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Novedades bibliográfi cas

NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS 

ARQUEOLOGÍA EN LA VÍA DE LOS VASOS DE VICARELLO

Recesión

Estudio arqueológico en la Vía de los Vasos de Vicarello, A Gades Roman, entre las estaciones de Mariana y Mentsa (Puebla del Príncipe-Villanueva de la Fuente, Ciudad Real). Luis Benitez de Lugo et alii. Archivo Español de Arqueología, 2012.

«Este excelente trabajo proporciona información sobre una de las más antiguas e importantes vías de comunicación de la Península Ibérica. De la entidad y personalidad de esta vía dan cuenta los Vasos de Vicarello, que describen el itinerario A Gades Roman: «Desde Cádiz a Roma». El estudio aporta los resultados de una intervención arqueológica que, además de confi rmar el carácter romano de este tramo, pone de manifi esto cómo la aplicación sistemática de un método de intervención arqueológica adecuado puede aportarnos resultados relevantes para avanzar en la caracterización y el reconocimiento de los caminos romanos, sin que por ello haya que provocar el desmantelamiento del monumento; en este caso, un camino cuyo origen se remonta a dos milenios».

El resumen citado arriba por los propios autores describe bien e incluso un tramo que hasta ahora, no aparece en ninguna otra fuente itineraria. Aunque a esta ruta se la ha nominado con diversos nombres —desde Vía Augustea, Vía Hercúlea, a Camino de Aníbal— proponen mejor hablar de «Vía de los Vasos de Vicarello», una de las fuentes itinerarias antiguas más singulares y con una muy extensa bibliografía. Las cuatro columnitas miliarias llevan grabadas las mansiones de la ruta de Cádiz a Roma, allí donde llegan todos los caminos. Los autores se cuestionan las teorías tradicionales en cuanto a cronología, origen y motivación y hacen bien, porque eso es hacer ciencia. Se inclinan por fechar los vasos entre los siglos III y IV, en vez de la tradicional fecha augustea que la investigación venía asignando hasta aquí. Se basan sobre todo en cuestiones paleográfi cas, en la toponomástica (idéntica a la de documentos tardíos como el Itinerario de Antonino y el Itinerarium Burdigalensis) y su parecido formal y decorativo al missorium de Teodosio. Sea como quiera, estos vasos son la única fuente que contiene el dato de la distancia —20 millas— de Mariana a Mentesa.

El equipo de trabajo saca muy buen partido a los estudios viarios de la zona del siglo XIX y en particular a una memoria de Martínez de Carnero que describe con mucha precisión los restos viarios sobre el terreno, lo que les sirve para cuestionar el recorrido propuesto por Silliéres por el camino Real de Andalucía y localizarlo sobre la Vereda de los Serranos, mucho más próximo en las distancias a las millas romanas señaladas en los Vasos.

Uno de los aciertos de este estudio es haber empleado una metodología de precisión, más de limpieza y observación, que de excavación propiamente dicha, lo que les ha permitido realizar una suerte de «arqueología preventiva» que no es lo usual, pero ha proporcionado resultados tan concluyentes o más que los de una excavación tradicional. Frente al abuso, algunas veces, de cortes estratigráfi cos masivos en tramos viarios, los autores se centran en un tramo donde la vía romana se vio solapada por la actual vía pecuaria que transcurre entre los términos municipales de Terrinches y Santa Cruz de los Cáñamos en la provincia de Ciudad Real. Para ser prácticos, lo que han hecho es investigar exactamente en aquellos puntos donde la vía había sido parcialmente destruida y seccionada anteriormente por completo, al ser atravesada perpendicularmente por caminos abiertos o reformados con potente maquinaria en fechas recientes, quedando la estratigrafía de la vía antigua al descubierto y facilitando con ello una lectura completa sin necesidad de acometer pesados trabajos de desmonte. En suma han llevado a cabo una arqueología inteligente, no invasiva y práctica.

El otro gran acierto es haber dado carta de naturaleza a la verdadera estructura de las vías romanas, muy tergiversadas hasta la llegada de los trabajos de Isaac Moreno, por teorías un tanto disparatadas por errores de interpretación tanto de las fuentes antiguas, en especial Vitrubio, como de las propias interpretaciones de las diversas capas. Los autores, entienden bien, sobre todo en el terreno de penillanura del Campo de Montiel, que los romanos construyeron sus caminos adaptándose perfectamente al terreno y a los materiales. Por eso aquí prefi rieron levantar la infraestructura del camino aportando paquetes de fi rmes sobre el suelo —lo que los campesinos llaman todavía con razón «el malecón»— un sistema costoso en principio, pero a largo plazo de bajo mantenimiento y gran durabilidad, máxime en esta zona con un terreno natural compuesto por una cobertura sólida de calizas. Los materiales locales para los fi rmes son clastos de caliza, zahorras, arcillas y gravas extraídas del entorno del camino. Incluso en algunas pocas zonas se ha conservado la capa de rodadura original. Esta sucesión de fi rmes, sellados con una capa de rodadura

Zona estudiada (Fuente: mapa extraído del artículo comentado, publicado en Archivo Español de Arqueología)

más fi na, incluso con pequeños guijarros, proporciona un excelente pavimento en tiempo seco o mojado, se comporta bien ante los desperfectos por desgaste y es fácil de reparar y mantener.

La investigación arqueológica se centró en cuatro puntos de intervención en los que se estudiaron y describieron las distintas unidades estratigráfi cas y algún material curioso como un conjunto de elementos metálicos característicos del uso de la vía por el ejército romano, en concreto los clavi caligarii o tachuelas de cáliga que presentan decoraciones geométricas en relieve en la cara cóncava de sus cabezas para mejorar el agarre de la tachuela a la suela.

En suma este extravagante y quijotesco estudio, cercano a los asendereados caminos quijotescos posteriores, además de estacar por su limpieza, nunca mejor dicho, arqueológica ha llegado a conclusiones precisas sobre el trazado de la vía romana descrita en los Vasos de Vicarello entre Gades y Roma en un pequeño tramo en el Campo de Montiel, entre las mansiones de Mariana y Mentesa por la conocida como Vereda de los Serranos. Además de documentar perfectamente los fi rmes diversos, sin necesidad de realizar corte estratigráfi cos, sino aprovechando los «históricos» e incluso los recientes, derivados de una obra de infraestructura hidraúlica, se ha puesto de manifi esto la existencia de secuencias constructivas perfectamente articuladas que denotan una planifi cación clara del proyecto de ejecución del trazado, manifestando dinámicas bien establecidas y pautadas en la construcción de la vía. Los resultados obtenidos ponen de manifi esto, además, la romanidad de la obra de ingeniería viaria e incluso algunos arreglos del viejo camino romano, todavía en uso en los siglos XIX y XX, que se pudieron documentar por restos de piedra caliza de machaqueo con aristas de tamaño medio y pequeño, que se superpusieron a la capa de rodadura original romana, ya desgastada.

Nuestra felicitación al equipo por hacer las cosas con sentido común y por qué no decirlo, además en tiempos de crisis, con la fi losofía de bueno, bonito y barato.

Santiago Palomero Plaza «El Nuevo Miliario»

LA REUNIÓN DE MÉRIDA, POR FIN

Simposio Científi co Internacional Aspectos de la red viaria hispano-romana, Mérida, 2008, publicado en Anas, 21-22, Mérida, 2012 (fecha de portada: 2008- 2009), 535 pp.

Comentario

Casi cuatro años después de la celebración del Simposio titulado «Aspectos de la red viaria hispano-romana», que tuvo lugar en Mérida en noviembre de 2008 1 , se han publicado las actas correspondientes, conformando el número 21 / 22 de la serie Anas, que edita el Museo Nacional de Arte Romano 2 . Pese a la tardanza en publicar el volumen de actas, labor para la que el Museo ha contado con la Asociación de Amigos del Museo, según explican José María Álvarez Martínez y José Luis de la Barrera en la brevísima introducción, la espera ha merecido la pena pues podemos afi rmar, sin temor a que nuestra siempre inevitable subjetividad a la hora de juzgar un libro nos haga equivocarnos, que estamos ante uno de los volúmenes más importantes que ha producido la investigación de la red viaria en Hispania en los últimos cuarenta años. La nómina de autores es impresionante y el interés de sus comunicaciones, máximo. Para aquellos que no tuvieran ocasión de acudir —como el que esto fi rma—, se adjunta a esta reseña, en lugar de la tradicional portada con la que ilustramos en nuestra revista los comentarios, el índice de la obra comentada.

Ya desde la magistral ponencia inaugural, debida a Lorenzo Quilici y dedicada a «Técnicas e infraestructuras en la construcción de las carreteras en el mundo romano», largo epítome (en español) de cuarenta años de investigaciones plasmadas, las más de las veces, en la imprescindible serie «Atlante Tematico di Topografi a Antica», y a quien tendremos también ocasión de ver en el próximo Congreso Internacional de Arqueología Clásica 3 .

A partir de ahí, el volumen se conforma con una sucesión de comunicaciones de altísimo nivel, entre las que cabría destacar algunas, por su especial contenido. Así, José María Solana da otra vuelta de tuerca a lo que había sido su línea de investigación de los últimos años 4 y centra su largo trabajo en «aspectos fi lológicos, de terminología y de cronología del viario romano», en realidad un inventario de miliarios que usan las fórmulas fecit, refecit, perfecit, restituit y reparauit. En el mundo de los buscadores de Internet la utilidad de estos estudios basados en la epistemología pura no queda siempre clara, pero el largo trabajo pretende dar una visión de conjunto completada con un extensísimo inventario que nos remite a otras épocas.

Un planteamiento distinto, tratando de sacar partido a las fuentes, es lo que dio pie a la aportación de José Manuel Iglesias, donde estudia la participación del ejército en la construcción de obras públicas en la Tarraconense.

Enrique Melchor buscó en la existencia del Baetis como vía fl uvial el eje en torno al cual se articuló la red viaria en la Bética, destacando en su comunicación el estudio de las infraestructuras fl uviales construidas sobre el actual río Guadalquivir, así como de las mercancías susceptibles de ser trasladadas por esa completa red viaria y fl uvial.

La contribución de Isaac Moreno se centró en la técnica para el estudio de la red viaria romana, incidiendo, por tanto, en aspectos ya expuestos en otros lugares, en particular el «seccionamiento transversal» como uno de los métodos más adecuados para observar el proceso constructivo de los caminos antiguos. A la comunicación de Moreno, el formato de la publicación (al texto completo le siguen las imágenes en blanco y negro) no le favorece, pues su intervención, una vez publicada, adolece quizá de cierta parquedad de ejemplos, que tanto ilustran sus intervenciones en público y su obra más conocida 5 , quedando por tanto reducida a una sucesión de afi rmaciones sobre lo que son y no son características de las vías romanas.

En la misma línea de epítome de la trayectoria de su autor hasta la fecha se enmarca el trabajo de Manuel Durán, que se centra en los logros tecnológicos en la construcción de puentes romanos en Hispania, extendiendo esta vez su estudio también a los de cronología altomedieval.

Vasco Gil Mantas llevó a cabo un estado de la cuestión sobre los estudios de la red viaria romana en Portugal. Incompleto, como es inevitable en este tipo de trabajos, de su aportación supimos más tarde que se trataba, en realidad, de un adelanto de una monografía dedicada a sistematizar el estudio de los caminos romanos en Lusitania, de reciente publicación 6 .

A la desconcertante conferencia de Rodríguez Colmenero, sobre la que ya esta revista se extendió en la crónica del congreso 7 , sigue en la publicación una muy interesante aportación de Josep Maria Nolla e Isabel Rodà en torno al tramo norte de la Vía Augusta, sobre el que presentan numerosas novedades entre las que brillan con luz propia los resultados de la excavación de las mansio Summus Pyrenaeus (Camí de Panissars) y Praetorio (Can Tacó) y la refl exión que, a propósito de ellas, se hace acerca del concepto de mansio.

Sobre la misma zona incide el estudio de Pau de Soto y César Carreras, en un completísimo trabajo sobre vías romanas en Cataluña en el que incluso presentan los primeros resultados de un proyecto destinado a calcular los costes de transporte en época romana por vías terrestres y fl uviales.

Ferran Arasa lleva adelante, con la solvencia a que nos tiene acostumbrados, un estado de la cuestión acerca del estudio de la Vía Augusta en tierras valencianas, algunos de cuyos avances ya hemos recogido en números anteriores de esta publicación 8 .

Un correcto resumen de otros trabajos de similar título fue la ponencia «La Vía Augusta de Baetica», de Ramón Corzo, al que sigue una completa puesta al día de las vías romanas que llegan a Mérida, texto debido a F. Germán Rodríguez.

El voluminoso libro se cierra, tras una actualización del estado en que se encuentra el desarrollo del proyecto Alba Plata, con otra charla magistral, debida en esta ocasión a Pierre Sillières, quien, con una ponencia acerca de metodología y estado de la cuestión del estudio de las vías romanas en Hispania, pone un broche de oro en una publicación imprescindible a la que, modestamente, nuestra revista, en fi n, contribuyó con una fugaz comunicación dedicada a glosar la fi gura de Gonzalo Arias y los orígenes de nuestra publicación, que por entonces andaba aún por su tercer año de vida 9 . Santiago Palomero fue el encargado de glosar la fi gura del maestro y de exponer las razones de la existencia de una publicación tan exclusiva como la nuestra.

Carlos Caballero El Nuevo Miliario

NOTAS

1. En nuestro número 7 (diciembre de 2008) ya publicamos, a cargo de Guillermo Reher, la crónica de aquel Simposio, por lo que este comentario incidirá sólo en aspectos relacionados con la publicación. 2. La fecha de portada de la revista indica los años correspondientes en la serie a este número doble (2008/2009); en realidad, la publicación se realizó en 2012. 3. Que se celebrará en Mérida del 13 al 17 de mayo de 2013, y en el que Lorenzo Quilici presidirá una comisión destinada al estudio de los caminos antiguos. 4. Resumida en la serie «La política viaria en España» 5. Moreno, I. (2004): Vías romanas. Ingeniería y técnica constructiva, Madrid 6. Mantas, V.G. (2012): As vias Romanas da Lusitânia, Mérida 7. El Nuevo Miliario, 7, p. 95 (2008)