Misery

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papel, ahora podía. Annie le observó durante largo rato. Se fue al cabo de un momento. Su marcha, sus andares eran pesados; pero Paul no se enteró. Trabajó hasta las tres de la tarde, y a las ocho le pidió que le ayudase a volver a la silla. Escribió otras tres horas, aunque a las diez de la noche el dolor había empezado a ponerse bastante feo. Annie entró a las once. Él le solicitó otro cuarto de hora. —No, Paul, ya es suficiente. Está blanco como la sal. Lo metió en la cama y, al cabo de tres minutos, se sumió en el sueño. Durmió toda la noche por primera vez desde que había salido de la nube gris, y también por primera vez no tuvo sueños extraños. Había estado soñando despierto.

6 EL RETORNO DE MISERY Por Paul She1don Para Annie Wilkes CAPÍTULO 1 Por un momento, Geoffrey no supo con seguridad quién era el viejo que estaba en la puerta, y no sólo porque la campana le hubiese despertado de un adormecimiento cada vez más profundo. Lo más irritante de vivir en un pueblo, pensó, era que no habla tanta gente como para que alguien resultase un perfecto extraño; sin embargo había la suficiente como para no reconocer de inmediato a algunos de los aldeanos. A veces, sólo había que seguir la pista a los parecidos de familia, los cuales no excluían, por supuesto, la insólita, pero nunca imposible coincidencia de los bastardos. Por lo general esos momentos podían controlarse, a pesar de que, uno se sintiese próximo a la senilidad, mientras trataba de mantener una conversación cualquiera con una persona cuyo nombre sabía; pero no recordaba. Las cosas llegaban a alcanzar dimensiones cósmicas del apuro cuando dos de esas caras familiares llegaban al mismo tiempo y uno sentía la obligación de hacer las presentaciones. . —Espero no molestarle, señor —dijo el visitante, al tiempo que retorcía en sus manos con inquietud una gorra de tela barata; bajo la luz de una lámpara que Geoffrey alzaba en su meno, su cara aparecía arrugada, amarilla y con una expresión terrible de preocupación, que hasta podía ser miedo—. Es sólo que no quería ir a la casa del doctor Bookings, ni quería molestar a su señoría, Al menos hasta que hubiese hablado con usted, si entiende lo que quiero decir, señor.

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