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LA BRECHA
I
El sol dispara a quemarropa sobre las botas desgastadas de un frágil enemigo perdido en su soledad.
La música estalla en las trincheras vacías de voluntarios.
Ii
La maligna línea está diseñada para fragmentar nuestros pedazos y derretir nuestros sueños.
La letal ingeniería se desintegra en el vacío de sus cartas sin respuesta.
Iii
Un pastor se carboniza en el interior de una cerca.
Las águilas, sigilosamente, se desplazan con abrigos de arena, como inmemoriales lagartos.
La misión es, siempre, la última.
Es la hora.
Las linternas guiñan desde la abertura.
No se puede subestimar la capacidad del alma.
Herida
Bajo el escenario de una tenebrosa batalla se arrastra una herida.
Herida de cuerpo, herida de alma, herida bajo el fuego de un verso subversivo, cual la roca herida en su orgullo, para dar paso a la catarata en su espléndida caída.
Herida, un día de pesca, cuando los peces clamaban por su propia historia.