La zapatera prodigiosa_Adaptación

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La zapatera prodigiosa, de Federico Garcia Lorca Una adaptación de José Ignacio González Martín.

01/01/2012


Dramatis personae

ZAPATERA ZAPATERO NIテ前 ALCALDE MIRLO MOZO LLORENTE VECINA 2 VECINA 3 VECINA 4 VECINA 5 VECINA 6 VECINA 7


Introducción_________________________________________ EL AUTOR (off) Respetable público... (Pausa.) ZAPATERA (off) ¡Quiero salir! AUTOR (off) ¡Ya voy! No tengas tanta impaciencia; no es un traje de larga cola y plumas el que sacas, sino un traje roto, ¿lo oyes?, un traje de zapatera. ZAPATERA (off) ¡Quiero salir! AUTOR ¡Silencio! (Se descorre la cortina y aparece el decorado con tenue luz.) AUTOR (Entra) Buenas noches (Sale.) Acto primero_____________________________________________ (El escenario está compuesto por una ventana abierta y una puerta cerrada a la izquierda, un banquillo con herramientas a la derecha y una mesa con unas sillas en el centro) ZAPATERA: (Está sentada en una silla y grita al lado derecho del escenario) ¡Cállate!, que si yo lo he hecho... si yo lo he hecho, ha sido por mi propio gusto y esto lo digo para que me oigan todas las que están detrás de las ventanas. Que más vale estar casada con un viejo… ¡que con un tuerto! (Llora. Llaman a la puerta.) ¡¿Quién es?! NIÑO (temerosamente) Gente de paz. ZAPATERA (abriendo) Hola, (Melosa y conmovida) ¿qué necesitas? NIÑO Vengo con estos zapatos de charol, para que los arregle su marido. Dice mi madre que tenga cuidado de no darle muchos martillazos, que el charol es muy delicado. ZAPATERA (Molestada por el comentario) Dile a tu madre que ya sabemos hacer nuestro trabajo. (Aparece por la derecha el Zapatero. Viste con unas ropas desgastadas. Se sienta en el banquillo.) NIÑO ¡Ustedes se conserven bien! ¡Hasta la vista! (Sale corriendo por la puerta.) ZAPATERA Adiós, hijito. Si hubiera reventado antes de nacer no estaría pasando estos trabajos… ZAPATERO (en el banquillo mientras que pega martillazos al zapato) ¿Mujer, qué estás diciendo...? ZAPATERA ¡Lo que a ti no te importa! ZAPATERO No sé cómo te aguanto… ZAPATERA También me aguanto yo... piensa que tengo dieciocho años.


ZAPATERO Y yo cincuenta y tres. ¡Si tuvieras cuarenta años o cuarenta y cinco, siquiera...! ¡Anda, cállate que te van a oír los vecinos! ZAPATERA ¡Ay, tonta, tonta, tonta! (Se golpea la frente.) Con tan buenos pretendientes como yo he tenido como Emiliano… ¡Ay Emiliano! (El Zapatero golpea fuertemente el zapato.) ZAPATERO ¡Mujer, no me des escándalos, mira que viene la gente! (Vecina 6 y Vecina 7 cotillean por la ventana) Escúchame un momento.... Toda mi vida ha sido una preocupación evitar el escándalo, muchas veces me han provocado y me callo. Me callo por el miedo de verme rodeado de gentes malas. Así que compórtate… Tres meses llevamos de casados, yo queriéndote y tú, (Gritando) ¡poniéndome verde! (Vecina 6 y Vecina 7 huyen) ZAPATERA Pues hoy no comemos... de manera que ya te puedes buscar la comida por otro sitio. (La Zapatera sale rápidamente por el lado derecho hecha una furia.) (Por la puerta aparece el Alcalde. Viste muy elegante y lleva una vara en la mano.) ALCALDE ¿En el trabajo? ZAPATERO En el trabajo, señor Alcalde. ALCALDE (Se sienta en una silla al lado del banquillo y mira al Zapatero fijamente) Tú no estás bueno. ZAPATERO (sin levantar la cabeza) No. ALCALDE ¿La mujer? ZAPATERO ¡La mujer! ALCALDE (Deja de mirarlo fijamente) Eso tiene casarse a tu edad... A tu edad se debe ya estar viudo de una como mínimo. Yo estoy de cuatro: Rosa, Manuela, Visitación y Enriqueta Gómez. Todas han probado esta vara. ZAPATERO (Levanta la cabeza) Mi hermana, mi hermana tiene la culpa. Y lo único que se me ocurre hacer es… (Se acerca al alcalde y en voz baja dice) marcharme… ALCALDE (riéndose) Ay, ay, ay… yo que tú recapacitaría esa idea… (Por la derecha aparece la Zapatera echándose polvos con una polvera) ZAPATERA Buenas tardes. ALCALDE Muy buenas. (La mira de arriba abajo). ¡Qué guapa que viene usted hoy! ZAPATERA (Sonrojada) Muchas gracias. (Se apoya en la ventana, mira la calle y coquetea). ALCALDE ¡Pero si es una mujer guapísima! Qué cintura tan ideal… bueno, yo ya me voy yendo que me están esperando, ¡hasta luego!


ZAPATERA ¡Adiós Alcalde! Si es que esos cumplidos no me los dices ni tú… ZAPATERO ¡Anda, déjame! ZAPATERA (enfurecida) ¡Déjame tu a mí! ZAPATERO Si es que ya no aguanto más… (El Zapatero se va por la derecha. Fuera se oye una flauta y la Zapatera se levanta y se pone a bailar.) (Aparece en la ventana Don Mirlo. Viste de negro. Mueve la cabeza como un muñeco de alambre.) MIRLO ¡Lará lará lará! (La Zapatera se muestra sonrojada mientras que Mirlo se acerca mucho a ella) MIRLO (acercándose más) ¡Zapaterilla blanca! Eres como el corazón de las almendras (Están uno pegado al otro) Zapaterita, bella flor de mi corazón, eres como, como… (Estornuda sobre la Zapatera)¡Achís! ZAPATERA (volviéndose y pegando a Don Mirlo, que tiembla) ¡Aaaay! (Con cara de asco) ¡Mira que estornudar! ¡Qué asco! (Mirlo se va con tristeza mientras que por la derecha, sale el Mozo dando saltos de alegría hasta que se para y mira provocativamente a la Zapatera) MOZO ¡Ay mi zapaterita! ¡Te amo! (La Zapatera sobresalta) ¡Dame un beso, dulce zapaterita! ZAPATERA (brusca) ¡Estate quieto! MOZO Tantos suspiros doy cada minuto por ti… ¡Bésame! (Mozo se dirige a abrazarla) ZAPATERA ¡Que no! (Cierra la ventana bruscamente) Pero qué impertinente, ¡qué loco! (Extrañada.) Un momento… cariño, ¿dónde estás? (Ella busca a su marido, mientras el niño se asoma a la puerta) NIÑO ¡Zapaterita! ¡Zapaterita! ¿Puedo pasar? Es que te tengo que contar una cosilla. ZAPATERA ¡Hola pequeño! ¿Qué ha pasado? NIÑO No te asustes por lo que le vaya a decir, ¿vale?… ZAPATERA Que no… que no… NIÑO Pues, mira... tu marido, el zapatero, pues… se ha ido para no volver más. ZAPATERA (aterrada) ¿Cómo? NIÑO Sí, sí, sí, eso ha dicho antes de marchar. ZAPATERA (sentándose desplomada) ¡No es posible, esto no es posible! ¡Ay Dios mío! (hecha una furia se levanta de las silla y empieza a dar


vueltas por escena) ¡Ay, ay, ay! (El Niño sale corriendo. La ventana y puertas están llenas de vecinos.) ¡Por vuestra culpa ha sido! VECINA 6 Mira, ya te estás callando. Si tu marido te dejado ha sido porque no lo querías. (La Zapatera cae de rodillas al suelo y llora desconsoladamente) VECINA 7 (Entra y acaricia a la Zapatera) Mujer, repórtate. (Por la puerta empiezan a entrar vecinas vestidas con colores violentos y que llevan grandes vasos de refrescos. Giran, corren, entran y salen alrededor de la Zapatera que está sentada llorando. Las grandes faldas se abren a las vueltas que dan.) LLORENTE Un refresco. VECINA 2 ¡Un refresquito! VECINA 3 Para la sangre. VECINA 4 ¡De limón! VECINA 5 De zarzaparrilla. LLORENTE ¡La menta es mejor! VECINA 2 Vecina… VECINA 3 ¡Vecinita! VECINA 4 Zapatera… VECINA 5 ¡Zapaterita! (Las vecinas arman gran algarabía. La Zapatera llora desconsoladamente.) TELÓN


Acto Segundo_________________________________________ (A la derecha hay un mostrador con botellas, copas, un bizcocho pequeño y una jarra con bebida encima y un taburete detrás donde está sentada la Zapatera mientras que friega algunas copas. Sigue la misma puerta y ventana a la izquierda abiertas a la izquierda. En el centro hay una mesa con unas 2 sillas en las que están sentados Mirlo y Mozo.) ZAPATERA ¡¿Alguno de los dos va a pedir alguna bebida?! MOZO (Cansado) Es que me estoy muriendo… ¡Ay! ZAPATERA (molesta) ¡Ay! MIRLO ¡Ay! MOZO ¡Ay! ZAPATERA ¿Pero esto es una taberna o un hospital? Desde que se fue mi marido me tengo que dedicar a este trabajo y ustedes cada vez me lo ponen más difícil. ¡Si es que los voy a tener que plantar en lo más ancho de la calle! MOZO Has puesto taberna y tendríamos que estar aquí dentro todo el tiempo que queramos… MIRLO ¡Es que vaya genio! (Salen los dos enfadados con la Zapatera.) ZAPATERA (con las manos en la cabeza) Jesús, Jesús, Jesús… VOCES La señora Zapatera, al marcharse su marido, ha montado una taberna donde acude el señorío. ZAPATERA (Sobresaltada) ¡Malditos…! VOCES Quién te compra, Zapatera, el paño de tus vestidos y esas chambras de batista con encaje de bolillos. Ya la corteja el Alcalde, ya la corteja don Mirlo. Zapatera, Zapatera, Zapatera, ¡te has lucido! ZAPATERA ¡Van a dar lugar a que compre un revólver! (La Zapatera corre a la puerta, pero no puede salir porque se acercan todas las vecinas con el Niño rodeando a un titiritero) ZAPATERA ¡Títeres!


NIÑO ¡Vienen a tu casa! (Por la puerta aparece el zapatero disfrazado de titiritero. Trae un cartelón enrollado a la espalda, lo rodean las vecinas, el niño y el alcalde. La Zapatera se va a la silla del mostrador y queda en actitud semi-expectante) ZAPATERO Buenas tardes. ZAPATERA Buenas tardes tenga usted, señor titiritero. (El Zapatero se sienta en una silla mientras y deja el rollo sobre la mesa mientras que todas las vecinas le rodean. Deja el cartelón en la mesa.) ZAPATERA (alegre) ¿Pero va ha hacer usted los títeres en mi casa? ZAPATERO Si usted me lo permites. (Las vecinas hacen rumores de admiración. El Zapatero desenrolla el cartelón en el que está escrita la historia. Los vecinos inician un movimiento de aproximación) ZAPATERO Atención: En un cortijo de Córdoba entre jarales y adelfas, vivía un talabartero con una talabartera. (Expectación.) Ella era mujer arisca, él, hombre de gran paciencia, ella giraba en los veinte y él pasaba de cincuenta. Santo Dios, ¡cómo reñían! Miren ustedes la fiera, burlando al débil marido con los ojos y la lengua. ZAPATERA ¡Qué mala mujer! ZAPATERO Cabellos de emperadora tiene la talabartera, y una carne como el agua cristalina de Lucena. Ved cómo la cortejaban mocitos de gran presencia en caballos relucientes llenos de borlas de seda. Gente cabal y garbosa que pasaba por la puerta haciendo brillar, alegre, las onzas de sus cadenas. La conversación a todos


daba la talabartera, y ellos caracoleaban sus jacas sobre las piedras. Miradla hablando con uno bien peinada y bien compuesta, mientras el pobre marido clava en el cuero la lezna. (Muy dramático y cruzando las manos.) Esposo viejo y decente casado con joven tierna, qué tunante caballista roba tu amor en la puerta. (La Zapatera, que ha estado dando suspiros, rompe a llorar.) ZAPATERO (volviéndose) ¿Qué os pasa? LLORENTE ¡Pero, niña! (Los vecinos murmuran y sisean) ZAPATERO (malhumorado) Un lunes por la mañana a eso de las once y media, Llegó su amigo trotando una jaca cordobesa y le dijo entre suspiros: - Niña, si tú lo quisieras, cenaríamos mañana los dos solos, en tu mesa. - ¿Y qué harás de mi marido? - Tu marido no se entera. - ¿Qué piensas hacer? Matarlo. Es ágil. Quizá no puedas. ¿Tienes revólver? - ¡Mejor! ¡Tengo navaja barbera! (La Zapatera se tapa los ojos y aprieta al Niño. Todos los vecinos tienen una expectación máxima que se notará en sus expresiones.) - Le daré diez puñaladas certeras en esta disposición, que me parece estupenda: cuatro en la región lumbar, una en la tetilla izquierda, otra en semejante sitio y dos en cada cadera. - ¿Lo matarás en seguida?


- Esta noche cuando vuelva con el cuero y con las crines por la curva de la acequia. (Se oye fuera del escenario un grito fortísimo; los vecinos se levantan. Otro grito más cerca. Al Zapatero se le cae de las manos el cartelón. Tiemblan todos.) LLORENTE (en la ventana) ¡Ya han sacado las navajas! ZAPATERA ¡Ay, Dios mío! VECINA 2 ¡Virgen Santísima! ZAPATERO ¡Qué escándalo! VECINA 3 ¡Se están matando! ¡Se están cosiendo a puñaladas por culpa de esa mujer! (Señala a la Zapatera.) (Van saliendo rapidísimamente todos entre miradas de odio a la Zapatera. Ésta cierra rápidamente la ventana y la puerta.) ZAPATERA Le juro que soy inocente. ZAPATERO Calma, muchacha. ¿Es que su marido se está peleando? ZAPATERA (rompiendo a llorar) ¿Mi marido? ¡Ay, señor mío! Mi marido me dejó por culpa de las gentes y ahora me encuentro sola sin calor de nadie. ZAPATERO Ya comprendo, preciosa joven. Ha de saber usted yo también he perdido a mi mujer y ahora voy en su busca para perdonarla y vivir con ella lo poco que me queda de vida. (Tocan la puerta y entra el Niño) NIÑO ¡Zapatera! Se han hecho sangre con las navajas dos mozos y te echan a ti la culpa. ¡Todas las mujeres han ido a ver al juez para que te vayas del pueblo! (El Niño está jadeante y sudoroso.) ZAPATERA (al Zapatero) ¿Lo está usted viendo? ZAPATERO ¡Canallas! Me dan ganas de salir a defenderla. ZAPATERA (Dirigiéndose al Zapatero) Mire usted, quieren venir a matarme y sin embargo no tengo ningún miedo, no hace falta que me protejan. ZAPATERO (Triste se carga el cartelón.) Entonces, adiós... para toda la vida, porque a mi edad... (Está conmovido.) ¿Qué quiere que le diga si por casualidad me encuentro a su marido en mis caminatas? ZAPATERA (Triste) Dígale usted que lo adoro, que a pesar de sus cincuenta y tantos años, me resulta más juncal y torerillo que todos los hombres del mundo. ZAPATERO (temblando alegremente) ¿Y si por casualidad llegara ahora mismo? ZAPATERA ¡Me volvería loca de alegría! Pero sé que eso no es posible…


ZAPATERO (quitándose el disfraz) ¡Pues aquí estoy! (La Zapatera está como loca, dando gritos de alegría abraza al Zapatero.) COPLAS (en un volumen bastante alto) La señora Zapatera, al marcharse su marido, ha montado una taberna, donde acude el señorío. ZAPATERO (emocionado.) ¡Mujer de mi corazón! ZAPATERA ¡Te quiero! (Las coplas se oyen cerquísima, los vecinos aparecen en la ventana.) VECINOS (van entrando a la taberna con vestidos grandes, pero menos coloridos que en el primer acto y empiezan a dar vueltas alrededor de la pareja que sigue abrazada llorando de alegría en el centro. Todos cantan a la vez y repiten la misma copla.) Quien te compra, Zapatera, el paño de tus vestidos y esas chambras de batista con encaje de bolillos. Ya la corteja el Alcalde, ya la corteja don Mirlo. Zapatera, Zapatera, Zapatera, ¡te has lucido! ZAPATERA (Con el brazo en alto y el puño cerrado) ¡Venga, venid a por nosotros! Venid ahora que ya somos dos… (Dirigiéndose al marido.) ¡Mi marido; y yo! (El ruido de las coplas llena la escena hasta que se empiezan a oír un tañido de unas campanas que van aumentando hasta que un último tañido sentencia la escena) TELÓN


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