Menorca, cuya orografía es fundamentalmente plana, no tiene sistemas fluviales superficiales de los que extraer agua para consumo. En verano, salvo alguna tormenta ocasional, no hay precipitaciones. Y menos aun de nieve (en ninguna estación) que supone una reserva más duradera según el año hidrológico. Por lo que el agua para consumo viene de las reservas naturales subterráneas, los
acuíferos. Sin embargo, debido a los picos de población en las estaciones cálidas estas reservas han ido disminuyendo considerablemente. Este hecho unido a que las precipitaciones son limitadas, con lo que no hay recarga suficiente al cabo del año, ha provocado un estrés hídrico importante, más acusado en la isla de Mallorca dónde ha habido periodos críticos de sequía.
Hemos nombrado un concepto casi de “refilón pero que es el motivo de este artículo;
152 Keal Magazine / Marzo 2013
“
la salinización de los acuíferos costeros.