Acertijos “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. El doctor “patito” José Manuel Piña Gutiérrez, todavía rector de la UJAT, se lamenta que la plaga de parásitos que amamantó durante seis años, hoy lo crucifiquen sin piedad y hagan escarnio de él. ¿Habrá, en Tabasco, un Simón de Cirene que lo ayude a cargar su cruz?
Semanario Tabasco
Espejuelos
MIEMBRO DEL SINDICATO NACIONAL DE REDACTORES DE LA PRENSA (S.N.R.P.) AÑO: XXXV No:721 DIRECTOR: JOSÉ LUIS CORTES MORENO. VILLAHERMOSA, TABASCO. 30 DE JUNIO DE 2017
Rommel Cerna está en una encrucijada. Frenar la perversión e incapacidad de su “vocero oficial” o convertirse en su cómplice. El secretario de salud tiene pruebas de la mediocridad de Christian Solorio Hernández, quien como todos los cobardes—todo un rufián-- reprime la libertad de expresión en esa institución. Sus mismos compañeros lo delatan: “Son ordenes de él”.
Marín y el complot contra Piña Importa revelar por qué, Piña Gutiérrez, pasó de ser una figura pública exageradamente protegida por la prensa, a ser un paria político. Básicamente puede aseverarse que el causante de su caída es su inmensa terquedad, su auto quimera al creerse, de facto, un hombre poderoso a la altura y nivel del gobernador del estado, capaz de sostener vendavales sin necesidad de protección. Creyendo eso, cometió el error de imponer en la Dirección de Comunicación Social y Relaciones Públicas, a un parásito enquistado en la estructura de esa institución desde muchos años atrás, un bulto de esquina, una sombra en la pared de nombre Erasmo Marín Villegas. Culpable total e inequívoco del linchamiento de su patrón.
L
a reciente paliza propinada a José Manuel Piña Gutiérrez, rector de la UJAT, es parte de un complot armado por unos cuantos periodistas y trolls, quienes conocedores de la vieja usanza periodística tabasqueña (golpear para negociar), se atrevieron a hacerlo, y les salió bien; sin embargo, para nada es el origen de la precaria condición política actual, de ese funcionario universitario. Su debacle es un hecho, al punto de que en los comederos políticos el tema es su dimisión por enfermedad o relevo por incapacidad. Cualquiera que sea el desenlace, lo trascendental es que se convertiría en el primer rector, en la época contemporánea,
en no terminar su periodo. Si cumplió o no las metas del Plan de Desarrollo Institucional vigente, será un análisis a realizar subsecuentemente. Aquí importa revelar por qué pasó de ser una figura pública exageradamente protegida por la prensa, a ser un paria político que cuando camina, todos lo miran como un tunante descabezado. Básicamente puede aseverarse que el causante de su caída es su inmensa terquedad, su auto quimera al creerse, de facto, un hombre poderoso a la altura y nivel del gobernador del estado, capaz de sostener vendavales sin necesidad de protección. Creyendo eso, cometió el error de imponer en la Dirección de Comunicación Social y Relaciones Públicas, a un parásito enquistado en la estructura de esa institución desde muchos años
atrás, un bulto de esquina, una sombra en la pared de nombre Erasmo Marín Villegas. Culpable total e inequívoco del linchamiento de su patrón. A Piña siempre se le dijo que este veracruzano era un inepto, un ermitaño incapaz de sostener una plática por más de dos minutos seguidos, mucho menos de sostener la mirada o de hacer amistades o alianzas políticas e institucionales. Entonces ¿por qué se entercó en sostenerlo y darle la libertad de hablar en su nombre? Sencillo, el rector es un dictadorcillo quien considera que su palabra es la voz de Dios. Ahora, si Erasmo Marín tartamudea y escupe cuando lo hace. ¿Cómo puede estar al frente de un área de mucha trascendencia, en una institución de educación superior proyectada, mejor d icho, vendida a la opinión pública como una
de las más importantes del país? ¿Por qué se le dio poder y dinero para velar por la imagen institucional de esa Alma mater, en un mundo tan globalizado, en el que las redes sociales y las tecnologías de la comunicación empoderan o destruyen, mientras él es incapaz de dimensionar el hoyo negro en donde se encuentra su amo? No hay lógica. Claro, los dictadorcillos carecen de ella. En esa posición Erasmo Marín intentó en algunos casos con éxito, en otros no, aislar al príncipe. En su incapacidad logró tarifar a reporteros y columnistas, pretextando el pago de publicidad en favor de la UJAT. A otros (“las marabuntas”, como los tilda), los silenció arrojándoles monedas en los eventos públicos. 15