En medio de ninguna parte

Page 183

254. Pero tal vez, pensé entonces, les hago una injusticia, quizá saben perfectamente que soy un náufrago y sonríen de soslayo, observando mis danzas en mi empeño por proclamar mi condición de sujeto único, y es que tal vez el mundo entero esté lleno, de un horizonte al otro, de personajes que danzan y que proclaman su privacidad con sus respectivas hogueras. Quizá me estoy portando como una perfecta imbécil, quizá solamente pueda concitar su atención cuando deje de cantar y de bailar, cuando vuelva a las tareas cotidianas, a barrer y a fregar. Tal vez, quién sabe, me comporto como una de las hermanas feas en un cuento en el que solamente Cenicienta ha de salvarse. Quizá es que llegó el milenio y yo, como no dispongo de calendario, no me he dado cuenta, quizá el príncipe otea ahora las zonas más lejanas del planeta en busca de su amada, y yo, que tanto tiempo he pasado acunando la parábola en mi seno, leyéndola como alegoría de mi reivindicación, quizá haya de quedarme atrás, con los patanes, mientras la dichosa pareja vuela rumbo a una nueva vida de la que habrá de gozar en los planetas más apartados. ¿Qué debo hacer? Estoy perdida de todas todas. Quizá debiera meditar más reposadamente sobre aquellas palabras relativas a la inocencia de los inocentes.

255. Las piedras. Al haber fracasado en mi empeño por hacerme entender a fuerza de gritos (aunque ¿estoy de veras segura de que no me oyeron? Tal vez sí me oyeron pero no les parecí de interés, o quizá no necesitan gozar de ninguna clase de comunicación), opté por escribir. Durante una semana, faenando de sol a sol, acarreé de acá para allá la carretilla llena de piedras a rebosar, hasta haber formado un montón de unas doscientas piedras traídas de los pastos detrás de la casa. Eran piedras redondeadas, lisas, del tamaño de una calabaza pequeña. Las pinté una por una aprovechando la cal sobrante de los viejos tiempos (como todo náufrago que se precie, le encuentro utilidad a todos los despojos, un día tendré que hacer una lista de las cosas

184


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.