(ESCENARIOS DE CINE)
Pachín, de Arturo Ruiz Castillo.
Es la apuesta de la Villa del Adelantado para el siglo XXI. Avilés quiere ser, si no lo es ya, referente nacional e internacional para todo lo relacionado con la cinematografía. Y lo hará desde uno de los espacios que hace apenas un par de años era una de las zonas más degradadas del Norte peninsular. Al igual que Bilbao optó por las artes plásticas con la construcción del Gugenheim en la ría, Avilés recupera su zona portuaria para entregársela a los ciudadanos y a los amantes del cine, profesionales y aficionados. Esa reconversión de la villa de la industria hacia el cine tiene su reflejo en la gran pantalla. En 1960 el director Antonio Ruiz Castillo presentó su película Pachín, una cinta a caballo entre el melodrama y la comedia con un niño como protagonista. Ya hace casi 50 años que Ruiz Castillo, y no fue el primero ni el único, llevó Avilés a pantalla gigante. En Pachín se puede ver lo que era Avilés en aquellos años de mediados del siglo pasado, las panorámicas de la antigua Ensidesa, en la margen de la ría muestran una ciudad industrial en plena ebullición. Los años 50 del siglo XX fueron los del despegue industrial de la villa, y de los concejos adyacentes. Las dos márgenes de la ría se convirtieron en territorio de 45