Edicion58

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Diciembre 8

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Pompas

Al borde de la locura

Se encontraba la triste Aseret en su cuarto maloliente, recostada sobre sus muñe-

María estalla. Se casa con Pepe el día de sus 25 cumpleaños.

cas y muy despeinada, lloró, se quejó y enjugó sus lágrimas. Se preguntaba: ¿Qué tengo Dios?, y Dios le contestaba: “Atiende a tu corazón”. Escribió un poema: “Promesa a la Patria”, y así se sintió mejor. Pensó en el amor, y así se sintió peor. ¿Qué tienes Aseret?, una voz le decía dentro.

Diciembre10 María y Pepe se van al extranjero. Febrero 12 María tiene cita con el psicoanalista.

Ella acongojada buscó escapar de su propio yo y yo le musité es tu corazón.

Marzo 5 María exhibe ahora, uno ojos de fuego apagado. 3:37 AM: Bebe un wisky sola en la bañadera. Pepe duerme, duerme satisfecho su 60 cumpleaños.

Teresa González. (El Salvador)

Yuray Tolentino. (Cuba)

El tren

Mientras arribaba al caserío dormido sobre el valle, parecía sierpe enroscándose

por el desértico vestido de la tarde. En resecas hojas y sobre pentagramas de silicio escribía el viento odas de desgarrada soledad. Perfumaban el aire nombres. El mutismo era un sudario que lo amortajaba vivo. El espejismo se le trepó a los ojos y harto, se estiró sobre el paraje. Al llamado, bajo la perforada túnica emprendió el regreso. Lánguido tizón que en su propia huella volvió a zigzaguear. Beatriz Teresa Bustos. (Argentina)

S

Aún no me has dado la mordida, y ya me pides la cuenta en Panama

e había descuidado el empresario constructor de dar a su popolítico* de turno la cantidad de dinero acordada en la Contrata, y se quejaba junto a él, en su despacho; y para recordar de buen modo que le diesen su porción, dijo al empresario: -¡Vamos ya¡ Aún no me has dado la mordida**, y ya me pides la cuenta en Panamá. *popolítico: palabra acuñada por Fernando Guinar del MAREA, Colombia. ** mordida: dinero aceptado como soborno.

Daniel de Cullá. (España)

El Pozo

Había peleado. Mi rival era alto. El otro pequeño. Estábamos cerca de un acantilado. Debíamos reparar una cañería que volcaba sus desechos al mar. De no arreglarlo, se contaminaría. Alguien

había cavado un pozo. Se veía profundo. Sería muy difícil reparar la avería. El debate trataba sobre quién entraría al pozo para reparar el caño. No teníamos herramientas. Ignoro por qué no pensamos en bajar por la ladera del barranco dado que el pozo corría paralelo. En un descuido, cayó el pequeño. Debido a la pelea, mi rival y yo no nos hablábamos. El bajo era el jefe, y su deber era ordenarnos. En un descuido lo vimos caer con sus brazos en alto. Voló polvo y en el fondo, el grito se ahogó. Nos miramos y marchamos en direcciones y rumbos desconocidos. Nada recuerdo del mar ni del cielo, salvo por un brillo intenso en mis ojos. Hugo Álvarez Picasso. (Argentina)

Microrelato Épico Negro Primero (Pedro Camejo)

Era un negro fuerte, alegre, conversador, chistoso y valiente. Primero, formó filas con los realistas. En su ignorancia política, solo quería ganar dinero. Cuando en verdad, abrió los ojos, abandonó a estos y se alistó con los patriotas al mando de Simón Bolívar. Luchó en varias batallas independentistas. En la de Carabobo, hubo un momento en que buscó a Páez, este lo instó a devolverse a la lucha y tambaleante, le dijo: Mi General, vengo a decirle adiós, porque estoy muerto! Y cayó , pero la historia lo levantó por su heroísmo.

Trina Lee de Hidalgo (Venezuela)


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