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Un retablo del siglo XVIII con una destacada curiosidad
Redacción
De los muchos tesoros que posee El Pedroso, hay uno en especial que en su cofre encierra, a su vez, otros pequeños tesoros. Hablamos de la Ermita del Stmo. Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de los Dolores. Una pequeña estancia que una vez atravesada su dintel ofrece todo un universo de pequeñas cosas cuyo valor resulta incalculable. Pequeños tesoros que conforman un gran tesoro de suma riqueza y obligada atención.
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Uno de esos pequeños grandes tesoros es el que en estos días se somete a restauración, el retablo en el cual se asienta Ntra. Sra. de los Dolores. Al igual que la sagrada imagen, este retablo está datado en el siglo XVIII. Sobrevivió a los desastres de la guerra, siendo pues una auténtica joya que perdura en el tiempo.
Se trata de un retablo de tipo hornacina, pues en el mismo se encuentra una oquedad en la que se asienta la Virgen de los Dolores. Tratándose del siglo XVIII, el estilo artístico del retablo no podía ser otro que el inconfundible barroco. Era esta un estilo que destacaba por la cantidad de detalles que poseía, y entre ellos cabe destacar en el presente retablo una curiosidad, las estípites. Columnas piramidales que en - marcan la hornacina. Son pirámides invertidas que en este caso, y ahí reside la gran curiosidad, en su parte baja son pequeñas y a medida que sube aumenta el tamaño.
El conjunto del retablo finaliza en la parte superior, encima justo de la imagen, con el anagrama de María, representado por las letras m y a. Un símbolo mariano que viene a significar Ave María.