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Taxonomía de Bloom

Taxonomía de Bloom

No es fácil para los docentes buscar referencias en nuestra labor diaria, pero si queremos ubicarnos, nuestro norte siempre lo podemos encontrar en la taxonomía de Bloom independientemente de la metodología que utilicemos en nuestra práctica educativa.

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En los últimos años hemos hablado mucho de la Taxonomía de Bloom en nuestras formaciones, ligándola con diferentes temáticas como pueden ser el aprendizaje por proyectos, las destrezas del pensamiento, el aprendizaje cooperativo o las inteligencias múltiples. Nos hemos dado cuenta, sin embargo, que nunca hemos tratado la Bloom y su taxonomía individualmente, con la importancia que este tiene. Es como si le hubiéramos hecho un menosprecio al autor y su obra.

Por este motivo y también porque nos hemos encontrado que muchos docentes no conocen la forma de categorizar los aprendizajes de su alumnado, hablaremos en este artículo sobre la taxonomía de Bloom. A finales de los años 50 del pasado siglo, había una corriente psicológica en los Estados Unidos encabezada por la escuela de Chicago que estaba muy preocupada por cómo se aprende y cómo evaluar los aprendizajes. Se comprobó rápidamente que no todas las acciones cognitivas tenían la misma complejidad, por ejemplo, no es lo mismo recordar un cierto dato que analizarlo o valorarlo.

Bloom desarrolló una jerarquía de los objetivos educativos que se querían alcanzar con el alumnado, dividiéndolo en tres ámbitos: Ámbito cognitivo, ámbito afectivo y ámbito psicomotor. Es del primer ámbito del que surge la tabla de la taxonomía de Bloom.

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