Al percatarse de lo sucedido, la niña junto a Rolly se dieron a la tarea de ir tras Yoko, pasaron varios días sin éxito, al verla tan triste la mama de Quetzalli le pregunto qué le sucedía, y después de contarle del minino toda la familia se dio la tarea de ir en busca de Yoko. Los Padres de colocaron carteles por todas partes esperando que alguien lo hay visto, transcurrían los días, pero sin noticias del minino, hasta que un día un vecino se percató que el gato se alojaba en su garaje, inmediatamente se comunicó con la familia de Quetzalli. Al llegar a casa contentos por haberlo recuperado la niña le dijo a su familia que iba a adoptar a Yoko, ese día todo cambio para el pequeño minino quien contento no paraba de acariciar a su nueva dueña. Finalmente, Yoko había encontrado lo que tanto deseaba una familia que lo amara y cuidara.


