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DIARIO DE ALMERÍA | Jueves 21 de Julio de 2016
Diario del Milenio ● Castillos, defensas y municipios
III. TIERRAS DEL PONIENTE
● Al prócer virgitano le debe Roquetas la Cta. de Alicún y el desarrollo comercial del Puerto
Miguel Ruiz de Villanueva y Villanueva UNQUE nacido en Berja el 13-VIII-1827 y fallecido octogenario (de “senectud”) el 3-VIII-1909 en la capitalina calle La Reina (convertida en museo de antigüedades) es considerado uno de los mayores próceres de Roquetas de Mar, por ascendencia y vinculación familiar. Hijo de Miguel Ruíz, secretario y notario de la Villa, estudió Derecho, ejerció de funcionario y siguiendo la vocación militar del abuelo -comandante del castillo de Santa Ana- logró la graduación de capi-
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A finales de 1871 adquirió las Salinas, la finca roquetera de mayor envergadura tán honorario de Infantería de Marina. Amasó una gran fortuna personal, aunque reveses económicos y disensiones con sus socios le llevaron a una vida muy modesta al final de sus días. Acaparó títulos y honores: Gentilhombre de Cámara de S.M., perteneciente a las Órdenes de Isabel al Católica, Carlos III y Beneficencia; Jerusalén y Santiago; representante consular de Costa Rica y Panamá. Presidente y cofundador de Cruz Roja; académico de la Real de Historia, de Be-
llas Artes e Instituto de Heráldica de Londres y miembro de numerosas sociedades científicas españolas y extranjeras. Hombre ilustrado, en 1857 fundó la Diputación Arqueológica en Almerìa (en otro lugar comentamos sus experiencias en el yacimiento de Turaniana) y fue secretario de la matritense Real Sociedad Económica de Amigos del País y de la Comisión Provincial de Monumentos. En esa responsabilidad es encomiable el esfuerzo por salvar (en 1868) las primitivas Atarazanas de su demolición; rescate fallido tras la presión de la burguesía local que edificó sobre su solar en el Parque. En 1862, en colaboración con José Gómez Pereira, publicó una “Historia de Almería concertadas con las de Málaga y Granada”. En el terreno económico, Miguel Ruiz de Villanueva y Villanueva destaca entre los comparadores almerienses de Bienes Nacionales enajenados; no solo por la cantidad de remates (más de cuatro), sino por adquirir la “finca de mayor envergadura y complejidad dentro del proceso desamortizador en la provincia y una de las de mayor costo del país”: las Salinas de Roquetas, a finales de 1871, finalmente embargadas. En Roquetas fue valedor de la carretera de Alicún y de habilitar el Puerto como punto de exportación.
Bernabé Aguilar Luque L esfuerzo y tenacidad del personal nativo y foráneo hizo posible el milagro en tierras otrora yermas. Aunque para ello fue necesaria la creación por el Ministerio de Agricultura de las infraestructuras precisas. Y la dirección técnica de profesionales cualificados, caso del ingeniero agrónomo cordobés Bernabé Aguilar Luque (1927-2009), afincando en Almería, donde en 1960 matrimonió con una hija del prestigioso Dr. José Arigo. En 1955 obtuvo la licenciatura y posteriormente el doctorado (José Mª Verdejo, IEA). La Delegación Provincial del Instituto Nacional de Colonización es su primer destino (1956) en Almería, donde vivió y desarrolló su actividad profesional hasta jubilarse. Bajo la dirección de Leandro Pérez de Cobos, gestionó las
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zonas de “interés nacional agrícola” del Campo de Dalías y de Níjar, El Saltador (Huércal-Overa), y el Higueral (Tíjola). El 1-X1961 recibió la Encomienda de la Orden Civil del Mérito Agrícola. Junto al citado Pérez de Cobos y Juan Cuadrado Martínez, desarrolló un sistema para hacer rentables terrenos hasta entonces improductivos: los cultivos en arena. Si la introducción “enarenado” significó la posibilidad de cultivar toda clase de productos hortofrutícolas en estas tierras, la implantación de los abrigos de plástico permitió aprovechar al máximo las privilegiadas temperaturas invernales, utilizándolas para forzar los rendimientos hasta límites insospechados. Bernabé Aguilar sería el inventor en 1963 del invernadero tipo parral o de “Almería”, ya que suya fue la idea de cubrir con plástico
Hernández Buj, uno de los pioneros
RAFAEL GONZÁLEZ
Charca de las antiguas Salinas
Bernabé Aguilar, ingeniero Agrónomo
Catastro de la Ensenada
Desde su responsabilidad en Colonización es uno de los padres del invernadero
un pequeño huerto de quinientos metros cuadrados en las cercanías de Roquetas de Mar, el primero de Almería según los investigadores: un “abrigo” en la parcela piloto núm. 24 del Instituto Nacional de Colonización,
cuyo concesionario era Francisco Fuentes Sánchez “Paco el Piloto”. Juan Sánchez Romera y el valenciano José Hernández Buj (este dedicado al parral de uva de mesa) figuran también entre los pioneros. En este terreno Bernabé Aguilar ensayó nuevas propuestas bajo la premisa de que sus estructuras debían ser fáciles de montar, baratas y eficaces (…). Los resultados serían tan esperanzadores que rápidamente se extendieron por todo el Poniente. En 1977 fue nombrado subjefe provincial del IRYDA y viajó a Israel y Holanda para estudiar diferentes técnicas agrícolas. Durante 20 años fue colaborador del Banco de Crédito Agrícola, financiador de las nuevas instalaciones que surgieron en la provincia. De 1981 hasta su jubilación en 1991, fue Jefe Provincial del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario.