¿Cuál es el significado de “contemporáneo”? por Mårten Spångberg
En la fiesta de apertura de una librería de primera fila en Berlín, ocurrió la siguiente situación: las paredes estaban cubiertas con estanterías que rebosaban arte, arquitectura y filosofía recién salidos de la imprenta; se conversaba sobre una gran cantidad de temas innovadores mezclados como cócteles y bautizados con encantadores neologismos. El Dj acompañaba el sentimiento imperante de que “esto era lo más” con ritmos calientes y samples del mañana. Debíamos de ser unos cien, reunidos y apretujados para celebrar el estilo de vida urbano con una pizca de izquierdismo bienpensante, bebiendo Becks de la botella y convencidos de que éste era el momento.
Pasaron unas horas y las conversaciones siguieron versando sobre los mismos temas hasta que la barra libre de Becks se acabó y el único alcohol disponible fue la última innovación de la legendaria marca de cerveza alemana. La rubia de Bremen dejó lugar a la cerveza con frutas de la misma compañía: Green Lemon, Chilled Orange y la mezcla especial que une la cerveza y la bebida energética: Becks y Red Bull en santo matrimonio. De repente, las conversaciones se transformaron en un murmuro compacto de quejas que coincidían en lo tremendamente espantosas que eran estas nuevas bebidas y en la vergüenza que suponían para Alemania, “la cultura de la cerveza”. Académicos, intelectuales, artistas y diseñadores gráficos unívocamente estuvieron de acuerdo en que Green Lemon estaba malísima y que Chilled Orange quedaba descalificada para siempre.
Entonces fue cuando me asaltó la pregunta: ¿cuál es el significado de “contemporáneo”? ¿Cómo interpretar mi actuación y la de unas cien personas más en esta librería, todos obsesionados por la última moda que se acaba de estrenar y con unas mentes de lo más innovadoras, y que, sin embargo, perdemos los estribos simultáneamente cuando nuestra bebida favorita, con ochocientos años de tradición a sus espaldas, se ve sustituida por el último hallazgo del centro científico de Becks? Invirtamos la imagen y pongamos que las estanterías estén repletas de literatura contemporánea de El nombre de la rosa y que Tomás de Aquino sea lo que Gnarls Barkley es para nosotros hoy día: ¿aplaudiríamos la Green Lemon de Becks?
¿Qué es contemporáneo en la performance contemporánea? ¿Qué hay de contemporáneo en los festivales y espacios que acogen performance contemporánea?
De vez en cuando parece que contemporáneo simplemente alude a algo recientemente producido o comercializado; pero ¿no requiere precisamente una relación consistente con el mundo que nos rodea, sus discursos y sus modos de producción, así como con sus epistemologías generales y específicas? Los festivales y los espacios abiertos al arte, así como los museos, sólo pueden reivindicarse como contemporáneos mediante un enfoque metódico de las obras de arte, sus discursos y su relación con el mundo. La mayoría de los que se hace llamar contemporáneo no es, en realidad, sino un insulto a la esencia misma del concepto. La contemporaneidad no es un tema fácil, no es algo que nos llega por DHL, sino algo que requiere una profunda reflexión y una gran dosis de ambición; obviamente, la solución más asequible es echarle un poco de especias a algo que ya existe para darle un toque exótico. Producir una variación o una nueva combinación es una tarea fácil, pero no deja de equivaler a darle la vuelta a una imagen en el espejo para seguir haciendo lo mismo. Cambiar los modos en los que las cosas cambian es ya un reto mayor e implica arriesgarse a sí mismo.
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