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VI Concurso de cuento escolar Morón Información

Alumnado Sexto De Primaria
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Hola soy Max. Soy una persona bastante normalita y sobre todo muy curiosa. Voy a una escuela muy peculiar, donde a diferencia de las demás, los alumnos tienen algo especial, tienen poderes.

Pero… no aceptan a personas con poderes, sino que ayudan a desarrollarlos, y aunque normalmente tardan entre un año o dos, ya estoy en sexto y aún no he descubierto mi poder. Cada persona tiene un poder único que todos los estudiantes deben conocer, pero nadie que no pertenezca a la escuela puede saber nada sobre los poderes.
Hay una excepción a la regla, y es que todos los estudiantes tienen que saber las habilidades de cada persona, de hecho, de la persona de la que hablo, no se sabe ni el nombre, pero lo que sí se sabe, es que tiene un poder, un poder que nadie conoce. Y lo que no puede faltar son los rumores, hay unos que dicen que es tan poderoso que no le permiten enseñarlo, también que puede tener dos poderes, y la gente más loca dice que es un espíritu que cobra venganza contra la escuela.
Un día la curiosidad me pudo y aún con todos los rumores alrededor de él, y de todo el miedo que transmitía su aura decidí hablar con él. Además, me da un poco de pena que sea tan marginado por los demás (aunque parece que no le importa). Me armé de valor y logré soltar un hola.
Después de un rato me devolvió el saludo, volteo la cabeza para verla directamente a la cara. Con unas ganas tremendas de hablar sobre sus poderes, decidí aguantar e ir poco a poco. La conversación avanzó sola y me di cuenta, de que no era mala persona, de hecho, era muy amable. Luego de bastante tiempo reteniendo mi curiosidad, hice la pregunta Oye, ¿Por qué nadie sabe nada acerca de tu poder? Con una cara tímida me dijo ¿De verdad necesitas saberlo? Mientras pensaba en que decir, él se adelantó Gracias por ser la primera persona que se anima a hablar conmigo, y siento que te mereces saberlo. Pero antes, ¿No crees que deberías decirme tu nombre? Yo soy Alex Con cara de vergüenza por haberme olvidado de presentarme dije Soy Max, un gusto Alex. Y después del despiste Bueno ya ha llegado la hora de que te muestre mi poder. Acompáñame.
Me agarró de la mano y me llevó al campo de flores más blanco y vacío que jamás había visto. Luego me soltó y mientras acariciaba una flor unas gotas de pintura salían de su mano, diciéndome. Tengo el extraño poder de generar colores de mi cuerpo, pero…hay algo más que tengo que contarte. Tengo un segundo poder (Entonces los rumores eran ciertos) pensé. Tengo el don de atraer la mala suerte, y no puedo hacer nada sin que algo malo pase. Y se dice que si logras devolverle el color al campo del vacío harás crecer un trébol de cinco hojas Sorprendido dije Espera ¿Este es el campo del vacío?¿El lugar más buscado por la humanidad? Y él respondió Ese mismo Pero ¿Cómo lo has descubierto? Pregunte con la misma de sorprendido Y sin muchos rodeos dijo En un mapa ponía que estaba a la derecha de la escuela donde estudiamos, fui a la derecha y lo encontré. No se cómo no han podido encontrarlo (Pues la verdad tiene razón) pensé.
Luego de la explicación, me sentí bastante mal por todas las veces que pensé mal sobre él, simplemente por no conocerle. Entonces, decidí ofrecerle ayuda Si pretendes devolverle el color a todo este campo, que se sepas que cuentas conmigo para ayudarte Alex tardó un poco en reaccionar y unas lágrimas salieron de sus ojos y se me acercó Muchísimas gracias, nadie nunca había querido ayudarme. En serio, muchísimas gracias Le sequé las lágrimas y respondí No podía quedarme de brazos cruzados con todo lo que me has contado. Así que ¡Manos a la hora!
Desde entonces, estuvimos no semanas, sino meses pintando el campo, y aunque hubiera momentos difíciles sabíamos que nos teníamos el uno al otro. Y así, pintamos hasta la última flor, pero… nada sucedió, esperamos un rato y pude ver la cara de decepción de Alex Bueno… muchas gracias, pero, creo que la leyenda no era cierta. No te preocupes ya buscaré otra forma Triste, se fue, mientras que yo… no sabía cómo me sentía.
Pasó un día y al volver al colegio Alex no estaba (pero claramente sabía dónde estaba). Fui al campo del vacío y allí estaba, mirando al horizonte. Me senté junto a él sin decir nada. Y entonces él comenzó No estoy triste y extrañado añadí Pero si no creció el trébol Y él respondió Sí, pero he encontrado algo mucho más importante. A ti. Sonrojado, le sonreí y sentí una luz que me llenó de energía; en ese momento, recordé que eso significaba que iba a obtener poderes. Tras ello, cogí un papelito en el que ponía “haz felices a los demás y cumple sus deseos” emocionado dije Genial. Así podré hacer que se te quite la mala suerte Pero él se negó No, ya he cumplido mi mayor deseo ¿Cuál? pregunté Pues haber conocido a alguien cómo tú Entonces me dio un abrazo diciéndome gracias. Finalmente, nos quedamos ahí sabiendo que estábamos juntos uno al lado del otro.

El Gran Misterio

Hace mucho tiempo, en un país lejano nació una niña llamada Cloe, tenía ocho años. A Cloe le encantaban las aventuras, viajar, correr, saltar… Era una niña muy risueña. Vivía en medio del Himalaya, con su padre, su madre y su pequeño perro.
Un día fue con su familia de excursión por el Himalaya, de pronto escucharon un sonido muy raro como de un animal en apuro, pero no le dieron mucha importancia, en cambio Cloe no paraba de pensar en ello, pasó minutos y Cloe seguía sin olvidar lo sucedido, sus padres la notaron muy preocupada y ellos le preguntaron que si se sentía bien, ella contestó que sí con la cabeza, pero sus padres no la creyeron, entonces se sentaron en unas piedras que había en medio de la montaña, los padres de Cloe empezaron a hacerle muchas preguntas y ella empezó a explicarle que estaba preocupada porque antes había escuchado un ruido como de un animal en apuro, los padres le contestaron que ellos también habían escuchado ese ruido pero no le dieron importancia ya que pensaron que podría haber sido alguna otra cosa, mientras que hablaban escucharon otra vez el sonido. Ahí ya sí que se dieron cuenta de que no era normal y que debía ser importante, los tres a la vez dijeron - tenemos que investigarlo.
Entonces, llamaron a su perro que estaba comiéndose la nieve y no perdieron ni un segundo más, se pusieron manos a la obra, pero tenían un grave problema, no sabían por dónde ir, ya que habían varios caminos, a Cloe se le ocurrió una idea que trataba de que cada uno fuera por un camino porque había tres caminos y su pequeño perro con uno de ellos, a su madre y a su padre no le gustaron la idea ya que Cloe era muy pequeña y se podía perder, Cloe insistió que no se perdería ya que se sabía esos tres caminos de memoria, pero su padre y su madre seguían si dejarle, y seguían sin saber qué hacer, sonó otra vez y los tres creían que el ruido venia del camino derecho, así que fueron para allí.
Su perro empezó a oler el suelo y se pusieron muy contentos porque sabían que el animal estaba cerca, entonces siguieron andando, pero seguían sin encontrar nada y como ya estaban muy cansados decidieron poner sus sacos de dormir, entre dos árboles que les tapaba algo del frío y seguir andando a primera hora de la mañana.
A la mañana siguiente, Cloe se despertó muy nerviosa, ella decidió despertar a su madre, a su padre y a su perro, estaban muy nerviosos así que siguieron para adelante, al cabo del rato llegaron a una pequeña cueva y decidieron investigar un poco, no encontraban nada y, Cloe se puso muy triste ya que creía que iban a encontrar algo pero nada, entonces salieron de la cueva, su perro empezó a oler otra vez el camino y Cloe mejoró porque sabía que seguían por el camino correcto, siguieron y vieron un pequeño acantilado como con una cueva más abajo pero hay era imposible llegar porque donde ellos estaban era súper alto y podía ser grave, de repente otra vez se escuchó ese ruido Cloe se puso contenta y a la vez triste porque sabía que el animal estaba en esa pequeña cueva, pero claro ¿Cómo iban a bajar? Cloe quiso asomarse a ver si veía al animal, entonces se asomó y ¡Ayuda, Cloe se había quedado colgada de una rama!, sus padres estaban intentando ayudar a Cloe, pero era imposible ya que la rama estaba muy abajo de donde estaban ellos, Cloe empezó a llorar muy muy fuerte ya que era muy difícil rescatarla de ahí, pero en el momento menos esperado, se escucharon unos pasos muy fuertes ¡Era una osa! La osa empezó a ayudar a Cloe y se la llevó a su cueva, la osa estaba gritando porque estaba herida, sus padres se pusieron muy contentos y a lo lejos ¡Vieron una caseta de un guardabosque! Así que fueron a llamarle, para que rescataran a Cloe y a la osa. Todo mejoró gracias a los guardabosques y a la osa, las dos pudieron salir sanas y salvas.
Marta T. 6º primaria
El Monstruo De Los Libros

Érase una vez un monstruo que vivía en Sevilla, al que le gustaban mucho más los libros que la comida que su madre le hacía. Un día su madre dijo: -tienes que empezar a comer menos libros y comer más comida sana como zanahorias o manzanas. Al día siguiente, la madre le escondió todos los libros, pero lo que la madre no sabía es que él tenía un baúl lleno de libros y se los comía a escondidas, mientras la madre estaba haciendo otras cosas, porque les gustaba demasiado pero, ¿a que no sabes lo que le pasaba?, cada vez que se comía un libro se volvía más inteligente y por eso en el colegio tenía muy buenas notas.

Un día, la madre descubrió el baúl y quemó todos los libros que había dentro del baúl. Al monstruo le seguían gustando los libros porque aprendía todo lo que venía escrito en los libros que comía. Su madre le dejaba comer todo tipo de comidas, sobre todo frutas y verduras, cosa que a él no le gustaba comer porque no aprendía nada. En el colegio le dijeron que dentro de dos días seria la feria del libro. Eso le dio una idea, iría a la feria del libro para comprar todos los libros que pudiera y después comérselos para tener más inteligencia de la que ya tenía.
Necesitaba conseguir dinero para poder comprar libros, por eso creó una tienda de limonada y galletas para poder así conseguir dinero, y para que la madre no se enterase puso el puesto en el colegio y gano mucho dinero. En el puesto compraba todo el mundo del colegio incluso los maestros, aunque no sabían la razón por lo que lo había montado, pero es verdad que se lo compraban y estaba muy rico. Consiguió el dinero necesario para comprarse libros cuando empezara la feria, y eso fue lo que hizo.
Compro libros de mates y de educación física que eran los libros que más le gustaban y comió muchos de ellos. Sacó muy buenas notas y le contó a la madre porque comía libros y ella le compró muchos más de los que a él les gustaba y no se los tiraba a la basura, porque ella, una vez que los probó también descubrió que le gustaban y se dio cuenta el poder que tenían y porque el hijo comía libros (para ser más inteligentes).
Al darse cuenta que le hacía saber mucho más de lo que sabía, empezó a darle libros a sus amigas para que probasen y vieran como se sentían ellos al comer libros. Resultó tener el mismo efecto que en ellos, por los que comenzaron a hacerlo y les gustaba mucho, ya que los hacia más inteligente y aprendían muy rápidamente todo lo que comían. Como a todo el mundo les gusto, montó una tienda muy grande para que todo el mundo comprara libros y les gustó mucho a todos. Por eso la tienda se hizo famosa en todos los continentes y la gente se hizo más inteligentes. Todo el mundo se lo agradeció de todas la formas posibles y se hicieron muy famosos gracias al monstro de los libros, que no guardo este secreto para él, sino que lo compartió con todos.

El Museo Del Terror
Alicia, era una niña de 11 años; alegre, divertida, simpática, deportista y muy responsable. Amaneció un domingo muy feliz, porque había llegado el gran día. El viaje que organizó desde hacía tiempo con su padre a Madrid como regalo de su cumpleaños. Estaba muy ilusionada, porque iban a visitar muchas cosas: monumentos, espectáculos, calles famosas y museos, entre el que se encontraba el “Museo de los famosos”. Éste era el que más ganas tenía de ver, pues allí se encontraba el Pasaje del Terror. Aunque existía un gran problema, su padre era bastante miedica, pero estaba dispuesto a ir con su hija.
Cuando llegaron al museo lo primero que hicieron fue visitar todas las salas de los famosos como: pintores, artistas, toreros, deportistas, superhéroes, etc. Su padre se hacía el remolón y daba de lado a la gran sala del terror, hasta que no tuvo más remedio que entrar. Alicia iba primero porque no tenía miedo. Sin embargo, su padre apenas avanzaba, pues estaba aterrado. Lo primero que vieron aparecer fueron unas niñas gemelas espeluznantes, seguidas de una anciana meciéndose en una mecedora, había ratas enormes que se movían por todos lados e iban a buscarte, una mazmorra con cuerpos decapitados, una cama elevándose… y todo acompañado de sonidos apocalípticos. Alicia, a pesar de que no le asustaban esas cosas, no lo pasó muy bien, pues eran situaciones muy reales. Ella creía que su padre iba detrás en todo momento, hasta que se dio cuenta en la salida de que él no estaba. Así que tuvo que volver a comenzar el pasaje del terror para buscarlo y eso no le hizo mucha gracia. Cuando entró por el primer pasillo, donde estaban las gemelas, encontró allí a su padre, asustado y espantado, e iba caminando detrás de otra familia, porque le daba miedo ir solo. Cuando Alicia llegó a su lado para acompañarlo éste dio un grito terrible, porque creía que lo estaba atacando el Payaso It. Y de repente…

¡¡¡SE DESPERTÓ!!!
Su padre estaba teniendo una espantosa pesadilla. Pero, lo peor era que aún tenía que vivir esos momentos de terror a la mañana siguiente en la visita al museo. Y en esa ocasión iba a ser real. ¿Lo pasará su padre igual de mal???
El Ni O De La Cachucha Verde
Érase una vez un hombre llamado Erasmo con su esposa que subieron al coche para emprender un divertido viaje a la playa ya que este viaje lo tenían planeado hace 3 años. El viaje empezó por la noche pero a la mujer de Erasmo no le gustaba mucho. Erasmo al ver preocupada a su esposa le dijo: mi amor, ten calma, yo conduciré con mucho cuidado y mañana a primera hora estaremos en nuestro destino.
Así que decidieron poner la radio y Erasmo empezó a conducir. De repente la recepción de la antena les impidió que no escucharan música, por lo que estuvieron un rato en silencio. La esposa de Erasmo estaba bastante preocupada de que su marido se quedara dormido, por lo que tuvo una gran idea de comenzar una conversación y le dijo: ¿Recuerdas aquellas historias de terror que nos salió en internet? A lo que Erasmo respondió: claro, eran muy interesantes. Mi favorita era la del fantasma que aparecía en una casa y aterrorizaba a cualquiera que quisiera rentarla. No me quiero ni imaginar el terror que podrían sentir los niños.
Luego de este comentario hubo un momento de silencio porque el tema de los niños era bastante delicado para la pareja, ya que tenían muchísimos años sometiéndose a tratamientos médicos para un bebé, pero todos los intentos le fallaron. De repente la mujer gira la cabeza y ve que hay un niño pequeño con gorra verde, a la mujer le pareció muy raro, ya que era muy tarde. Le preguntó a Erasmo si también lo había visto y Erasmo le dijo: Amor, creo que necesitas dormir, además, esta carretera está muy solitaria.
1 hora más tarde, se detuvieron de forma so sorpresiva, y pudo notar que había un niño pequeño en una rampa, se trataba del niño con la gorra verde. Así que se bajó del coche para poder ayudarlo. Al acercarse se pudo dar cuenta de que una de sus piernas estaba rota. Así que lo subió al coche y lo llevó al hospital.
Mientras iba conduciendo pudo notar un extraño olor de putrefacción que salía del niño.
La pareja quiso gritar de terror al darse cuenta de que estaban cargando un organismo en descomposición. Con muchísimo cuidado, levantaron la gorra del niño para poder ver su cara y lo que se encontraron no se lo hubiesen imaginado ni en sus peores pesadillas y se dieron cuenta de que el niño tenía un cráneo lleno de agujeros.
Paloma C.L. 6º de primaria

EL SECRETO DE LA MAGIA.
Esto que os voy a contar es muy pero que muy importante, no se trata de un cuento cualquiera, se trata de una historia de magia.

Un día normal y corriente, fui a dar un paseo por el campo con mis amigas. Lo que no sabía, era que esa tarde cambiaría mi forma de pensar, mi forma de ver las cosas, me cambiaría la vida.
Fuimos a un sitio muy bonito cerca de mi casa, era un camino precioso que llegaba hasta un riachuelo. Cuando llegamos, visitamos la zona y algunas de mis amigas comprobaron la temperatura del agua. Mientras que ellas se dedicaban a hacerse unas fotos, yo me dedicaba a observar el hermoso paisaje mientras que escuchaba el agua correr.
De repente, sonó un extraño sonido desde los arbustos. - ¿Habéis escuchado eso? -Pregunté alterada. -No, ¿el qué?Contestó una de mis amigas respondiendo por todas. No me preocupé ya que ellas estaban distraídas, pero yo sabía que eso no lo había hecho algo normal.
Estaba oscureciendo, así que decidimos volver. Al llegar, mis amigas se fueron todas juntas, cada una a su casa. Yo sabía que mis amigas no le iban a dar importancia a aquella tarde, pero yo la recordaría durante mucho tiempo. Había ido muchas veces allí, incluso sola para escribir o pensar, y no había escuchado algo así nunca.
Por lo que al siguiente día volví a ese lugar, pero esta vez sola. Podía ser peligroso, pero merecía la pena hacerlo. Llegué preparada con mi gorra, mi botella de agua y Tahar (mi caballo).
Me escondí detrás de una piedra y até a Tahar en un árbol lejano, pero que pudiese supervisar. Esperé muy ansiosa hasta que llegó la hora de la verdad, volví a escuchar el mismo ruido de ayer. - ¡Sal, sea lo que sea! - Susurré nerviosa. Y para la sorpresa de todos, salió, pero no era lo que esperaba… ¡Era un humano! Sí, un humano. Pero un humano raro, era semitransparente, se podían ver con delicadeza las piedras que se encontraban detrás de él.
Era un chico mono, de mi edad, rubio, ojos verdes, altito…
Pero de repente salí asombrada y grité - ¡¿Quién eres tú!? - El chico se asustó, pero respondió - Mi nombre es Kai.
Encima con bonito nombre… Me acerqué a él y le quise dar la mano, pero se puede decir que me hizo una especie de cobra. - ¿Qué pasa? - Pregunté. - Nada, sino que estoy sucio y no quiero mancharte y ensuciar a una chica tan bellaRespondió. – Gracias. - Respondí con la cara medio sonrojada. - Se hace tarde, debo volver a casa. - Le comenté. - ¿Te acompaño? Me pregunto mientras empezábamos a andar.
Una vez en mi casa me despedí, y estuve toda la noche pensando en él.
Al día siguiente, sentí curiosidad por volver, ¡cómo no! Cuando llegué no me lo podía creer, él sabía que volvería y preparó una merienda junto al río. Fue súper bonito y sin decir ni hola, le quise dar un abrazo, pero entonces pasó algo que no debía de pasar…Se asustó y se quiso apartar, pero la magia apareció y abracé a un fantasma…
Marta C.S. 6º primaria