Su apasionante libertad creativa, se suma a técnicas diversas que incluyen soplete, vaciado, termoformado, entre otras. ¿El resultado? Espectaculares piezas como centros de mesa, lámparas, muebles diversos, esculturas y por supuesto, una bellísima línea de joyería que grita arte de principio a fin. Sí, todo fabricado con la magia del vidrio. Sobre las joyas asegura: “Son como esculturas chicas que puede usar la gente. En ocasiones no las veo como joyas, obviamente deben ser funcionales, pero en realidad la meta es hacer piezas que en miniatura puedan ser joyería y en macro instalaciones”. Lo anterior responde a la naturaleza de cada propuesta de Quagliata, piezas únicas que se conciben sin ningún molde alguno, por el contrario, toman su forma y alma a través de la experimentación e imaginación del artista. Así una amplia gama de anillos, dijes, pulseras, aretes, mancuernillas así como otras entregas con carácter, integran el universo de objetos de deseo convertidos en joyas imprescindibles para los amantes de la exclusividad. El virtuoso del material traslucido, también apuesta por las sinergia con otros universos. Al respecto, comenta, “estamos haciendo muchas colaboraciones con otras compañías, de cerámica, madera y metales”.
EN BREVE Retos detrás de la joyería “La comodidad. Al hacer una cosa de vidrio, siempre deberá existir el balance de que no sea demasiado frágil, pero también que sea funcional”. Su casa “He vivido en muchos países, pero México es mi favorito por mucho”. Diseño mexicano “Desde que llegué hace 20 años a México, el tema ha avanzado muchísimo. El diseño mexicano será lo que sigue después de los arquitectos y cineastas para las exportaciones creativas” SOBRE EL AUTOR Nació en San Francisco durante 1972, comenzó a trabajar el vidrio desde los seis años, es hijo del afamado artista de vidrio Narciso Quagliata y nieto de Herta Jalkotzy, reconocida diseñadora de joyería. Su formación incluyó el California College of the Arts (CCA). MÁS INFORMACIÓN www.orfeoq.com 57