Justo Medio Edicion 14

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Por: Marco Antonio Arrunátegui Cevallos / Director Internacional / maac@justomedio.com

Perú sufriría la más cruel de las explotaciones. Miles de indígenas morían confinados en las minas de oro y plata, minerales que los españoles saquearon con la intención de intercambiar por las mercancías producidas por la floreciente Revolución Industrial en Inglaterra. De esta manera, el pillaje colonial contribuyó al desarrollo del capitalismo inglés. Desde el punto de vista político, del colonialismo español no heredamos nada positivo. No aprendimos a elegir ni a ser propietarios. Un gran abismo se interpuso entre las élites ibéricas y la gran mayoría de la población. Así, nacimos como una república exportadora de materias primas constituida por una mayoría de pobres con poca o ninguna participación en los asuntos del Estado.

gobiernos. A partir del Civilismo de comienzos del siglo XX, se sucedieron en el poder representantes de una clase política que se dedicó a usufructuar, en propio beneficio, los recursos del Estado. Se sucedieron varios nombres, pero los intereses siempre fueron los mismos. Hasta el día de hoy, el pueblo ha seguido ausente de las grandes decisiones

que lo afectan. Hemos importado un sistema democrático ya desarrollado para un país que todavía está en búsqueda de su identidad nacional y de un nivel aceptable de civismo. Nos hemos dedicado a construir una república antes que una nación. Nuestra tragedia consiste en que quienes nos han gobernado nunca estuvieron preparados para

La República

A partir de 1821 y durante medio siglo después, las bayonetas impusieron a los presidentes. Luego se instauró lo que Basadre convino en llamar la República Aristocrática. Durante esta época, el poder económico hizo y deshizo

Don José de San Martín proclamó la Independencia del Perú de España, imperio que nos había convertido en su colonia desde los inicios del siglo XVI.

asumir tan trascendental reto. Prueba de ello es que, hasta hoy, nos debatimos en la inmediatez, la falta de autoridad y el fracaso. Somos una nave que salió del puerto en 1821 sin saber a dónde ir, con capitanes incapaces y, además, con gran tendencia a la corrupción. Nada ha cambiado en casi 188 años. No hemos solucionado ninguno de los problemas que determinaron nuestra aparición como república. Al contrario, hemos agregado muchos más en el activo de nuestra desgracia. Sin embargo, del otro lado del mundo, hace 85 años no existían Taiwán, Corea, Malasia, Singapur ni ninguno de los llamados “Tigres del Asia”. Hoy, a pesar de que importan el 80% de las materias primas que necesitan, constituyen un conjunto de economías desarrolladas. Hemos perdido más de un siglo y medio de tiempo y seis generaciones. Se ha explotado el 27% de nuestros recursos no renovables. Sin embargo,

gen del Estado y sus pectivas en el Perú 17


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