NOTICIAS DE LA PROVINCIA ECUATORIANA Hay que destacar, en primer lugar, el hecho mismo de haber logrado el objetivo propuesto, a pesar de las muchas reservas manifestadas al inicio del proceso. En mayo de 2009 la XVIII Asamblea, reunida en Quito, aprobó un diseño de planificación planteando llegar a prioridades comunes. Un año después, la CPAL puede decir: ¡tarea cumplida!... al menos hasta esta etapa. Como es posible imaginar, llegar a prioridades concertadas a nivel latinoamericano no ha sido un quehacer sencillo. Contar, por tanto, con este resultado es motivo de mucha satisfacción. La consolación compartida al final de la Asamblea de Guatemala fue una buena muestra de ello. En segundo lugar, se debe subrayar también el clima de unión de ánimos existente que puede explicar este resultado y que ha sido, a la vez, causa y efecto del modo de proceder adoptado en la búsqueda conjunta de esas prioridades. La oración personal y comunitaria, la escucha mutua, el diálogo interpersonal y grupal, el compartir lo vivido durante el día en la Eucaristía han sido hitos de un proceso más próximo de una deliberación ignaciana que de una planificación estratégica. El fruto no son sólo 6 prioridades escritas en un papel; el logro principal es que ellas son la expresión de una voluntad apostólica compartida, un mismo sentir que culmina no en uniformidad sino en una unión de ánimos que puede sostener en el futuro la acción apostólica que se deriva de esa voluntad compartida. En ese clima fraterno, la Asamblea aplicó sus mejores sentidos espirituales a lo que las comunidades, obras y sectores interprovinciales expresaron en las diferentes consultas realizadas desde mediados del año pasado, con sorprendente respuesta. La Asamblea leyó los consolidados de las diferentes instancias, los recogió colectivamente y elaboró una producción propia muy lejos de una reproducción estilo “cortar-pegar” tan en moda hoy. Por ese motivo, las prioridades aprobadas son en parte continuidad y en parte novedad. La primera prioridad, por ejemplo, es prácticamente una constante que se repite en la consulta a las comunidades, las obras, el Seminario PAC y el encuentro del sector Colaboración. En realidad, refleja la tradición de la Compañía latinoamericana de los últimos 40 años, la reafirma y establece algunos énfasis actuales. Es expresión de continuidad, de tradición ignaciana con raíz latinoamericana. Las prioridades segunda y tercera son, en cambio, novedosas en relación a lo recibido de las instancias previas. La profundización del trabajo con jóvenes había aparecido como opción en el Seminario PAC pero sólo en un sétimo lugar. La tercera prioridad más lejos aún, en el décimo puesto (de doce opciones que se plantearon). La Asamblea, en cambio, las establece como prioridades transversales a todas nuestras acciones apostólicas. La cuarta y quinta prioridades tuvieron una gestación común y, en el proceso, se fueron diferenciando, adquiriendo cada una su propia entidad. En el trasfondo de ambas se pueden auscultar los llamados a nuestro carisma desde la jerarquía eclesiástica y desde nuestra mejor tradición apostólica. El Papa Benedicto XVI ha sido enfático en solicitar el aporte de la Compañía, desde el apostolado intelectual, al diálogo entre la fe y las culturas. Aparecida apunta, de otra parte, a una opción creyente fundada en la convicción personal fruto de una experiencia de encuentro con el Señor. A ello apuntan los Ejercicios, fuente de una espiritualidad encarnada y apostólica. Finalmente, si todas las prioridades anteriores se enfocan a la misión, la sexta está orientada a fortalecer el cuerpo apostólico en vistas a esa misión. Se recoge así lo solicitado por muchas comunidades cuando se les pidió dar su opinión sobre los desafíos para los próximos diez años. Compañía de Jesús – Provincia Ecuatoriana
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