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Apostarle a seguir contando historias esperanzadoras
María Alejandra Rojas Matabajoy
Historias Audiovisuales - Oficina Provincial de Comunicaciones
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Cuando empezó la cuarentena y muchos tuvimos que adoptar la modalidad de teletrabajo, nos vimos obligados a cancelar diversos compromisos laborales que como oficina habíamos planeado desde el principio de año. Recuerdo que la palabra que se impuso en ese momento fue “reinventarse”, una palabra que hacía ruido y, de alguna manera, presionaba. Desde Historias Audiovisuales, área que está a mi cargo, en la que creamos y producimos todo el material videográfico oficial de la Provincia, teníamos un gran reto: no podíamos grabar todo el material de 2020 ni otros proyectos audiovisuales ya establecidos y no sabíamos cuándo podríamos hacerlo, pero tampoco podíamos abandonar los canales de la Provincia ni a todas las personas a las que llegamos a través de ellos.
En ese momento, pudimos apoyarnos en el material grabado en 2019 que aún no salía al aire y en la coincidencia del estreno de nuestra nueva serie “Somos compañía de Jesús”. Esto permitió que nos mantuviéramos a flote y que los espectadores no sintieran nunca ausencia de nuestra parte. Sin embargo, como realizadora, sentía que era necesario estar presentes audiovisualmente en el contexto de pandemia. Pensé mucho en cómo hacerlo y, cuando el panorama se puso gris, se llenó de miedo y de noticias desalentadoras, sentí que nuestros públicos necesitaban un mensaje de aliento que los recargara y les recordara que con esperanza podíamos atravesar estos nuevos tiempos; y los jóvenes jesuitas eran los más adecuados para transmitirlo.
Así nació el “spot de esperanza”, que fue estrenado el pasado 2 de octubre en todos nuestros canales. Este audiovisual fue grabado el viernes 31 de julio, en el marco de la celebración del Día de San Ignacio en la Comunidad de Formación San Francisco Javier, ubicada en Bogotá; escogida porque la mayoría de los jesuitas que viven ahí están entre los 18 y 30 años, y queríamos minimizar los riesgos de exposición al virus.
Junto con mi equipo de campo, Felipe Portilla en cámara y Miguel Vargas en sonido, llegamos muy temprano a Villa Javier para cumplir con el plan de grabación. Este se realizó responsablemente, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad exigidos por el gobierno. Como en todas las obras de la Compañía, fuimos muy bien recibidos por la Comunidad y los chicos estuvieron muy dispuestos de corazón para la grabación. Debo decir que sin esta disposición no se hubiese capturado el alma que tiene nuestra pieza final y les agradezco profundamente por ayudarnos a hacerlo posible.
Esta cápsula implicó nuevos desafíos y aprendizajes, ya que esta es la primera vez que le apostamos a un formato diferente que no incluyera entrevistas; su tratamiento y postproducción fueron distintos también. Gracias a esto, pude comprender esa palabra que al principio me había incomodado: finalmente vi que sí nos habíamos “reinventado” y seguiremos haciéndolo cuando se requiera para seguir llegando a la gente.
Esta experiencia nos reafirmó que, a pesar de las adversidades –o, más bien, gracias a ellas–, sigue valiendo la pena seguir contando este tipo de historias. Por último, los invito a ver nuestro video que está disponible en todas nuestras plataformas.
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