Taifa 11: La desposesión de la vida cotidiana

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Estado español son pobres. El porcentaje de “trabajadores pobres” –los que ganan menos del 60% de la renta media– aumentó, entre 2000 y 2014, del 18% al 22,2%.

LA PRECARIEDAD PISA EL ACELERADOR Las condiciones laborales y salariales de los trabajos, los nuevos que se generan o que vienen a sustituir empleo existente, se están degradando de una forma que antes no era posible. El paro está brindando a los empresarios una oportunidad hasta ahora impensable de imponer recortes salariales y la transformación de las condiciones de trabajo. La forma más impactante es la sustitución de empleos por situaciones mucho más precarias mediante la rotación laboral. La mayor parte de la gente que pierde el trabajo tiene que aceptar empleos con sueldos más bajos, con recortes del 13% y el 17% según un informe de Fedea. La contratación temporal tiene asociados unos salarios bajos. Según FOESSA, el 42% de familias en que la persona sustentadora principal tiene un contrato temporal está en riesgo de exclusión social. La crisis destruyó una gran parte de la contratación laboral, mediante la no renovación de los contratos, cosa que hizo disminuir la tasa de temporalidad simplemente por aritmética. Pero esta sigue repuntando y situándose en los máximos a nivel de Europa. Está creciendo la contratación temporal y la duración de los contratos cada vez es menor. El 2014, el 80% del trabajo asalariado creado era temporal, y los tres primeros trimestres del 2015 fue el 56%. Además, el 20% y el 17% restante era indefinido a tiempo parcial. La OIT advierte que el 40% de los empleos en la economía española se transformarán completamente, incrementando el trabajo por cuenta propia en detrimento del asalariado y también aumentando el empleo a tiempo parcial y temporal, incluso de muy corta duración. Según datos de la EPA, el 2015 se han creado algo más de medio millón de empleos, el 55% de los cuales eran temporales y únicamente el 35% fueron contratos indefinidos a jornada completa. Actualmente, el 62% de las personas ocupadas tienen contratos indefinidos, porque mantienen sus empleos de otras épocas pasadas. Pero si las tendencias del empleo irregular continúan en pocos años, pasaran a ser una minoría. Extrapolando esta tendencia, de aquí a 9 años el trabajo indefinido a tiempo completo será menos de la mitad, a favor del crecimiento del peso del trabajo temporal y del trabajo autónomo.

AMPLIANDO EL CONCEPTO DE PARO Si englobamos las distintas formas de exclusión del empleo que hemos estado mencionando, y que podemos cuantificar numéricamente, obtenemos un porcentaje de población que estaría bajo condiciones de subocupación, es decir, participando en los procesos productivos por debajo de su potencial como fuerza laboral. Estas situaciones se traducen en un incremento de la inestabilidad en el empleo, en la falta de ingresos o ingresos insuficientes. A continuación hacemos una agregación de distintas situaciones en que, en el Estado español, las personas están apartadas del mundo laboral o participan en él precariamente y con poca intensidad: sin empleo, que están buscando empleo (parados/as), sin empleo, que no buscan empleo y por ello no cuentan como paradas ni parados, pero sí que desearían trabajar (desanimados/as), sin empleo, que se han retirado del mercado laboral antes de la edad de jubilación (prejubilados/as), con empleo, pero trabajando menos horas de las que desearían (subempleados/as) y con empleo, a jornada completa, pero temporal. La cifra total de población en esta situación, que nos da una dimensión más amplia de la problemática de la falta de empleo, casi triplica la que es considerada parada a efectos de la EPA. En el tercer trimestre del 2015, 11,8 millones de personas se encuentran en una situación que podríamos calificar de subocupación, alcanzando el 48% de la población considerada. Porcentaje muy superior al 21% de la tasa de paro. Además, el diferencial entre mujeres y hombres (51% frente a 45%) es más amplio que en que se observa en las tasas de paro (20% y 23%, respectivamente). Si bien hay más hombres en paro que mujeres, hay más mujeres en situación de inactividad que sí que querrían trabajar y subempleadas, por una mayor proporción de mujeres con trabajos a jornada parcial. Cuadro 6. Personas en distintas situaciones de subocupación.

LAS FORMAS FLEXIBLES DE EXPLOTACIÓN Las relaciones laborales han estado cambiando en las últimas décadas. La globalización neoliberal ha supuesto una transformación en las formas de trabajo, desmantelando las relaciones laborales fordistas que, en las economías centrales, suponían la participación estable de la fuerza de trabajo en el ámbito de la producción y, como comentábamos anteriormente, un reparto de las rentas obtenidas por la mejora de la productividad. La relación laboral se ha ido precarizando, perdiendo tanto la estabilidad como los vínculos de los salarios con la productividad. En la etapa post-crisis se están desplegando una serie de mecanismos que están transformando en

Fuente: elaboración propia en base a INE y Eurostat.

5.3. Una nueva etapa de subordinación del trabajo al capital

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