante homofóbica; gracias a mi carisma y mi forma de ser, me fui ganando su confianza y así fueron aceptando poco a poco a los homosexuales.


Dormía en el día y salía en la noche a pararme en una esquina, así llueva, truene o relampaguee, tiene uno que estar consiguiendo clientes. Encontré allí mismo un lugar donde podía vivir y trabajar, pensé en mis compañeros y compañeras, chicos gay, mujeres transformistas ya que en ningún establecimiento nos dejaban entrar y monté el establecimiento solo para esta comunidad. Todos tenían donde trabajar, en mi establecimiento podían entrar tranquilos, tomarse unas cervezas sin peligro. Si querían, cuadraban con el cliente y pasaban a una residencia. Fui ganando un estatus, ya yo empezaba a liderar el sector, ya que soy serio y correcto; no me gustaban las cosas extrañas. Con ese negocio duré casi 19 años. Si me tocara volver a nacer y escoger de nuevo, yo volvería siendo el mismo Naguib, reconocido como “La Madre Alex” y escogería otra vez, ser gay. Las oportunidades y el acogimiento que he tenido por lo que hago como líder de la comunidad LGBTI, me han dado un estatus que no hubiera conseguido siendo heterosexual.


Ejercicios actorales capacidad de respuesta motriz

Ejercicios teatrales


NIKOLL Decidí llamarme Nikoll desde hace veinte años, ya que no era un nombre común y había pocas en el ámbito Trans; fue la identidad que quise asumir. Alguien me ayudó y me sacó al ruedo, una plataforma para darme a conocer en los reinados y demás. Soy de Barranquilla, comencé a prostituirme a los 16 años por gusto propio; terminé mi bachillerato académico a los 18 años. En el 2004 me trasladé a esta ciudad y me di la oportunidad ya que una compañera conocía y tenía la experiencia. Bogotá le brinda oportunidades a todos y todas, desde que una las sepa aprovechar. Yo vine a ejercer la prostitución, fue la primera herramienta que traje; ese es el as bajo la manga en el caso de nosotras las mujeres Trans. Después empecé a visualizar otras posibilidades de trabajo, de organización, de desarrollar otras cosas. Conocí en la localidad de los Mártires, Fundaciones con las que inicié un voluntariado, un apoyo comunitario; muchas cosas aprendí, que ya conocía intuitivamente, aún las sigo poniendo en práctica. Las acciones que he emprendido han contribuido a generar conciencia así sea con pocas personas, pero se ha evidenciado un impacto y esto ha hecho que cambie la visión que tiene la sociedad sobre la comunidad Trans. Así mismo, algunas veces me he sentido utilizada en algunos proyectos o con personas que han necesitado de nosotras, nos han expuesto con pretextos para desarrollar actividades y cuando estas terminan, ahí queda todo. Las chicas volvemos a nuestra cotidianidad, al día a día; no se da continuidad a los procesos, esa inclusión queda a un lado. Siempre he soñado con implementar una escuela artística con chicas Trans, para generar un imaginario colectivo, porque hay mucho talento entre nosotras. Entregamos lo mejor cuando nos lo proponemos y está demostrado con algunos de los proyectos que hemos ejecutado aquí en el Distrito. Con el CAIDSG desde que se creó, he sido una de las mujeres que he apoyado iniciativas y así mismo me he beneficiado con actividades adelantadas por ellos; nos hemos favorecido mutuamente. Las lideresas reconocidas hemos sido un puente entre la comunidad y ellos como entidad Distrital. Me he sentido en peligro; aquí en la localidad no hay garantía para la vida de nadie ya que esta es una zona de tolerancia, de riesgo, entre otras, por el consumo y expendio de drogas. Es menos aventurado para los vecinos que residimos en el barrio, aunque algunas veces por nuestro trabajo, se ponen en evidencia los abusos y cosas que la gente ni se imagina pero que por acá todavía se dan. Los conflictos con las compañeras son casi naturales y rutinarios por falta de respeto o abuso de confianza, pero nada que el diálogo no disuelva. A las chicas que están descubriendo su identidad o que están inmersas en el trabajo sexual, les aconsejo que aprovechen las oportunidades, que estudien, investiguen, sobre todos los beneficios que hoy en día tenemos como población diversa. Ya no somos vistas como “desviados sexuales”, como anteriormente los estudios nos denominaban hace casi veinticinco años, como “Terreno para las perversiones”. Es ahora que de


manera coyuntural la historia nos beneficia, podemos reclamar para que se nos garanticen los derechos de todas nosotras. He experimentado cosas que yo he decidido vivir. No pude tener una carrera profesional; muchas de nosotras han llegado a la prostitución porque no tenemos la oportunidad de acceder a una universidad. Las situaciones que en mi vida han estado marcadas es porque así las he facultado. Tengo muchas vivencias que muchos profesionales, que hablan de nuestra comunidad, hacen eso, repetir lo que han escuchado, han indagado y de cierta manera han investigado, pero no lo han vivido. No se han puesto en nuestros tacones, ni en el contexto de estar paradas en la calle a las tres de la mañana, vestidas de mujer, exponiéndose a tantas agresiones que hoy se dan en niveles más bajos, en comparación con un tiempo atrás. En ese momento hasta las leyes y la misma constitución consideraban legales los comportamientos reprochables e injustificables hacia las comunidades diversas: todas las noticias eran adornadas con frases técnicas carentes de verdad. Estos últimos doce meses han sido muy difíciles, completamente inestables dado que no se han podido ejecutar proyectos, peor aún para las chicas que estuvieron directamente en situación de calle. Muchas personas tuvieron que marcharse y no lograron superar esta realidad. Fue un año (2020) que se llevó todos esos conocimientos, la sabiduría y su experiencia. Quienes no tenemos tantas oportunidades, esperamos mejoren nuestras condiciones de vida. Nosotras tenemos un grupo Red de Apoyo y Afecto de Mujeres T diversas, pero hace un año que no hemos podido realizar ningún proyecto, porque los pocos que han sido financiados son de manera virtual y nosotras no tenemos infraestructura tecnológica. Esperemos que este año cambie y que las investigaciones que se estén haciendo contribuyan a que mejore todo esto. ¿Por qué cuando la economía mundial se tambalea y se ve amenazada, rápidamente aparecen varias vacunas listas a la vez? Llevamos 30 años con el VIH/SIDA que también es una pandemia y sigue matando a cientos de miles de personas cada año. Total inequidad y desigualdad.


Ensayo cuadro 3

Ejercicios de escritura dramática


FRAGMENTOS: Hemos querido incluir algunos fragmentos de la literatura universal que nos recuerdan y nos invitan, como protagonistas, a leer. Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez “El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando tenía una novedad disponible. Nunca sucumbí a ésa ni a ninguna de sus muchas tentaciones obscenas, pero ella no creía en la pureza de mis principios. También la moral es un asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna: ya lo verás” Teatro Rita (Introducción) de Jorge Valencia Villegas “HOMBRE: Perdón, me perdí en mis divagaciones. Hablaba del “Hombre del rincón”, nunca supe definirlo. ¿Era acaso un hombre libre que había escogido ese rincón como su espacio? O ¿era alguien encargado de recoger y fungir como documentalista sobre las experiencias de Rita? O acaso ¿un ser imaginario que había creado Rita para que la acompañara en su soledad? Algunas veces me descubrí sintiendo que ese hombre del rincón era yo, que como en una premonición la acompañaba en su devenir. Otra duda que nunca pude resolver fue la de su habitáculo: estaba acaso en una cabina erótica o en una cámara restringida o probablemente en una celda de prisión. No pude desentrañar esta inquietud y renuncié con el paso de los días a querer resolver mis incertidumbres. El manuscrito de Rita era ese y las dudas que sembrase no eran de mi incumbencia, eso es todo; creo que decir algo más es incurrir en apreciaciones sin valor.”


Boule de suif de Guy de Maupassant “La mujer que iba a su lado era una de las que llaman galantes, famosa por su abultado pecho, que le valió el sobrenombre de Bola de Sebo; de menos que mediana estatura, con una piel suave y lustrosa, con un pecho enorme, rebosante, de tal modo complacía su frescura, que muchos la deseaban porque les parecía su carne apetitosa. Su rostro era como manzanita colorada, como un capullo de amapola en el momento de reventar; eran sus ojos negros, magníficos, velados por grandes pestañas, y su boca provocativa, pequeña, húmeda, palpitante de besos, con unos dientecitos apretados, resplandecientes de blancura. Poseía también -a juicio de algunos- ciertas cualidades muy estimadas. En cuanto la reconocieron las señoras que iban en la diligencia, comenzaron a murmurar; y las frases "vergüenza pública", "mujer prostituida", fueron pronunciadas con tal descaro, que le hicieron levantar la cabeza. Fijó en sus compañeros de viaje una mirada, tan provocadora y arrogante que impuso de pronto silencio; y todos bajaron la vista excepto Loiseau, en cuyos ojos asomaba más deseo reprimido que disgusto exaltado.”

Hombres necios que acusáis... de Sor Juana Inés de la cruz Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: … ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es más de culpar, la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis.



El amante de Lady Chatterley de David Herbert Lawrence … Las dos chicas, por tanto, y desde edad muy temprana, no se sentían intimidadas ni por el arte ni por la política teórica. Era su ambiente natural. Eran al mismo tiempo cosmopolitas y provincianas, con el provincialismo cosmopolita del arte mezclado con las ideas sociales puras. Las habían enviado a Dresde a los quince años, para aprender música entre otras cosas. Y lo pasaron bien allí. Vivían libremente entre los estudiantes, discutían con los hombres sobre temas filosóficos, sociológicos y artísticos; eran como los hombres mismos: sólo que mejor, porque eran mujeres. Pasearon los bosques con jóvenes robustos provistos de guitarras, ¡tling, tling! Cantaban las canciones de los Wandervó-gel, y eran libres. ¡Libres! La gran palabra. Al aire del mundo, en los bosques de la alborada entre compañeros vitales y de magnífica voz, libres de hacer lo que quisieran y, sobre todo, de decir lo que les viniera en gana. Hablar era la categoría suprema: el apasionado intercambio de conversación. El amor era un acompañamiento menor.


FRASES SUELTAS Esta sección comprende ideas sueltas atrapadas aquí y allá y en las que vemos la profundidad de los pensamientos de las trabajadoras sexuales, no identificamos a sus gestoras por ser frases liberadas en medio de conversaciones y encuentros informales. “El temor lo percibimos en el vientre de nuestra madre. Sus miedos nos acompañaran toda la vida”. “La sociedad utiliza el no, como instrumento represivo”. “El sentir me permite ver mi verdad, el hacer me acerca a crear y a la libertad y el pensar me fomenta el cuestionar la verdad de otros”. “Mi libertad la sueño desarrollando mi otra profesión: Entrenar niños especiales”. “La libertad de pensar y decir lo que pienso, porque vivimos en un país donde la libertad de expresión es una ilusión amordazada por el miedo”. “La libertad es lo más bello para mí”. “Le temo a las arañas y al silencio”. “Hacer lo que se quiere sin restricciones”. “Me gustaría opinar de cualquier tema sin temor a las represiones”. “Recuerden que nosotras como guerreras de la calle tenemos la mejor escuela. El camino es la universidad de la vida y es la calle la que nos da las herramientas para protegernos, defendernos y salir adelante”. “Estamos dándole qué decir y qué pensar a la sociedad que nos utiliza y nos juzga a la vez. Nosotras somos personas con capacidades, cualidades y virtudes y las compañeras tienen sueños y la capacidad para lograrlos”. “Sobre mi cuerpo decido yo y nadie debe dudar que es mío. Somos seres humanos que queremos, podemos y tenemos derechos”. “Somos libres de pensar, somos libres de sentir y somos libres de hacer”. “Solo el valor y el conocimiento pueden vencer al miedo”. “Quisiera experimentar lo que se siente siendo libre”. “Me gusta estar aquí y ahora, siempre en el presente, sin remordimientos, sin dolor”.


preparación de la acción teatral 2

parte del Equipo Humano que participó del proyecto


Puesta en escena, acción teatral 2


NARRACIONES Y CRÓNICAS “PROFESIÓN PROSTITUTA” Por Luis Carlos Pulgarín Ceballos. En 2019, después de casi 20 años de escritura, se publicó el libro Profesión Prostituta de Sulma Manco. Conocí los manuscritos de esta obra autobiográfica en el año 2004, cuando su autora me solicitó asesoría para participar con el proyecto de escritura en una convocatoria del Ministerio de Cultura, donde no pasó nada con la propuesta. Me entrevisté con Sulma en varias ocasiones durante unos 10 años, le perdí el rastro desde el año 2011 más o menos; me enteré del lanzamiento del libro por redes sociales; espero, después de ese encierro de pandemia, poder encontrarla y obtener un ejemplar de su obra para comentarla en una nuevo texto, por ahora les comparto esta crónica escrita años atrás con una semblanza de su admirable vida. Supe de ella por dos o tres mujeres que, infructuosamente, intenté entrevistar en pleno epicentro de la prostitución: Santa Fe y Mártires. “Mejor hable con la Mona”, me propuso la primera. Otra de ellas soltó su nombre “Sulma”. Anduve de voyeur varias tardes. Algunas de ellas empezaron a mirarme con desconfianza. Estas calles desahuciadas, habitadas por decenas de desheredados, tan en el corazón de Bogotá, no dan para más: un hombre que las espía, que insiste en observarlas detenidamente, que se niega a atender sus invitaciones procaces pero que tampoco se aleja, que vuelve al lugar cada tarde sin ninguna oferta para ellas, no puede más que convertirse en un elemento altamente sospechoso para estas mujeres que, aun siendo arriesgadas en su oficio, no dejan de ser desconfiadas con todo el mundo. Pude elegir otro lugar para esta crónica. Ir a Chapinero, o a El Chicó. Entrar a un bar, estrato 3, buscar un testimonio de una de las chicas del lugar, por lo regular jovencitas que hacen horas extras para pagar “supuestamente” su universidad. Pude buscar más al norte de la ciudad, o en una agencia de chicas prepago, estas sí por lo regular universitarias estrato 4 y 5, pero, desde siempre, me llamó la atención este rincón del centro bogotano; tal vez el vértigo de lo sórdido me seduce más que entrar a uno de los miserables cuartuchos en que cualesquiera de estas mujeres se entregaría sin amor por infelices y devaluados quince o veinte mil pesos. Eso vale su humillación ante cada hombre solitario que las busca. A Sulma me la presentaron unos amigos abogados, en una oficina donde ella acudía a pedir asesorías para ayudar a las mismas trabajadoras sexuales. De inmediato le hablé de mis correrías por la avenida 19, las carreras 13, la calle 24, entre otras del centro donde se agrupan decenas de mujeres y de travestis en busca de un cliente. Le hablé de mi proyecto de novela sobre una serie de asesinatos de prostitutas ocurridos en 1999, a mí parecer determinados por la política de lo que se denominó entonces el plan de recuperación del espacio público y modernización del centro. Le hablé de mi necesidad de entrevistar varias mujeres sin que estas presentaran mayores prevenciones o que me ficcionaran sus historias solamente para salir del paso u obtener algunos pesos. Entonces me contó que ella estaba escribiendo su propia historia. Quedamos en vernos al día siguiente en su casa, en donde, además, funcionaba la Organización Cormujer, ONG dedicada a la defensa de las mujeres de la calle y que ella presidía en calidad de ex prostituta, como realmente le gusta que le digan, pues eso de Trabajadora Sexual es para ella un sofisma, una forma educada –y peyorativa -, que se inventaron las Damas Verdes del país. A lo mejor, se les caía la lengua si pronunciaban la palabra castiza y real de su condición de putas.


Tenemos cita a las dos de la tarde. Llego cuarenta minutos retardado, apenado y temeroso de que no me reciba ya. Ella sonríe y me dice que no me preocupe, pues tampoco había cumplido la cita. Si yo hubiese llegado cumplido no la habría encontrado. Hace muy poco llegó, pues le cruzaron otra reunión a última hora. El apartamento es un espacio modesto, en un conjunto residencial ubicado por la carrera 12 con calle segunda. Hay algo de desorden por todo lado. Me invita a tomar algo. Le pido agua. Ella va a la cocina y yo aprovecho para observar el entorno. La poca luz que hay entra por una ventana abierta. Un apartamento normal, sin lujos, con los elementos necesarios, algo arrumados por el poco espacio. Un juego de sala en madera, cojines algo deteriorados; algunos cuadros (paisajes y bodegones) dispuestos sin mayor estética en las paredes; una repisa de vidrio donde hay además de objetos varios, un equipo de sonido negro. Sulma regresa con el agua en un vaso de vidrio transparente, sobre un platillo tintero. Es una mujer enérgica. De corta estatura y algo obesa. El cabello lo tiene decolorado con los rastros de una tintura rubia no retocada hace rato, insuficiente para ocultar las raíces de un cabello totalmente cano. Su rostro conserva el aire de la belleza que tuvo en épocas pasadas. Los siguientes párrafos son parte de su testimonio de vida; un testimonio que se queda corto por la brevedad de la entrevista y, sobre todo, por las múltiples interrupciones del timbre telefónico. Nació en el Urabá antioqueño, en los albores de la que algunos consideraron la “dictadura” de Gustavo Rojas Pinilla. Natural del municipio de Dabeiba, pueblo que no conoce aunque creció en Mutatá, pueblo vecino de su natal Dabeiba. De manera jocosa cuenta que su papá era un borrachín al que su mamá perseguía por todo el Golfo de Urabá: “la persecución iniciaba en Chigorodó, donde solía irse de parranda, lo seguía por todo el eje bananero, por Apartadó, Turbo y hasta Necoclí, donde él intentaba perdérsele con las putas”. Era el atardecer de la década de los años sesentas del siglo XX; entonces Sulma no cumplía los quince años. En esa época su padre la quiso casar con un hombre al que ella apenas sí conocía, ella se voló con otro y fue a dar a Medellín. Con el marido de la fuga tuvo dos hijos (para la fecha de mi primer encuentro con ella, en la primera década del nuevo siglo; la mayor estaba en edad veinteañera, soñaba con ser actriz, por ello estudió en la Academia de Ronald Ayazo y ya había interpretado algunos extras en televisión; el menor aún estudiaba). Ambos hijos estaban de brazos cuando a él lo mataron por robarle una cadena. Y ya corrían los años ochenta, tiempo en el que, además, sus padres se habían tenido que desplazar de Urabá, por la misma violencia guerrillera, y ahora vivían en la capital paisa. Vinieron años de escasez. Terminó viviendo nuevamente con sus padres, el señor Manco como prefiere denominarlo, y doña Isabel, su madre. “El señor Manco”, no conseguía trabajo en una ciudad industrial para la que él, campesino de pura cepa no estaba preparado. A ella, con el hijo menor en brazos, nadie la quería emplear. Sus hijos crecían y el hambre era un sinónimo de sus días. Un día tomó la decisión: “Mamá, me voy a volver puta”. Era una mujer que andaba por algo más de los diecisiete; con dos hijos, muy bonita. Todos los hombres al verla sola e indefensa le caían y se lo pedían sin agüero; con las tiernas promesas de que si accedía ellos cuidarían de ella y de sus hijos. Pero ella se olía la falsedad en cada palabra. Doña Isabel que había adoptado la fe evangélica hacía algunos años, casi sufre un infarto. “Mi madre puso el grito en el cielo, pero yo le expliqué que no iba a dejar morir de hambre a mi familia; y que si todos los hombres me lo pedían yo lo iba a dar pero eso sí, iba a cobrar, y a cobrar caro”.


El miedo y el Director

Calentamiento corporal


El teléfono empieza a sonar. Ella lo toma de un escritorio arrinconado junto a la ventana, donde hay un computador y algunos papeles en desorden. Durante la entrevista sonará infinidad de veces. “Me llaman aún en horas de la madrugada, a las dos de la mañana todavía estoy respondiendo el teléfono. Me llaman para cuadrar seminarios sobre el SIDA, para que consiga mujeres para charlas sobre seguridad y salud con el comando de Policía…” La llamada que recién entra es de una mujer que le pide asesoría sobre una demanda que le llevan los abogados. Ella le pregunta si trabaja con “fulana”. Que si está en la zona de Mártires o la de Santa Fe. Le explica algo de los procesos de demanda, por qué y para qué; todo muy deletreado y con letra fina, para que le quede claro. Finalmente, le dice con gran seguridad y seriedad: “usted trabaja donde trabaja “fulana”, entonces usted me conoce a mí, vea yo soy la monita, bajita, la que les dice que se bajen un poco la falda, que no le den papaya a la Policía para que las atropelle. La que les dice que no muestren tanto el culito. Sí, sí a ustedes les gusta mostrarse con su ombliguera a pesar de sus gordos y su celulitis, pues bueno, pero no le den papaya a la Policía, ellos siempre van a molestar, pero si ustedes les dan papaya peor”. Y luego se despide. Me mira, y de inmediato me comenta: “me viven llamando gonorrea, pero cuando me llaman por teléfono para pedirme ayuda me dicen “doctora”. Llegó a Bogotá en 1990. Año en que, decidida, se plantó por primera vez en la avenida Caracas con calle 22 a esperar su primer cliente. Pronto se hizo muy famosa en el sector del centro. “Encontré un montón de putas llenas de miedo por los abusos de la Policía que las vacunaban para dejarlas trabajar; si no había plata nos llevaban a cualquier lado y querían que se los diéramos de gratis, y si nos oponíamos nos metían en las alcantarillas como si fuéramos ratas. Me les empecé a enfrentar. En esos años hasta salía en la televisión por los bochinches con la policía… Hoy, somos lo más de amigos; del comando cada rato me llaman para que les ayude con charlas que ellos dictan a la comunidad”. Así registra en los borradores de su libro esa nueva cercanía lograda con la institución policial: “El 22 de marzo de 1996 recibí de manos del mejor policía del mundo General Rosso José Serrano Cadena una placa que tiene el símbolo de la policía y dice “Metropolitana Santa fe de Bogotá B. G. Luis Ernesto Guiliberth Vargas a: Sulma Manco por sus incondicionales servicios al programa de trabajadoras sexuales, Santa fe de Bogotá. Marzo 22 de 1996”. “Era tanto el atropello enfrentado en la calle que un día me dije: esto no puede seguir así. Yo tengo que prepararme para defender a las prostitutas”, y me metí a estudiar. De día en la calle y por la noche estudiaba. Terminé el bachiller por allá por el año 96; y luego hice 8 semestres de derecho, y luego 9 de psicología. No me cuenta dónde estudió, ni el por qué no se tituló, solo comenta: “no me alcanzó para graduarme, en ninguna de las dos carreras”, en cambio sí me señala en la pared varios diplomas de Análisis y diseño de sistemas; Manejo de Archivos, Redacción, Técnicas de Oficina; Contabilidad y Sistemas Integral, entre otros estudios cursados en Institutos como ARKOS “U”. “Para ese tiempo, yo ya era el orgullo de la familia, imagínese, una familia donde el mayor orgullo es una puta”, acota cuando habla de sus estudios realizados. De nuevo la interrupción telefónica: esta vez la llama un político, que desde ya está engranando campaña para elecciones locales. El hombre le ofrece su carro para que lo acompañe a una reunión, ella accede con la condición de que cuadren todo en otro momento. Luego de colgar trata de explicarme: “es un candidato, me invita a una reunión donde hay población mía, quiere sus votos; le dije que no tenía plata para pasajes y me dijo que mandaba por mí, pero eso como decía un amigo mío que es gay: los políticos no son sino calentura de horqueta como el amor de los maricas”. Aprovecha para relatarme que, a finales de la década de los noventas y en representación de las prostitutas, ella también fue candidata al Concejo de Bogotá.


A mediados de los mismos años noventa, creó una organización que defiende los derechos de las prostitutas. Iniciando la primera década del siglo 21, hacia el 2003, apoyada por la firma de abogados donde la conocí, instauró un proceso de demanda contra la Alcaldía Mayor de Bogotá por persecución a las mujeres del Centro de donde las querían sacar: “las sacaron a casi todas de la carrera décima; también las querían sacar de la Caracas, la calle 18, la calle 24 y todos los alrededores; eso era un atropello contra el libre derecho al trabajo". En confianza me dice que, después de retirarse de la prostitución, en el ocaso de los noventas, visitó alguno que otro cliente; pero que ya era otra cosa; ya no estaba en la calle tan desprotegida. Con su retiro de la prostitución adquirió un estatus que no le daba para la comida de la familia, por eso vivió de vender condones y de algunas “platicas” que aprendió a gestionar para poder mantener viva su organización de mujeres. Nunca reniega de su vida del pasado, de los años duros; situación que nunca niega, siempre declara que fue y es prostituta, a ninguno de sus hijos les negó su oficio, siempre lo enfrentó; “cómo negarles el oficio con que los saqué adelante”. Entonces vuelven los recuerdos que la enorgullecen tanto o más que la placa que recibió de manos del general Luis Ernesto Guiliberth: “En 1998 recibí el segundo lugar en el Quinto Premio La Equidad a la Mujer Cooperativista, ya en 1996 me había graduado como Bachiller Académico en el Paraninfo de la Universidad del Trabajo; vestida con todas las de la ley, de toga y con birrete” Durante las dos primeras décadas del siglo 21 ha vivido para cumplir dos sueños: el primero, que a sus prostitutas y afiliadas a su organización se les reconozca el padecer diario a que las somete un trabajo que muchos piensan que es el de la vida alegre, pero que con los años ella ha llegado a pensar que no es más que una violación consentida por una prostituta que necesita del dinero siempre insuficiente que le dejan los clientes; y su segundo sueño: la publicación de un libro cuya redacción le llevó más de 25 años, su biografía, y que lleva por título: “Profesión, Prostituta”. Luis Carlos Pulgarín Ceballos: Nombrado “Embajador del idioma español de su país en el mundo” por la Fundación César Egido Serrano y El Museo de la Palabra, Madrid, 2018. Escritor, periodista, actor y director teatral de oficio. Comunicador Social (egresado UNAD); Abogado (egresado IUC). Diplomado en: Justicia Transicional (IUC); Gerencia Cultural (Fundación Universitaria JFKennedy), y Liderazgo Social y Político (U. Autónoma de Colombia). Estudios de Conciliación en Equidad (Min Interior Colombia); Resolución Pacífica de Conflictos (Robert Fisher de la U, de Harvard); Dramaturgia Cinematográfica (U. Latina de Panamá); entre otros estudios de Derechos Humanos, periodismo radial, teatro, literatura, libretos para cine y televisión. Premio Nacional de Dramaturgia Para Niños 2001. Premio Nacional “Poesía Capital”, Casa de Poesía Silva, 2005. Beca IDCT Creación en Teatro 2002. Premio (compartido) en concurso nacional de proyectos para televisión “No se le arrugue” de Producciones PUNCH, año 2000. Creativo y Libretista programa Planeta Niños, nominado por el periódico El Tiempo, como mejor programa infantil, de la televisión colombiana en 2004. Segundo Lugar III Concurso de Cuento Eutiquio Leal – U. Autónoma de Colombia y Taller de Escritores Gabriel García Márquez, Bogotá 2012. Ganador del Concurso Tertulias a la Francesa con el proyecto “las bodas de Fígaro”; Fundalectura y Embajada de Francia, 2006. Invitado especial de la 3ª. Feria Internacional del Libro del Zócalo, México D.F., en el marco del proyecto “Bogotá suena – ciudad invitada de honor”, año 2003. Promotor, consultor y coordinador de varios proyectos culturales, educativos, juveniles, comunitarios, de acompañamiento a víctimas del conflicto armado y de derechos humanos en Urabá, Medellín, Cazuca (Soacha) y Bogotá D. C. Cofundador de grupos culturales como la Corporación de Cuenteros y Narradores Orales de Antioquia y Vivapalabra, de Medellín, e integrante del Taller de Escritores Urabá Escribe en los años noventa.


Parte del Equipo Humano que participó del proyecto


Relatos de una prostituta por María Giraldo “Relatos de una prostituta” comprende una serie de crónicas de carácter biográfico escritas bajo el seudónimo de María Giraldo, en este primer número de nuestra publicación hemos incluido este primer relato. Primer relato Estaba en la esquina como siempre con dos compañeras. Conversábamos amenamente, la una tomaba un refresco y la otra fumaba, así que no nos dimos cuenta cuando apareció la inspectora de policía, nos cogió infraganti y nos dijo: -Saben que no pueden estar aquí, se van, están ocupando el espacio público, no las quiero ver por este lugar ya que la próxima vez nos las llevamos 72 horas y así cada vez que las encuentre hasta que se vayan de este pueblo, acá es prohibido que trabajen en la calle. Otras veces era la sargento Teresa la que venía con la misma historia: - No pueden estar por aquí, no las quiero ver, las voy a subir a la patrulla y las voy a pasear por el pueblo para que les dé vergüenza. Dejaban por donde ejercíamos nuestro trabajo, a unos auxiliares de policía para que nos espantaran; ahí los ubicaban todo el día y pasaba de vez en cuando la patrulla supervisando que estuvieran cumpliendo con su deber. Las cosas continuaron igual y bueno nosotras trabajábamos en establecimientos, hasta que un día llegó al poder un Alcalde que los cerró definitivamente y por eso quedamos en esa situación de calle. El Alcalde iba a liquidar el trabajo sexual definitivamente en el pueblo pero no contó con que nosotras buscaríamos nuestros clientes en la calle. Ya nos tenían reconocidas así que donde nos veían nos hacían redadas; era una situación insoportable, porque realmente no podíamos trabajar y llevar el sustento a casa. Me sentía impotente, triste por no poder hacer nada - ¿qué podía hacer? Ellos tenían el poder y nosotras indefensas, nos pisoteaban. Me hacían sentir como sino valiera nada, como si fuera una escoria, pues nos decían - ¿no les da vergüenza? cochinas, busquen oficio, y de aquí se van porque se van. hablado primero con ella. En todo caso, solo me citaron para saber si tenía testigos y para amedrentarme, para que no siguiera con el proceso, ni siquiera me dejaron hablar. Esta doctora cuando traté de defenderme, me amenazó con pedir una patrulla para que me llevaran a la estación por faltarle al respeto, cuando ni siquiera me dejaron hablar. Pero no me dejé intimidar, seguí con el proceso y les gané. Por supuesto no volvieron a meterse conmigo y las inspectoras de policía jamás volvieron a molestarnos, nunca han vuelto por ahí y la policía ya no nos hostiga, porque saben que conocemos nuestros derechos.


Algunos llegaban y nos trataban como perros, se reían de nosotras, era como si fuéramos seres sin derechos. Solía llorar en la soledad de mi habitación; mis compañeras y yo pensábamos que ellos tenían la razón. También descubrí que se habían confabulado con los dueños del único establecimiento que no habían cerrado, pues tenían influencias con la Alcaldía y esta gente también nos quería fuera. Nos consideraban una competencia que había que acabar. Allí los policías que nos hacían la vida imposible, tenían el polvo gratis y dinero por debajo de la mesa para las inspectoras de policía. Trabajé en este establecimiento y cuando estaba allí, me parecía normal que le echaran la policía a las callejeras; no era mi problema, hasta cuando ya ellos no me querían allí. Ya me estaban pasando los años y comenzaron a traer chicas jóvenes para sacar a las antiguas y lo lograron. Salimos a conseguir nuestros clientes en la calle; el problema era que lo hacíamos en la misma calle y cerca del establecimiento y debido al hostigamiento policial nos fuimos hacia la zona más central de la ciudad y la comunidad se comenzó a quejar. No nos querían ver por ahí porque dábamos un mal aspecto a la ciudad, según ellos. Esa gente mojigata del pueblo, moralistas que se creen santos y nos llaman pecadoras y nos miran con desdén. La verdad no teníamos salida, era una encrucijada, no sabíamos qué hacer. Ellos no reflexionaban sobre nuestra situación, solo querían sacarnos a como diera lugar; no pensaban que teníamos una familia que mantener, educación para nuestros hijos, un arriendo que pagar, en los gastos que tiene cualquier familia en nuestro país. No se ponían a pensar que, si no llevábamos algo a casa, nuestros hijos aguantarían hambre o no tendrían como llevar un trabajo o tarea a la escuela o colegio. Esta situación se repite en muchos pueblos y ciudades de Colombia, cierran definitivamente los establecimientos donde trabajamos y ganamos el sustento diario para sacar una familia adelante, obligándonos a abandonar la ciudad donde muchas veces nos establecemos con nuestras familias y los niños son los más perjudicados: nueva ciudad, nueva escuela o colegio. Muchas veces no quieren mudarse por sus amigos pero ¿Cómo explicarles lo que sucedía? Difícil. ¿Cómo decirles que nos están desplazando, que no podemos permanecer allí? Este es el resultado de los abusos de algunos mandatarios locales, de la policía y algunos de los ciudadanos que creen que pueden hacer lo que quieran con nosotras, como si nuestros derechos no contaran para ellos. Nunca se detienen a buscar soluciones con nosotras, al contrario; siempre tratamos de buscar acercamientos con ellos y nunca nos atienden, como si fuéramos ciudadanos de segunda clase con los que no se pueden mezclar. Muchas de mis compañeras optaron por irse porque no nos dejaban trabajar. Yo decidí quedarme y dar la lucha y comencé por decirle a mi antigua patrona, la dueña del establecimiento que nos hacía tanto la vida imposible: -No voy a dejar que nos saquen, se lo aseguro. Ella me contestó: -Usted es una prostituta, a las prostitutas no les paran bolas.


Desde ese momento lo tomé como un desafío. Necesitaba demostrarle que sí, que me iban a escuchar, pero necesitaba ayuda y me decía a mí misma: “tiene que haber una organización que me pueda ayudar”. Incluso algunas de mis compañeras propusieron contratar un abogado, pero no contábamos con los recursos para pagarlo. Bueno. Como cosas de Dios, un día vi a Fidelia Suárez, una compañera con la que habíamos trabajado juntas como cinco años en otra ciudad. Ella había conformado una organización para la defensa de nuestros derechos; no volví a saber de ella ni de su Asociación, pues yo migré hacia otras ciudades a trabajar y no volví a allí nunca más. Pero ese día la vi en televisión, la estaban entrevistando; claro, ella era la persona indicada para ayudarnos. La busqué en la Internet, era la Presidenta de Asmubuli Colombia y la contacté. Me invitó a la organización, hablamos mucho, como se dice coloquialmente, pusimos nuestros cuadernos al día. Le comenté los problemas que estábamos teniendo en esa población y le pregunté si nos podía ayudar, a lo que ella asintió y también me invitó a capacitarme y conocer nuestros derechos para que esta historia no volviera a repetirse. Porque si conocemos nuestros derechos, aprendemos a defendernos y a no dejar que violen nuestras potestades, a no permitir que nos sigan vulnerando y tratándonos como trapo sucio ¡No más! Se redactaron los oficios necesarios y se enviaron a las instancias correspondientes de la Alcaldía y como era de esperar nos recibieron, se reunieron con nosotras, llegamos a acuerdos y nos dejaron trabajar. Al final, el que estuviéramos en la calle era culpa de Alcaldías anteriores que habían cerrado los establecimientos donde prestábamos nuestros servicios de forma definitiva, porque querían acabar la prostitución en el pueblo. Lo único que lograron con esto fue agravar el problema; algunas de las chicas se fueron, otras prefirieron conseguir los clientes en la calle y no irse a otro pueblo y empezar de nuevo con sus familias. Claro que esto me trajo problemas con los dueños de la única casa de lenocinio (lugar destinado a facilitar el ejercicio del trabajo sexual), porque no estaban de acuerdo que hubiera trabajadoras sexuales en la calle. Un día fui con un cliente a una residencia y al salir, una mujer y su esposo, me rociaron la cara con una sustancia, aunque en ese momento no sabía qué me habían echado. Con el tiempo me enteré que era gas pimienta pero en ese momento pensé que era acido. Gracias a Dios estaba muy cerca del hospital. Allí me echaron mucha agua en la cara, creo que duré más de una hora haciendo esto, la verdad estaba muy asustada. Después me dieron de alta; me fui para la casa. Esto fue un sábado por la tarde, así que el lunes me fui a poner la denuncia en Fiscalía, pero no sabía el apellido del esposo de la dueña de esa casa de lenocinio y le pedí el favor a un policía de tránsito, pero él me dijo que iba a llamar a un compañero que pudiera ayudar con eso y así lo hizo. Pero ¡oh sorpresa! El policía que llegó era amigo de ellos y se burlaron de mí y no me dieron el apellido del señor; antes este policía les dijo que me contrademandaran por calumnia sin conocer el proceso. De todas formas conseguí el apellido del hombre y seguí con el proceso en la Fiscalía. Pero ellos fueron donde su amiga la inspectora de policía, la doctora Olga y me llegó una boleta de la inspección. Yo lo que hice fue llevar un oficio a la Secretaría de Gobierno para que me atendiera otro inspector de policía. La respuesta era que esas personas eran amigas de todos los inspectores de policía, así que seguí con la misma doctora Olga. Esta doctora me regañó por haber puesto según ella, quejas; que debí haber


GalerÍa de Fotos La presente recopilación fotográfica surge del Taller de Fotografía con Dispositivos Móviles, realizado por Mayte Valencia quien hace parte del equipo de BATAKLAN e impartido dentro del proyecto “Ejercicio de Emprendimiento Artístico “VALORARTE” para la promoción de nuevas formas de expresión y creación frente a la sociedad”, con el fin de acercar a las beneficiadas a un ejercicio que les abrirá la puerta para mostrar sus visiones en una exposición virtual. La temática libre les dio la posibilidad de expresarse sin limitaciones.


BÁRBARA: Aves


CRISTAL: Frutos


FIDELIA : Ejercicos Teatrales


KATHERINE: Gansos


ESTRELLA: Modelista


CHIQUI: Ärboles


MARÍA GIRALDO: Callejeros


MAYERLIS PADILLA: Luz y Sombras


NAGUIB ALEXANDER QUESADA: Panorámicas


NATASHA: Visiones de la Arquitectura


NIKOLL ORTIZ: Naturaleza


VIVIANA PÉREZ: El Parque


EQUIPO QUE CULMINÓ EL PROCESO


CHARLAS VIRTUALES Fabiola Alarcón Fernández Fabiola Alarcón Fernández Fabiola Alarcón Fernández, es Graduada como Maestra en Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia con Énfasis en Pintura. 1991. Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Distrital con énfasis en escultura 1995. Especialización en Docencia Universitaria. Universidad de Bosque, Bogotá. 2001; Maestría en Diseño Industrial, con énfasis en Desarrollo de Producto /Diseño Concurrente. Computación. 2011 Escuela De Arquitectura y Diseño para América Latina y el Caribe, Isthmus. Panama; Doctora en Educación con Especialidad en Mediación Pedagógica, de la Universidad de La Salle. Costa Rica. 2018; Actualmente se desempeña como docente en la Universidad Distrital de Colombia, en el programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil; De igual manera ha trabajado en diferentes universidades en los últimos 20 años. Realiza exposiciones permanentes a nivel Nacional e Internacional, y ha obtenido varios reconocimientos por su trabajo Artístico. Charla -Taller Cociendo Encuentros Creativos y Afectivos https://www.facebook.com/1206866229/videos/10226025648246895/ “...el cuerpo superficie de inscripción de los sucesos, el lugar de la disociación del yo.” M. Foucault La concepción conservadora de cultura enmarcada en unas expresiones tradicionales, ha perdido terreno en las últimas décadas, dando paso a las búsquedas de nuevos lenguajes, otras formas de ver la cultura que van rescatando maneras simbólicas de comunicar que eran miradas como secundarias, como oficios o formas de entretenerse y no como expresiones culturales validas, la aparición de expresiones urbanas diversas que se van validando en pequeños grupos y luego comienzan a ser reconocidas en escenarios de intercambio, evidencian que Arte y cultura no son solamente el espacio para la ópera, el ballet, el teatro y la pintura y escultura que aparece en los museos, sino también un sin número de manifestaciones de los seres humanos y los distintos grupos sociales. Varios ejemplos en los procesos actuales de paz y reconciliación demuestran que el arte y la educación artística, fomentan el encuentro entre las comunidades favoreciendo procesos de resiliencia. Se han creado numerosos costureros o grupos de tejido cuya función es narrar la memoria. El de los Montes de María fue pionero y le han seguido varios como los costureros de la memoria, o Mujeres tejiendo sueños y sabores de paz que contribuyó al trabajo de grado de María Elvira Nates Bernal, para mencionar algunos pocos. Los círculos de la palabra reconocen también otros lenguajes expresivos desde la experiencia sensible, ya que las conversaciones y las narraciones facilitan la explicación de conceptos o de sucesos que podrían ser complejos de comunicar y comprender. El taller será la oportunidad para reconocer a cada participante, al hablar del ser mujer se evidencian los diferentes roles asumidos por cada una. Realizamos propuestas escriturales a partir de las narraciones, que van permitiendo encontrar elementos simbólicos que se hacen imagen en la representación tridimensional.


Reconfiguramos mujeres que habitamos o que nos han acompañado con mujeres cocidas.

“El cuerpo es el instrumento de la memoria. Es más, el cuerpo es la memoria y cuando el cuerpo danza la memoria se expresa con los vocablos más primigenios que posee”. Álvaro Restrepo

El taller nos permitirá́ reflexionar el lugar del cuerpo en la construcción de las subjetividades femeninas. Invita a las participantes a sentir su cuerpo, a revisar sus marcas, herencias fisiológicas, cicatrices y huellas físicas registradas y con ellas motivar pequeños relatos verbales y escritos: pensar el cuerpo como generador de historia. Contribuir al fortalecimiento del proceso de pensamiento creativo, potenciando el desarrollo de la percepción táctil, motricidad fina, apreciación visual, el sentido de la tridimensionalidad, la proporción y el manejo del color, al realizar actividades de dibujo, recortado, pegado y cocido de las partes que constituyen cada mujer propuesta, resultado de relatos y recuerdos de rostros femeninos de familia. Adicionalmente se desarrolla la conciencia y actitud de cuidado del medio ambiente con el uso de material reciclado, al reutilizar medias veladas y revistas que se desechan.


Mónica del Pilar Uribe Marín Periodista profesional de la Universidad Javeriana, especializada en Política, derechos humanos, refugiados, migración y poblaciones vulnerables. Reportera freelance internacional, editora y traductora editorial. Autora y coautora de libros sobre resolución de conflictos, derechos de los trabajadores, indígenas, etc. Fundadora, Directora y editora en jefe de The Prisma – The Multicultural Newspaper, periódico británico con base en Londres, periódico semanal creado hace 11 años. The Prisma es un medio posicionado en el Reino Unido por ser el primer periódico británico creado por una inmigrante para inmigrantes, el primero en su género que permite un puente entre inmigrantes y británicos, para que exista un mejor conocimiento mutuo de problemas, necesidades y sueños. The Prisma ha sido reseñado por los medios británicos, como The Guardian, New Internationalist y otros y ha participado en campañas en defensa de los inmigrantes y refugiados en el Reino Unido, y sobre la identidad latinoamericana. Durante más de 20 años ha trabajado (en Colombia y el Reino Unido) como periodista, editora o correctora para una amplia gama de revistas, periódicos, medios de comunicación online, organismos como Naciones Unidas y otros sectores de la industria editorial. Como fundadora y directora de la revista Prisma en Colombia, fue nominada a la Mejor Contribución al Periodismo Colombiano del Premio Nacional de Periodismo 'Simón Bolívar'. Años más tarde, tras trasladarse al Reino Unido, fundó The Prisma - The Multicultural Newspaper en 2010, guiada por su filosofía de independencia y defensa de la libertad y los derechos humanos. Ha sido invitada especial a varias conferencias internacionales para dar charlas sobre temas como el conflicto en Colombia, los derechos humanos, los pueblos indígenas en América Latina, los megaproyectos en el Tercer Mundo y periodismo independiente. Es miembro del Sindicato Nacional de Periodistas (NUJ) en el Reino Unido y de la Campaña de Reconocimiento de América Latina – LARC, ambas organizaciones británicas con sede en Londres. Ha dirigido y coproducido "Colombia: Promesas y balas", un documental sobre el conflicto interno en Colombia. Este fue emitido en Inglaterra, España y presentado en varias sedes y festivales de cine y eventos en Europa, incluyendo el "Discovering Latin America Film Festival", Londres. Como directora de The Prisma, organizó en 2013 el primer evento sobre multiculturalismo en el parlamento británico. En 2015 su trabajo fue incluido en la Antología Literaria Nacional "Cronistas Bogotanos", publicado por Editorial Común Presencia de Bogotá.


Charla- Un café con Mónica del Pilar Uribe, Periodismo sin fronteras https://www.facebook.com/1206866229/videos/10226034571349967/ Contar mi experiencia como creadora de un medio de comunicación que hoy se halla posicionado en un país diferente al propio: el Reino Unido. Cómo fue crear, empezando de cero y sin recursos para hacer el periódico, un medio de comunicación que hasta entonces no existía en Inglaterra. Siendo inmigrante, mujer y sin pertenecer a grandes familias, abrirse un espacio que ha permitido a los inmigrantes latinoamericanos tener un medio donde expresan sus problemas, denuncias y proyectos. Además es un periódico bilingüe. Mediante una dinámica ‘periodística’ la charla busca indagar mediante preguntas, sobre lo que quieren y pueden hacer los cibernautas frente a un proyecto mediático. Igualmente, indagar sobre sus expectativas y a partir de allí crear una interacción para procurar motivarles a que la revista que pronto circulará en las redes, no sea solo un número, sino un proyecto permanente mediante el cual la comunidad de las trabajadoras sexuales podría verse beneficiada, en la medida en que la sociedad conozca y entienda su realidad. Y a nivel personal, dar pasos de formación y aprendizaje que en el futuro permitirán otras opciones de vida. Se redondea la charla con la sugerencia de asignación de roles como práctica orientada a la subsistencia de la revista.


Nadia Granados Maestra en Artes plásticas Universidad Nacional de Colombia 2000. Magister en Artes Visuales UNAM 2020. Artista colombiana de performance, cine experimental, multimedia, web art y cabaret, reconocida internacionalmente como La Fulminante, una de las figuras más destacadas de la escena del performance posporno latinoamericano. Su práctica artística plantea preguntas a las estrategias de manipulación que existen detrás de diferentes sistemas de representación que circulan por los más media haciendo una crítica directa a estas estructuras de poder simbólico. En varios de sus proyectos, ha encarnado una feminidad inspirada en los estereotipos sociales asignados a la mujer latina sexualmente provocativa, buscando quebrar los sistemas de representación de la sensualidad, con acciones de performance directas, donde de cruzan lo obsceno y lo grotesco para generar nuevas lecturas sobre estas corporalidades en relación con temas políticos desde una lectura pospornográfica. Su trabajo es a la vez performativo y tecnológico, crea sus performances para distintos tipos de escenarios de acceso público como la web, la calle, cabaret, galerías, usando recursos asociados a la performatividad de género y la guerrilla de la comunicación. Interesada en temáticas relacionadas con la globalización, la lucha antiimperialista y contra el modelo de relaciones de poder impuesto por el arraigado machismo latinoamericano desde una perspectiva transfeminista. Dese el año 2015 hasta la fecha ha dirigido 12 laboratorios de creación de Cabaret Político multimedia centrados en la discusión alrededor de la violencia de género, con colectivos de mujeres y comunidades Queer. A lo largo de su carrera ha recibido varios reconocimientos, becas, residencias, premios, a nivel nacional e internacional. 2015, fue galardonada con el Premio 3ª Bienal de Artes Visuales Bogotá. En 2013 recibió el Franklin Furnace Fund para realizar su performance Carro Limpio Conciencia Sucia en la ciudad de Nueva York. En 2020 recibió el premio Ken Burns Award for Best of the Festival Award en el Ann Arbor Film festival por su corto experimental Good Bye Fantasy. Su trabajo ha sido presentado en exposiciones colectivas, festivales de video, cine experimental y performance, también en teatros, centros culturales, espacios independientes y espacios públicos alrededor dl mundo. www.lafulminante.com www.nadiagranados.com


Charla. El cuerpo como herramienta de comunicación alternativa. Experiencias alrededor de los laboratorios de Cabaret Político Multimedia desarrollados por Nadia Granados https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10226046330123929&id=1206866229&sfnsn=scwspwa

NADIE SABE QUIÉN SOY YO es un resultado de la residencia artística de Nadia Granados, después de cuatro semanas de trabajo con un grupo de mujeres en ejercicio de la prostitución del entorno del Museo de Antioquia, Colombia. La obra es una puesta en escena que surgió a partir de conversaciones particulares y ejercicios corporales, y de la historia de vida que cada una escogió contar y que fue insumo para crear cada escena. La voz y el cuerpo de este grupo de mujeres nos narran algunas de sus historias desde una conciencia crítica de su lugar en la sociedad y de su capacidad de resiliencia frente a los distintos tipos de violencias a los que se han visto expuestas a lo largo de su vida. El proyecto busca desestabilizar los imaginarios y estigmatización que recae sobre las mujeres en ejercicio de prostitución, generar una discusión crítica a partir de la reconfiguración de las funciones corporales que implican los servicios sexuales, que casi siempre se relacionan únicamente con un trabajo genital, co-crear otras posibilidades para generar ingresos económicos para el grupo; y visibilizar los conocimientos y saberes especiales que cada una de ellas conserva y compartirlas al mundo.


DATOS DE LOS ENLACES DE LAS CHARLAS EJERCICIO DE EMPRENDIMIENTO ARTÍSTICO VALORARTE - BATAKLAN TEATRO TALLER "COSIENDO ENCUENTROS CREATIVOS Y AFECTIVOS" Invitadas: Fabiola Alarcón y Paola Parra Presentadora: Mayte Valencia Transmitido por Facebook Live Batalan Teatro Martes 22 de Febrero 2021, 10am hora Colombia. https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10226025648246895&id=1206866229&sfnsn=scwspwa UN CAFÉ CON MÓNICA DEL PILAR URIBE - PERIODISMO SIN FRONTERAS Invitadas: Mónica del Pilar Uribe y Nayibe Barón Presentadora: Mayte Valencia Transmitido por Facebook Live Bataklan Teatro. Miércoles 23 de Febrero 2021, 11:30am hora Colombia. https://www.facebook.com/1206866229/videos/10226034571349967/?sfnsn=scwspwa CLAUSURA DEL EJERCICIO DE EMPRENDIMIENTO ARTÍSTICO "VALORARTE" - BATAKLAN TEATRO. EL CUERPO COMO HERRAMIENTA DE COMUNICACIÓN ALTERNATIVA Invitados: Nadia Granados y Jorge Valencia Presentadora: Mayte Valencia Transmitido por Facebook Live Bataklan Teatro. https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10226046329603916&id=1206866229&sfnsn=scwspwa


Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. Sitio Web: www.bogota.gov.co Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Sitio Web: www.culturarecreacionydeporte.gov.co Facebook: CulturaenBogota Contactos Editores: Facebook: Bataklan Teatro Instagram: @bataklan.teatro Correo Electrónico: gestionbataklan@yahoo.es Whatsapp: +573143629974 Instagram: @bataklan.teatro Correo Electrónico: gestionbataklan@yahoo.es Whatsapp: +573143629974 Contactos ASMUBULI Asociación de Mujeres Buscando Libertad Sitio Web http://asmubuli-sintrasexco.co/ Contactos Diseño Gráfico: Facebook: Kambbur Diseño Instagram: @kambbur_ Bogotá - Colombia 2021



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