En el campo de la botánica, no podría haberse producido un desarrollo tan sostenido sin la laboriosa dedicación de tantos ilustradores y su inmensa producción de iconos que contribuyeron de forma capital al desarrollo de la farmacopea moderna. Y en el campo de la medicina, no podemos dejar de citar el trabajo de artistas de la talla de Leonardo da V inci y de otros muchos menos recordados. En tiempos recientes, y aún después del advenimiento de la fotografía, la pintura naturalista ha contribuido de manera sorprendente al desarrollo de disciplinas como la ornitología, al permitir que un numeroso público aficionado dispusiera de libros de pequeño formato bien ilustrados, para llevar consigo en sus excursiones para observar aves. Algo similar ha ocurrido con otros campos de la zoología, como la entomología o la ictiología donde la contribución del aficionado al trabajo de investigación se ha visto así potenciada de forma notable. La fotografía no ha desbancado, ni mucho menos, al dibujo como herramienta de ilustración científica. Pero en la pintura naturalista existe un componente estético que en muchos casos alcanza gran reconocimiento en los círculos del arte. Fuera de su función didáctica o ilustradora, el Wildlife Art, como es conocido en el mundo anglosajón, ha alcanzado una gran difusión entre coleccionistas y aficionados al arte y existen multitud de pintores, escultores o grabadores que dedican su talento a representar escenas del mundo animal que llenan galerías de países como Estados Unidos, Inglaterra o Suecia. Las obras de algunos de ellos alcanzan altas cotizaciones y, en general, se trata de un género artístico al que ya no se puede calificar como ilustración y que toma sus referencias directamente del natural, con ayuda de los modernos sistemas de observación, los telescopios terrestres o los prismáticos. El arte naturalista, el Wildlife Art, es un género por derecho propio y ocupa su lugar en museos de todo el mundo. Países como Gran Bretaña y Estados Unidos cuentan con galerías como la Wildlife Art Gallery (Lavenham), la Gerald Peters Galery (Santa Fé), el Nature in Art Museum (Gloucester), o el Leigh Y awk ey Woodson Art Museum (Wausau) que posee una de las mejores colecciones de pintura de aves y a éstas dedica una exposición anual internacional, el Birds in Art. España, sin embargo vio truncada gran parte de la actividad artística en este campo a partir del siglo XVIII, con la pérdida de las colonias y la decadencia del imperio. Pese a contar con grandes artistas del género como Cristóbal V ilella, Celestino Mutis, José Cardero, Francisco Pulgar, Juan Mieg y otros, la atención prestada en nuestro país fue muy limitada y buena parte de las obras se perdieron o fueron a parar a los archivos de museos sin ver jamás la luz. Los fondos de distintas instituciones como el Real Jardín Botánico, el Museo de Ciencias, la Academia de San Fernando o la Biblioteca Nacional entre otros contienen magníficas muestras de pintura de la Naturaleza. El término “ilustración” con el que se ha denominado, a veces de forma excluyente, al Wildlife Art no puede englobar la amplia muestra de formas de ver y entender el mundo natural por los artistas actuales. La pintura de Naturaleza es solamente una parte de la pintura objetiva que toma como motivo los seres vivos y el entorno en que se mueven. A veces, incluso, ni siquiera es pintura objetiva, desde el momento en que las formas se desdibujan, los colores se extreman y la composición se separa del formato clásico. En esta exposición mostramos la obra de unos cuantos artistas españoles de dilatada trayectoria. Hemos intentado incluir diferentes estilos, desde trabajos de investigación sobre morfología del paisaje y la vegetación, hasta estudios minuciosos de pequeños elementos aislados de su entorno, desnudos de cualquier apoyo. Hay apuntes del natural, tomados directamente a través del telescopio, y hay elaboradas obras de estudio. Esperamos sinceramente que esta muestra despierte el interés del público y sea la primera de otras muchas con una representación aún más amplia y variada.
Juan Varela