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1.1. Definición
l término “filosofía” está compuesta por dos voces griegas: “filos”, que significa amor y “sofía”, que significa E sabiduría. Así la filosofía sería un amor a la sabiduría, un amor al saber en general. Cualquiera que tuviera algún saber sobre algo, cualquiera que se comprometiera con una idea particular sobre algún aspecto de la realidad, entonces tenía una filosofía.
Aristóteles, filósofo griego que nació en el siglo IV a.C. y que fue discípulo de otro gran filósofo de la antigüedad, Platón, definió la filosofía en una obra a la que sus compiladores dieron en llamar Metafísica. Allí afirmó que la filosofía es “el saber que se ocupa del ente en tanto ente y de las propiedades que, como tal, le son propias”.
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Según la definición aristotélica, la filosofía se ocupa de todos estos entes por igual: tanto de los libros y de las personas que escriben o de quienes los leen, como de los pensamientos, sensaciones y sentimientos que esas personas tienen. Y se ocuparía también de otros entes que también están implicados en aquellas situaciones que mencionamos. Asimismo, la filosofía es un saber que se ocupa de todo lo que existe para determinar y conocer sus características generales y siguiendo la definición etimológica, diremos que es un saber al que lo único que le interesa, simplemente saber.
La filosofía como práctica social interesada
Interpretar la realidad no es lo mismo que contemplarla desinteresadamente. Interpretar implica asumir una actitud activa con respecto al conocimiento y a la realidad a la que ese conocimiento se refiere. Cada filósofo defiende un interés particular. En ese sentido, la filosofía es una práctica interesada.
La filosofía como práctica social situada
En los distintos momentos de la historia los filósofos se han preocupado por entes diferentes. Los objetos que han captado su atención e interés y lo que dicen de esos entes depende de la relación que se establece entre los intereses particulares del filósofo y los intereses y las preocupaciones de la sociedad en la que desarrollan su práctica. Por ejemplo, Immanuel Kant o Hegel se ocupan de comprender y caracterizar la razón como capacidad superior del hombre para conocer y para establecer los fundamentos de lo social.