Madrid, varios a–os despuŽs
40. El plan B ÐTenemos que pensar en un plan B Ðsugiri— Eduardo. ÐLo sŽ. Ya lo tengo pensado Ðle dije. ÐÀAh, s’? ÀCu‡l es? ÐPensar en el plan C. ÐÀY cu‡ndo toca pensar en el plan C? Ðinsisti—. ÐCuando llegue el plan B Ðrespond’. ÐÀY cu‡ndo cojones llegar‡ el plan B? ÐÀSeis meses antes de agotar existencias? ÐpreguntŽ, buscando su aprobaci—n. ÐEst‡ bien, entoncesÉ para junio Ðsentenci—. El a–o 2010 comenzaba su andadura cuando Eduardo y yo manten’amos esta conversaci—n con los ni–os reciŽn acostados y un pa’s envuelto en papeles de ÇSe alquilaÈ, ÇSe vendeÈ, ÇLiquidaci—n por cese de negocioÈ, ÇContrate aqu’ su hipoteca y le regalamos la casaÈÉ Eduardo llevaba trece meses sin trabajo. Recuerdo c—mo empez— todo. Faltaba poco para el 2009É ÐÀQuŽ es eso? Ðme pregunt—. ÐUna revista de decoraci—n. No duermo pensando en la disposici—n del sal—n yÉ ÐTeresaÉ ÐÀCrees que cabr‡ la mesa de la cocina en la terraza? ÐTeresa... me han ofrecido otro puesto de trabajo dentro de la empresa. El m’o desaparece. ÐYaÉ Ðle dije, escuch‡ndole por finÐ. ÀY te gusta el puesto nuevo? ! !
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