VERBA VOLANT, SCRIPTA MANENT

Fragmento del poema:

“Lauros para el alma” del libro CREPUSCULAR

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VERBA VOLANT SCRIPTA MANENT Texto D.R. © 1912-1925, Guillermo Flores Arenas Diseño editorial e ilustraciones D.R. © 2021, Jimena Sicilia FECHA DE PUBLICACIÓN: Mayo 2021 DISEÑO EDITORIAL E ILUSTRACIÓN Jimena Sicilia Sosa TEXTO Guillermo Flores Arenas Impresa en Querétaro, Qro. México.

Impresión: Print Planet, México

Fragmento del poema:

“Misterio”

del libro CREPUSCULAR

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BIOGRAFIA

Guillermo Flores Arenas

Guillermo Flores Arenas nació el 18 de noviembre de 1893, en la Ciudad de Querétaro. Comenzó a escribir e interesarse por la poesía desde su juventud temprana, pasión que conservó hasta el día de su muerte dando a luz a un total de 3 libros.

Se casó con Eva Mercedes del Llano Soto el 7 de julio de 1917, en Querétaro, Qro, dentro del templo de Capuchinas (actualmente Museo de la Ciudad). Su amor por ella significó una gran fuente de inspiración y fue aquello lo que lo llevó a la creación de su primer libro HOJAS DE VIOLETA (1912-1917), que consta de una serie de poemas que hablan de amor y de ilusión, pero también de desesperanza y amargura. El título tiene su origen en el nombre de la flor favorita de Eva: la violeta.

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Desde su adultez temprana, su pasión por la poesía lo llevó a tener la oportunidad de redactar algunos escritos para la publicación anual de El Heraldo de Navidad, así como también para grandes pediódicos como EL REPUBLICANO y EL UNIVERSAL. Más tarde, comenzó a interesarse en la política debido a que tenía fuertes ideales respecto a la patria, lo cual lo llevó a convertirse en diputado.

A su vez, compuso y recitó algunos poemas para importantes eventos dentro de la Ciudad de Querétaro, algunos incluso con la importante presencia del en ese entonces gobernador del Estado: José María Truchuelo Ruíz (1920-1923). Fue durante estos años que dio a luz a la creación de su tercer libro: ECOS DE BRONCE (1924), que consta de una serie de poemas que hablan de sus ideales patrióticos, dedicado a su último hijo: Guillermo Manuel.

Falleció el 12 de agosto de 1925, a la temprana edad de 31 años en la ciudad de Querétaro, Qro. Las causas siguen siendo desconocidas, aunque por sus escritos se puede asumir que una enfermedad pudo haber sido la causa.

Deja el capullo obscuro de tu cárcel Al fin no hay nada en él Aquí hallarás estrellas, ¡oh púdica radiosa Que vas a convertirte en mariposa!

Y allá tras de la cumbre cideral Santifica el ideal SIN TÍTULO. Julio, 1925

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El 6 de abril de 1918, nació su primer hijo: Guillermo Celestino Flores del Llano, quien murió poco tiempo después el 17 de enero de 1919 a los 9 meses y 11 días de causas desconocidas. El 31 de octubre de 1919 nace su segunda hija: María Concepción Flores del Llano. El 6 de septiembre de 1921 nace su tercera hija: María del Carmen Flores del Llano. Durante este periodo de su vida, desarrolló su segundo libro titulado CREPUSCULAR el cuál dedicó a sus dos hijas. Finalmente, el 27 de enero de 1924 nace su último hijo: Guillermo Manuel Flores del Llano.

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UNA CARTA on el alma henchida de ilusiones y el placer rebosando en mi corazón, he tomado la pluma, que al deslizarse lentamente sobre el papel, graba caracteres que dicta mi cerebro y aprueba mi corazón.

Hemos sido felices ¿no es así?

Tu onomástico, día sublime, ha venido envuelto en oleajes de primavera y saturado de juventud, en tanto que cabe en nuestros pechos se mece incólume esa chispa traviesa que a veces nos hace sufrir y a veces ser felices y que se llama amor. ¿Te acuerdas? Sonó la hora de nuestra cita, señalada desde la víspera, y ahí, en el jardín, apareció tu figura, ataviada con un traje color crema, en tanto que ostentaba tu cimbradora cintura un listón rojo como el inmenso amor que te profeso. ¿Y a dónde fuimos? Tú lo sabes, a aquella poética alameda saturada de perfumes y envuelta entre ropajes de esmeralda.

Ya la tarde moría cuando abandonamos aquel lugar donde dejamos recuerdos que jamás se olvidan. ¿Te acuerdas? En medio del profundo respeto que siempre te he guardado, fulguró nuestro amor vivo y ardiente, acariciador y sublime, que al par infundía veneración y alegría, en dulces romances, traducidos en castos besos que repercutían en el fondo de nuestras almas soñadoras, en tanto que el crepúsculo lanzaba sus pálidos destellos y las aves tornaban a sus nidos.

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¿Te acuerdas? Yo sé que tu alma, idealista por excelencia, no puede, no olvidará jamás aquel atardecer, en que la dicha nos rodeaba y el amor aleteaba cerca de nosotros hasta que las sombras empezaron a cubrir con su peplo siniestro aquel divino paraíso.

Y después... después abandonamos ese hermoso lugar para dirigirnos al templo vetusto donde se festejaba a la virgen divina que lleva tu nombre.

Aquel severo recinto, lleno de luces y concurrido de figuras creyentes, impresionó hondamente mi espíritu y mis labios musitaron una plegaria salida del fondo de mi alma, para que aquella virgen sublime concediera el alivio a mi santa y enferma madre...

Más tarde, y al pie de tu balcón, te referí mis tristezas y la llegada del blanco pichón que me trajo tu regalo, lo que me valió el título de mentiroso. ¿Recuerdas?

Y después, deshaciendo el paquete que el pichón abandonara y entre besos y sonrisas, pude colocar en tu cuello el pendiente que te dedicara.

Y ahora, en un intervalo de sesenta minutos, que tardé en regresar a casa, he tomado la pluma para dirigirte mis letras y perpetuar con estos caractéres el recuerdo indeleble de nuestra mutua felicidad.

Yo sé que tú me amas, yo comprendo que me quieres, tú me lo has dicho y al escuchar tu voz, arrullo de paloma enamorada, mi alma se ha sentido bendecida de esperanza y rebosante de felicidad.

Toma esta carta, si el infortunio nos separa, si la desdicha nos hiere, ella te hablará de nuestro amor inmenso, de nuestro amor sublime y llevará a tu alma una evocadora imagen del pasado.

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Cruza, cruza por el mundo conquistando flores y mañana, si la dicha me lleva a ser tu esposo, deshojaremos uno a uno los pétalos de niveas margaritas hasta llegar a la meta que el destino nos tenga señalada.

Guarda mi carta, ella te habla de amor, te habla de ilusiones, de juventud y de bellas esperanzas.

Adiós.

Septiembre 24 de 1916. 18.30 p.m.

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Soñé que eras feliz junto a mi lado: Era la aurora, el sol resplandecía

Y estaba ya muy lejos el pasado.

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BELENO noche te soñaba, amada mía, Soñé que eras feliz junto a mi lado: Era la aurora, el sol resplandecía Y estaba ya muy lejos el pasado.

Eras mi esposa ya y en nuestro nido Todo era dicha, languidez y calma Y mi espíritu estaba confundido Y se encontraba arrobadora el alma.

Eras mi esposa ya, y el pecho amante Te adora en sus íntimos desvelos Y al acercarme a ti febricitante Se abrió el dintel de los futuros cielos: Un hogar, una esposa bendecida, Una madre adorada en la existencia; ¿Qué más puede aspirar la entristecida Mente que lloraba sin clemencia?...

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Figúrate después, la noche quieta, El murmullo del viento entre la flora Y muy cerca de ti mi alma poeta Que en su fondo suspira y que te adora.

Escucha, una canción, un canto suave, Es el ideal sublime, es el armiño El coruscante ritmo de algún ave, La blonda cabellera de algún niño.

Abierto al porvenir, la sombra vana Huyó con sus nostalgias y tristezas Y el cielo ha bendecido en la mañana Nuestras tristes y lánguidas cabezas…

Así yo te soñé y a los altares Acudiremos con quietud y calma Y Dios bendecirá nuestros amares Haciéndonos un ser y una sola alma.

Querétaro, Julio 4 de 1917

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Son un remedio de inspiración...

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ATOMOS mo las flores, amo los campos, Amo el arroyo con su rumor; Amo las aves, amo los lampos Que el cielo cubren con su rubor.

Por eso busco la clara fuente, Sus bellas ondas me hacen sentir Y el ruido rítmico de su corriente Aleja un tanto mi hondo gemir.

Soy un poeta y un visionario, Sueño en las ninfas del lago azul; Por eso gusto lo solitario, Por eso amante busco la luz.

Las noches lóbregas de tempestades Hacen a mi alma estremecer Y errante escribo en mis soledades Y encuentro en ello grato placer.

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¡Oh, si doliente al hacer mis versos Cantara en ellos cual siento yo! ¡Oh, si escribiera yo en mis excesos Cual siente mi alma que suspiró!...

Pero no puedo... círculo estrecho Abarca todo mi alrededor, Y así, al trazarlos, hallo deshecho Lo que soñara con gran ardor.

Flaco esqueleto son mis canciones De lo que siente mi corazón, Son solo un átomo mis concepciones, Son un remedio de inspiración…

Soy un poeta y amo los campos, Amo el arroyo con su rumor, Amo las brisas, amo los lampos Que el cielo cubren son su rubor.

Febrero 15. 1918

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SONRISA Para mi hijito Guillermo

onríes? ¿Por qué? ¿Los ángeles te miran? ¿Juegas con un querub tierno y alado?

Las flores son muy bellas, las brisas que suspiran te traen un grato aroma de lirio perfumado. ¿Juegas entre pensiles, hijito idolatrado? ¿Qué dicen tus sonrisas que mi ilusión inspiran? ¿El cielo donde moras es el edén soñado donde las almas puras felicidad respiran?

Los goces de la infancia son flores aromadas, Tu mundo está cubierto de flores deshojadas Y reina en el ambiente sublime inspiración.

Por eso yo que miro las íntimas sonrisas Pulso mi triste lira y aspiro entre las brisas El néctar perfumado que anima el corazón.

Qro, Mayo 1918

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POBRE NINITA DE LOS OJOS DE ABISMO y! pobre niñita de los ojos de abismo; la de crenchas castañas y albura la frente, que forma en conjunto un gran idealismo la de labios grana y boquita riente.

Hoy va por el mundo causando alegrías desgranando arrullos en su gracia henchida es un capullito, es dulce poesía que aún no ha recibido del duelo una herida.

Niña-capullito de la primavera no sabe las penas que el mundo le espera cuando tienda el ábrego su ala implacable Quizá en el futuro sus músicas vibre y en sus alas palpite un ensueño libre o ilusión dorada pero irrealizable.

1919

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LA VIEJA CASONA o habito una casa que parece un convento, es una vieja casa de aspecto colonial; tiene una fuente arcaica, con sus ondas de argento, e invita a dormir siesta la paz del soportal.

Existe una alacena, que evoca otras edades, en mi vasto aposento, que fue de algún oidor, y en un pasillo estrecho, con sus oscuridades, dicen que meditaba un grave inquisidor.

Yo habito una casa con sus puertas muy viejas; esa arcaica casona ha causado consejas por su aspecto severo de un tiempo señorial…

Yo habito en una casa que parece un convento por lo obscuro y sombrío; pero vivo contento evocando fantasmas del tiempo virreinal.

17 de febrero, 1923

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PAGINA BLANCA l dolor es inmenso y la pluma se resiste a darle cabida en versos tristes, la nostalgia me abruma y los recuerdos del pasado, los recuerdos de dichas lejanas, solo sirven para darle al corazón un sufrimiento profundo, un sufrimiento incomprensible.

Apartado de aquel amor, que fue mi vida, apartado de las dulces horas que pasaron fugaces para no volver, solo la realidad muda e inquieta se presenta en el futuro de la existencia, con su descarnado esqueleto, las ilusiones huyeron como las golondrinas de Becquer, para no volver, y la pluma se resiste a pintar el acervo cuadro que en estos momentos trágicos se desarrolla en el fondo de mi alma. ¡Pobre corazón! ¡Pobre alma!

¡Pobre soñador!

Enero 29, 1917

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TRAGICA adme ajenjo, licores y mujeres! ¡Quiero gozar hasta sentirme beodo! ¡¡Quiero vivir un mundo de placeres En torpe bacanal e inmundo lodo!! ¡Y allá va el corazón hipertrofiado! ¡¡Dadme el alcohol que mina la existencia!!

Ya que aquí solo soy un desgraciado Que vive errante sin ninguna creencia. ¡Dadme vino, señores, que la vida Se aturda en torpe bacanal impuro, Ya que aquí solo encuentro la partida De un negro porvenir sañudo y duro.

Quiero reír en mi agostada vida ¡Y muera el corazón hecho pedazos!

Quiero calmar de mi alma la honda herida Encontrando el deleite en otros brazos.

Ya que mis creencias todas se agostaron Es fuerza que sucumba bajo el peso De inmundo bacanal torpe y cansado Y allá va el corazón mudo y opreso.

Si un calvario he encontrado en la existencia, Es fuerza que termine el alma mía; Ya que el pecho no tiene ni una creencia, ¡Que muera infame al despuntar el día!

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En torpe bacanal quiero aturdirme, ¡Dadme ajenjo, licores y mujeres! ¡¡Que quiero en negro vicio sumergirme Y comprar las caricias y placeres!!

Ven tú, sirena de las crenchas de oro, La de redondos senos abultados Ven hacia mí que en incesante lloro Formo parte de pobres descarriados.

Ven hacia mí, y en tu voluble giro Prodígame caricias que yo anhelo, No me dejes huir si me retiro, Que formen tus halagos negro cielo..

Quiero aturdirme en bacanal impuro Y hartarme con alcohol y con excesos Y reír con sarcasmo en el futuro Hallando impuro amor entre tus besos Ven tú, morena de los labios rojos, Quiero gozar el sensualismo ardiente Y encontrar en lo negro de tus ojos Un futuro de amor sobre mi frente.

Y en Báquico deleite y en orgías Hacer que caiga el corazón de hinojos, Que es muy triste llevar todos los días Empapados en lágrimas los ojos…

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Todo era paz, contento, regocijo, Todo rumor de besos y de alas Y era mi pensamiento siempre fijo Amar a una mujer de castas galas.

Y esa mujer llegó, luz diamantina Lanzó por dondequier en sus excesos Y al fulgor de las estrella vespertina Nutrió mi alma con sus castos besos.

Y entonces ¿qué busqué? todo tenía, Lo que la mente por sentir se afana, Y el nostálgico pecho sonreía Con la dulce esperanza del mañana.

Era un ángel-mujer casta y sencilla, Honesta cual lo blanco de las flores Y adoraba mi pecho sin mancilla Y el ídolo era yo de sus amores.

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Era un jardín mi vida, en él había Dulces perfumes de mis gayas flores Y en el centro de un cielo se mecía El ángel del placer y los amores Tendía mi vista en el jardín sonriente Y el corazón amaba con anhelos Y al rumor garrulero de una fuente Las flores germinaban por los suelos.

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Era un ángel-mujer en ella había Todo lo bueno conque el alma sueña, Era un ángel-mujer y yo sentía Dentro de mí su alma tan sedeña.

Y un santuario forjé, y en mi cariño Un eden le formé dentro del alma, Y en mis horas nostálgicas, cual niño Mi llanto se agostaba en dulce calma Y en las penas acerbas de la vida Un consuelo encontré siempre a su lado; Si sangraba del pecho alguna herida Con solo su mirar se habría curado.

Y... Una tarde otoñal triste y sombría Lanzó una racha destructora y fría En mi niveo placer, Y al herirme. altanera Mi alma probó por ocasión primera Lo amargo del acibar y la hiel….

Más, ¿Qué le importa al mundo mi tormento? ¿Qué le importa que sufra en mi desvelo? ¡Me lanzo al bacanal! ¡Ahí hay contento, ¡¡Aunque arrastre la lira por el suelo!! ¡Dadme ajenjo, licores y mujeres! ¡Quiero gozar hasta sentirme beodo! ¡¡Quiero vivir un mundo de placeres En torpe bacanal e inmundo lodo!!

Enero 30, 1917

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ILUSTRACIÓN

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REMEMBRANZAS e acuerdas? Un año apenas Fuimos a diversos templos Y arrodillados muy juntos Ante el altar de una virgen, Levamos nuestras plegarias Y le pedimos al cielo Que uniera nuestras dos almas En un lazo indisuadible. ¿Te acuerdas? Era una noche Con galas esplendorosas Y la luna nos enviaba Las crenchas de sus cabellos, Y rodaba sobre un cielo Diáfano cual nuestras almas Y lanzaba sus destellos Que una escarcha semejaban.

Era una noche tranquila Y los templos visitamos, Y al salir de alguno de ellos Me dijiste cariñosa: ¿Qué será de nuestra vida? ¿Dentro de un año estaremos Unidos ya para siempre?

Todo es posible, dije,

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Todo es posible, ¿Recuerdas?

Y doce meses tan solo Han transcurrido de aquello; Doce meses, ¿lo recuerdas?

Y de cuán distinto modo No ha encontrado este tiempo: Muchas lágrimas ardientes Nuestras pupilas derraman.

Hoy no fuimos a los templos, Ni le rezamos al cielo, ¿Es que la fé ya concluye? ¿Es que el destino tememos?....

Quién sabe; pero estuvimos En el jardín solitario Donde hace apenas un año Promesas mil nos juramos.

También hoy riela la luna Sobre el campo y las ciudades, También ufanan hoy envía Las hebras de sus cabellos, Y sin embargo, hoy lloramos Y llegan las añoranzas Y están nuestras pobres almas Muertas por los desengaños.

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Y el tiempo transcurre incierto Y solo hallamos dolores, En la senda y el camino Que nos marcó un negro sino.

Dentro de un año, bien mío, ¿En qué lugar estaremos? ¿Qué será de nuestras almas? ¿Qué será de nuestra vida?...

Abril 5 de 1917 (Jueves Santo)

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Lloramos el mal inmenso En que estamos sumergidos, Lloramos la grande pena En que ambos nos sepultaron; Nuestras almas cariñosas, Que el odio no conocieron, Hoy destilan el veneno Que al pecho nuestro inyectaron.

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A DIOS or qué, Señor, no obstante la alegría Siento que se desgarra el corazón Y la natura al sucumbir el día Me envuelve entre su manto de crespón?

Si el pecho ya encontró su compañera Y halló en la esposa candidez y amor, ¡Ay! si es feliz en la ocasión primera ¿Por qué se rasga así? ¿Por qué, Señor?

La vida se desliza mansamente Sobre un cielo sin nubes muy azul Y el alma mira en el lejano oriente La dicha envuelta entre el cendal de tul.

La eterna primavera, la ambrosía, La nota, el canto, la ilusión, la luz; Lo que el pecho aspiraba y que quería Y las noches lunares sin capuz.

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El hogar, la afección, la esposa amante, Tranquilidad sublime, dulce bien; Y a lo lejos, destellos de brillante, El porvenir cirniéndose también.

Sobre nuestras cabezas bendiciones De mi madre adorada por mi ser, El aura tibia, por doquier canciones Y el pecho rebosante de placer.

Si el corazón halló su compañera Y en la esposa ha encontrado todo amor, ¡Ay! si es feliz en ocasión primera ¿Por qué sufre? ¿Por qué...por qué, Señor?

Agosto 3, 1917

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SENOR, ESTA MUY BIEN eñor, está muy bien; si lo dispones, prepararé la alforja, y el camino y a tu cuidado dejo tres tiernos querubines, mis tres albos jazmines.

Y dime, ¿qué será de su destino en tanto que me alejo? ¡Ah! Tú, Señor, otorgarás tus dones y tendrás para ellos panoramas hermosos, siempre bellos.

Está muy bien, Señor, si lo dispones te dejo mis jazmines: mis tiernos querubines.

Voy a vestirme ya cual peregrino, Voy a buscar la alforja del camino.

Durante mi enfermedad Julio 3, 1924

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SIN TITULO yer te tuve miedo. humilde miedo; temblaba de pavor al recordarte y en mis noches obscuras, de insomnias pavuras con el alma angustiada y triste y desolada Acabé por odiarte Pero hoy ya no te temo, Tu guadaña Un juguete ridículo en tu saña Podrá destruir con furia aquel que hiera Pero el alma revela excelsitudes y ha calmado mis grandes inquietudes ¡Hiere pues sin piedad, cuando tú quieras!

Febrero 6, 1925

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Este libro nace del hallazgo de la obra literaria de mi tatarabuelo, el poeta y diputado Guillermo Flores Arenas, quien escribió más de 150 poemas en su corto periodo de vida (31 años). Esto, a su vez, trajo como consecuencia el descubrimiento de cartas, postales, notas, fotografías, entre otros objetos que remontan a la historia de vida de mis antepasados.

El concepto principal del libro es la dualidad, así como la nostalgia por la fugacidad de los momentos y las memorias olvidadas. Los recursos gráficos del libro buscan resaltar el contraste entre los momentos de alegría, paz y esperanza en la vida de Guillermo, con sus momentos de tristeza, caos y desesperanza.

Con este proyecto, busco demostrar que las dualidades son parte de la experiencia humana. Que todos tenemos un origen y que gracias a ello somos lo que somos (es importante saber de dónde venimos). Que las pasiones trascienden las barreras de la muerte y las personas solo se van cuando se olvidan.