Bajo esa intensa presión, Reagan accedió a darle a los neoconservadores lo que querían, y en 1983 firmó un documento secreto que cambiaba fundamentalmente la política exterior americana. Ahora el país financiaría guerras encubiertas alrededor del mundo para hacer retroceder a la oculta amenaza soviética. El espectro de gobiernos controlados por marxistas-leninistas con lealtades ideológicas y políticas hacia la Unión Soviética prueba que existe un desafío directo al que debemos responder. Ellos son los focos del mal en el mundo moderno. Fue un triunfo para los neoconservadores. América ahora se preparaba para batallar contra las fuerzas del mal en el mundo. Pero lo que había empezado como una especie de mito que Leo Strauss había dicho que el pueblo americano necesitaba, los neoconservadores comenzaron a verlo como la verdad. Comenzaron a creer en su propia ficción. Se convirtieron en lo que ellos llamaron “revolucionarios democráticos”, que usarían la fuerza para cambiar el mundo. Nuestro objetivo era expandir la zona de libertad en el mundo. Y en parte eso tenía relación con combatir el comunismo, y en parte tenía que ver con combatir otras tiranías. Pero de eso se trataba lo que hacíamos, y de eso se trata lo que aún hacemos. Cuando dice que eran revolucionarios democráticos, ¿qué quiere decir? Quiere decir que queríamos apoyar a la gente que quería llevar a cabo revoluciones en contra de regímenes tiránicos en nombre de la democracia, para instalar un orden democrático. Así de simple. Sí. Ya sabe, no es física nuclear. Quiero decir, la libertad es algo bastante simple de conseguir. Es un trabajo arriesgado — hace que un hombre se vuelva alerta y algo solitario. Pero alguien tiene que hacerlo. Ahora los neoconservadores se preparan para transformar el mundo. En el episodio de la próxima semana, ellos se encuentran uniendo fuerzas con los islamistas en Afganistán, y juntos pelean una épica batalla contra la Unión Soviética. Y ambos llegan a creer que han derrotado al Imperio del Mal. Pero esta victoria soñada los dejará sin un enemigo. Y en un mundo desilusionado con las grandes ideas políticas, tendrán que inventar nuevas fantasías y nuevas pesadillas, para mantener su poder. Subtítulos En el pasado los políticos prometían crear un mundo mejor. Tenían distintas formas de lograrlo, pero su poder y autoridad surgía de la visión optimista que ofrecían a su pueblo. Esos sueños fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Cada vez con más frecuencia, los políticos son vistos simplemente como administradores de la vida pública. Pero ahora han descubierto un nuevo rol que restaura su poder y autoridad.