Pesar el momento

EL JOVEN Y LA ACTIVIDAD MEDIÚMNICA EN LA CASA ESPIRITA Traducido por: Mercedes Cruz Reyes E-mail:merchitacruz@gmail.com Si analizáramos las plantillas de los centros espiritas en general, observaríamos que la presencia de jóvenes es muy reducida. ¿Entonces, donde están los jóvenes? ¿No tiene el Espiritismo atractivos para ellos? La inserción del joven en los trabajos del Centro Espirita es tarea compleja, sin embargo, de imperiosa relevancia. Es perfectamente factible, sin causar inestabilidades, ni a los jóvenes, y ni a la Institución, desde el momento que sea coordinada por dirigentes sensatos y conocedores de las obras de Kardec.

Es cierto que hay diferencia entre el joven y el adulto, o sea, los más nuevos están en proceso de madurez, lo que no significa afirmar que no están preparados o inmaduros para sus compromisos doctrinarios.

Recordemos que, al desempeñar tareas, tanto en el Centro, como en el Movimiento Espirita, el joven pasa a sentirse útil y parte integrante de todo, no, solamente, un mero frecuentador de “mocedades”. En ese aspecto, no se puede desconsiderar que al promoverse la inserción de los jóvenes en el centro espirita, se estará preparando trabajadores no solo para el futuro, sino también para el presente, de forma segura y necesaria.

Solamente a través de un entrenamiento efectivo es que los evangelizadores estarán aptos para proporcionar e incentivar el ingreso de los jóvenes en las actividades del Centro y del Movimiento Espirita. Es solo a través de esa preparación que los trabajadores en el proceso sabrán, cuando y donde insertar a los jóvenes bajo sus cuidados. Obviamente, eso deberá ser 173