Entrevista arocena 14agosto

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ENTREVISTA RODRIGO AROCENA “Tener 21 años en el ´68 es una enfermedad que tarda toda la vida en curarse” Rodrigo Arocena La FEUU charló con el rector Arocena en su despacho acerca del 14 de agosto, así como temas de coyuntura nacional. Recorriendo de esta manera reflexiones acerca del año 68, la baja de edad de imputabilidad, rendición de cuentas y, autonomía y cogobierno. Aquí les dejamos la entrevista. - ¿Qué era de tu vida en el año 1968? Tenía 21 años, era miembro del Comité de Organización de la FEUU, que venía a ser la Mesa Ejecutiva que se hacía cada vez que había líos, o sea en esa época casi todos los años desde el otoño hasta la navidad. Era miembro del Comité de Organización, era uno de los dos Presidentes de la Convención y era Secretario de Relaciones Sindicales de la FEUU, lo quería decir que integraba la Mesa Representativa de lo que entonces era la CNT. Además me ganaba la vida como Becario en el Instituto de Matemática de la Facultad de Ingeniería. Tener 21 años en el 68 es una enfermedad que tarda toda la vida en curarse.

- ¿ Cómo viviste el hecho del primer estudiante asesinado? Quizás lo más impactante y menos comentado es que desgraciadamente no fue una sorpresa. Hacía dos mesas que estábamos esperando que pasara algo así. Los primeros días de junio del 68 la Federación de Estudiantes inició su movilización de ese año en solidaridad con los compañeros de secundaria que venían ya desde hacía varios meses en una intensa movilización por la rebaja del boleto. Cuando la manifestación llegó a la altura de la Plaza de los Bomberos, una camioneta policial llegó, el oficial ordenó tirar, y cuatro compañeros fueron heridos de bala: Adolfo Wassen,compañero de generación mío y delegado del Centro de Estudiantes de Derecho al Consejo Federal, los hermanos Fernando y Gonzalo Romero, y Manuel Selma, compañero de nuestra agrupación Reforma Universitaria del Centro de Estudiantes de Ingeniería, a quien encontré a la madrugada siguiente en una colchoneta en el suelo del Hospital Maciel donde le habían tenido que extirpar el bazo. No habían tirado al aire por cierto. La manifestación avanzó, símbolo de lo que ha sido el movimiento estudiantil pese a las balas y los policías se fueron. Pero ya desde entonces y con varios otros acontecimientos entre junio y agosto estábamos todos los días pensando cuándo iba a caer el primer compañero.

- Concretamente el 14 de agosto del año 1968... Sin desmedro de eso, por supuesto, me acuerdo como si fuera hoy. Estábamos en lo que es ahora la salita al lado del Consejo (Directivo) Central, que era el escritorio del Rector Maggiolo en aquella época. El Secretario General de la FEUU de entonces, Barrett Díaz, que después fue Presidente del Sindicato Médico, colgó el teléfono y dijo: “Se murió Líber Arce”. Hacía algunas horas que pensábamos que muy difícilmente el resultado fuera distinto por los partes médicos, pero igual el impacto fue enorme para todos.


Como cierre de la respuesta, me acuerdo que un muchacho joven militante estudiantil. A esa altura uno con 21 años creía que era un veterano, naturalmente. (el muchacho) arrastró al medio de 18 de julio un pizarrón y escribió con tiza: “Silencio, ha muerto un estudiante”. Esos son mis recuerdos de entonces… y muchos más.

- ¿Cuáles fueron las primeras reacciones del Movimiento Estudiantil después de esto? Yo diría que lo más impresionante fue la sensación de que todo el pueblo rodeaba a la Universidad. El velorio de Líber Arce acá en el edificio central hizo llegar a la gente más diversa de la universidad, todos los sectores sociales y políticos que no le tenían incluso simpatía a la Universidad. Hay que entender que en América Latina la muerte de un estudiante era un hecho desgraciadamente usual, en el Uruguay era algo absolutamente inusual. Las guardias de cada Centro de Estudiantes eran guardias de 50, 60, 80 estudiantes durante todo el tiempo. Y al día siguiente cuando salimos llevando el féretro de Líber Arce me acuerdo de la impresión, cuando bajamos la escalinata... acá está todo el país. Miramos alrededor y era imposible ver un lugar donde no hubiera gente, ahí estaba todo el país, un momento de quiebre en la vida del Uruguay. No sabíamos, pero presentíamos que a otros compañeros les iba a pasar lo mismo después, pero la Federación de Estudiantes no dejó de moverse por eso.

- ¿ Qué opinás que hoy, 45 años después, los estudiantes universitarios continuemos recordando dicho asesinato y se continúe con las movilizaciones para el 14 de agosto? 45 años es mucho, mucho… mucho tiempo. El Uruguay es un país memorioso, pero igual hay que darse cuenta que 45 años es mucho tiempo. Por lo tanto si se recuerda, como se recuerda y como a mi ver debe recordarse, hay que ser capaz de darle contenido no sólo histórico sino de presente y de futuro. Líber Arce como Hugo de los Santos y Susana Pintos un mes después, y tantos otros compañeros y compañeras, son nombres que representan homenajes permanentes pero además tienen que ser inspiración para hacer cosas nuevas y diferentes, y a tono con un tiempo distinto. Hay que tener mucho cuidado de no pensar que las circunstancias del 68 deben ser las inspiradoras de las acciones del 2013, una cosa son los principios, las libertades, los derechos, el deseo de crear una sociedad mas justa y menos desigual de lo que son en general nuestras sociedades, eso es intemporal. Pero la manera de pelear por eso tiene que cambiar. Yo diría que lo más importante a destacar en la perspectiva de la historia del movimiento estudiantil uruguayo es que, a diferencia de la mayor parte de las Federaciones de Estudiantes de América Latina, sigue siendo una Federación. Y eso no es nada menor. En buena parte de América Latina el grupo que gana la Federación de Estudiantes se queda con ella y los otros se van, con la cual la debilidad del movimiento estudiantil, salvo chisporroteos ocasionales, es muy grande. En esa perspectiva, sacando partido del privilegio que tiene el Uruguay de tener una única Federación de Estudiantes, que es un actor reconocido por toda la sociedad en el acuerdo o en el desacuerdo bien entendido, yo diría que lo mas importante es darle contenido de siglo XXI al recuerdo de los compañeros.


- ¿Por qué te parece que se está dando este ataque a la juventud uruguaya, a veces de manera solapada, acusando a la juventud de ser responsables, en gran parte, de la inseguridad en el país? De ciertos temas –poquitos- uno es especialista y de otros no, y opino solo como ciudadano. Notoriamente yo de este no soy especialista, voy a opinar como ciudadano y mi opinión tiene, por lo tanto, ni más ni menos valor que la de cualquier otro ciudadano. Hay que entender algunas cosas para las que nosotros no estábamos acostumbrados, cuando digo nosotros hablo de mi generación de militantes de los años 60. Nosotros creíamos que la inseguridad y la violencia respondían esencialmente a una causa: la pobreza y la injusticia. Sin duda es así, pero no es solo así, eso es lo que hace mucho más complicada la situación. Sin duda, basta mirar al Mundo, los países más desiguales son también los más violentos; EEUU es mucho más desigual que el noroeste de Europa y tiene una población carcelaria impresionantemente mayor, incluso en proporción a la población total. Pero, para mal de nuestros proyectos, es imprescindible disminuir la desigualdad y la pobreza para enfrentar la inseguridad pero no alcanza. Desgraciadamente lo que hemos visto, y lo que vemos en distintas partes del Mundo es que no alcanza. Eso genera el desconcierto que tiene la sociedad uruguaya en estos últimos años. Notoriamente falta muchísimo para tener una sociedad medianamente justa, el hecho de que haya compatriotas en asentamientos es simplemente escandaloso, inaceptable, a mí me da vergüenza. Pero pensando en el 2002 cuando -ustedes seguramente algo se acuerdan del 2002- realmente llegamos a pensar que este país se sumía en una pobreza sin salida, es muy claro que la situación ha mejorado objetivamente y sin embargo la violencia, la inseguridad no ha disminuido. Entonces, hay que pensarlo como un fenómeno con muchas facetas y con mucha calma, y lo primero que necesita la sociedad uruguaya es calma, porque si bien la violencia es importante en el país hay que mirar al resto del Mundo. Yo no estoy diciendo “mal de muchos, consuelo de tontos”, quiero decir que no esperemos que hay soluciones sencillas a este problema y en particular, de la calma, tenemos que ir a no caer en espejismos. La idea de que la mano dura resuelve estas cosas es lo único que está claramente demostrado que fracaza. Los estudiosos del asunto, algunos de los cuales he leído un poquito de ellos, lo han dejado claro sin la menor sombra de dudas. Ahora bien, primera cosa –entonces- calma, segunda cosa mirar el Mundo para ver que es un problema de nuestra época; en tercer lugar no esperar soluciones fáciles. El Uruguay debería de haberse dado cuenta de eso, en los últimos años las penas se han agravado y la población carcelaria ha crecido y la inseguridad no ha bajado, por lo tanto la solución “fácil” de mayor represión no marcha. Incluso para quienes no somos especialistas en el tema, supónganse que se aprueba la baja de la imputabilidad penal en el sentido que esta planteado, porque los adolescentes ya son imputables, se va abajar a los 16 años, dos años después vamos a estar bajándola a 14 y después a 12, así que, es un camino que es simplemente un salto al abismo, Uruguay tiene que pensar, y de nuevo subrayo que no soy especialista, en otros caminos; en particular el Uruguay encarcela innecesariamente a demasiada gente, no solo porque hay delitos que no debieran ser objetos de encarcelamiento, ni siquiera ser considerados como delitos, sino porque hay una cosa que está en la base de nuestro proceso judicial que es tremendo. A uno lo procesan y suele ir preso, eso es un atentado a los derechos. Si a ti te procesan lo único que quiere decir es que hay suficiente justificación como para empezar a investigarte, pero no que tú sos culpable. Entonces, salvo que tú seas un peligro para la sociedad y te dediques a pegarle o balear a la gente, no deberías ir preso. El Uruguay ha hecho crecer enormemente su población carcelaria porque no acepta que enviar a una persona a la cárcel es la última medida que hay que


adoptar, naturalmente, hay que adoptarla en los casos de riesgo a la seguridad, si hay un violador suelto tiene que ir preso porque no sabemos qué cosa mejor hacer con él, pero solo pro eso. La cárcel no reeduca, claramente no reeduca, sino todo lo contrario. La idea de castigo no es una idea medieval, es anterior. Si a mi me hieren un familiar, ¿Yo me siento mejor porque el atacante vaya preso? ¿Qué tiene que ver? Eso es la Ley del Talión, son los códigos de sociedades que deberíamos haber dejado atrás. Por consiguiente el esfuerzo por buscar penas alternativas, formas de reeducación, reducir al mínimo el uso de la privación de la libertad son vías muy difíciles pero con ciertas posibilidades. En cambio la vía de la “mano dura” y bajar la edad de imputabilidad es una vía seguramente sin salida, si la aprobamos -como ciudadanía, yo naturalmente voy a votar en contra- hago una conjetura: pocos años después estaremos discutiendo bajar la edad de imputabilidad a los 14. - ¿Cuál debería ser el rol de la Universidad de la República frente, a los rasgos estructurales que comentaste, así como frente a la coyuntura? Yo tengo una visión muy modesta del papel de la Universidad, yo no creo que la Universidad sea la consciencia de la sociedad como alguna gente dice y no creo que la Universidad deba enseñarle a la ciudadanía lo que tiene que pensar. La Universidad lo que tiene que hacer es ayudar a la ciudadanía a hacerse su propia opinión, tiene que darle elementos de juicio, tiene que –sobretodo- colaborar a que la gente piense serenamente y conociendo las cosas. Por ejemplo nosotros podemos decir cosas como las que estamos diciendo y seguramente ustedes y yo estaremos de acuerdo, pero el asunto no es repetirnos esto entre nosotros, o decirlo más fuerte, o decirlo con mas energía, o decirlo de manera mas tajante, el asunto es ofrecerle elementos para la reflexión a quienes piensen distinto, esa es la cuestión clave. Voy a hacer un paralelo con el referéndum del año 2009 sobre la derogación de la Ley de Caducidad. Ese referéndum, que por cierto, la enorme mayoría de la Universidad apoyó y que la conducción universitaria contribuyó a que se discutiera, fue organizado de tal manera que estaba dirigido a los que ya estaban convencidos. Si uno mira el tipo de mensaje que se dió, es muy comprensible dado los horrores que la Ley de Caducidad estaba amparando, pero no estaba orientado a convencer a los indecisos sino a afirmar la convicción de los que ya estaban convencidos, eso no es ajeno a la gran frustración que el país entero tuvo aquella noche a fines del 2009. Yo diría que si nosotros queremos, como universitarios o como colectivos universitarios o aún como Institución, contribuir a que el país no avance por la vía de la mano dura con todas sus consecuencias contraproducentes, injustas y violentas, sobretodo lo que tenemos que hacer es dar elementos de juicio, contar una y otra vez que en Centroamérica se han ensayado todas las variantes de la mano dura y lo que ha pasado es que la violencia ha crecido, y así sucesivamente. El rol de la Universidad tiene que ser un rol modesto, nosotros no podemos pensarnos como era la Iglesia Católica en la Edad Media que hablaba y esa era la voz oficial, si la gente la seguía o no era otra cosa, pero en todo caso era la voz oficial. La Universidad no es la voz oficial de nada, lo que tiene es una situación privilegiada de gente con tiempo, capacidades e información para estudiar ciertos temas que tiene que contribuir a ponerlo a disposición de la ciudadanía. Yo creo que eso es el papel que nos corresponde, pero además, en términos de eficiencia, en términos absolutamente pragmáticos yo creo que es lo mejor. Voy a aprovechar la oportunidad que ustedes me dan al permitirme hablar sobre esto para todavía hacer una suerte de precaución. Si quienes estamos en contra de la rebaja de la edad de imputabilidad hacemos una campaña dirigida a nosotros mismos, entonces estamos seguros de lo que va a pasar.


- Si te digo autonomía y cogobierno, ¿Qué es lo que se te viene a la cabeza? Autonomía conectada y cogobierno democrático. La autonomía es un terreno de lucha, no hay que equivocarse, la autonomía fue reivindicada por muchos, por ejemplo era reivindicado por las Universidades católicas medievales para desentenderse de lo que estaba alrededor de ellas. Los compañeros cordobeses, que hace 95 años insurgieron contra la estructura de gobierno de la Universidad Nacional de Córdoba, estaban contra una concepción de autonomía, contra la autonomía de la “torre de marfil”, contra la autarquía del gobierno de la Universidad por la casta profesoral como dice el Manifesto de Córdoba, por cierto. Entonces autonomía sin duda, autonomía para desplegar todo el potencial de creatividad de la Universidad, autonomía técnica para manejar los problemas específicos de organización de la enseñanza, la investigación y la extensión. Pero autonomía conectada con la sociedad en las antípodas de la torre de marfil. Muy a menudo se entiende que el Movimiento Latinoamericano, la Reforma Universitaria, es un movimiento en pro de la autonomía y dicho así, es equivocado. (La Reforma Universitaria)es (pro) de la autonomía con cogobierno democrático, porque la autonomía por si sola puede ser el repliegue de quienes tenemos el privilegio de haber tenido una educación superior a dedicarnos a disfrutar de ello. Entonces autonomía conectada y cogobierno democrático me parece que son los reflejos que hay que tener siempre cuando se habla de autonomía y cogobierno.

- Relacionado con la UTEC... EL 6 de noviembre del año pasado en el Paraninfo la UdelaR, por cierto con participación de gente de otros ámbitos, hizo un acto urgido y angustiado porque el panorama que se estaba diseñando en el Parlamento era el de una Ley Orgánica de la UTEC con autonomía muy recortada y con escaso cogobierno. Creo que el resultado final en el Parlamento fue bastante mejor del que el 6 de noviembre se esperaba. No atribuyo a nuestro acto demasiada importancia, si creo que el hecho de que la UdelaR y sus colectivos, junto a diversos sectores políticos y gremiales, sumaran sus voces incidió. Ahora bien, a mi me hubiera gustado y no dejamos de decirlo, que también el plazo de construcción de la UTEC reflejara una cuota de autonomía y cogobierno mayor. Con el debido respeto a un Parlamento legítimamente electo, creo que el hecho de haberle encomendado al Poder Ejecutivo por si solo la designación del Consejo Interino de la UTEC no es condicente con los principios de autonomía y cogobierno que inspiran el artículo 203 de la Constitución de la República, y que hubiera sido mucho mas adecuado encomendarle a la Comisión Coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública (CSNEP) donde, por cierto, el Poder Ejecutivo está representado a través del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que (la CSNEP) buscara una integración que reflejara la presencia de los poderes públicos legítimamente constituidos en el país, y también de los organismos de enseñanza –sobretodo- los que ya tienen autonomía y cogobierno.

- Expectativas de cara a la conformación del IUDE El IUDE parecería que va a cambiar de nombre. En el Uruguay llamarle Universidad a una cosa parece que la da otra atención en la ciudadanía, parece que se va a llamar Universidad de Educación. A mi no me preocupa demasiado el nombre, me preocupan los contenidos. Creo que


habiéndosele asignado en la Ley Orgánica de la UTEC autonomía y cogobierno se hará algo similar en este caso, no se ven motivos para no hacerlo y generaría legítimamente reacciones muy firmes. Quiero señalar que en el caso de la Ley Orgánica de la UTEC y en el borrador de Ley Orgánica del IUDE-UNED hay ciertos avances con respecto a la formulación inicial además de lo de autonomía y cogobierno, por ejemplo en la Ley Orgánica de la UTEC, y aparentemente en el caso del IUDE también, se van a recoger los fines de la Universidad que son un caso realmente único en el Mundo; que una Universidad tenga como tarea defender los derechos humanos y la forma democrático-republicana de gobierno es algo que, sin levantar la voz, a mi me hace sentir orgulloso de ser uruguayo, y me parece que eso tiene que ser calve. Ahora bien, está la parte legal que es muy importante. Pero hay una parte, no menos importante, que es la construcción académica misma. Una Universidad se construye paso a paso y no es por decreto que queda establecida. Déjenme, para no incursionar en temas de actualidad, irme a un pasado muy remoto pero con una anécdota que yo creo que cualquiera que lea el presente lo puede entender bien: En la sala Maggiolo está el retrato de Dámaso Antonio Larrañaga (D.A.L), ¿Qué tiene que ver D.A.L. con la UdelaR? Pudo haber sido el rector fundador y no quiso serlo, ¿Por qué no quiso serlo? Porque, en vez de presentar -en 1833-la ley de creación de la Universidad, dijo ´Las Universidades no se crean por decreto´, presentó la ley de Construcción de Cátedras. Hay que pensar en un país que tenía 70 mil habitantes tener esa visión, dijo: ´No vamos a tener Universidad hasta que no tengamos realidad académica´, ¿Me explico? Larrañaga murió en 1848, en 1849 se instaló la UdelaR por eso no fue su Rector fundador como debiera haber sido. Pero mucho más importante, fue el hombre que nos dejó el legado: señoras, señores cuando quieran hacer una Universidad no crean que es cuestión de ponerle el cartel, hay el trabajo de construcción académica a mediano y largo plazo. Larrañaga mostró un camino que ojalá seamos capaces de seguirlo también hoy en este caso.

- En el contexto actual del país y mirando la situación de la educación pública, ¿Por qué es necesario que se siga incrementando la inversión en la educación? Hay tantas razones por eso uno duda por dónde empezar. Voy a seguirme refiriendo a uno de los grandes rectores o, mas que rectores, pioneros de la Universidad. Maggiolo decía en una época: Para construir una verdadera infraestructura moderna de conocimiento se necesitan no menos de 15 años de esfuerzos sostenidos. Después de décadas de postergaciones recién por el 2007, 2008 empezamos a tener una restauración de la inversión seria. Eso nos llevó a empezar una tarea de construcción de enseñanza superior y conocimiento avanzado para el desarrollo nacional. Si el país quiera sacarle jugo a eso, entonces no puede decir hasta aquí llegamos, lo que se ha hecho es apenas empezar a saldar una deuda antigua. Déjenme volver a un ejemplo que he dado mas de una vez pero que me parece que en un país cuyo presidente quiere llevarnos en el estribo de Brasil no está de más recordarlo. Brasil gasta mas de su PBI que nosotros en educación superior, no mucho mas, pero bastante mas. Sin embargo, dicho así, uno no se da cuenta la enorme diferencia que hay. Hay que ver que en Brasil el 76% del estudiantado de la educación superior está en la enseñanza privada, en el Uruguay mas del 80% está en la enseñanza pública. O sea, Brasil cuando gasta alrededor del 1% de su PBI, cuando lo invierte en educación superior, es para ocuparse de la cuarta parte del estudiantado universitario; en Uruguay es para ocuparse mas de los 4/5.


Por consiguiente, ¿Por qúe hay que incentivar la educación? En primer lugar porque lo invertido hasta ahora es significativo pero absolutamente insuficiente para el desarrollo de un país en el siglo XXI, y en segundo lugar porque no hacerlo sería absolutamente contradictorio con lo que ha sido la prédica del gobierno y particularmente del equipo económico. El equipo económico le ha dicho a la educación pública en su conjunto: aquí tienen las inversiones, queremos ver los resultados. Bueno nosotros, con mucha modestia y con mucha autocrítica -el día que la Universidad deje de ser autocrítica va a ser muy grave- y sabiendo que tenemos muchísimas cosas para corregir, tenemos resultados. En 6 años la graduación universitaria se incrementó un 50% y podríamos seguir. Entonces si dicen, incluso lo dijieron antes de darnos tiempo a tener resultados, 6 años en materia educativa es poco tiempo. Si dicen acá esta la inversión queremos ver los resultados, cuando nosotros decimos nuestros resultados son superiores a los que anunciamos, superiores a los que comprometimos. Comprometimos 15 carrera nuevas en el interior para este período, vamos a superar las 25, entonces ¿van a seguir invirtiendo en lo que es fundamental para el desarrollo nacional? Yo creo que ese es el eje del asunto. Y desgraciadamente hay que decir que en estos 5 años el gobierno no ha demostrado que considera la educación superior y el conocimiento avanzado como una de las palancas del desarrollo nacional. A largo plazo para sacar a los compatriotas que todavía están en asentamientos, a largo plazo para que la muchachada tenga posibilidades de trabajo, a largo plazo para mejorar la salud y la producción del país, estamos en el siglo XXI, si no apostamos a que la mayoría de nuestra gente tenga formación terciaria y que el conocimiento sea la palanca del desarrollo económico, cuando pase la bonanza entonces vamos a sentir que el Uruguay desaprovechó una oportunidad, me temo que la estamos desaprovechando.

- Sobre el rol que están cumpliendo los gremios y las movilizaciones de la educación acerca del tema Yo tengo que tener mucho cuidado, yo no estoy opinando en este caso como ciudadano o como militante, sino como rector de la Universidad, por lo tanto voy a decir dos cosas. Por un lado tengo, como corresponde, el mas absoluto respeto por todas las resoluciones de los gremios tomadas de manera democrática y además implementados en el marco de la legalidad vigente. Ahora bien, creo que la batalla por obtener una inversión grande, sostenida y a largo plazo en la educación es una batalla que se juega, sobre todo, a nivel de la opinión ciudadana y que se juega, sobre todo, a nivel de mostrar resultados. Para eso me parece mucho mejor tener a todo el sistema educativo funcionando a pleno y al mismo tiempo hablándole a la ciudadanía, que lo contrario. Déjenme darle un ejemplo para que esto no sea mera teoría. La semana pasada más de 30 mil personas pasaron por “Latitud Ciencias”, la extraordinaria feria que hizo la Facultad de Ciencias en la Intendencia de Montevideo. Si allí hubiera habido, a la salida, militantes de los gremios universitarios que le dieran un volante a cada una de esas 30 mil personas diciéndoles simplemente: ¿Querés que esto que te gustó tanto siga y se potencie y se lleve a todo el país? Eso hubiera sido… lo digo, no solo como rector de la Universidad, como viejo militante que estado en muchas huelgas por presupuesto y rendición de cuentas. ¿No hubiera sido extraordinario? ¿No le hubiéramos llegado a mucha más gente que de otra manera? Yo diría que, con todo el respeto a las diferencias de opiniones, aquí tenemos que ganar la convicción ciudadana que es lo que incide en la actuación de los políticos en que vale la pena invertir en educación, en investigación y en extensión, esa es la batalla.


- Mensaje para la FEUU de cara al 14 de agosto Yo le diría… quienes hemos sido militantes de la FEUU lo somos para siempre. Cada tanto mi querido amigo José Díaz, que tiene más de 80 años, me escribe hablando él de los 50 y yo de los 60 y en ese sentido, con el debido respeto a la convicción de que quienes tienen la responsabilidad por la FEUU son en cada momento los militantes del ahora no los viejos de otra época; en ese entendido yo diría que hay una lección, una sola, de los tiempo de Líber Arce y de la generación del 68. Fue una generación que pensó con cabeza propia, cometió muchísimos errores, pero pensó con cabeza propia. Quizás este siglo XXI tan desigual, en el que el conocimiento y la educación superior nos ofrecen muchas posibilidades pero también muchos riesgos, esté necesitando, más que tomar lecciones del pasado, pensar con cabeza propia, fresca, nueva, insurgente, desafiante, que tire por la borda casi todo lo que los viejos hicimos y dijimos… los nuevos desafíos . Yo creo que eso es lo que uno podría decir como militante de la FEUU de siempre. Repitiendo, para terminar, algo que nos inspiraba cuando empezaban las clases cada año en la Facultad. Nosotros íbamos, los veteranos, los que teníamos 19, 20, 21 pero que nos considerábamos ya los experimentados, a mirar las caras de los nuevos compañeros a ver quiénes iban a ser los nuevos militantes y siempre teníamos una convicción: la mejor generación es la que está por venir. Eso es lo que yo le puedo decir a la Federación de hoy.


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