Corporación Bíblica
“La Historia de Tobías”
Martes Santo Cualquier día de Semana Santa, es importante para todo manantero, pero da la sensación de que los días centrales de la mencionada semana, adquieren más protagonismo, ya que son un mayor número de Cofradías las que procesionan a sus Titulares y hacen acto de presencia las Figuras Bíblicas. Pero es inevitable, cada día tiene un encanto muy especial para cada uno de los que lo vivimos, y para mí el Martes Santos, me produce una serie de sensaciones que lo hacen tan especial como los días centrales a los que me he referido anteriormente, ya que en un mismo día me siento espectador privilegiado en las procesiones, hombre de Corporación y Cofrade. Soy espectador privilegiado porque tengo la suerte de disfrutar de la procesión que sale este día, y junto con mi familia, en ella me siento copartícipe de la misma, ya que formamos parte del colorido, sonido y vivencias que en ella se adquiere, puesto que con la música que acompañan a sus pasos nos invita a la oración y al acercamiento, y más cuando físicamente me asomo al balcón de nuestro cuartel y puedo apreciar las dolorosas, expresivas y bonitas caras de la Virgen en sus advocaciones del Consuelo y Rosario. De igual forma, en el cuartel, es un día en que tenemos contacto físico con nuestras Figuras Bíblicas, pues son muchos hermanos los que se disponen para preparar la exposición de Figuras para que a partir de la tarde, el pueblo de Puente Genil, disfrute de estos tan majestuosos personajes, hecho que me hace sentirme profundamente orgulloso, como estoy seguro que así se sentirán el resto de los hermanos. También este día se aprende muchísimo de nuestros invitados, ya que tenemos la suerte de celebrar una cena en donde compartimos mantel y sentimientos con el Pregonero, Manantero Ejemplar y Hermano Mayor de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia de ese año, los cuales nos relatan y abren sus corazones para expresar los sentimientos que han vivido durante su vida y realmente son muy entrañables y enriquecedores. Otro momento que vivo ese día, es como cofrade, ya que suelo pasar por la mañana por la capilla de nuestro Titular, y allí lo encuentro tan majestuoso en su soberbio paso, contemplando en la soledad a un pueblo que por la tarde le rendirá culto y provocará riadas de cariño. Estos momentos que vivo son muy particulares, ya que estoy frente al altar más bonito que se puede contemplar, invitándote al recogimiento y a la oración, son instantes muy íntimos. La Pecera — Página 29