Confesiones de un gangster economico jhon perkins

Page 70

PERKINS, John: Confesiones de un gángster económico  70

personalidad, o lo que me gustaba llamar la máscara formada en la escuela de administración empresarial, no estaba tan seguro. Yo también tenía un imperio en expansión y sumaba empleados, países y títulos bursátiles a mis diversas carteras y a mi amor propio. Aparte de las seducciones del dinero y del tren de vida lujoso, estaba la adrenalina, el erotismo del poder. Con frecuencia recordaba la advertencia de Claudine: cuando se entraba en eso, era para toda la vida. Paula, naturalmente, desdeñaba esa sentencia: — ¡Qué sabrá ella! Señalé cómo Claudine había acertado en muchas cosas. — De eso hace mucho tiempo. Las vidas cambian. Y por otra parte, ¿en qué consiste la diferencia? Estás descontento contigo mismo. ¿Puede haber algo peor, venga de Claudine o de quien venga? Paula volvió muchas veces sobre el asunto y al fin tuve que darle la razón. Le confesé a ella y me confesé a mí mismo que el dinero, la aventura y el brillo ya no justificaban la zozobra, los remordimientos y el estrés. Como socio principal de MAIN me estaba haciendo rico y sabía que, si tardaba mucho en decidirme, quedaría atrapado definitivamente. Cierto día mientras paseábamos por la playa cerca del viejo fuerte español de Cartagena, plaza atacada infinidad de veces por los piratas de otros tiempos, Paula me propuso un planteamiento que a mí no se me había ocurrido. — ¿Y si nunca dices nada de lo que sabes? —preguntó. — ¿Quieres decir... que me calle? — Exacto. No darles una excusa para ir por ti. O mejor dicho, darles buenos motivos para que te dejen en paz, para no remover las aguas. Era bastante sensato y me extrañó que no se me hubiese ocurrido. Renunciaría a escribir libros, a contar la verdad de lo que estaba viendo. No emprendería ninguna cruzada, sino que me dedicaría a mi vida privada, a pasarlo bien, a viajar sólo por placer. Y tal vez incluso a formar una familia con una persona como Paula. Estaba harto. Simplemente quería dejarlo todo. — Todo lo que te enseñó Claudine es un engaño —continuó Paula—. Tu vida es una gran mentira. Sonrió, condescendiente, y agregó: — ¿Has leído tu propio curriculum últimamente? Confesé que no. — Hazlo —me aconsejó ella—. El otro día leí la versión en español. Si el texto inglés dice lo mismo, creo que te parecerá muy interesante.

23 Un curriculum engañoso Mientras me hallaba en Colombia llegó la noticia de la jubilación de Jake Dauber como director general de MAIN. Según estaba previsto, el presidente y consejero delegado, Mac Hall, nombró sucesor a Bruno. Las líneas telefónicas entre Boston y Barranquilla echaban humo. Todo el mundo pronosticaba que yo también sería ascendido en breve. Al fin y al cabo, era uno de los pupilos de más confianza de Bruno. Estos cambios y rumores me incentivaron a reconsiderar mi propia posición. Estando todavía en Colombia seguí el consejo de Paula y leí la versión en español de mi curriculum. Quedé atónito. De regreso a Boston, busqué el original en inglés así como el ejemplar de Mainlines, el boletín interno de la compañía, fechado en noviembre de 1978, que incluía un artículo sobre mí bajo el título «Especialistas ofrecen nuevos servicios a la clientela de MAIN» (ver páginas 163 y 164). En otros tiempos yo estaba muy orgulloso de aquel curriculum y aquel artículo. En cambio ahora, al leerlo a través de los ojos de Paula, sentí crecer en mí la cólera y el abatimiento. El contenido de aquellos documentos no era más que una serie de engaños deliberados. Y traslucían un significado más profundo, una realidad que es reflejo de nuestra época y da de lleno en el corazón de nuestra actual marcha hacia un imperio global. Eran la condensación de una estrategia calculada para ofrecer apariencias ocultando los hechos subyacentes. De un modo extraño simbolizaban la historia de mi vida, una superficie artificial recubierta por una brillante capa de barniz. Por supuesto no me servía de consuelo saber que buena parte de la responsabilidad de lo que decía mi curriculum era mía. Según las normas de régimen interior, se nos requería que tuviéramos al corriente un curriculum breve así como un fichero con la información de apoyo necesaria acerca de los clientes atendidos y el tipo de trabajo realizado. De esta manera, si alguien de marketing o un director de proyecto tenía


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.