Exposicion imagen 09/03/2010

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EL JUEGO SOCIAL DE LA


IMAGEN Una imagen (del latín imago. Singular "imagen"; plural "imágenes") es una representación que manifiesta la apariencia de una cosa. El concepto mayoritario al respecto corresponde al de la apariencia visual, por lo que el término suele entenderse como sinónimo de representación visual; sin embargo, hay que considerar también la existencia de imágenes auditivas, olfativas, táctiles, sinestésicas, etcétera. Las imágenes que la persona vive interiormente son denominadas imágenes mentales, mientras que se designan como imágenes creadas (o bien como imágenes reproducidas, según el caso) las representativas de un objeto mediante técnicas diferentes de diseño, pintura, fotografía, vídeo, entre otras.


Se llama grafiti (del italiano graffiti, graffire) o pintada a varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre mobiliario urbano.

La xilografía (del griego xylón, madera; y grafé, inscripción) es una técnica de impresión con plancha de madera. La litografía es una procedimiento de impresión descubierta en el año 1796, hoy casi en desuso salvo para la obtención y duplicación de obras artísticas. Etimológicamente la palabra litografía viene de los términos griegos lithos piedra y graphe dibujo.


Una caricatura (del italiano caricatura: cargar, exagerar) es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona o varias, en ocasiones un estrato de la sociedad reconocible, para crear un parecido fácilmente identificable y, generalmente, humorístico. La fotografía (de foto- [griego φωτο-, de la raíz de φῶς, φωτός, luz] y -grafía [griego -γραφία, de la raíz de γράφειν, escribir]) es el proceso de capturar imágenes y almacenarlas en un medio de material sensible a la luz. Un cartel, afiche o póster es una lámina de papel, cartón u otro material que sirve para anunciar o dar información sobre algo.


Se llama historieta o cómic a una "serie de dibujos que constituye un relato", "con texto o sin él", así como al medio de comunicación en su conjunto. La animación es un proceso utilizado para dar la sensación de movimiento a imágenes o dibujos.

Un videojuego (del inglés video game) o juego de video es un programa informático creado para el entretenimiento, basado en la interacción entre una o varias personas y un aparato electrónico que ejecuta dicho videojuego.


La televisión es un sistema para la transmisión y recepción de imágenes en movimiento y sonido a distancia. La palabra "televisión" es un híbrido de la voz griega "tele" (distancia) y la latina "visio" (visión). El cine (abreviatura de cinematógrafo), también llamado cinematografía, es la técnica que consiste en proyectar fotogramas de forma rápida y sucesiva para crear la impresión de movimiento, mostrando algún vídeo o película). La palabra cine designa también las salas o teatros en los cuales se proyectan las películas. Etimológicamente, la palabra cinematografía fue un neologismo creado a finales del siglo XIX compuesto a partir de dos plabras griegas. Por un lado κινή (kiné), que significa "movimiento" (ver, entre otras, "cinético", "cinética", "kinesiología", "cineteca", cinergia); y por otro de γραφóς (grafós). Con ello se intentaba definir el concepto de "imagen en movimiento".


Comunicación Visual de la Imagen ¿Se puede definir lo que se entiende por "comunicación visual"? Prácticamente es todo lo que ven nuestros ojos; una nube, una flor, un dibujo técnico, un zapato, un cartel, una libélula, un telegrama como tal (excluyendo su contenido), una bandera. Imágenes que, como todas las demás, tienen un valor distinto, según el contexto en el que están insertas, dando informaciones diferentes. Con todo, entre tantos mensajes que pasan delante de nuestros ojos, se puede proceder al menos a dos distinciones: la comunicación puede ser intencional o casual.


La nube es una comunicación visual casual, ya que al pasar por el cielo no tiene intención alguna de advertirme que se acerca el temporal. En cambio es una comunicación intencional aquella serie de nubecitas de humo que hacían los indios para comunicar, por medio de un código preciso, una información precisa. Una comunicación casual puede ser interpretada libremente por el que la recibe, ya como mensaje científico o estético, o como otra cosa. En cambio una comunicación intencional debería ser recibida en el pleno significado querido en la intención del emitente.


La comunicación visual intencional puede, a su vez, ser examinada bajo dos aspectos: el de la información estética y el de la información práctica. Por información práctica, sin el componente estético, se entiende, por ejemplo, un dibujo técnico, la foto de actualidad, las noticias visuales de la TV, una señal de tráfico, etc. Por información estética se entiende un mensaje que nos informe, por ejemplo, de las líneas armónicas que componen una forma, las relaciones volumétricas de una construcción tridimensional, las relaciones temporales visibles en la transformación de una forma en otra (la nube que se deshace y cambia de forma).


Pero dado que la estética no es igual para todo el mundo, ya que existen tantas estéticas como pueblos y quizás como individuos hay en el mundo, por ello no se puede descubrir una estética particular de un dibujo técnico o de una foto de actualidad, sino que en estos casos lo que nos interesa es que el operario visual sepa revelarla con los datos objetivos. Establecemos estas reglas para facilitar la investigación, pero estamos dispuestos a modificarlas o a vulnerarlas ante una demostración más evidente del problema


La Imagen en la Sociedad Actual La sociedad, actualmente, vive exclusivamente por y para la imagen y el consumo. La explosión del desarrollo de ambos es un fenómeno más o menos reciente. Con la aparición de la sociedad de consumo y el auge del capitalismo moderno, los antiguos valores imperantes en las sociedades, al menos las más desarrolladas, han sido sustituidos por la frivolidad y la frialdad de las apariencias externas y de la imagen. Hoy en día no importa la verdadera personalidad de una persona, solo nos fijamos en el aspecto externo, en la mudable cáscara que esconde nuestros sentimientos, conocimientos, actitudes, emociones, pasiones, etc., en fin, nuestra personalidad, las características irrepetibles propias de un individuo, lo que nos vuelve verdaderamente humanos. Pero eso ya no le importa a la gran mayoría. Ahora no buscamos personas que sean amables, cultas, alegres, agradables; no, ahora lo que pedimos es que lo aparenten. No hace falta tener una cualidad, simplemente aparentar que se tiene.


La excesiva preocupación por la imagen trae consigo la aparición de un elemento dañino para el razonamiento, y para las relaciones entre los miembros de una sociedad: los estereotipos. Un estereotipo es la imagen preconcebida que tenemos de algún concepto, cosa o ser, y que consideramos como común y correcto aplicado a esos ámbitos. Y, generalmente, suelen ser erróneos. Pondré algunos ejemplos…


El hombre ideal es aquel que es fuerte, musculoso y robusto, que vaya periódicamente al gimnasio o a realizar alguna actividad deportiva. Debe ser alto, rubio, con ojos de azul intenso y siempre sonriente. También es pendenciero, y seductor. Le gusta lanzar piropos a las mujeres, y utilizar sus conquistas amorosas para alardear delante de otros hombres como él, sentados en la mesa de algún bar tomando unas cervezas. Desprecia a los intelectuales, pues no le importa la cultura, solo el fútbol y las féminas. Este equivocado planteamiento ensalza indebidamente a ese tipo minoritario de “machos”, como se les suele llamar, y apoca a los pobrecitos que no cumplen esos requisitos, que son despreciados por no tener una imagen satisfactoria. Y muchas veces, algunos de esos marginados son maravillosas personas, mucho más valiosas que el prototipo ideal. Y sin embargo, sus cualidades quedan ahogadas por la búsqueda desesperada de alcanzar esa “meta” que impone la sociedad, enterrando bajo un mar de engaños y frivolidad su verdadera personalidad .


La moda es otro de esos conceptos peligrosos que trae consigo la revolución de la imagen. Esta “tarjeta de presentación” está adquiriendo cada vez más importancia para las masas. Ahora, si la imagen externa de una persona no nos convence, realizamos un juicio sin fundamento y pensamos que no debemos acercarnos a ellos, que no podemos congeniar… ¡cómo si el hecho de llevar ropa nueva o más “fashion” (adjetivo inglés cuyo significado en castellano aún no comprendo, y que sospecho que mucha gente utiliza sin entenderlo del todo) fuera lo único importante! Y así entra en juego otro estereotipo que causa mucho daño entre la juventud, principalmente de sexo femenino: la de la mujer guapa, maquillada, muy delgada, y que gasta un dineral para llevar siempre la ropa más moderna (que sospechosamente es la más cara; otro truco de la publicidad y las empresas) simplemente para rivalizar con otras por ver quién tiene el mejor modelito, o cuál ha conseguido atraer a más hombres. Y esto es lo que se les exige a las chicas de hoy en día.


Tienen que abandonarse a la única preocupación de ponerse los mejores “trapitos” y ligar con los mejores chicos. Y así se registran tantos casos de anorexia, y de todo tipo de enfermedades mentales, así como de rechazo y frustración. Y todo eso provocado por la imagen de “persona ideal”, que increíblemente todo el mundo acepta. Y mientras, valores tan importantes como el amor sincero, la amistad, la lealtad, la honestidad, el interés por conocer, etc, son sustituidos por una inmoral necesidad de aparentar lo que no se es, de ocultar totalmente nuestros sentimientos, de dar imagen de moderno (otro concepto peligroso y mal utilizado), de ser como la gran mayoría, lo que implica perder nuestras peculiaridades, lo que nos distingue de otras personas y nos vuelve únicos. Actualmente, en los países “occidentales”, la gente vive sometida a una tiranía: la de la imagen, ese amargo déspota, que limita nuestra libertad de expresión por miedo a no ser como el resto y terminar rechazado.


Incluso en los gobiernos se puede observar esa preocupación por aparentar. Ya no importa si se resuelven los problemas que aquejan al mundo, a los Estados, a las sociedades, etc. Ahora, lo único importante es simular que se han solucionado. Nadie sabe cómo puede terminar esto. Lo que si se sabe es que la historia suele seguir procesos cíclicos, y tras un período de crisis en el pensamiento colectivo de las sociedades, viene otro de vuelta a las ideas tradicionales, para ser estos sustituidos de nuevo por la crisis. Así pues, puede que todavía exista una solución a esta excesiva y dañina preocupación por la imagen, y vuelva otra época de preocupación por los valores. Sin embargo, lo arraigada que se encuentra esta nueva crisis en el pensamiento de las nuevas generaciones hace presagiar un camino arduo y difícil hacia una sociedad más ética y moral.


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