Día a día, 365 meditaciones para el aquí y el ahora

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DÍA A DÍA, 365 meditaciones para el aquí y el ahora

Osho

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Hemos pasado por alto nuestros corazones, hemos entrado en nuestras cabezas directamente, sin pasar por el corazón. Hemos elegido un atajo. Por determinados motivos, el corazón ha sido descuidado, soslayado... porque el corazón es un fenómeno peligroso.

En primer lugar, el corazón es incontrolable, y el hombre siempre teme todo lo que está fuera de control. La cabeza es controlable. Está dentro de vosotros y en vuestras manos; podéis dirigirla. El corazón es más grande que vosotros; la cabeza está dentro de vosotros. No se da el mismo caso con el corazón: vosotros estáis dentro de él. Cuando el corazón despierte, os sorprenderá saber que sois un punto diminuto en él. Es más grande que vosotros, es vasto. Y el hombre siempre teme perderse en algo vasto. La función que desempeña es misteriosa, y el misterio nos vuelve naturalmente aprensivos. ¿Quién sabe qué va a pasar? ¿Y cómo va a encararlo uno? Nunca se está preparado en lo concerniente al corazón. Con este, las cosas acontecen de forma inesperada. Extraños son sus caminos, de ahí que el hombre haya decidido soslayarlo, ir directamente a la cabeza v mantener contacto con la realidad a través de la cabeza.

194. COMPARACIÓN Mi sugerencia es: disfrutad de la música, de la poesía, de la naturaleza, pero evitad la tentación de diseccionarlas. Y tampoco comparéis, porque las comparaciones son inútiles.

No comparéis una rosa con una caléndula. Las dos son flores, de modo que es indudable que poseen ciertas similitudes, pero ahí es donde termina su parecido. También son únicas. Una caléndula es una caléndula... su color es de un dorado danzarín. La rosa es una rosa... esa tonalidad rosácea, esa viveza. Las dos son flores, de modo que ambas son similares, podéis encontrar similitudes, pero no tiene sentido hacerlo. Podéis perder de vista su singularidad, y esa singularidad es hermosa. Las similitudes no tienen mucho sentido. Hay personas que no paran de encontrar similitudes: qué hay de similar en el Corán y en la Biblia, y qué es similar en la Biblia y en los Vedas. Son personas estúpidas; pierden su tiempo y perderán el tiempo de otras personas. Buscad siempre lo único y evitad la tentación de compararlo, porque la comparación lo tornará mundano, mediocre. Jesús convirtió el agua en vino. Ese es el milagro de un poeta, eso es poesía... convertir agua en vino. Las palabras corrientes se vuelven tan embriagadoras cuando proceden de un poeta, que uno puede emborracharse. Pero luego están los profesores, los maestros y los eruditos que hacen exactamente lo opuesto: son expertos en convertir el vino en agua. ¡Son los verdaderos anticristo! No hagáis eso. Si no podéis convertir el agua en vino, es mejor no hacer nada.

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