2010. Cuenca Nazarena

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CUENCA

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NAZARENA


7 Saludas

13 Entrevistas 13

Al Pregonero: Lucio Mochales por Fco. Javier Moraleja

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Al Cartelista: Tomas Bux por Juan Carlos Muñoz

30 Opinión 31 34

por Gloria Isabel Torres

37

Promesa de Nazareno

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Los Hermanos Pérez del Moral Semana Santa Infantil

41

por Carmen Herráiz Yébenes

por José Luis Coll

Calvario. A la Santa Cruz “Lignum Crucis”

por Leonor Culebras

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Escuela Nazarena A los Curas de la Pasión

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Vivir la Semana Santa

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Queremos dar las gracias a todas las entidades y empresas que aparecen en esta publicación, ya que sin su colaboración hubiera sido prácticamente imposible que este ejemplar de la revista Cuenca Nazarena, verdadero testimonio del sentimiento nazareno conquense, se hubiese podido editar.

Jornada Mundial de la Juventud: Cuenca estará presente por Antonio Abarca Viernes Santo de Madrugá

54 58 60 62

por Rafael Redondo Moya

por Gregorio Martínez de las Heras

D. Lorenzo Hervás y Panduro

por Ángel Horcajada

Lucas Aledón, nazareno insólito por Pedro Romero Sequí

Jesucristo: Amor y Perdón

por Antonio Carrasco Huertas

Domingo de Resurrección

por Esmeralda Iniesta

Semana Santa en la Provincia: Honrubia por Juli Hortelano

66 Hablan las Hermandades 67

El Concierto del Huerto de San Esteban cumple 20 años

Documentación

70

Comisión de Publicaciones de la Junta de Cofradías de Cuenca

Pregón Juvenil de la Vble. Hdad. de Nuestra Señora de la Soledad del Puente por María del Coral Clemente

73

Coordinación

Antonio Abarca Contreras

Edita

Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca

La Banda de la Escuela Municipal de Música de Las Mesas y la Vble. Hdad. del Santísimo Cristo de la Luz: Génesis, fundamento y celebración de un hermanamiento

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¡Y por fin…, Domingo de Resurrección!

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Agradecimientos

A las Juntas de Diputación de las Vbles. Hdades. de Semana Santa Imprime

Graficas Martín y Mapa, S.L. Depósito Legal:

La Oliva del Huerto de San Antón

por Antonio Abarca

XX Aniversario de la llegada a Cuenca y del primer desfile procesional de la Sagrada Imagen de la Santa Cena

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Anuario Nazareno 2009

Fotografía de Contraportada

Antonio Abarca Miota

por Miriam Benito

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Fotografía de Portada

Gregorio Cubillo

75 aniversario de la Vble. Hdad. de San Juan Bautista

por Mariano López

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Diseño y Maquetación

ZOOM-3000, S.L.

por Rafael Torres

por Rafael Pérez

94 Investigación 95 103 106

Apuntes para la Historia por Antonio Pérez Valero

Federico Muelas y la Semana Santa de Cuenca por Aurora Garrote Armero

La Semana Santa de Cuenca en 1917

por Enrique Valero Moscardó


Fotografía: Enrique Martínez Gil

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SALUDA

Jorge Sánchez Albendea Presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa Otro año más, tengo el privilegio de poder reflexionar en voz alta, aunque sea muy brevemente, a través de esta revista que anualmente edita la Junta de Cofradías.

Lejos deben quedar actitudes partidistas, egoístas e impropias de un NAZARENO con mayúsculas y que poco tienen que ver con el mensaje que conmemoramos.

Todos los años tienen lugar en torno a la Semana Santa de Cuenca acontecimientos más o menos relevantes.

La unión, la comprensión, la ayuda y la fraterna igualdad deben presidir la relación entre Hermandades y sus componentes. No puede ser de otra manera.

No creo equivocarme mucho si afirmo que el haber conseguido que nuestra Semana Santa esté representada en el Vía Crucis que, con motivo de La Jornada Mundial de la Juventud, tendrá lugar en Madrid en agosto de 2011, es el hito más importante que como asociaciones públicas de fieles podemos conseguir. Sobre nuestra Hermandad del “Descendimiento” recaerá todo el peso de la historia, todo el prestigio de una ciudad y el honor de representar a la Semana Santa de Cuenca. Todo el tiempo dedicado, los nervios, las críticas,… todo ha quedado plenamente compensado con esta gran noticia, fruto de una labor constante y callada de la Junta de Cofradías y del apoyo, incuestionable, de nuestro querido Obispo, D. José María Yanguas. La procesión Camino del Calvario sigue siendo objeto de continuo estudio, buscando lo que debe ser un perfecto binomio: Hermandades-Turba. Seréis vosotros, los participantes en este cortejo procesional los máximos responsables del resultado final. Tenéis la obligación de aislar y expulsar de la procesión a todo aquel que no entienda, ni comprenda cuál es su papel, qué es lo que representa y cómo debe hacerlo. Negar el componente cultural, tradicional, familiar, etc. que tiene para muchos la Semana Santa de Cuenca sería faltar a la realidad. Pero todos los que estamos al frente de una Hermandad, nosotros que asumimos por convicción una responsabilidad, debemos ser ejemplo para toda la comunidad nazarena. Durante estos días el ÚNICO protagonista es Jesús de Nazaret. Así debemos entenderlo.

Como todos los años desde la Junta de Cofradías hemos trabajado intensamente, con mucho cariño y dedicación, con la finalidad de dar a conocer, de la manera más adecuada, la Semana Santa de Cuenca más allá de nuestras fronteras y adoptar las medidas correctoras oportunas para que nuestros desfiles procesionales mantengan la seriedad y dignidad habituales. Hacer buena esta labor depende ahora de ti. Disfruta de estos días llenos de emotividad; si lo haces ataviado con el uniforme de tú Hermandad debes ser consciente de lo importante de tú labor, y si lo haces como nazareno de acera, recuerda que en Cuenca el SILENCIO es respeto. Gracias de todo corazón a todos los que sacrificáis gran parte de vuestro tiempo para engrandecer nuestra Semana Santa, a los que habéis participado activamente en los actos cuaresmales, a las diferentes comisiones de trabajo de la Junta de Cofradías y, sobre todo, a mis compañeros de Comisión Ejecutiva por estar siempre tan cerca y por lo mucho que dais a la Junta de Cofradías. Porque así lo deseo todos los años, quiero que mi última reflexión sea para mi familia: gracias por vuestro apoyo y comprensión, este año especialmente a ti, Rut. ¡Ya es Semana Santa! ¡Disfrútala¡


Fotografía: Julio Palencia

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SALUDA

JoséJavierMuñozPérez

Delegado Episcopal ante la Junta de Cofradías

Queridos hermanos miembros de la Comisión Ejecutiva, de la Junta de Diputación, de la Junta General de la Junta de Cofradías de la Semana Santa, hermanos nazarenos, queridos visitantes y turistas: Acabamos de imponernos la ceniza el pasado miércoles, día 17 de febrero, y ya empezamos a oír los tambores de nuestra Banda abriendo las procesiones. La ceniza es signo visible de nuestra penitencia, las procesiones momento de fe pública donde también hacemos penitencia o bien debajo de las andas o acompañando, en las filas, a nuestras sagradas imágenes. También hace su penitencia el espectador que desde la acera observa atónito el desfile procesional. Que la penitencia no sea un motivo para llevar y vivir una vida triste y aburrida. La penitencia nos ayudará a llevar la vida con más dignidad, respeto y amor a Dios, siendo lo importante de todo la felicidad del hombre. La Iglesia católica está celebrando este año el 150 aniversario de la muerte de un santo, San Juan María Vianney, más conocido popularmente como el santo Cura de Ars. Este santo francés es el patrono de todos los sacerdotes del mundo, por eso el Papa Benedicto XVI ha declarado este año como Año Sacerdotal.

En nuestras hermandades y cofradías, gracias a Dios, hay mucha gente joven. Todos, sacerdotes y laicos, hemos de trabajar para que haya vocaciones sacerdotales en nuestra querida Cuenca. Desde aquí, pido a los miembros de las directivas de todas y cada una de nuestras hermandades y cofradías para que recen y se acerquen a la juventud hablándoles de la necesidad que tiene la Iglesia de sacerdotes que, como pastores, ayuden a la gente a encontrase con Dios personalmente y así encontrar la felicidad. Por otra parte, desearos a todos los nazarenos que viváis unos días muy cerca de Dios, celebrando la Semana Santa. Durante todo el año, hay mucha gente que está trabajando en el silencio para procurar que todo se desarrolle lo más dignamente posible. Gracias a todos por vuestro trabajo, por el sacrificio de emplear muchas horas fuera de casa, dejando muchas veces a esposos, esposas, hijos y demás familia. Sencillamente gracias. Si en algún momento algo no sale como era de desear le pido, querido lector, la comprensión y el perdón hacia ellos. A todos los visitantes que vienen a conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo les pido comprensión y respeto a nuestra cultura y forma de vivir esta Semana. Si algo no lo entienden que pregunten; pero que nadie se vuelva a sus casas con dudas o malos entendidos. Seguro que tendrán cerca a alguien para que les explique lo que se vive, se celebra o se siente en cada momento. A todos, desearos una feliz Pascua de Resurrección, que el Señor esté en vuestros corazones, en medio de vuestras familias y en vuestros puestos de trabajo. Un saludo muy cordial de vuestro amigo sacerdote


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BORJA?多?多?



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ENTREVISTA

Entrevista a Lucio Mochales Correas, Pregonero de la Semana Santa 2010

“Lucio destila Semana Santa por los poros de la piel” Por Francisco Javier Moraleja Izquierdo

LucioMochalesCorreas(juliode1965)esunapersona entrañableyquerida.Nosoloparamí,quesoyamigosuyo, sinoparalagentequetienecontactodiarioconél.Paralos quenolohatratadoyloconocenporlasreferenciasdirectas que han tenido de él, al dirigir y presentar el programa de radio en la cadena SER “Bajo el Banzo”, les ha podido parecerpresuntuoso,demasiadovehementeymuyincisivo; excesivamente crítico. Pero eso no es malo. Desde una formación sólida y amplia, Lucio destila Semana Santa por los poros de la piel, le entusiasma esta celebración y la siente. La mima y la quiere. Domina sus resortes y sus entrañas como pocos, lo puedo asegurar. Pero esto no se pone a reñir con la crítica y la opinión particular que cada uno tiene, y debe tener, de algo que forma parte de su ser. Nazareno y hermano de las Hermandades de San Juan Bautista y Ntro. Padre Jesús Nazareno de El Salvador,

el de la mañana, ha estado en la punta de lanza de sus hermandadesaportandosudesinteresadacolaboración y entrega. Ha divulgado nuestra celebración desde las hondas de la radio en el programa “Bajo el banzo” y ha contribuido,consugrancapacidad,quelatiene,aquelos actos del Centenario del nacimiento de Luís Marco Pérez o la celebración de la Procesión conmemorativa del año 2000 tuvieran lugar. Por eso sabe muchas veces de lo que habla y es consciente de por qué lo dice. Es fino analista delacosanazarena,observadorcertero,conocedorexacto, inconformistayapasionado.Pero,porencimadetodo,es nazarenoybancero,menesterestequemáslellenadelos quetieneestacelebración.Paraqueloconozcanunpoco mejor, aquí les dejo esta entrevista realizada al poco de ser designado pregonero de la Semana Santa de Cuenca 2010.


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¿Cómo se recibe la designación de pregonero de la Semana Santa de Cuenca? Yo sabía que estaba en las quinielas, que había nombres con peso y que, entre seis o siete personas es difícil que te elijan. Pero cuando ya sucede se recibe con mucha ilusión, porque ser pregonero, para los que vivimos la Semana Santa, supone, de inicio, una inmensa alegría. Cuando pasa el tiempo y empiezas a asimilar que eres el designado, empiezas a mirarlo desde otro enfoque. Al principio es alegría e ilusión para ti, para tu familia y para las personas de tu entorno. Después te planteas otras cuestiones más estrictamente relacionadas con la redacción del pregón, con su proceso de escritura, su gestación. Poco a poco te vas metiendo en el papel institucional de pregonero y empiezas a pensar en no defraudar a nadie. En una ciudad en la que nos conocemos todos, y en mi caso particular, con muchas amistades dentro del mundo de la Semana Santa, la verdad es que sorprende la gente que te da la enhorabuena y la que te hace saber que está satisfecha con tu elección. Y todo esto es muy reconfortante. ¿Qué supone para una persona como tú, que es hermano activo en varias Hermandades, ser pregonero de toda la Semana Santa? Cada uno tiene sus propias devociones y cada uno participa dentro de la Semana Santa a través de unas Hermandades, y eso es común a todo el mundo, incluso también a los pregoneros. Cuando te designan tienes que cambiar tu concepción y tienes que enfocar tu pregón y tu papel como pregonero desde un punto de vista generalista. Porque tú vas a ser la voz de la Semana Santa; vas a representar a todos los nazarenos de la ciudad y tienes que tener claro que va dirigido a toda la comunidad nazarena. Pero esto no supone ningún esfuerzo, la verdad. Realmente se elige al pregonero por una serie de circunstancias y méritos, pero esos méritos pasan a formar parte de una generalidad. No obstante siempre va a estar ahí el cariño que uno pueda tener por determinadas cosas pero

esta cuestión está por debajo del común de la celebración de la Semana Santa. ¿Crees que es fundamental ser hermano de una Hermandad y conocer bien los entresijos de la celebración para poder transmitirlo en el Pregón? O ¿Saldría un pregón más frío si no se es cofrade? Esa es la eterna disyuntiva de siempre. Yo no estoy totalmente seguro de eso. Lo que creo es que el pregonero tiene que ser una persona que sienta la Semana Santa. Hemos tenido ejemplos de magníficos pregones pronunciados por gente que no se ha puesto nunca una túnica. Uno de ellos es el de José Luís Muñoz, que no ha sido nazareno de túnica pero que lleva dentro un amplio conocimiento de la celebración y un inmenso respeto por ella. Supo captar muy bien determinados aspectos de la misma. Por tanto, no hace falta ser nazareno en el sentido planteado, aunque si que ayuda mucho. Fundamentalmente cada persona es capaz de hacer un pregón determinado. A un nazareno, normalmente, es muy difícil que se le exija otra cosa que no sea un pregón desde el sentimiento, desde la experiencia y la vivencia. A otra persona que conozca bien la Semana Santa aunque no haya sido cofrade, se le pedirán otra serie de cosas. No obstante se hace necesario, para ser pregonero, conocer bien la Semana Santa. No creo que un pregón de un acontecimiento tan sentido y tan intenso en emociones, lo pueda pronunciar alguien que no tenga relación alguna con la celebración tan particular que tenemos de la Semana Santa. Como para hablar en profundidad de cualquier cosa, ni más ni menos. ¿Qué te sugiere el lugar físico, la Iglesia de San Miguel, donde se celebra el Pregón desde el año 1980 y qué te sugiere la presencia del Stmo. Ecce Homo de San Miguel que presidía el antiguo altar y tenía allí la Hermandad su sede canónica? Ambas cosas son emocionantes. El marco del pregón es un marco inigualable. Una preciosa iglesia, restaurada con mucho


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acierto, asomada a la Hoz del Júcar y que, además, tiene mucha significación para los nazarenos porque se cumplen treinta años de la celebración de este acto, desde que José Luís Lucas Aledón pronunciara su pregón en este lugar. También es una alegría para mí la coincidencia de dicha efemérides. La compañía de la magnífica y expresiva imagen del Ecce Homo es ideal y oportuna. Me imagino que a los pregoneros les habrá impuesto la presencia de esa representación de Jesús tan elocuente y, al mismo tiempo, les habrá infundido tranquilidad al sentirse arropados por imagen tan preciada y emblemática. Creo que si preguntamos a los conquenses cuál es su imagen favorita, de entre unas cuantas por las que se sienten impresionados estaría, con toda seguridad, esta del Ecce Homo de San Miguel. ¿Tu crees que se podría cambiar este bonito marco donde se celebra el pregón, sacrificando su belleza en aras de la comodidad, del acceso…? Se ha hablado mucho también de la limitación del espacio y su cambio. Solamente, en los últimos treinta años, ha habido un pregón que no se ha pronunciado en este lugar sino en el Auditorio de Cuenca, el de 1997 pronunciado por Monseñor José Guerra Campos y aquella experiencia gustó por la comodidad y la amplitud; pero por otra parte hubo de quien habló de impersonalidad del acto y de la poca relación que tenía con el corazón de la ciudad antigua. A mi me gusta este sitio. Yo comprendo que tiene una serie de incomodidades; hay una nave que carece de visión, suplida por la colocación de una pantalla de vídeo. Pero yo no lo cambiaría, si bien es cierto que la presencia de gente es cada vez mayor y el aforo es muy limitado y la sala principal del Auditorio acogería a más gente. Pero desde mi punto de vista, a mí personalmente me gusta más la Iglesia de San Miguel porque te inspira el marco, el entorno, la historia que se respira y lleva encima. Por eso es oportuno sacrificar un poco de

comodidad para mantener la tradición. Porque después de treinta años ya podemos calificarla como tal. Nos centramos en el Viernes de Dolores, día en que se celebra el Pregón de la Semana Santa. ¿Cómo vives tu ese día, ese ritual seguido por la ciudad desde hace tanto tiempo con la visita al Santuario de Ntra. Sra. de las Angustias y todo lo que acontece después? Me gusta mucho que el pregón de la Semana Santa de Cuenca se celebre el Viernes de Dolores. Hay otros sitios donde el pregón se adelanta al fin de semana anterior, o que tiene lugar el propio Domingo de Ramos, como en el caso de Zamora. Pero este día nuestro contiene la confluencia de dos devociones muy importantes: la enorme devoción a la Virgen de las Angustias, con la celebración de una solemne función religiosa y con la visita de muchos conquenses que se acercan al camarín a besar el manto de la Virgen. Si el día es luminoso el ambiente en la ciudad es extraordinario. La otra devoción es el inicio de la Semana Santa. Y ya se vive un ambiente propio de la celebración de la Pasión de Jesús, ya han llegado muchos paisanos que viven fuera, al día siguiente habrá puesta de andas en las iglesias. En definitiva un día para disfrutarlo y vivirlo. Cuando hacía el programa de Semana Santa en la cadena SER, teníamos siempre un programa especial con el pregonero y, en ocasiones, grabábamos la entrevista tres ó cuatro horas antes de pronunciarse el pregón. Resultaba curioso ver cómo cada persona afrontaba ese día. ¿Cómoseencontraban,pues,losdistintospregonerosquepasaron por el programa horas antes de pronunciar el pregón? Había de todo. Había unos que estaban serenamente tranquilos, otros con más inquietud, pero, en general, se encontraban serenos y no acuciados por la responsabilidad porque tu tienes el pregón escrito, lo tienes en la mano, es el que vas a leer y ya las dudas previas no existen. Mi experiencia desde el otro lado era la de ver


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NAZARENA a estas personas con la conciencia tranquila por el trabajo realizado porque eso es lo que han dado de sí y lo que van a volcar a la hora de pregonar el inicio de la celebración de la Semana Santa. Se veía que disfrutaban del día. Yo confío y espero en poderlo hacer también. Me lo comentaba el consiliario de la Junta, José Javier Muñoz: “Disfruta del momento” me decía “y no te bloquees”. Y yo espero disfrutar mucho ese día haciendo lo que he hecho siempre, ahora junto a mi mujer y mi hija. Departir con la familia y los amigos minutos antes del pregón. Y sobre todo estar sereno. Yo no quisiera que me sobrepasaran los acontecimientos. Una vez dentro de la Iglesia de San Miguel y según un mismo ritual que se repite año a año, cuando deja sus ecos “San Juan” el Pregón debe comenzar.¿Tehaspreguntadoalgunavezquésuponeesemomentoclave en el que los aplausos reclaman al pregonero? El Pregón de Semana Santa tiene tres momentos importantes: el canto del Miserere por el coro del Conservatorio, muy emocionante, la marcha procesional de San Juan y el Pregón. Como espectador me han emocionado esos momentos. El pregonero podrá contar esas experiencias y sentimientos, lógicamente, después de haberlos experimentado ese día. Pero, supongo, es el momento en el que se resumen todos los meses de trabajo. Si hay un momento de nerviosismo se concentrará en ese instante. Luego ya empieza uno a leer y ya se entra en relajación porque estás haciendo algo ya ensayado muchas veces y estás transmitiendo lo que has sentido y escrito a lo largo del tiempo. Pero ese momento concreto es en el que se deben agolpar muchos pensamientos, todos de golpe y, sobre todo, esa idea de que ha llegado el momento de comparecer y hacerlo lo mejor que pueda cargado de responsabilidad. También es el momento que has estado esperando mucho tiempo. Es el momento que tienes en el horizonte desde que se comunica la designación de pregonero de la Semana Santa. Volviendo a la redacción del pregón, una de sus esencias es la Fe católica. ¿La Fe en Cristo y la profesión de fe católica, junto con la propia creencia del pregonero debe presidir la redacción del pregón? ¿O se debe dejar un poco de lado en aras a obtener otro tipo de redacción más acorde con todo el auditorio? Yo creo que el pregón no tiene que ser forzado. No te puedes sentar a escribir un pregón pensando qué es lo que tienes que decir. Yo lo he hecho escribiendo en el folio mis sentimientos en ese momento concreto. Ponerme apriorismos y ponerme obligaciones es algo que yo deseché desde el principio. Habrá quien enfoque el pregón desde la Fe. Habrá quien lo enfoque desde la tradición. Habrá quien lo enfoque con lirismo, más prosaico otro, otro desde la antropología, etc. Pero quienes vivimos y nos declaramos católicos no podemos pasar por alto que esta celebración es una celebración católica. A mi no se me hubiera ocurrido escribir un pregón sin contenido religioso, lo que pasa es que luego ese contenido religioso puede expresarse de muchas maneras. Por ejemplo el pregón de Amalio Blanco Abarca fue un pregón muy relacionado con la Fe y el compromiso social que destila el Evangelio expresado desde unas posiciones muy concretas. Otros, como el de D. José Guerra Campos fue más ortodoxamente doctrinal. Otros han sido pregones estrictamente semanasanteros, en los que no ha habido demasiada carga religiosa y se ha hablado de lo que la propia celebración tiene en lo procesional, en lo tradicional y en lo escenográfico. Con todo, cada uno tiene que hacer el pregón que tenga en la cabeza. La sujeción a apriorismos implica sujetarse al pensamiento de otros. ¿Se puede ser crítico en el Pregón y al mismo tiempo sentimental? Si, totalmente. Se puede ser crítico siempre y cuando se sea respetuoso y siempre y cuando se haga una crítica constructiva.

Porque, además, en el pregón cabe todo al ser un discurso de una cierta duración y puede haber muchos apartados en el mismo. Hay quien no ha abordado ningún aspecto crítico o revisionista de la celebración, pero otros si lo han hecho. Por supuesto que puede ser crítico y el pregonero tiene una cierta responsabilidad con sus hermanos cofrades, y esa es la de decir lo que piensa sin ambages en algunos momentos, con respeto. Una cuestión de gustos personales no se debe reflejar en el Pregón, pero algo de carácter general, abordado desde la crítica constructivista y desde la analítica es muy factible. Para los que hemos ejercido el periodismo relacionado con la Semana Santa, es algo natural en el pregón. Se pueden plasmar cosas que podrían mejorarse, gustándonos infinito la Semana Santa. Si hay algo que piensas que se puede decir, hay que hacerlo. Y hay ejemplos, como la frase del pregón de 1987 de José Miguel Carretero Escribano sobre cómo se había pervertido una procesión extraordinaria. Si eso no fue un análisis crítico que venga Dios y lo vea, y fue, además, uno de los mejores pregones que se han dicho en las últimas décadas. ¿Dónde crees que reside el imán de atracción de la Semana Santa, que despierta tantas pasiones en un mundo actual tan aconfesional y laicista? Es una mezcla de todo. En un grupo tan numeroso y heterogéneo cual son las personas que se acercan y viven la Semana Santa, caben muchas formas de acercamiento. Hay quien lo vive desde una posición de Fe, otros desde el costumbrismo y otros desde la tradición. Yo siempre he pensado que este tipo de celebraciones reafirman mucho la vivencia como parte de una colectividad social. Muchas veces nos gusta nuestra Semana Santa o nuestras fiestas patronales. Nos gustan cosas que son verdaderamente nuestras. En un programa “Bajo el Banzo”, recuerdo que, en la tertulia, se suscitó la famosa pregunta: “y a ti ¿qué te gusta más de la Semana Santa?” Yo contesté que lo que más me gustaba es que era la mía, la de la ciudad donde he nacido y vivo. Nuestra Semana Santa es extraordinaria. Hay otras celebraciones que también lo son, pero al nazareno, gustándole mucho el movimiento cofrade, no se le pasa por la cabeza desplazarse en Semana Santa a ver como se vive y se siente en otras ciudades. Porque la tuya es la que te emociona, la que te hace reunirte con personas a las que no ves diariamente, es la que te recuerda a los seres que ya no están y han compartido contigo muchos momentos, que han formado parte esa colectividad contigo. Es una mezcla de todos esos sentimientos. Hacemos tres partes, desde la Fe y la tradición, a la identidad colectiva reafirmada y del sitio donde vives y te realizas constantemente y no quiere decir que sean las tres imprescindibles para apasionarse y vivir la Semana Santa. En la famosa entrevista que hicimos a Monseñor Guerra Campos con ocasión de su designación como pregonero, vimos que un obispo considerado muy conservador, nos hacía ver que a la Semana Santa se acercara cualquier persona aunque careciera totalmente de Fe, y más aún: aunque se declarara ateo porque, decía, siempre que lo hiciera desde una posición respetuosa podía servir para, en un momento, se le despertara esa Fe que podría estar dormida. Por tanto no se le pueden poner puertas al campo. No se puede diseñar el estereotipo de un nazareno. Es muy importante que el que participa en la celebración de la Semana Santa, asuma con respeto lo que es la Semana Santa. Porque de lo que no se puede dudar es que es un hecho religioso, si alguien no se acerca desde este hecho me parece bien pero lo es y sacamos a la calle imágenes de devoción, con significado y que van referidas a la esencia de la Fe católica; por eso, lo que no se puede hacer es mostrarse irrespetuoso porque se carezca de la creencia en Cristo. ¿Cómo concibes tu una cofradía, una hermandad en la actualidad? Una hermandad en el siglo XXI tiene que tener tres vertientes: Por un lado la de su propio funcionamiento como hermandad


ENTREVISTA es decir, con su organización y su efectividad respecto a las inquietudes de los hermanos, preocuparse por el buen desarrollo de su procesión, porque es muy importante este hecho, tener un concepto que vaya más allá de la individualidad de esa hermandad, tiene que tener una vertiente religiosa cuidando el culto a su titular, tiene que animar a los hermanos a que participen en ellos haciéndolos atrayentes, mejorándolos. Hay en esto ejemplos de hermandades con cultos mínimos y que los han ido acrecentando con el paso del tiempo, y todo ello con la afluencia de los hermanos. Por otra parte tiene que tener una vertiente social. En el mundo actual, se hace imprescindible que las hermandades den un paso adelante a la realidad social, porque así fue su nacimiento en muchos casos y eso es algo que no se tiene que olvidar. Tienen que estar pendientes del mundo que les rodea y no se pueden aislar. Deben intentar por todos los medios que el mundo en el que desarrollan su labor sea mucho mejor. Cada una lo hará conforme a la medida de sus posibilidades, pero la labor asistencial no se debe abandonar por mucha estrechez que se pase. ¿Qué te parece a ti esa relación tirante o cambiante entre el clero y la jerarquía con las Cofradías? Siempre ha sido una relación difícil, aunque ahora mejorada, porque esa vertiente de asociación pública de fieles se ha mejorado. Los sacerdotes, en determinados momentos miraban a las Hermandades como un conjunto de gente poco comprometida, que estaba en las iglesias porque había que estar. No había demasiada confianza mutua y la jerarquía eclesiástica no ha tratado con la importancia a este tipo de asociaciones de fieles y les ha dado un poco la espalda. Mi experiencia personal es que la relación entre dos hermandades a las que pertenezco y el clero, es mucho mejor de lo que era antes. Yo creo que se puede ser cofrade y católico comprometido aportando esa visión en la Hermandad. Siempre habrá cosas en las que el clero y las hermandades difieran porque éstas tengan una visión más folclórica de la que tengan los sacerdotes. Pero, al mismo tiempo, tienen que entender que esta celebración proviene de la Iglesia. Las sotanas y las túnicas están condenadas a entenderse, y de hecho se entienden ahora mejor, porque hay buena predisposición por ambas partes. Primero porque las hermandades han asumido la convivencia y los sacerdotes se dan cuenta de que, en un momento en que las iglesias están más bien vacías, las hermandades las llenan. Y eso siempre es bueno porque habrá gente que sólo vaya a la iglesia el día de la función de su hermandad, pero eso ya es una forma de acercarse. También las hermandades están ya más comprometidas con sus sedes canónicas. Volviendo al pregón. ¿Qué resaltarías de los distintos pregones que se han pronunciado? Tanto de los no escuchados y luego leídos como de los que has asistido en directo. A mi ha habido pregones que me han gustado mucho. El de José Miguel Carretero porque marcó un antes y un después. El de Alejandro de la Cruz porque fue un pregón muy conciso, intenso, bien estructurado con aportaciones muy interesantes. Me gustó el pregón de Amalio Blanco Abarca por su gran compromiso, el de Enrique Buendía, que yo viví por mi relación con él y por las circunstancias que lo rodearon, y que fue precioso. De los históricos, los de Federico Muelas fueron unas piezas cortas y extraordinarias, el pregón de Domínguez Millán. Con todo, los pregones son para escucharlos en ese momento, porque leído puede ser una cosa reconfortante, pero el pregón tiene su momento, su entorno, su ambiente en su día concreto, el paisaje urbano, etc. Y ¿Cuándo el pregón termine con el famoso “he dicho” y la gente aplauda? Pues, tras el “he dicho” y el aplauso final, a disfrutar de la Semana Santa con la conciencia tranquila de haber puesto todo lo que ha estado en mi mano para hacer el mejor pregón que yo tenía en la cabeza. Para mí es esta una Semana Santa muy especial por mi designación, pero mi actividad cofrade va a ser la misma, compartida con los amigos y con la familia. Siempre lo he hecho así.


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ENTREVISTA

Tomas Bux, cartelista de la Semana Santa 2010

“No se entiende la Semana de Pasión y Muerte sin la esperanza enlaResurrección” Por Juan Carlos Muñoz del Olmo. Fotografías: Antonio Abarca 28 de enero de 2010, San Julián. Quien conoce a Tomás Bux, sabe de la humildad de su persona, rebosante por todos los poros de su piel, salpicados por esas manchas de arcilla que, en su quehacer, se quedaron por un momento empeñadas en mostrar lo que son, estrellas perdidas de una gran y bella obra en eclosión. Es más difícil descubrir con qué mágico secreto transforma el barro en arte, de una manera maravillosa y de forma inimaginable; adentrándose en los dominios propios de la creación escultórica para encontrar en ellos los rasgos de su ser consciente e inconsciente. La composición de sus piezas de cerámica, todas distintas pero con una seña de identidad, hace indiscutible su paternidad Una mezcla entre lo identificable y lo imaginado, lo real, y lo irreal; pinceladas de surrealismo en la obra de este joven artista, nos invita a buscar referencias obligadas en el maestro de Figueras y en otro gran maestro, por sus predominantes colores Picasianos azulados. Así definía a Tomás y su obra, en 1995, el desaparecido Carlos de la Rica: “...Yo encuentro en estas figuras un extraño y misterioso estar crecido desde el esquema hasta la realización de un mundo de máscaras cuyo ser se expresa a través de ese camino que es el surrealismo. Como en Dalí, se aplica un dibujo impecable que se hace chispas en la distorsión posterior imaginada y poblada de posibles entes. Captar sus iluminaciones quizá sea complementaria en la dimensión del bronce pues, ya lo dije, Tomás Bux parece capacitado para la escultura. No es que ponga punto final aquí, esencialmente en el barro muestra unos conocimientos que sólo la intuición puede dar”. No se equivocaba de la Rica, Bux, a pesar de su exultante juventud, tanto de edad como de espíritu, ha expuesto su obra en multitud de exposiciones individuales tanto en la provincia de Cuenca, como a nivel regional y nacional.


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Quien conoce a Tomás Bux, sabe de su vasta obra relacionada con la Semana Santa de Cuenca plasmada tanto en obra gráfica como en grandiosas esculturas de cerámica, mostrada en diversas exposiciones y locales comerciales de la capital en época cuaresmal, -exposiciones, encargos con motivos pasionales, nazarenos para pregonero y cartelista de cada año encargado por la Junta de Cofradíasy sus murales por las calles de Cuenca. Se intuye un compromiso con la Semana Santa de Cuenca. Elegido cartelista para la Semana Santa de 2010 supone para este joven artista lo que él personalmente cita con su obra: Expresarlo para mí es un orgullo, mostrarlo en mi querida ciudad un honor. La entrevista se desarrolla en el taller de Tomás, una tranquila tarde de San Julián de enero, donde el tiempo se detiene y llegas a sentir como la tranquilidad que precisa el artista para la inspiración poco a poco te va abrazando; observados, únicamente por los ojos misteriosos de las cercanas esculturas de barro. Su taller se encuentra ubicado en un barrio popular de la ciudad, en una calle donde se le debería cambiar el nombre debido al asentamiento paulatino de talleres de artesanos de diferentes disciplinas (barro, madera, pintura, forja…). La grabadora inicia su trabajo y con una mirada sonriente de complicidad detecto que a Tomás se le seca la boca, y antes de iniciar mi navegación por sus sentimientos, me dice:

Fotografía: Enrique Martínez Gil

“Sabes Juan que a mi ésto de hablar no me va mucho y menos que me graben cuando estoy hablando”. Le respondo tranquilizándole, que lo único que quiero es que exprese con la palabra lo que expresa con las manos jugando y dando forma a la arcilla, que nos muestre sus emociones, apreciaciones, sus sentimientos y valoración sobre el cartel realizado, que se descubra igual que se nos muestra en sus piezas. Cartelista del año 2010 de la Semana Santa de Cuenca, declarada de Interés Turístico Internacional…,¿Qué sentiste Tomás cuando desde la Junta de Cofradías te comunicaron la noticia de tu elección por parte de su Junta de Diputación?.

La verdad es que fue una gran sorpresa y una inmensa alegría. Ser cartelista de la Semana Santa de Cuenca, como conquense que la vive, es para mí el mayor honor. Recibí la noticia cuando me encontraba en Carrión de los Condes, provincia de Palencia, realizando el Camino de Santiago. ¡Imagínate! No me lo creía cuando me lo comunicó Antonio Abarca, Vicepresidente de la Junta de Cofradías. Te encuentras lejos de tu tierra, después de una jornada de caminar extenuante y no sabes por donde salir. De la sorpresa pasé a ser presa del pánico. Tenía una gran responsabilidad, casi me vuelvo para Cuenca sin terminar mi etapa de peregrinaje. Conocía, como miembro de su directiva, que la Venerable Hermandad de La Negación de San Pedro me había propuesto como Cartelista, después supe también por parte de sus directivos que otras Hermandades me propusieron. Lo que no imaginaba era que saldría elegido. Motivo por el que agradezco de corazón a la Junta de Diputación de la Junta de Cofradías, y por extensión a las Hermandades que representan, la confianza depositada en mi persona para ser cartelista. Aunque bien sé Tomás, que no te ha hecho falta documentarte sobre la Semana Santa de Cuenca para inspirarte, por tus amplios conocimientos sobre la misma y participación en ella. Cuéntanos la no fácil decisión, la tarea difícil de escoger el motivo que ilustraría el cartel. Escoger el motivo no fue difícil, lo difícil fue cambiar el motivo inicial. Y me explico. De todos es conocido el cariño y participación, como hermano y directivo, que tengo con la Venerable Hermandad de La Negación de San Pedro. Pero mi lealtad y agradecimiento de corazón a la confianza de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca, por ser elegido cartelista para este año 2010, no quise que se presumiera traicionada ya que, evidentemente, todos los que a mí se acercaban dejaban entrever o adivinaban el cartel que iba a hacer (La Negación de San


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Pedro) y daría la impresión de que yo lo habría adelantado a los curiosos antes de presentarlo ante la Junta de Cofradías. Esta circunstancia fue lo que me obligó a dar un giro de 180º para buscar otro tema relacionado con nuestros pasos de la Semana Santa e iniciar un nuevo cartel. El escoger un nuevo tema de la Pasión de Jesús, escoger a Jesucristo Resucitado, no es puro azar, al igual que en la Hermandad de La Negación de San Pedro, soy hermano y bancero de la Venerable Hermandad de Jesús Resucitado y la Virgen del Amparo; al igual que lo fue mi padre desde los orígenes de esta hermandad. También me inspiró para el cartel unas palabras que yo albergaba dentro de mí. Las palabras de nuestro querido consiliario de la Negación de San Pedro, D. Anastasio Martínez Sáez, al manifestar en su alocución de una Junta General de La Negación, que si él era alguna vez elegido cartelista haría un Cristo Resucitado, porque no se entiende la Semana de Pasión y Muerte sin la esperanza de la Resurrección.

lismo en el centro del cartel representado con la imagen de Jesús Resucitado y el surrealismo a través de todas las casas encantadas, nazarenos, ojos, y demás que abrazan al Resucitado. Es mi estilo y me tenía que mantener fiel a él cuando represento temas de Semana Santa. En definitiva el surrealismo y el realismo se abrazan a través de una explosión de colores. Los colores de la Semana Santa de Cuenca a través de los de todas las Hermandades que la integran. Algunas personas me han manifestado que se esperaban la imagen del Resucitasdo más surrealista, distorsionada, no tan realista. Quise mostrar mi respeto a la imagen y utilizarlo para sorprender. Ya que utilizas la palabra sorprender como uno de los objetivos en la representación de tu cartel. ¿Cómo debe ser, en tu opinión, un cartel?

De nuevo iluminado me puse a trabajar sobre el cartel, quería estrellar, plasmar sobre el papel una de mis piezas, trabajar el papel como lo haría con el barro.

(se permite un respiro, mesándose pensativo su perilla). Un cartel no puede ser una escultura de cerámica, una pintura, un cuadro…Un cartel tiene… que llamar la atención, sorprender, tiene que anunciar, pregonar; provocar que la vista se vaya un punto de fuga determinado, a partir de aquí recorrer el resto y descubrir el mensaje, el anuncio de ese cartel, lo que nos quiere trasmitir.

Y desde la Venerable Hermandad de La Negación de San Pedro, de la que eres bancero desde sus inicios y directivo de la misma, ¿cómo lo encajaron cuando supieron de tu decisión?

Conocemosmástuobraescultórica,queevidentementeesmásvasta, que tu obra gráfica. ¿Qué proceso has llevado hasta la elaboración del cartel?

Muy bien, con mucho apoyo y cariño. La decisión se la di a conocer a mis hermanos y hermanas de la Hermandad de La Negación cuatro días antes de la presentación del cartel en el Salón Aguirre, necesitaba que lo supieran, necesitaba quitarme ese peso de encima. Una vez descargado de mis emociones y sentimientos lo entendieron y apoyaron entusiasmados mi decisión.

Nada más enterarme de la elección como cartelista pensaba en cómo sería el cartel y hacía dibujos cuando los descansos del peregrinar me lo permitían; me puse a trabajar sobre el cartel cuando llegué a Cuenca desde mis andares por el camino de Santiago.

Sin duda, ése sería también un buen cartel, ese cartel pregonaría la esencia de la Semana Santa.

En el cartel, Tomás, se aprecia el surrealismo y el realismo que presentas en tus esculturas de cerámica.

La verdad, me tenía totalmente absorbido artísticamente y mentalmente. Decidido el tema, me puse a trabajar, anulando todo el trabajo por el motivo que ya he comentado al sentirme descubierto e iniciar un nuevo tema.

Efectivamente, es como si hubiera elaborado una pieza y la hubiese estrellado, como te decía, contra el papel; quedando el rea-

El proceso, como en todos, fue elaborar unos bocetos, a partir de aquí la elección de los motivos que acompañarían en el cartel.


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La técnica empleada en el cartel, es una técnica mixta: Pan de Oro, acrílicos, óleo y púrpura sobre tabla. También quiero añadir que he elaborado abundadnte obra gráfica sobre diferente temática, y sobre la Semana Santa quiero destacar el Cartel de Hermanamiento de la Venerable Hermandad de La Negación de San Pedro con la Asociación Musical Moteña y la portada para el disco compacto que se grabó par el evento; así como las citaciones de Hermandad de la V.H. de Jesús entrando en Jerusalén y Ntra. Sra. de la Esperanza. ¿Cómo describirías tu cartel y cual es la esencia del mismo? ¿qué nos has querido transmitir? Voy a responder primero a la segunda pregunta. He querido transmitir la alegría, la esperanza de la Resurrección. El cartel es un cartel alegre, esa es la esencia del mismo. He diseñado, pues, un cartel diferente, es un cartel de gloria, no de pasión como son habitualmente. En cuanto a la descripción del cartel podemos contemplar, en un primer plano, centrado en el cartel como ya he comentado, la imagen realista de Jesucristo Resucitado, el cual nos acerca a la imagen titular de la Hermandad que lleva su nombre. La he querido destacar como figura principal, donde se encuentra arropado, a su derecha e izquierda, por casas encantadas y admirado a su vez con ojos misteriosos. Detrás del Cristo Resucitado, se asoma con envidia el Cerro de la majestad, gris, desnudo, solamente con las tres cruces en el vértice de su calvario. He simbolizado con esta superposición del Cristo con el Calvario, la victoria de la esperanza de la Resurrección sobre la muerte. Alrededor del Cristo Resucitado, todo es una explosión de surrealismo multicolor, el surrealismo de mis piezas de barro. La escena se desarrolla en la calle Calderón de la Barca, desde donde se ve la imagen del cerro de las tres cruces. A esta calle he querido añadir un abigarramiento de casas representando a las del Casco Antiguo que han bajado presurosas a presenciar el acontecimiento. No se lo han querido perder, después de discurrir por sus calles durante siete días traición, negación, flagelos, burlas, cruces, dolor, muerte…y silencio. Debajo del estandarte del Cristo Resucitado he representado la algarabía de los niños y niñas, al igual que el Domingo de Ramos, nos impregnan con su alegría, su inocencia, en esta ocasión tocada con bonetes y “piruleta”. Detrás de ellos, va la Madre, la Virgen del Amparo, todavía no se ha quitado el manto negro porque no ha conocido la Buena Nueva. El empedrado de las calles, bajo ese arco tan famoso que le da nombre de la desaparecida iglesia de San Juan, son las bolitas de barro con las que siempre he identificado mis piezas. ¿Y los ojos Tomás? Háblanos de esos ojos a los que nos tienes acostumbrados y que renuncian a salirse del cartel. (Risas). Es cierto. . No podían faltar los ojos. Los ojos desempeñan un papel protagonista en mis obras. Los ojos que lo


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observan todo, nos hacen mirar en su interior para conocer lo que nos quieren trasmitir. En este caso, en el cartel tienen un doble significado... Hay 43 ojos, como mis cuarenta y tres años con los que tengo el honor de ser cartelista de la Semana Grande de Cuenca, en este inicio de década. Y el significado más íntimo es los 43 ojos que brindo a los 42 pasos que desfilan por nuestras calles, y el ojo que hace el nº 1 de estos 43, se lo dedico al ojo oculto del Nazareno. Al nazareno anónimo que calladamente aporta lo mejor para nuestra Semana Santa, aportando riqueza y buen hacer al legado que nos entregaron y del que tendremos que responder a generaciones venideras. Ya que citas la importancia del trabajo callado y anónimo, el legado de nuestra Semana Santa… Como participante en la Semana Santa de Cuenca, desempeñando el rol de bancero, nazareno de filas, directivo de Hermandad ¿qué opinas sobre la evolución de la Semana Santa?. Es un poco difícil. (se genera un momento de reflexión y silencio).Pienso que la Semana Santa en cada época tiene su modelado. Y voy a intentar explicarme. No es lo mismo la Semana Santa del siglo XVIII o del XIX , la de principios del siglo XX, ni la de después de la contienda civil, con la que tenemos y conocemos actualmente. La Semana Santa actual que conocemos, bajo mi forma de entender, ha sufrido una modificación importante en cuanto a la participación, gracias al papel de la mujer, y la recuperación acertada de sus pasos procesionales. Este aspecto nos arroja un mensaje importante, que debemos trabajar y participar, primero por la Semana Santa de Cuenca, después por el día del desfile procesional donde desfilamos y tercero, por la Hermandad donde participamos. El trabajo de los nazarenos y nazarenas debe bogar hacia un mismo rumbo, esa es y debe ser la evolución de la Semana Santa Y para Tomás, el Tomás revestido de túnica y capuz, ¿cómo consideras la Semana Santa, qué es para ti la Semana Santa? La Semana Santa para mi es un tributo a la familia cristiana, y este tributo está representado por Cristo en las calles de Cuenca, como herencia del barroco, desde la conmemoración de su nacimiento y especialmente desde que se inicia la pasión hasta su Resurrección. ¿Cuáles son los momentos más emocionantes que vives dentro de la Semana Santa? Son diversos y muy intensos. Situándolos cronológicamente, puedo decir que durante la Cuaresma participo en diversos actos de Hermandades y de la Junta de Cofradías, especialmente en la función de la Venerable Hermandad de La Negación de San Pedro y en su posterior comida de Hermandad, donde se sortea una pieza que vengo donando desde el primer año, con el acicate de crear Hermandad. Se genera un revuelo impresionante, vamos, tú Juan, lo conoces bien. El Domingo de Ramos, cuando porto mi palma, me emociona la algarabía de los niños y niñas en la bendición de San Felipe. El Martes Santo, cuando llevamos a cabo la entrañable recogida de hiedra para el paso de La Negación y su posterior puesta en las andas.

El Miércoles Santo, cuando porto el paso de La Negación de San Pedro, y asomamos desde la calle de San Pedro a la Plaza Mayor, donde nos esperan nuestros hermanos de la Asociación Musical Moteña interpretando una de nuestras tres marchas procesionales (Flevit Amare, La Negación o No lo negaste en al Cruz) y una multitud de gente observando. Y las horquillas, oír las horquillas por la calle de San Pedro es una experiencia que sobrecoge al que lo presencia y al que participa. El Jueves Santo, ver la procesión en cualquier rincón de su bajada por el Casco Antiguo, en ese acertado cambio de recorrido. La madrugada del Viernes Santo, el silencio casi sepulcral cuando estás dentro de la Iglesia del Salvador para sacar al Jesús Nazareno, fuera, el sonido de los tambores y clarines. Y…¡¡ como no!!.: La salida, la salida portando al Jesús de las seis, es algo que hay que vivirlo para poder describirlo desde el interior de cada uno. El Domingo de Resurrección, el emocionante encuentro de la Madre con el Hijo, el baile del Cristo Resucitado impregnando todo y a todos con su Gloria. Nos has hablado de manera íntima de la Semana Santa y de tu acertado cartel. Vendrá el Viernes de Dolores y todo será una cascada deacontecimientos,desdelosDomingosdeRamosaResurrección.Después nuevos quehaceres, pero en las calles de Cuenca nos queda como testigos mudos los azulejos y murales de la Semana Santa ¿Qué opinas sobre esta manifestación de las Hermandades por las calles de Cuenca y cuáles son los que tú has elaborado? De siempre, me pareció un acierto, todas estas obras tienen un profundo significado por el lugar donde están ubicadas y es el sentir de sus Cofradías. Yo, he de decir que tengo el honor y el agradecimiento de que me hayan encargado murales para ubicar en diferentes puntos de la ciudad, como son el mural de las Venerables Hermandades de La Negación de San Pedro, (ubicado en la calle de San Pedro) del Ecce Homo de San Miguel (Ubicado en la anteplaza) y el mural conmemorativo de los 100 años de la Procesión de “El Silencio” (Ubicado en el campo de San Francisco, en la calle Aguirre) Otro mural, en bronce, de la V.H. de Jesús Orando en el Huerto de San Esteban. También se puede contemplar obra en los desfiles procesionales de la Semana Santa de Cuenca, como son los cuatro cetros representando los símbolos de los cuatro evangelistas de La Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz, así como las tallas de madera con escenas de la vida de San Juan Bautista en las andas que portan al titular de esta Hermandad. A pesar de la sensación de esa inexistencia de la inexorable fugacidad del tiempo en el taller de Bux, la tarde Juliana se nos ha ido, termino mi entrevista y agradezco a Tomás el tiempo robado destinado a su creación. Nos despedimos con un entrañable abrazo y desde el umbral de la puerta miro hacia dentro, en su taller, y no puedo evitar el pensar que Tomás podrá siempre sorprendernos con innovaciones, como ha ocurrido con el cartel, pero sus obras tienen la impronta que se reseñaba del artista, ese halo inconfundible que a uno le hace expresar: “...es de Bux.”. Ya te lo dije en una ocasión, amigo mío: sigue, sigue, Tomás hurgando con tus dedos en el barro. Me hermana a ti mi corazón nazareno, tus sentimientos, que son míos, nuestros....Dales forma, permítenos ver lo que llevamos dentro dicho en arcilla…y en papel.


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FotografĂ­a: Antonio Abarca Contreras

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FotografĂ­as: Antonio Abarca Contreras


Fotografía: Gregorio Cubillo

Fotografía: Jesús García Palomares

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Cuenca estará presente Por Antonio Abarca Contreras.

Vicepresidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca

“Madrid será la ciudad que acoja la celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en el verano del 2011”. El Sumo Pontífice así lo anunció al mundo católico, precisamente, en este mismo marco, celebrado el 2008 en Sidney -Australia-, tras el rezo del Ángelus. “La Jornada Mundial de la Juventud es un gran encuentro de jóvenes de todo el mundo en torno al Vicario de Cristo. Es un medio evangelizador más de la Iglesia, que por medio de estas Jornadas continúa anunciando el mensaje de Cristo a los jóvenes. La JMJ es un empeño evangelizador en el que la Iglesia manifiesta su constante solicitud por la juventud. Todos los jóvenes deben sentirse atendidos por la Iglesia, pra ello, toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, ha de sentirse cada vez más comprometida a nivel mundial, a favor de la juventud (…) para corresponder a sus expectativas, comunicándoles la certeza de Cristo, la verdad que es Cristo, el amor, que es Cristo mediante una formación adecuada, que es una forma necesaria y actualizada de la evangelización.” (Juan Pablo II, Discurso al Colegio Cardenalicio, 20 diciembre 1985) Este evento está considerado como el mayor y más importante acontecimiento religioso del mundo. En él vienen participando, cada tres años, miles y miles de personas, en su gran mayoría jóvenes que provienen de todos los rincones de la Tierra. Si bien es cierto que la mayor parte de los jóvenes que asisten a una JMJ son católicos, el evento está abierto a personas de cualquier confesión religiosa e incluso a agnósticos. “A todos ellos se les acogerá con respeto, afecto y fraternidad”, de esta forma tan categórica lo ha asegurado el cardenal Rouco Varela, máximo responsable del acontecimiento. Las fechas escogidas para este magno acontecimiento han sido los días diecisiete, dieciocho y diecinueve de agosto y, por supuesto, contará con la asistencia del Sumo Pontífice.


NAZARENA De entre todos los actos que se están programando, uno de los que más interés y atención está acaparando es el multitudinario Via Crucis que tendrá lugar el día 19 de febrero, en el Paseo de la Castellana, eje principal de la capital española. Será una gran manifestación cultural de la Semana Santa española que reunirá pasos de gran valor artístico y religioso procedentes de todo el país. Catorce serán los pasos que saldrán en procesión por las calles de Madrid y que pasarán por delante del Papa Benedicto XVI para que rece ante ellos. Catorce, y solamente catorce, de todos los que existen a lo largo y ancho de la geografía española. Catorce pasos que deberán representar a la perfección el sentir nazareno de nuestro país. Y sí, Cuenca estará presente. La Semana Santa de Cuenca ha tenido el gran honor de ser elegida por la Conferencia Episcopal, para vivir en primera persona este grandioso y hermoso acontecimiento. Mucho ha sido el trabajo y el empeño puesto por la Comisión Ejecutiva de la Junta de Cofradías para poder estar allí: llamadas; escritos; presentación de la candidatura;… Pero además hemos contado con la valiosa colaboración de nuestro Obispo, Don José María. Estamos convencidos que sin su mediación y resguardo nada hubiéramos logrado. Por lo tanto, muchas gracias Don José María. Larga y tensa ha sido la espera. Desde “prácticamente” estar descartados antes de Navidad; se pasó a la comunicación final de estar seleccionados unos días después de la celebración de la Epifanía del Señor. La comunicación nos lleno de una inmensa alegría a todos los miembros de la Ejecutiva. Se había conseguido uno de los hitos más importantes para nuestra Semana Santa. Teníamos ganas de salir y contarlo al resto de los hermanos cofrades, de hacerlos partícipes de nuestra inmensa alegría, y, aunque la decisión era ya definitiva, se nos pidió, por parte de la Conferencia Episcopal, que mantuviésemos silencio por el momento hasta que ellos nos lo dijeran. Y así lo hicimos… Y no ha sido nada fácil. Pocos días antes a la celebración de la Junta General Extraordinaria del 15 de febrero se nos dio la autorización pertinente, para poder hacer oficial que el paso elegido para este Via Crucis era “El Descendimiento” perteneciente a la Vble. Hdad. del Santísimo Cristo de la Salud. Un paso portentoso, obra del insigne imaginero conquense Luis Marco Pérez, que será, sin lugar a dudas, un digno y fiel representante de la Semana Santa de Cuenca. Así nos lo aseguraban sus dirigentes, que tras conocer la decisión estaban llenos de alegría y de gozo por la distinción con que les había honrado la Conferencia Episcopal. Desde la Comisión Ejecutiva queremos dar la enhorabuena a la Venerables Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud y a todas y cada una de las hermandades que componen la Junta de Cofradías, porque con la presencia del Descendimiento todos estaremos presentes en ese magnífico e importante acontecimiento. Un logro del que todos debemos sentirnos orgullosos, porque todos tenemos parte. La Semana Santa de Cuenca no es importante, sólo, por sus individualidades, que también, pero lo es más por la fuerza de su conjunto. Y ahí es donde todos somos necesarios y responsables de haber colocado a nuestra Semana Grande en el lugar que, indudablemente, merece.

Fotografía: Enrique Martínez Gil

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Viernes Santo de Madrugá Por Gloria Isabel Torres Álvarez

Siempre han sido las madrugadas del Viernes Santo algo muy especial para mí. No es por familia directa, sino por familia “postiza”. De gente humilde y de gente buena. Siempre he oído a mi madre contar cómo los turbos le hicieron la última “palillá” al Abuelo Jesús, -el abuelo Plancha-. Cómo se colocaron debajo de su ventana y al gesto de Pepín, su hijo y entonces Jefe de Tambores, miraron todos hacia arriba intentando encontrar su mirada. Siempre me he imaginado las lágrimas que mi madre me ha contado, le salían a borbotones y como ella lo miraba,… Y cómo ella descubrió que él sabía que nunca más las volvería a ver y escuchar. Sería la última vez que oiría el “¡¡Ay que le dá, que le dá!!”. Desde ese mismo año, Pepín tomó el legado de su padre y se convirtió en Jefe de Tambores. Aunque mi madre siempre me ha contado que Pepín era clarín. ¡Y cómo lo tocaba! Seis meses antes ya se estaban preparando los Planchas: hacían las boquillas para los clarines, cosían las pieles de cordero, tensaban los tambores y les daban ajo. Pepín incluso hacía callo en la boca de tanto tocar. En esa casa había tambores y clarines. La casa de la Abuela Ascensión rezumaba a Turba. Los tambores y clarines ubicados en la cámara se convertían en el devenir de toda la familia y allegados. Pasaba uno, y daba una palillá; pasaba otro y cogía un clarín para la correspondiente clariná. Pepín sacaba la cabeza por la ventana, y dice mi tío Ciriaco, que se oía la clariná hasta en el matadero. La abuela Ascensión creía volverse loca ante tanto ruido. Y así pasaban semanas y días previos a la madrugada del Viernes Santos, en una casa donde apenas había de comer para todos y además criaban al Cojete (Pelusa) y los hijos de la Emilia llamaban a la puerta en cuanto se levantaban porque ellos no tenían ni estufa que encender. El abuelo Jesús no fue el primero en ser tambor de las Turbas. Me contó su hijo Pepín que el primero fue su tío José, y al irse éste a Madrid, entró su padre. Y por aquella época, antes de la guerra, eran sólo seis tambores y seis clarines. Y esos tambores y clarines los daba la Hermandad. Ese es el comienzo de las Turbas, con muchas coincidencias con lo que ocurre hoy, pero malinterpretadas. El abuelo Jesús incluso llegó a hacer tambores con piel de gato. Eso era antes de la guerra. Eran tiempos difíciles y “no había cuartos pa ná”. Posteriormente, los Planchas cosían y recosían pieles de cordero para hacerse sus tambores. Y eso empezaba casi después de Nochebuena. Aprovechaban también las pieles de los tambores de la Banda de Falange. El abuelo Jesús les ponía bordones para tensar la piel y obtener un sonido más parecido al de una caja. El jefe de tambores llevaba el tambor más tensado que ninguno, se colocaba en el centro del corro de la palillá y era el único que redoblaba. Hace años les “obligaron” a destensar los tambores para producir un sonido más sordo, tal y como se escucha hoy en día, que es el característico de esa madrugada. Cuenta también mi tío Ciriaco -hijo de Emilia-, que recuerda haber visto fotos de los turbos mal vestidos, llevando incluso gorras, antes de llevar túnicas y capuces rodeándoles la cabeza. Des-

afortunadamente, hoy en día vemos turbos con pañuelos palestinos enrollados al cuello, zapatillas de deporte y bufandas amarillas desfilando. Y curiosamente, fue por los años 60 -que ya salían muchos turbos- cuando el Obispo Don Inocencio dio unos trajes de judíos, para hacer la burla aún más real, a doce descendientes de Planchas, Patacos y Pantaleones, e incluso se les instó a escupir para hacer la burla más verosímil… Ciriaco se quitó el atuendo en Aguirre y Pepín. Los demás en la Calle del Agua al ver que el resto de integrantes de la procesión vestían túnica y ellos un atuendo diferenciador. Pepín y Ciriaco dicen que en aquella época ya empezaba “el jolgorio”. Aquellos turbos vestidos de hebreos no quisieron escupir ni al aire ni al Jesús. Aquellos turbos decidieron seguir siendo turbos y seguir con la tradición que habían heredado de sus padres y de sus familias. - “¿Y el Jesús? Tío Ciriaco, tú no eres muy religioso… ¿Qué es el Jesús para ti?”. - “Una imagen… Nosotros teníamos que hacerle burla. Era nuestro papel… pero con respeto. Hemos llorao a manta Requena y yo viendo al Jesús: “Míralo que hermoso es” -me decía Requena-, y me hinchaba a llorar. Cuando salíamos nosotros, no se cantaba el Misesere, pero verlo aparecer por la Puerta de San Juan era un momento difícil de explicar… Y cuando aparecía, a la señal del capataz, le hacíamos la palillá… Pero, no le decíamos cosas como lo que se dice ahora. Nada de eso de: “¡A la cruz!, ¡Judio!”… Ni cruzábamos los palillos… Al hacer una palillá, hacíamos corro y tocábamos el ¡Ay que le dá, que le dá! tocando palillo con palillo con el que estaba al lado”. Ambos me cuentan que la puertas del Salvador nunca estaban cerradas y allí pasaban los jefes con algunos elegidos a tocarle antes de salir y una vez encerrado. Y cuando se encerraba, “El Jesús” entraba sin ningún tipo de problemas al Salvador. Los turbos se colocaban en la Esperancilla y desde allí lo despedían, probablemente con la misma intensidad que hoy en día, con las mismas ganas de que no se acabara, pero con dignidad, seriedad y caballerosidad, que la falta de dinero no estaba reñida con saberse comportar. Cada uno representaba su papel y así lo hacía la turba hasta el final. Cinco duros le daba Zomeño a mi tío Ciriaco para que él llevara la garrafa. El a veces la llevó de gasto en gasto. Pero no se bebía o “mamaba” (como ellos decían) dentro de la procesión. Ellos lo hacían en los gastos: el primero, en la Puerta de Valencia; el segundo, en Aguirre; la tercera parada, en Notario; la cuarta, La Posada de Santa Luisa; la quinta, en Palafox; la sexta, en la Audiencia; la Séptima, en la Puerta de San Juan; la octava, Las Brasas; y la novena, en La Plaza. Los turbos salían a las doce de la noche e iban a La Martina. Allí tomaban café y copa. Desde allí a La Constancia. También tenían los gastos de los hermanos mayores de “El Jesús”, del saliente y del entrante. Recuerdan en especial el gasto que Don Juan Machetti hizo en la calle Colón cuando fue Hermano Mayor. Y también recuerdan, como uno de los años, Pedro Alegría hijo,


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desde su condición también Hermano Mayor, les dio un gasto en “La Constancia”. En años posteriores, él mismo saldría con ellos de turbo. Y es que siempre han estado unidos y vinculados turbos y nazarenos. No se podía entender la turba sin el Jesús, ni el Jesús sin la turba. Y como ellos dicen “mamaban”, pero no se emborrachaban hasta perder el control de lo que hacían. Bebían zurra y resolí. El resolí de Palomo con un aguardiente de pocos grados. “Era un resolí pa no templarse”.

Fotografías: Enrique Martínez Olivares

Cuando llovía los turbos colaboraban y dicen que ellos mismos ayudaban a tapar “al Jesús”. Cuentan que un año tuvieron que protegerlo de la lluvia en el Cine España, y otro año lo tuvieron que cobijar en la Posada de Santa Luisa. ¡Todos arrimaban el hombro, porque todos estaban en la misma procesión!… Este hecho es algo que sin duda, hoy por hoy, debe hacernos reflexionar. Y sobre “el baile” del Jesús. Según ellos me cuentan, “al Jesús no se le bailaba”. La verdad es que algunos como yo, hemos vivido siempre esta procesión con el tradicional baile del Jesús, y es difícil entenderlo de otra manera, pero ellos así me lo dicen. Había capataces. Y al capataz se le respetaba. Hace unos pocos años, intentando recobrar el antiguo espíritu de las turbas, Ciriaco intentó revivir la palillá de Las Brasas y cuando quiso hacer un corro grande y pedir palillá, hasta poder ver la cara del Jesús para volver a sentir lo que durante tantos años antes había sentido: esa mezcla de pasión y tradición que hace brotar lágrimas de manera espontánea. Cuando quiso darse la vuelta para ver

por dónde iba la imagen, alguno de los que estaban allí arremetió contra él, dándole con los palillos en los riñones y tirándolo al suelo. Me cuenta que mientras se levantaba pensaba: “¿Qué hago aquí yo solo?”. Así que salió de la procesión, se quitó la túnica y decidió que había sido la última vez. “Pepín, Ciriaco ¿Y el futuro?”: Según ellos opinan es difícil controlar una masa de 5.000 personas en estado de embriaguez. “Ya no se controla”, -me dicen a la par-. Incluso llegan a pensar que quizás se tengan que prohibir, para que trascurrido un tiempo vuelvan a reaparecer con una regulación nueva... Han pasado cerca de 90 años desde que los Planchas heredaron la tradición de las Turbas del tío de Pepín. Hoy en día, sería impensable y probablemente imposible, que el Abuelo Jesús pudiera asimilar cómo y cuánto han cambiado las Turbas en este tiempo. Es un hecho que hay que adaptarse a los nuevos tiempos y que nada es comparable. Pero quizás, sí que habría que reflexionar en todos esos aspectos, similares y antagónicos, que vivimos en las madrugadas del Viernes Santo en nuestra ciudad, aunar intereses e intentar volver a poder recrear una burla digna y organizada. No podemos ni debemos dejar perder una tradición tan peculiar y característica de nuestra ciudad. Nuestra Semana Santa, mezcla de religiosidad y tradición, ha pasado de padres a hijos, de vecinos a vecinos, de amigos a amigos,… y quizás sea el momento de pensar en qué tradición queremos pasar a los que están llegando ahora y a los que aún están por venir.


Fotografía: Enrique Martínez Gil

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Promesa de Nazareno Por Carmen Herráiz Yébenes

¡Nazarenos del cielo, asistid a la procesión! Dispongamos nuestros cirios y tulipas al paso de la Cruz que ya están las calles dispuestas entre la multitud. Cuenca se encuentra encendida ante tanta expectación. El esfuerzo del bancero, el sudor del rostro de Jesús, se hacen eco del Calvario del amor a la Pasión. Cofradías con alma de nazareno que ante el Yacente se postran, imágenes de las Vírgenes que entre caminos sollozan. Estandartes de “Amarraos” y clarines que tocan, alboroto y turbamulta que sacude nuestra Cuenca. Cuando en esta tierra vivíais sentíais la Semana Santa, ahora, lejos de aquí, en la misma Vera Cruz, escondidos, todos juntos, os acercáis a la Cena, tras vuestro Medinaceli y Esperanza, llegando la noche blanca donde el Huerto presencia la oración. Paz y Caridad del Jueves Santo conquense. Lágrimas de EcceHomo entre borlones y madroños. Calma…espera. Cirineo madrugador que no aciertas con el peso, sabes que llevas la Cruz donde nació el amor duradero. Alma de nazareno, Espejo de tu Cristo, Lanzada punzante que Longinos sacude, pena de amor en tus calles regadas de sufrimiento y plegarias. Agonía y agonía, sin saber por dónde viene. Se clava en el corazón de quien siente y padece. Soledad de solemnidad. Ahora os encontráis al amparo de otras Cofradías. Iglesia del Salvador de la Santa mañana, y San Antón, tras el puente, procesión.

Oigo los vítores, solos, tristes, tu Cristo te pertenece, pensad en su corona de espinas que traspasan esas penas. Ya baja el Descendimiento por su sitio, en las filas hay silencio, respeto en la comitiva, las luces del Viernes Santo al paso por las “monjillas”. Campanas que huyen por temerse lo peor. Congoja que las Angustias porta en su semblante, Madre mía esto no es el fin ¡No llores! Devotos de la vida, que aquí fuisteis peregrinos, volved, caminad entre nazarenos, San Juan os está esperando, Magdalena está saliendo vamos todos a encontrarnos. María que apenas avanzas, te acuerdas de todos tus hijos, esos que hoy te faltan está cerca de tu Hijo. Esa promesa, que hoy cumplo, bajo tus píes Yacente te brindo, no olvides que nazareno he sido y ahora en el cielo reúno a todos los que aquí estamos, perteneciendo a esa Hermandad que ya no necesita hermanos. Cofrades de eternidad, espíritu de Pasión, ya nos hemos conocido debajo de vuestro manto, Virgen de la Soledad, acúname mientras tanto. Unos somos del Jesús, otros del Prendimiento, allá están los del Huerto, todos juntos, de San Esteban y San Antón, y aquellos tan numerosos salen en el Entierro. En el cielo no hay ya pasos, esto es una procesión que en Cuenca he disfrutado. Llega la Resurrección, alegría en vez de llanto que desde el cielo gozamos. Se ha acabado esta Semana, que aquí se ha perpetuado. No hay túnicas ni capuces, el esfuerzo se ha notado. ¡Alegraos nazarenos que en Cuenca el dolor ha acabado!


NAZARENA

Fotografía: Enrique Martínez Gil

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Nemesio y Modesto:

Los Hermanos Pérez del Moral En el refranero español, que es muy sabio se dice que “De bien nacidos es el ser agradecidos”; y eso es lo que, desde hace dos años, viene haciendo la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Cuenca, al reconocer a personas o instituciones que han destacado por su labor en post de la Semana Santa de Cuenca pero de una forma velada, sin dejarse ver… casi desconocidos para la mayor parte del público en general. Este año, a propuesta de la Vble. Hdad. de Ntro. Padre Jesús Nazareno “Del Puente “, -realizada en la Junta General Extraordinaria de la Junta de Cofradías, celebrada el 14de diciembre de 2009-, los elegidos fueron los hermanos Pérez del Moral -Nemesio (q.e.p.d) y Modesto-. Dos artesanos de la madera que han dedicado gran parte de su vida profesional a trabajar para las hermandades de Cuenca, bien confeccionando numerosas y estupendas andas donde lucir nuestras imágenes en los desfiles procesionales, o bien, realizando trabajos de conservación o restauración de las propias imágenes. Pocas, muy pocas serán las hermandades, si es que hay alguna, que a lo largo de su historia no hayan tenido que recurrir a los hermanos Pérez del Moral para que les prestasen sus servicios. Por esta razón la propuesta del Jesús del Puente fue recibida con satisfacción por los miembros de la Junta General y contó con el apoyo de todas las hermandades. Al mismo tiempo, la propuesta llevaba adjunta la petición a la Comisión Ejecutiva de la Junta de Cofradías para instar al consistorio conquense para, si tiene a bien, que una calle de nuestra ciudad pudiera llevar el nombre de “Hermanos Pérez del Moral”. Misión que, de buen grado, fue aceptada por Jorge Sánchez, como presidente de la institución nazarena. Los hermanos Pérez del Moral han constituido una de las piezas clave donde se ha cimentado la recuperación de la Semana Santa de Cuenca una vez terminada la contienda civil de España, que dejó reducida a cenizas la práctica totalidad del patrimonio semanasantero conquense. Con sus andas, Nemesio y Modesto, han contribuido a catapultar a la Semana Mayor de Cuenca al lugar donde hoy está situada. Razón más que suficiente y necesaria

para que todos los conquenses, y especialmente los nazarenos, les estemos eternamente agradecidos. Nemesio y Modesto nacieron en la población conquense de Villalba de la Sierra, lugar donde su padre tenía un negocio familiar dedicado al noble arte de trabajar la madera. Esta dedicación le permitía sacar adelante a su familia. Tras el fallecimiento del progenitor, el resto de la familia se trasladó a la capital, sin lugar a dudas, en busca de nuevos aires y de una vida mejor. Su primer domicilio en la ciudad los ubicó en los alrededores de la Puerta de San Juan. Uno de los rincones conquenses donde está más arraigado el sentir nazareno conquense. Sentimiento que ya no les abandonaría en el resto de su vida, tanto familiar como profesional. Años más tarde, se trasladaron a las entonces afueras de la ciudad, concretamente al final del barrio del Camino Cañete, a la calle Ángel del Alcázar, -hoy Santiago López-, estableciendo allí su taller de carpintería y ebanistería que todavía subsiste hoy en día. Taller que cuando pasaba la Navidad era casi lugar de peregrinación obligada para los curiosos que querían saber la novedad que para ese año estaban preparando los dos hermanos. Así en las ventanas del taller se agolpaban las cabezas de los chiquillos haciendo cábalas sobre para qué hermandad iban a ser las andas que estaban confeccionando. Cierto es, que Nemesio y Modesto, no sólo se dedicaban a trabajos de restauración de imágenes y confección de andas. Su aportación a la Semana Santa ha sido mucho más amplia: numerosos retablos, púlpitos; hornacinas, confesionarios, bancos, cancelas,… salieron de sus manos expertas; por no hablar de los innumerables palos de tulipa, horquillas y palos con cruces para los más pequeños que también confeccionaron. Pero, de entre todo su trabajo, sin lugar a duda, son las andas su principal aportación a la Semana Santa de Cuenca. Auténticas obras de arte fruto, la mayoría, de su inspiración y gracias a su exquisita sensibilidad; el resto, ejecutando a la perfección los


proyectos de los imagineros o de las personas que las diseñaban. Pero todas constituyendo el perfecto complemento para que los “santos” abandonen los lugares donde reciben culto el resto del año y acudan a su ineludible cita con la ciudad de Cuenca en el día y a la hora señalados, recorriendo sus calles y cumpliendo con el rito establecido. Año tras año, a los desfiles de la Semana Santa de Cuenca se fueron incorporando los altares tallados por sus expertas manos, contribuyendo a engrandecer el rico patrimonio cultural y artístico de nuestras hermandades y convirtiéndose en parte fundamental e insustituible de la estética de muchos de nuestros Pasos.

Fotografía: Gregorio Cubillo

En la reunión que mantuvimos con Modesto el día 13 de enero, para comunicarle y explicarle en que iba a consistir el merecido reconocimiento que la Junta la Junta de Cofradías les haría, a él y a su hermano ya fallecido, el día 19 de enero durante el acto de Presentación Oficial del Cartel y Pregonero para la Semana Santa de este 2010, él nos comentaba que se acordaba que las primeras andas que realizaron fueron para la Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias, bajo un diseño del insigne y laureado escultor conquense Luis Marco Pérez. Fue una delicia escuchar a Modesto, contando las penalidades y alegrías de aquella época; del carácter de aquellas gentes que sacrificaron negocios, trabajos y familias para reconstruir el legado histórico que habían heredado de sus antepasados; de cómo se solventaban los problemas a fuerza del apoyo y la colaboración de todos;… todo contribuyó -nos dice- para consolidar los cimientos y que hoy podamos disfrutar de la Semana Santa que tenemos. También nos comentó que todos los trabajos los apuntaban en una

misma libretilla. En ella aparecían, desde los primeros esbozos del proyecto hasta el diseño definitivo, y las cantidades que se iban aportando, por parte de las hermandades, para contribuir a su pago. En este momento y tras esbozar una sencilla sonrisa, nos dice Modesto: -“Por cierto, si encontrase esa libreta veríamos que hay alguna hermandad que todavía no ha llegado a completar la cantidad acordada.” Si apareciese esa libretilla… ¡Qué gran valor aportaría ese documento para ver el sacrificio con el que nuestros antecesores fueron logrando el patrimonio que hoy en día tenemos! Todos los testimonios que nos llegan de aquella época coinciden en que aquellos fueron tiempos difíciles. Pero, también coinciden todos en que los problemas se superaron gracias al sentimiento de unidad que existía entre las hermandades y al compromiso adquirido de las instituciones. Todos juntos en torno a una misma idea: la Semana Santa de Cuenca. Todos actuando como una piña bien cerrada, sin distinción de colores o hermandades, con el único objetivo común de sacar adelante el legado que habían heredado. Vaya para ellos, para Nemesio y Modesto, para Modesto y Nemesio, “que tanto monta, monta tanto…” el agradecimiento y el reconocimiento profundo, sincero y emocionado de todos los que nos sentimos nazarenos y nazarenas de Cuenca. En la actualidad podemos ver desfilar andas realizadas por los hermanos Pérez del Moral en los siguientes pasos, entre otros: La Borriquilla (1985); Jesús de Medinaceli (1985 ); El Beso de Judas (1978); San Pedro Apóstol (1949); Cristo de los Espejos (1950); San Juan Evangelista (1952); El Huerto de San Antón (1967).


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Fotografía: Antonio Abarca Contreras

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Semana Santa Infantil Por José Luis Coll. Ofensiva, 30 de Abril de 1957

Aún hay por calles de Cuenca lágrimas de cera sobre el asfalto. Todavía, cuando por la noche atravesamos cualquier calle de las que son itinerario en nuestras procesiones, un eco imaginativo de tambores y cornetas acude a nosotros. Revivimos la reciente Muerte. Sí, en el espíritu del conquense, se conserva el incienso de la Pasión, acaso más que en ninguna otra ciudad, porque Cuenca es un Gólgota perpetuo, un escenario perenne donde se cambia de obra, pero no de decoración. Por estos días era inevitable tropezarnos con algo que los adultos suelen mirar con una sonrisa complacida y divertida: las procesiones infantiles, donde una pequeña figura en forma de santidad, se tiene a duras penas sobre unas toscas e inocentes andas de madera -un cajón y dos palos-, a hombros de cuatro párvulos, que marchan solemnes al compás de cinco latas de sardinas. Esto, a mí, también me hace sonreír. Pero -no os asustéis porque es cierto- me causa, al tiempo, un tímido respeto al ver el respeto de los niños. Fijaos en los

cuatro que llevan los “banzos”. Sus rostros permanecen serios, absolutamente serios, hasta pateticos. Ardan casi sin doblar las rodillas, como compases humanos. Diríase que intentan enseñar un modo de hacer las cosas bien. Lo airoso de estas “hermandades” es que no hay penitentes pasivos, de relleno. Esto es: nazarenos. Todos han de hacer algo: llevar las andas (cuatro), tocar el tambor(once), portar signos de distinción autoritaria (nueve), etc..., etc... Los veréis varios días todavía. Yo los imagino impacientes en la escuela por la tarde, deseosos de que el maestro se canse de decirles que cinco por cuatro son veinte, para correr a su “parroquia” -la casa del que puso el santo- y andar por las calles de Cuenca con su juego más serio, su cajón y sus palos, su figurilla diminuta delante de la que hay un cabo de vela sustraído a cualquier cocina propia. Y marchar solemnes, erguidos, al compás de cinco latas de sardinas. Seguramente el Niño Jesús, le gustaría bajar a jugar con ellos... y tocar el tambor.


OPINIÓN

A la Santa Cruz “Lignum Crucis” Tal vez surgió de su Tronco Milenario, Del “árbol de la vida” en plenilunio, Madera traspasada en infortunio, o bien cerezo en flor, junto al Calvario.

Se estremece rezando el columnario que sostiene la trama del madero, es Cruz Alzada en el sendero que lleva como emblema Tu Sudario.

Bajo un dosel de estrellas legendario la madera de sauce besa el suelo y el olivo perenne, clama al cielo, con su fruto en sazón como rosario.

¿Es cedro, o es ciprés el lucernario…? María y Juan no saben con certeza que sus lágrimas besan la corteza del árbol que contiene Tu Sagrario.

La sabina perfuma el Santuario, ¿es madera de boj, haya o encina…? Se abre paso en el pino la resina y el “Via Crucis” en el calendario.

Tres clavos, con emblema funerario y el Amor que define la Templanza. Es la Pasión de Cristo, es la alianza… Tronco, rama, o raíz de Tu Calvario.

Leonor Culebras


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Escuela Nazarena

Al acercarse la hora del Ángelus, del primer día de enero, el son de la marcha Radetzk y marca el inicio, nuestros oídos se deleitan al escucharla, estamos celebrando el nacimiento de Jesús, todo marcha, todo está en camino, un camino que nos conducirá a la Pascua. Como cada 14 de Nisán, con la luna llena, comienza el drama para Él, para todos los cristianos conquenses. Durante una semana toda Cuenca se transforma, y los conquenses contribuyen con esmero a potenciar la vivencia de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor por la humanidad, dando presencia pública a la fe católica, en el amplio contexto de nuestra sociedad de tradición cultural cristiana. Él es el camino para nuestra salvación. Nuestra Semana Santa, sí la de Cuenca, que ha llegado, que la vamos a vivir con todos los sentidos, porque se percibe con los cinco; y que, como la definió Acacia Uceta en su pregón de 1971 es HEROICA por su ciudad y por sus gentes. Sí, nuestra Semana Santa ha llegado y tenemos un sentimiento contradictorio, deseamos que llegue ya, pero que no termine. La presencia de la mujer en la Semana Santa de Cuenca, por su feminidad, le confiere un estilo diferente, con unos matices propios de sensibilidad y armonía. Las mujeres de Cuenca que preparamos la Semana Santa nos ponemos manos a la obra para que todo resulte perfecto. Actos sencillos, reales, cargados de emoción, donde se encuentran la religiosidad y la pasión, con un sentimiento que resume cada uno de nuestros actos: el AMOR, con mayúsculas, y seguimos transmitiendo en nuestros hogares y familias la sonrisa del Dios que nos salva. Por segundo año consecutivo, nuestra Semana Santa ha contado con otro punto de vista para su preparación y formación: La ESCUELA NAZARENA.

Un grupo de jóvenes y niños de Cuenca, apasionados con nuestra mayor tradición, ha trabajado y aprendido todo lo que representa nuestra Semana Santa. Con emoción y sentimiento han disfrutado y conocido todo lo que rodea su preparación: el trabajo que conlleva y cómo se organiza la Semana; la fabricación de las borlas de los cordones; la realización de imágenes de barro; los entresijos de los instrumentos musicales; el significado de la música en las procesiones; el arte de nuestra Catedral; y un sinfín de actividades más, sin dejar en cada momento de aprender cómo debemos vivir la Semana Santa los Cristianos.

Sobre todo, hemos querido inculcarles que, “ser Nazareno no se es únicamente una semana al año, sino que hay que serlo todos los días”. Al igual que el año pasado, la Asociación “Mujeres Cofrades de Cuenca”, necesitaba la ayuda y colaboración de muchas personas, que desinteresadamente se han prestado para poder llevar a cabo la Escuela Nazarena, y afortunadamente siempre encontramos personas dispuestas y con grandes conocimientos en las diversas materias que se tratan, tanto en el aspecto religioso, cultural como artístico. Como señalaba María Marco el pasado año en su artículo de la Escuela Nazarena: “trabajamos con los niños en la confianza de estar trabajando para el futuro de la Semana Santa, y la intención es ir depositando en sus manos la Semana Santa del futuro”. Una vez más, la Asociación quiere agradecer, desde aquí, la colaboración a todos los que han contribuido a la realización de este proyecto. En primer lugar a los niños que han participado, que cada día nos sorprendían con sus ocurrencias, y han hecho que todos lo pasáramos estupendamente, y después a la Junta de Cofradías; a los padres que han confiado en nosotros, y a los monitores y colaboradores, sin cuya ayuda no se hubiese podido materializar este trabajo.


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A los Curas de la Pasión Por Rafael Redondo Moya La iglesia del Salvador, una de las principales iglesias nazarenas, no en vano, alberga ocho hermandades y doce pasos de la Semana Santa distribuidos en sus capillas. Durante la Semana Santa, la semana anterior y la posterior, la iglesia sufre una metamorfosis; su puerta se abre y se cierra en muchas ocasiones durante este tiempo, mucho más que durante todo el año. El presbiterio pierde su sede y su ambón en favor de dos pasos: Cristo de la Agonía y Lanzada. Las capillas parecen tapadas; tapadas por los pasos sobre sus andas, como la Soledad, Cristo de la Luz, Jesús Nazareno y San Juan Evangelista. Las vidrieras bajo el coro no transmiten luz porque San Juan Bautista, La Verónica y La Magdalena se lo impiden sobre sus andas y, junto a la puerta, la Virgen de la Amargura con San Juan, dejando la capilla del Yacente para la exposición del monumento. Los bancos son sustituidos por otros de manejo fácil y menor número, en las paredes apoyan horquillas y en el suelo banzos. Regida ha estado por tres sacerdotes, en la actualidad dos. Don Santos Saiz Gómez, 77 años, cuarenta y dos de ellos en la Parroquia, de los cuales la mayoría como Párroco Canónigo de la Catedral, muchos de ellos ejerciendo de DEÁN. Diecisiete años presidente de la Junta de Cofradías; consiliario de las Venerables Hermandades de San Juan Bautista, Virgen de la Amargura con San Juan y San Juan Evangelista; con sus funciones, misas de difuntos, juntas, actos… a todo lo cual asiste. Treinta años largos presidiendo la procesión del Santo Entierro, aunque en ésta última Semana Santa no se lo permitió su edad. Todavía los “Viernes Santos” al salir la procesión En El Calvario prepara la iglesia para los oficios, siempre colaborando en la parroquia, además de sus funciones catedralicias. Teodoro Rubio de la Hoz, 78 años, cuarenta años en la Parroquia del Salvador, Canónigo. Hace dos años solicitó su jubilación y en la actualidad colabora en la parroquia de la Fuente del Oro, donde el reside. Fue consiliario de la Vble. Hdad. de Ntro. Padre Jesús del Salvador. Cerca de treinta años presidiendo la procesión En El Calvario, pero hace aproximadamente cinco o seis años lo dejó, sus rodillas lo

hacían imposible. Recuerdo a Don Teodoro en la puerta de la iglesia con su sotana fumándose un cigarrillo y saludando a tantos nazarenos y nazarenas que entraban y salían de la iglesia; o en la sacristía, revestido, esperando colocarse tras la Virgen de las Angustias el Viernes Santo para presidir la procesión. José Martínez Arcas, 71 años, entre veintitrés y veinticuatro años en la parroquia de vicario consiliario de las Venerables Hermandades de Ntra. Sra. la Soledad de San Agustín y el Santísimo Cristo de la Luz. Por aquello de ser el más joven, siempre ha estado a cargo de las puestas y quitadas de andas, retirando y colocando los bancos como el primero, limpiado, ayudando… en todo momento a disposición de cualquiera. Ha presidido algún que otro año el Domingo de Resurrección, Martes Santo y Viernes Santo en la procesión Camino del Calvario como consiliario de la Vble. Hdad. de la Soledad de San Agustín. Además, ha contado con la ayuda para presidir de otro “cura de la pasión” que viene del Arciprestazgo de Huete, D. Fernando León Cordente, el cual, regresa a su Semana Santa, a su casa, con sus Hermandades. D. José en los últimos años preside la procesión en El Calvario. Los tres con sus virtudes y sus defectos, como los tenemos todos. Los tres con sus días buenos y malos, como cualquier humano. A cuantos nazarenos y nazarenas no habrán bautizado, dado su primera comunión, celebrado su matrimonio u oficiado sus exequias fúnebres. En la actualidad sólo dos de ellos continúan y continuarán esta Semana Santa 2010 y así hasta que llegue el día de su retiro para un gran merecido descanso, viviendo la Semana Santa espiritualmente como sacerdotes y sin presidir procesiones con frío, lluvia y de madrugada. No realizarán homilías en las funciones, ni abrirán y cerraran la puerta, no colocarán bancos, ni prepararán actos. Y vivirán como cualquier otra persona de su edad, sin preocupaciones y sin nada ni nadie que les marque tiempos ni trabajos. GRACIAS, CURAS DE LA PASIÓN. UN AMIGO NAZARENO


OPINIÓN


Fotografía: Alberto García

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OPINIÓN

Por Gregorio Martínez de las Heras La celebración de la Semana Santa para los cristianos no es solamente el hecho de “sacar” a nuestras veneradas imágenes en procesión por las calles de nuestros pueblos y ciudades durante los distintos días de esa semana de Pasión, para que sean contemplados por los que en esos días nos visitan, mayormente como un “hecho cultural”, pero que sin embargo contiene un alto grado de religiosidad - es una catequesis sacada a la calle - y que emana de las creencias mas profundas del pueblo cristiano. Vivir la Semana Santa no es solamente el hecho de estar en la calle viendo pasar y como son llevadas – unos a hombros y otras en tronos o carrozas-, las imágenes que representan los misterios de la Muerte y Resurrección de Cristo, o participando en los desfiles vestidos de nazarenos. La Semana Santa también se vive dentro de nuestras iglesias y para ellos, “Nuestra Madre”, la Iglesia la prepara con una serie de actos litúrgicos acordes con esos días de celebración. La Cuaresma es camino que nos lleva a la celebración más importante del mundo cristiano y que comenzó con la imposición de la ceniza, -que es un símbolo natural y bíblico- que nos recuerda lo caduco del hombre y los bienes materiales, al tiempo que expresa penitencia y arrepentimiento. El hecho de la imposición de la ceniza no es un rito demasiado antiguo, fue el papa Urbano II, en el sínodo del Benevento (1091), quien lo indica para todos fieles, sacerdotes y laicos. Tras esos 40 días que conforman la Cuaresma nos adentramos a vivir y rememorar intensamente lo ocurrido hace mucho tiempo allá por las tierras de Jerusalén: la Pasión, Muerte y RESURRECCIÓN de Nuestro Señor Jesucristo. Durante esta semana viviremos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la institución de la Eucaristía, acompañaremos a Jesús en oración al Padre en el Huerto de los Olivos y le acompañaremos en su camino que termina en la cruz. La narración de la Pasión dentro de la Semana Santa renueva los acontecimientos de los hechos dolorosos padecidos por Jesús, que deberían remover nuestros sentimientos y no hacernos olvidar que lo más importante es buscar un aumento de nuestra fe y devoción en Jesús el Hijo de Dios. La liturgia de la Iglesia para la Semana Santa dedica especial atención por la importancia que tiene para el mundo cristiano el celebrar el Misterio de la Redención de Cristo. La Iglesia nos invita a todos los fieles al recogimiento interior, haciendo un alto en las labores cotidianas para contemplar detenidamente el Misterio Pascual, no en actitud pasiva, sino con un corazón dispuesto a valorar a Dios. La Semana Santa, no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del AMOR de Dios, que permite

el sacrificio de su Hijo para redimir de los pecados a toda la humanidad, incluidos los vuestros y los míos. En los principios de la cristiandad ya se acostumbraba la visita a los santos lugares, y como es obvio, ante la imposibilidad que la mayoría de los cristianos tienen para hacer esta peregrinación, cobra mayor importancia el hecho de participar en la liturgia de estos días para aumentar la esperanza de salvación en Cristo Resucitado. La Semana Santa tiene dos partes esenciales: el final de la Cuaresma, Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles Santo; y el Triduo Pascual, conformado por liturgia especial del Jueves, Viernes y Sábado Santo, y que es tiempo más importante de la Iglesias en todo el año litúrgico. Durante muchos siglos han sido tradicionales las representaciones de la Pasión y Resurrección del Señor, comenzando por la procesión de los Ramos del Domingo y teniendo su punto álgido el Viernes Santo con la crucifixión del Señor. Estas dramatizaciones han calado profundamente en el corazón de los católicos durante mucho tiempo y se han complementado con otros actos propios como: la visita a los “monumentos”, la escucha y meditación de las 7 palabras, el Vía Crucis, procesiones, horas santa, etc. Todo ello conforma lo que hoy conocemos como Semana Santa. Domingo de Ramos El recuerdo triunfal de Ntro. Sr. Jesucristo en Jerusalén antes de la Pascua inicia la Semana Santa. Durante este Domingo recordamos la Majestad de Cristo Rey, este domingo nos recuerda que Jesús es El Cristo de Dios, el Ungido, el Mesías y la conciencia de que Jesús es Dios hecho hombre que ha venido al mundo para salvarnos de la esclavitud del pecado. Comienza la acción litúrgica con una procesión de ramos por el interior de los templos y la celebración eucarística. En la primera parte se celebra el triunfo de Jesús y tras la aspersión de los ramos se proclama el Evangelio. Empieza la Semana Santa y procede la Eucaristía donde se pasa del aspecto victorioso de los ramos a la cara dolorosa de la Pasión. Jesús entra triunfante, pero es en la Cruz donde adquirirá su auténtico trono y su resurrección nos abrirá las puertas del cielo. El Domingo de Ramos nos recuerda que nuestra vida cristiana es un paso de las tinieblas a la luz; de la humillación a la gloria; de la esclavitud del pecado a la liberación por la Gracia. Entre el Domingo de Ramos y el Jueves aparecen tres días Lunes, Martes y Miércoles Santo que nos permitirán reflexionar en la importancia de la Semana Santa


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El Santo Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor es el punto culminante de todo el año litúrgico. Durante este periodo la Iglesia conmemora los grandes acontecimientos que jalonaron los últimos días del Señor. La segunda parte de la Semana Santa está constituida por el Triduo Pascual, que conmemora, paso a paso, los últimos acontecimientos de la vida de Jesús, desarrollados en tres días. El triduo surge como celebración de la fiesta grande de la Pascua, a partir de su vigilia, e incluye la totalidad del misterio pascual. Hemos de saber que la celebración anual de la Pascua es del siglo II. Originariamente el triduo estaba formado por el Viernes y el Sábado Santos como días de ayuno, lectura de la Pasión y Vigilia, junto al Domingo de Resurrección. Posteriormente entre los siglos III y VIII se añadió el Jueves, que era en realidad el último día de la Cuaresma y tiempo de preparación del triduo. La Cuaresma es en realidad un retiro de cuarenta días de preparación a la celebración de la Pascua. Debemos recordar que las celebraciones pascuales no sólo son veneradas por su antigüedad (siglo II), sino también porque se centran en el núcleo básico del cristianismo. El Triduo Pascual se abre con la misa in Cena Domini del Jueves Santo que nos trae recuerdos de la Última Cena del Señor con sus discípulos, en la que se reunieron para celebrar la Pascua, que para el pueblo judío representaba la celebración de su liberación del yugo opresor de Egipto. Es un momento fundamental para el calendario litúrgico y nuestra vida cristiana, es día de reconciliación, memoria de la Eucaristía: “sacramento de sacramentos y centro de nuestra vida cristianas y pórtico de la Pasión”. De las lecturas de ese día vemos a un Jesús modelo de humildad en el lavatorio de los pies a sus discípulos, recordándonos que Él vino a servir y no a ser servido. Todo el Misterio del Jueves Santo y del Triduo Pascual se contiene en las palabras de Juan (13,1); << Era antes de Pascua (judía). Sabía Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre (Pascua de Cristo); había amado a los suyos (entrega, Jueves Santo) que vivían en medio del mundo y los amó hasta el extremo (muerte, Viernes Santo). Estaban cenando (eucaristía, pascua cristiana)>>…En la eucaristía del Jueves Santo, la Iglesia revive la última cena de despedida de Jesús y celebra la caridad fraterna por medio de dos gestos; uno testimonial (el lavatorio); el otro, el sacramental (la eucaristía).

Fotografía: Enrique Martínez Gil

Jueves Santo es “conmemoración de la cena del Señor”, todas las lectura de este día evocan la entrega de Jesús, que cumple con el viejo rito de la antigua Pascua: la Primera Lectura, ofrece su cuerpo en lugar del cordero; la Segunda Lectura proclama el mandamiento del servicio (Evangelio).

Actualmente, al haber declarado Cáritas el Jueves Santo como <<Día del Amor Fraterno>>, tanto la institución de la eucaristía como la del sacerdocio han pasado, por así decirlo, a un segundo plano, sólo los fieles que participan en los oficios litúrgicos se dan cuenta del misterio que entraña este día. La visita a los “monumentos “que se instalan en nuestras iglesias y capillas es un modo de encuentro personal con el mismo Cristo expuesto para su adoración y que siempre nos espera dispuesto a escuchar nuestras alegrías, penas, planes y propósitos, terminando con la Hora Santa, cuando la noche del Jueves Santo se torna oscura con la oración del Huerto y el comienzo de la pasión de Ntro Señor Jesucristo. Hora Santa donde la meditación en silencio de la Palabra y otros textos bíblicos, oraciones de petición o de acción de gracias y breves revisiones personales de vida. Los oficios de este día son desplazados casi totalmente por las procesiones del catolicismo popular. Han decaído las devociones de las “Siete Palabras” y del “Vía Crucis”, actos típicos de la noche del Jueves ante el Monumento. La contemplación del dolor de Ntro. Señor comienza a estremecernos y nos prepara para comprender la profundidad de la Pasión del Señor. El Viernes conmemora la Pasión y Muerte del Señor. Dos documentos de venerable antigüedad (la Traditio Apostólica de S. Hipólito y la Didaskalia Apostolorum, ambas del siglo II) testimonian como práctica común entre los cristianos, el gran ayuno del Viernes y Sábado previos a la Vigilia Pascual y se centra en el Misterio de la Cruz, instrumento de suplicio y de muerte (madero), pero sinónimo de redención (árbol). Terrible Viernes Santo que nos habla de camino del Calvario, crucifixión y muerte. Antiguamente este día se denominaba al modo judío “parasceve” (preparación), y hoy es “celebración de la Pasión del Señor” y nos debe llevar a una gran y profunda reflexión en el Misterio de la Muerte del Señor. Valdrá mucho la pena que en el Viernes Santo leamos atentamente el Evangelio y reflexionemos seriamente sobre nuestra vida y la generosidad de Dios que da su vida por nuestra salvación. La actual celebración del Viernes Santo se desarrolla como desde el siglo IV, un oficio de la Palabra propio del día, con los elementos actuales: lecturas, oraciones solemnes, adoración de la Cruz y Comunión. Para nuestro pueblo, el Viernes Santo es un día de dolor, manifestado por dos figuras; el Nazareno y la Dolorosa. Con la muerte en cruz del Señor el mundo se cubre de tinieblas. Un momento


OPINIÓN

Con el sábado concluye la semana mayor. Del dolor y la oscuridad pasamos a ver a un Jesús deslumbrante, Rey de Reyes. Comienza la Pascua con el Domingo de Resurrección y llega a la Iglesia el momento cúspide en el calendario litúrgico. Jesús ha muerto por nosotros, pero ha resucitado abriéndonos las puertas del cielo. No es el Sábado Santo una jornada triste, el Señor ha vencido al demonio y al pecado, y dentro de pocas horas vencerá también a la muerte con su gloriosa Resurrección. Nos ha reconciliado con el Padre celestial ¡Ya somos hijos de Dios! Vigilia Pascual La celebración litúrgica de la Pascua del Señor se encuentra en los orígenes mismos del culto cristiano. Ya en el s.II, la Iglesia celebra una fiesta específica como memoria actual de la Pascua de Cristo. Por razones pastorales la Vigilia Pascual se ha adelantado en muchos lugares a la última hora de la tarde del sábado. Lo propio es que tenga lugar en la noche, cuando cronológicamente comienza el día tercero del triduo, el Domingo de Resurrección. Vigilia viene de “velar”, “estar despierto”. Vigilia es “noche de vela”. Desde muy pronto los cristianos celebraron la Pascua con una Noche de Pascua, vigilia nocturna de oración y espera en el Señor RESUCITADO. “Según una antigua tradición, esta es una noche de vela en honor del Señor y la vigilia que tiene lugar en la misma conme-

morando la Noche Santa en la que el Señor resucitó; ha de considerarse como la madre de todas las vigilias (S.Agustín). La Iglesia celebra esta vigilia con los sacramentos de la iniciación cristiana. Desde muy pronto se extendió la costumbre de la lectura de los grandes textos pascuales bíblicos como núcleo de la celebración. Se le dio también un carácter bautismal y se vió que era lo más propio para celebrar los sacramentos de la iniciación en esta noche. Hasta la reforma de Pio XII en 1955 se celebraba en la mañana del sábado. Los momentos fundamentales de la vigilia tal y como ahora la celebramos son: el Lucernario, con el fuego que se hace en la puerta de la iglesia, fuego que es bendecido y de donde se prende el Cirio, que irá recorriendo la nave central del templo, donde por tres veces el portador del cirio lo eleva y enseña al pueblo fiel diciendo: “Luz de Cristo”, respondiendo el pueblo: “Demos Gracias a Dios”. Los fieles van encendiendo sus velas y dándose la luz unos a otros, llegado el Cirio al altar donde tiene lugar el Pregón Pascual, continuando con la liturgia de la Palabra donde proclamamos y meditamos los grandes textos del Antiguo y Nuevo Testamento. Creación del mundo, sacrificio de Abrahám, paso del Mar Rojo y otros textos proféticos: en el Nuevo Testamento destacamos la carta a los Romanos y el Evangelio de la Resurrección; el canto del Gloria entre las lecturas del Antiguo y el Nuevo Testamento y del Aleluya -silenciado durante la Cuaresma-; y antes del Evangelio, liturgia bautismal y liturgia eucarística. Es el final del Triduo Pascual. La fiesta más importante del año litúrgico, es la parte central de todo el año. Es la fiesta de las fiestas, solemnidad de las solemnidades. La fiesta se prolonga 50 días hasta el día de PENTECOSTÉS.

Fotografía: Enrique Martínez Gil

de espera angustiado en la que la Iglesia nos pide que acudamos a Santa María Virgen de la Soledad, Madre de Dios y Madre nuestra, que ha recibido de José de Arimatea el cuerpo sin vida de su Hijo.


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Bicentenario de la muerte del Abate

D. Lorenzo Hervás y Panduro

Por Ángel Horcajada En el siglo XVIII, “siglo de las luces”, cuando los filósofos se encargaron de elevar LA RAZÓN a la categoría de absoluto, entronizándola, nace en Horcajo de Santiago -10 de mayo de 1735- (Libro 6º de Bautismos, folio 120, no 51) una de las cumbres y uno de los hombres más sabios que ha tenido Europa en dicho siglo. El mismo Lorenzo dice: “En el centro de la población, llamado Orcajo, está el terrón que al aparecer a la vida mortal, me recibió. Sin perderlo de vista crecía hasta el principio de la pubertad en el que fui trasplantado a Madrid y después a la Universidad Complutense” (Viage estático 11.287). Su vida, enteramente dedicada al estudio, la enseñanza y la pluma, marcó sus etapas en Villarejo de Fuentes, Madrid, Alcalá de Henares, Cáceres, Huete, Murcia, Cerdeña, Forli, Cesena, Roma; Barcelona, Horcajo de Santiago, Uclés, Cuenca, Cartagena y Roma. A los catorce años tomó la Librea de San Ignacio. Ordenado sacerdote en 1760, profesó solemnemente cuando tenía treinta y cuatro años. Cuando explicaba Filosofía en el Colegio de la Anunciata de Murcia, le sorprendió el decreto de Carlos 111 -21411767-, por el cual se expulsaba de España y sus dominios a la Compañía de Jesús (Antes habían sido expulsados en Portugal -1759- y en Francia -1764-). Tenía Hervás treinta y dos años, al embarcar, desde Cartagena, rumbo a Roma, para cumplir su largo exilio. El trascendental suceso de la “expulsión de los Jesuitas” definió la Vida de Hervás y Panduro e hizo posible que su Obra tuviera una grandeza imprevisible, y sin la expatriación de la Orden Religiosa, nunca habría logrado la madurez de su talento extraordinario.

Ya en Italia, se dedicó a la investigación científica, viviendo independientemente, sin complejos. Entonces es, cuando tomó el nombre de “Abate” (sacerdote sin vínculo alguno con ninguna orden monástica, sin cura de almas), viviendo como presbítero extranjero en Italia. Para subsistir, entra al servicio del Marqués de Chini, de quien fue Capellán, secretario, consejero, ayo de sus hijos. A partir de 1783, vivió en el famoso Colegio Romano, excepto la breve temporada de su estancia en El Quirinal con el Papa Pío VII, desempeñando el cargo de Bibliotecario, siendo su confidente y consultor. LA OBRA de HERVÁS provoca asombro y vértigo: más de 130 obras publicadas, 18 manuscritos inéditos, datos de más de 300 lenguas. Compuso por sí mismo la Gramática de más de 40 idiomas, y fue el primero, así lo dice Max Muller, en sentar el principio más fecundo de la ciencia filológica. No en vano, Menéndez y Pelayo afirma que “supo más que otro hombre alguno del siglo XVIII, y lo enjuicia diciendo que es padre de la filología comparada y uno de los primeros cultivadores de la Etnografía y de la Antropología”. Laverde Ruiz dijo que fue “padre de la Lingüística y de la Etnografía, metafísico, fisiólogo, astrónomo, historiador, filósofo, teólogo, antropólogo, geógrafo”. Sus escritos, según el Padre Portillo, están clasificados en: “enciclopédicos, teológicos, matemáticos, médicos, geográficos, lingüísticos y sueltos”. Las Obras que más fama le han dado son: Idea del Universo, 22 vol. 1778-1792, Historia del hombre, 8 vol. 1789-1799, Viaje estático al mundo planetario, 4 vol. 1792-1794, El hombre físico, 2 vol. 1800, Catálogo de las lenguas, 6 vol. 1800-1805, Catecismo de la doctrina cristiana, 1790


Fotografía: Antonio Abarca Contreras

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En el siglo que le tocó vivir, “el de la Ilustración”. Hervás sintió la gran llamada del progreso, estudió y cultivó con agrado, las ideas modernas; compenetró su amor al futuro con la tradición de la doctrina católica, en la que encontró la auténtica fundamentación de un proyecto ambicioso y constructivo, caminado a perfeccionar la sociedad humana, según las directrices de la auténtica ilustración cristiana española, sustancialmente distinta a otras ilustraciones europeas. Participa de la ebullición de inquietudes ilustradas, pero desde su peculiar óptica cristiana. Frente al pensamiento ilustrado anticristiano, no se contenta con una defensa puntual, sino que planta un audaz contraataque al explicar, con exhaustividad, la necesidad de que la Religión Católica tenga una trascendencia social que conforme la actuación de los hombres con su dignidad natural y, por tanto, con la voluntad de Dios. Como vemos, su brillante actitud científica y religiosa, no ha perdido fuerza, sino todo lo contrario, es un vivo referente para nuestros complejos tiempos que nos toca vivir. Pues, todos sabemos que estamos inmersos en una cultura “con Dios al margen”. Hoy, la economía, la política, las instituciones, el ocio, la misma ética, la cultura, la familia y la educación se están emancipando de la tutela religiosa, y se rigen “como si Dios no existiera”. Y lo que es más preocupante: “el eclipse de Dios, la increencia, sobre todo, en las nuevas generaciones”. HOY, que en España, “las voces y cultura de la muerte” resuenan con fuerza, D. Lorenzo Hervás y Panduro, ilustre antropólogo, ya fue, en su larga etapa de exilio, pionero de la cultura de la vida, con su Obra educativa, tanto física, moral y científica, y su nítido criterio sobre “los derechos humanos, el trabajo, la dignidad de la mujer y la defensa de la salud de los niños”.

Leyendo “Viaje Estático al Mundo Planetario”, donde Hervás, ya en espíritu, se hallaba en el mundo del Sol, Mercurio, la Luna, Venus, Marte, Urano, Saturno, podemos decir que fue precursor de “Viajes Espaciales”. También lo fue del valor excepcional “del Juego Infantil”, ya que “toda especie de juegos sirve para descubrir el genio, pasiones e inclinaciones de los niños, y descubren lo que piensan, desean y lo que son”, según nos dice él. Su libro “La escuela española de sordomudos”, o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español, fue el cimiento y la base fundacional de la “Primera Escuela de Sordomudos”. La enfermedad minó su espíritu activo, a partir de 1806, cayendo en cama, hasta su muerte, el 24 de agosto de 1809, a los 74 años de edad, en el Colegio Romano. “Quien había vivido racional y santamente -dice el P. Raimundo Diosdado Caballero-, no podía acabar sino en la muerte del justo, recibiéndola con resignación cristiana y ejemplar”, siendo sepultado en la Iglesia del Jesús, o en la del Colegio Romano, según el P. Portillo. Ambos coinciden que lo enterraron en la sepultura de los sacerdotes, al lado del Evangelio, del Altar Mayor. “Si el habla del hombre dura tanto cuanto duran sus escritos” dijo un pensador-, el habla, el alma de Hervás y Panduro pervive en su vasta Obra, digna de ser revalorizada, para que no se duerma en el olvido ya que él se atrevió, en el exilio -siglo XVIII- a apostar por España. Termino este artículo, como homenaje a mi paisano en el Bicentenario de su muerte, con las palabras de Fermín Caballero “… si entró jesuita sin vocación verdadera, sin ella supo ser jesuita perfecto”


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Lucas Aledón Por Pedro Romero Sequí No es fácil glosar las complejas trayectoria, personalidad y ejecutoria de este fascinante poeta, nazareno conquense, a cuya estampa venimos todos tan acostumbrados. Más complicado resulta todavía condensarla en unas líneas. Viene a ser algo así como poner orden en un desván en el que no sabemos cómo ni por dónde empezar. A Lucas Aledón –José Luis para los íntimos- llegó a compararlo el gran Camilo José Cela con “un gran armario ropero: todo le coge.” Su complejidad culterana, exagerada y sin límites, deviene expresión de un desbordarse continuo que comienza por sus inopinados apariencia y aspecto y acaba por sus sensibles costuras interiores que se cuida esconder tras la conversación ancha, a propósito tosca y cautivadoramente desgarbada. Vamos a intentarlo. Merece por méritos propios ocupar un destacado puesto en la galería de raros de nuestra ciudad y, por supuesto, de su semana santa. Más aún, ocupa lugar preferente entre los insólitos de nuestra tierra y sus gentes, cuyos valores y peculiaridades se manifiestan en las fechas entrañables como en ningunas otras. Durante décadas, supuso el perejil imprescindible de todos los guisos nazarenos –también de los literarios y artísticos, pero ahora nos ceñiremos a aquéllos. Tiempos hubo en que no podía imaginarse pregón, procesión, junta, cena o función cofrades por donde antes o después dejaran de asomar sus barbas interminables, anticipo de su barriga y cuerpo enormes. Aparecía, eso sí, siempre tarde, gesticulante, profiriendo exabruptos y lanzando toses resultado del último resoli y el cigarro apurado atropelladamente tras Casa Botes o la taberna más cercana al evento en ciernes. Lucas Aledón, que pertenece a esa última generación de los que nacían en casa, vino al mundo en Calderón de la Barca, calle entonces de ajetreo comercial y diario, un 9 de marzo de 1946. Farmacia Benítez, comestibles Jiménez, confitería Arrazola, muebles Vera o coloniales Arquero componían, entre muchos más, la escenografía en que se desarrolló su infancia. Y como no, la sastrería –en sus años también mercería- que fundara su abuelo Cecilio Lucas –carlista a su momento y teniente de alcalde después- y que abría sus


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Fotografía: Francisco Javier Navarro Arias

puertas bajo la vivienda familiar. Sus primeros recuerdos son los de las visitas de familiares y amigos que llenaban su casa en semana santa para presenciar los desfiles desde sus privilegiados balcones. Allí acudían los Pozo, los Sáiz Jaén y tantos y tantos otros entre los que no faltaban las oficialas y costureras del negocio familiar. En este establecimiento se cortaban y cosían –según él y también la prensa de la época- las mejores túnicas de entonces y que no han llegado a nosotros porque, según costumbre, acaban de mortaja de sus difuntos. Carmen Román, la última de nuestras grandes sastras de la semana santa, que se formó y trabajó en el reconocido taller, se encontraba entre ellas. Muy pronto, con dos años y “en la fila de en medio como debe ser”, comenzó a salir en el Paso de la Caña. Es la hermandad de su familia paterna –“desde mi tatarabuelo Lorenzo, el Tío Placilla”- y por la que siente verdaderas pasión y devoción. En ella se integraban no pocos vecinos de esa calle, poblada entonces por toda una saga de industriales y comerciantes; muchos, contratistas del ramo de la madera, que nutrían con sus largas colas las siempre pequeñas y selectas filas. Aurelio Martínez, Rafa Pérez, Pepe Rubio, Jesús el de la Toledana... eran sus primeros compañeros de correrías por la procesión a los que muy pronto se incorporarían Pepe Madero, Jesús Tolosa y los Cubells ya de mozalbetes. “Las mantas” -dice“las mantas de agua que nos caían un jueves santo tras otro” son su recuerdo imborrable de entonces. También el reencuentro con su madre Adora –que salía descalza tras la Soledad del Puente- en los descansos de la Plaza Mayor. La Caña es la hermandad de su infancia y de toda su vida. En ella sería joven bancero, inolvidable capataz y representante hasta no hace mucho en que colgara los hábitos. En justa reciprocidad, la hermandad le vuelve la sagrada imagen año tras año al alcanzar la procesión el balcón de su hermano Paco, en la calle de las Torres, en rendido homenaje al que el poeta, símbolo egregio entre sus cofrades, responde contenida pero inevitablemente emocionado. “Es que La Caña es una hermandad sin igual” –añade- “cuya amistad, confraternidad y camaradería solo conocen los que pertenecen a ella, y sólo ellos saben a lo que me refiero: a ese ambiente inigualable, sin parangón en la semana santa conquense.” Ahora sigue acudiendo a su puesta de andas y a la posterior cena que constituye todo un derroche de compañerismo y sana algarabía en la que no faltan los poemas de Lucas, los ripios de Madero, la alegría de los jóvenes, las lágrimas de los viejos y los cantos y chanzas de todos, con clarines, bombo y platillos incluidos. Tras esta hermandad, y de la mano de su padre excombatiente, pasaría a engrosar las filas, primero, y el banzo, después, de san Pedro Apóstol “único paso” –recuerda- “que no disponía de capataz: Manuel Alós, con su mano metálica aporreando el banzo, se bastaba para pararlo y levantarlo.” Compartía horquilla con los jóvenes Félix Romero y Martín que recogían el testigo de veteranos como su propio padre, Santiago Cohete, los Guaita, los Sanz o los Se-

quí. Por aquellos años, resultaba agotador el esfuerzo pues la mole escultórica hacía el recorrido completo, saliendo de san Esteban y volviendo al mismo templo. No resulta difícil imaginar el tremendo disgusto que para su padre –de firmes y conocidas convicciones tanto religiosas como políticas- supuso el ingreso del poeta en la militancia socialista cuando ello suponía navegar contracorriente familiar y social. Tardaría casi una década en abandonarla, con el consiguiente respiro de su progenitor, y quién sabe si quebranto de un prometedor ascenso en la cosa pública cuando su ideario comenzaba precisamente a imponerse en las instituciones y la sociedad de la época. Entre tanto, o mejor mucho antes, los hermanos Benítez –Luis, principalmente- se habían encargado de inscribirlo en san Juan Bautista –del que fue Secretario con tan sólo 17 años- y en el Jesús de las Seis, en cuya directiva llegó a figurar como Vocal a pesar no haberlo hecho nunca en sus filas, prefiriendo siempre salir como clarín en las Turbas. De la primera hermandad –“del Borrego”, en expresión castiza- desgrana anécdotas sin cuento confirmando su bien ganada fama de rebeldía y ponderando sus muchos años como capataz, cuando su celebrado “¡que no lo bailís!” suponía precisamente la contraseña para que los banceros se dieran a menear el santo con todo el ímpetu del que eran capaces. O aquella otra no menos sandunguera de “¡a favor del aire!” que aún sigue escuchándose como arenga cuando el paso “va como una seda.” Cuando la edad se lo permitió, contribuyó a ensanchar la tradición “turbera” que hasta entonces se circunscribía a apenas un puñado de familias. De la madrugada de viernes santo recuerda la impaciente espera a las puertas de El Salvador a que salieran los devotos –entre ellos su padre- de la Adoración Nocturna, momento en que los turbos, muy respetuosamente y disimulando resolis mañaneros, accedían al templo para dar las primeras clarinás a todas y cada uno de las imágenes que momentos después saldrían en procesión. De estas madrugadas desmenuza, aderezada de incontables anécdotas, una retahíla de compañeros de perenne memoria: Requena, Muro, Chicote, Pedrito Alegría, Machetti, Benedicto, los Cebrián, los Pardo, los Zomeño o los Rodríguez. Y cómo no, de miembros de las familias tradicionales: Plantas, Patacos y Pantaleones con los que, por circunstancias matrimoniales y bien pronto, llegaría a emparentar directamente. Todo ello sin olvidar al capataz José Antonio Molina o al veterano y omnipresente Fernando Muñoz. La noche la había pasado en vela, empalmando el Paso la Caña, y sirviéndose de su uniforme –deshaciéndose del cartón del capirote que tiraba al Júcar- para ir a recoger a los Hermanos Mayores y al correspondiente gasto. Tras la procesión de la madrugada venía otra de sus hermandades familiares: el Cristo de la Agonía, que es una de las imágenes que, junto al Ecce Homo de san Miguel, más le impactan de toda nuestra semana santa y por la que siente


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especiales debilidad y predilección. Tras último esfuerzo como congregante de la Soledad y la Cruz, la imprescindible visita a la Virgen de las Angustias en su santuario, suponía el broche de oro con que culminaba año tras año la agotadora semana de este nazareno infatigable en sus años mozos. “He hecho de todo: de capataz, de pregonero, de guión, de velero... Menos torear en la novillada del domingo Resurrección, de todo” –concluye chocarrero. A todo esto, Lucas Aledón se había consolidado como notable literato y poeta de su época. Impulsado por sus principales mentores, el canónigo Aristeo del Rey y el gran Federico Muelas, había conseguido publicar su primera obra: “Dormido en el Pasado” a la que siguieron otras, así como innumerables poemas, trilogías o antologías, salpicadas de incontables colaboraciones en toda revista, periódico o publicación conquense que se preciase. De manera que, en 1980, ocurrió lo inevitable: a pesar de todas las conjeturas y avisos en contra por su notoria y rebelde heterodoxia, resultó designado tras no menor polémica –el apoyo del alcalde Andrés Moya debió resultar definitivo- como pregonero de la semana santa conquense. Nada más confirmarse la decisión, el elegido sorprendía a todos anunciando que su pregón tendría lugar en la antigua iglesia de san Miguel y no en la Casa de la Cultura como hasta entonces. Ni qué decir que a los bienpensantes gustó poco lo uno y lo otro. No obstante, concluido el pregón, que había levantado expectación nunca conocida, toda prevención inicial se deshizo como azucarillo, coincidiéndose clamorosamente en la brillantez y calidad literaria por el autor alcanzadas. También se elogió el acierto del nuevo escenario escogido que, de hecho, sigue manteniéndose en nuestros días. Tantas fueron las muestras de cariño y respaldo recibidas de los nazarenos de Cuenca, que nuestro resuelto protagonista, ni corto ni perezoso, decidió apuntarse ¡a todas las hermandades!, en un gesto sin precedentes que aún sigue asombrando a cualquiera. Continuaron las colaboraciones y las publicaciones, sumándose a ellas las tertulias radiofónicas -“Luz de Tulipa”, dirigida por Pedro Eduardo Pérez, fue la primera- y de toda índole como las célebres de “Don Cubata”, que se combinaban con sus desvelos continuos por las hermandades y todo lo relacionado con ellas. Un año hasta nos sorprendió en Televisión Española acompañado de conocidos y peculiares turbos, en el programa de la mismísima Lola Flores a la que dejaba boquiabierta desvelándole, siempre pronto a los tacos y las palabras gruesas, la fórmula secreta del resoli -“lleva aguardiente, café, canela y otros especímenes”- al tiempo que sus compañeros hacían sonar clarines y tambores en aquella disparatada y entrañable velada televisiva que aún se recuerda entre carcajadas. Del quehacer de aquellos años que, forzosamente, hemos de resumir, nuestro poeta y protagonista de este artículo no deja de destacar los desvelos por recuperar el paso de la Santa Cena para los desfiles conquenses y la llamada que el grupo de promotores, desde

el teléfono de Casa Botes u otro cercano, hizo al obispo –el bueno de Guerra Campos- quien al instante y para asombro de los tabernarios solicitantes les concedía inmediatamente audiencia. Tampoco pasa por alto su admiración y recuerdo, de reconocimiento hondo y profundo, a tantos y tantos nazarenos como ha conocido y entre los que no duda en destacar –con la libertad que confiere el haber alcanzado cierta edad- a Luis Villanueva “El Calalo”, Antonio Aguilar “Pataco”, Mariano L. Évole, Nemesio P. del Moral o los ya mencionados Santiago Cohete, José María Muro, José Antonio Molina o Fernando Muñoz. Su lista sería interminable, como puede suponerse. Todos ellos ya fallecidos, todos ellos recordados. Con ellos, un día que deseamos lejano, compartirá túnica celestial –algo más ancha, eso sí- nuestro protagonista, cofrade, poeta y personaje singular que hoy nos ocupa: José Luis Lucas Aledón, nazareno insólito, sin par. A modo de estrambote que agradecemos, su autor nos obsequia con la última de sus composiciones, inédita por tanto y expresamente creada para la ocasión. Se titula La Virgen pasa por la callejuela del Peso y dice así: Por calle tan estrecha, lucero triste de la mañana, Reina de la madrugada con el dolor de callado llanto. Lágrimas, fugaces estrellas, en tus mejillas resbalan en el corazón, traspasadas por siete filos de dagas. El guijo incierto pisa el descalzo bancero, en su hombro soporta las angustias, que oprimen sollozos en tu garganta y llantos en sus deseos En tus manos de plata pura la blanca espuma del pañuelo enjuga lágrimas tuyas. Piedras de la callejuela se hacen en arena serena donde queda la huella de tu paso acongojado por el Hijo en escarnio que lento camina, cuesta abajo hacia la cruz sobre el otero.

José L. Lucas Aledón


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Jesucristo: Amor y Perdón Por Antonio Carrasco Huertas. Secretario de la Hermandad de la Virgen de las Angustias Jesucristo a largo de su vida siempre dejó tras de Sí el Amor y el Perdón, incluso en su Pasión y Muerte en la Cruz. Haré una disertación de estos dos hermosos vocablos, Amor y Perdón. Me voy a detener en el Amor en la Familia : La familia es el espejo en el que Dios se mira al hacer sus dos milagros más bellos: el de dar la vida y el de inspirar el amor. Ayer, hoy y siempre la familia es y debe ser corazón. Corazón de la sociedad, corazón de la humanidad, corazón de la vida. Estas palabras no son otra cosa que la explicación de cual es el fundamento de la familia: el Amor. Pero el amor de la familia, del matrimonio no es un amor cualquiera, no es ese amor que constantemente los medios de comunicación nos quieren hacer ver. Ese es un amor pasajero, un amor de días, un amor de relámpago que igual que en un instante ilumina la noche se apaga. El amor que fundamenta la familia es un amor con mayúsculas porque ese amor procede de Dios, fuente misma del amor. Es el amor mutuo entre un hombre y una mujer que tiene como uno de sus fines el regalo de la vida. Un amor exclusivo, un amor que como dirá San Pablo disculpa sin límites, cree sin límites, aguanta sin límites. Un amor que no pasa nunca. Es la expresión del amor de Cristo a su Iglesia. Y si se tiene que parecer a este amor significa que, como el de Cristo, debe ser un amor que no tiene fin, un amor sacrificado, un amor que es entrega total. Por eso, el amor que fundamenta a la familia es una entrega generosa que no es estéril sino abierto a la fecundidad, a la vida. Es un amor que colabora con Dios en la creación trasmitiendo la vida. Un amor cerrado infecundo es un amor egoísta que no procede de Dios. Es un amor humano. Pero la familia, fundamentada en el amor, la familia como célula de la sociedad y como Iglesia doméstica se ve cada día más avanzada. Está tentada y combatida desde muchos frentes que, por desgracia, no siempre sabe superar como si de una enfermedad se tratara. Pero la mayor enfermedad que sufre hoy nuestra sociedad, no es ni el cáncer, ni la lepra, ni la tuberculosis, como diría la Madre Teresa, sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad; la terrible indiferencia hacia nuestro prójimo, asaltado por la explotación, la corrupción, la pobreza o la enfermedad. Vivimos en una sociedad deshumanizada, egoísta y materialista, que cambiaría con solo llevar a la práctica la frase que una hermana nuestra, que no dudo estará gozando de la Mesa Celestial, nos dejó antes de partir al Padre: “El amor se siembra a fondo perdido”. Qué frase más bonita y sencilla, y sin embargo que difícil es hacerla realidad. Pidamos a nuestra Madre de la Luz que nos impulse con su ejemplo que nos ayude a pedirle al Señor, como el ciego del Evangelio, “Señor que pueda ver”. Que ella nos ilumine con su luz para que el Señor nos pueda decir : • Dichosos vosotros que os amáis y ponéis el amor por encima de la riqueza, porque seréis los mas afortunados de la tierra.

• Dichosos porque os amáis aun en medio de las pruebas y dificultades, porque vuestras lágrimas compartidas se convertirán en lluvia de gracia y misericordia. • Dichosos vosotros que os amáis con un amor abierto a la vida porque vuestros nombres pervivirán en el corazón de los hijos y en el de los hijos de vuestros hijos. La otra palabra es Perdón. Qué difícil palabra de pronunciar por los hombres a pesar del grandioso testimonio que de ella nos dio Jesús, cuando clavado en la Cruz. De las siete palabras que pronunció, la primera fue: “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Acaban de clavar sus manos y sus pies. Acaban de levantarle en el madero a la vergüenza del mundo, tras una jornada inacabable de padecimientos. Todos os hacéis una idea del dolor de Jesús, y sería casi una profanación el intento de consumir nuestros minutos en la descripción literaria de este espectáculo lastimoso ¿Es Cristo el que más ha sufrido entre los hombres a lo largo de la historia? En cuánto al sufrimiento moral sin duda. En cuanto al sufrimiento físico no lo sé. Pero sé que ha sufrido como el que más, que ha bebido hasta los bordes la copa de hiel del dolor humano, de la incomprensión humana, del acoso humano, del desamparo humano, de la crueldad humana. Y sin embargo pronuncia esta primera palabra “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Para alcanzar toda la dimensión de esta palabra sublime, alarguemos un poco la mirada; no nos detengamos en los episodios de aquel día, de aquel Viernes Santo. ¿Qué es lo que contempla el Señor a sus pies, desde su trono horroroso, cuando se dirige al Padre con este espíritu increíble de compasión y de perdón? He aquí que como dice el Evangelista San Juan: “Jesús vino al mundo para salvarlo y el mundo no le conoció; vino a los suyos y los suyos no le recibieron”. Y sin duda mis queridos hermanos, en esta abominable aversión del mundo, en esta ceguera inconcebible de los suyos, estamos comprendidos todos. El panorama que abarcaban los ojos del Señor comprende todos los tiempos, entonces y ahora y hasta que Él vuelva vencedor de la muerte. Las palabras del Señor, cuando acentúan este “no saber lo que se hace” están cargadas de verdad; no sabemos lo que hacemos; si lo supiéramos, no dejaríamos pasar con tal descuido, con tal desprecio al Señor que nos salva. No quisiera pasar por alto otro hecho relevante de los muchos que han ocurrido a lo largo de la historia del cristianismo, me refiero al primer mártir de la iglesia cristiana, Esteban el diácono, cuando muere acosado por la pedrea de los enemigos levanta los ojos al cielo y fijándose en este mismo Jesús que acaba de decirnos su palabra sublime, dirá a su vez: “Señor, perdónales, no les tengas en cuenta este pecado”. Mis queridos hermanos, para que en esta palabra misteriosa tome el máximo relieve el vocablo emocionante “perdónales”, pidamos de veras al Señor, todos, porque si no lo pedimos, es señal de que ya estamos irremediablemente ciegos; si el hombre no siente su vacío y su insuficiencia, jamás encontrará a


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Dios. Pidámosle al Señor, que si hemos de ser muchas veces de los que no saben lo que hacen, si somos ignorantes, sea nuestra la ignorancia humilde del que busca, y nunca la ceguera culpable del que se autojustifica. Terminaré con algunos pequeños versos que me he atrevido a escribir para algunos Pasos de Nuestra Semana Santa DOMINGO DE RAMOS : “PROCESIÓN DEL HOSANNA” En un pollino montado triunfante entraba Jesús en la ciudad de Jerusalén, y el pueblo que ahora lo aclamaba, el día de Jueves Santo a Pilatos le pedía, que lo crucificara. María estaba feliz, viendo como a Jesús el pueblo lo vitoreaba, sin poder llegar a pensar que poco tiempo después, y tratándolo como a un criminal pedían que lo mataran.

AL SANTÍSIMO CRISTO DE LA VERA CRUZ : Jesús desde la Cruz siete palabras pronunció, en ellas nos perdonó, al buen ladrón, al Paraíso lo llevó, a María por Madre nos dió y al Padre le preguntó : ¿Por qué me has abandonado? Y a punto de expirar sed de Almas Él tenía, y comprendiendo que todo estaba cumplido al Padre se encomendó, entregándole su Espíritu.

San Juan bautizaba a Cristo con agua del río Jordán aunque decía ser indigno de a Jesús poder bautizar y a las gentes les decía: Él os bautizará con Espíritu Santo para así poderos librar del Pecado Original

Fotografía: José Andrés Jiménez

AL BAUTISMO DE JESÚS :


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Domingo deResurrección Domingo de gran alegría. Túnicas blancas, bonetes, los niños con algarabía, acompañan a su Virgen del Amparo que al encuentro de su hijo camina, aún dolorida. Por la calle de los Tintes, y después por la del Agua caminas madre del alma todavía enlutada. ¡Vamos banceros deprisa! Llegad pronto hasta el encuentro, allá en la Plaza de Cánovas, que quiero ver a mi hijo, a mi tesoro del alma. Y por fín Señora Mía se te ilumina la cara tienes enfrente a tu hijo, se ha cumplido su palabra. Fuera ese manto tan negro y que vuelen las palomas ¡que Jesús ha resucitado!

Fotografía: Antonio Abarca Contreras

Esmeralda Iniesta Torrecilla



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Semana Santa de la Provincia

Honrubia

Cofradía de la Virgen de las Angustias Por Juli Hortelano García. Presidenta de la Cofradía de la Virgen de las Angustias de Honrubia Esta cofradía nace en el siglo XX, año 1991, a raíz de una conversación de un grupo de mujeres de Honrubia.

cofrades, cada uno colabora anualmente con una cuota de nueve euros, con lo que vamos sufragando todos los gastos que tenemos.

La Semana Santa de nuestro municipio está formada por cuatro cofradías: Jesús Nazareno, el titular, y sus pasos Jesús Medinaceli, Amarrado y Jesús con la caña; el Santo Sepulcro (titular) y el Cristo; La Dolorosa con el paso de la Virgen de la Esperanza y por último la Virgen de las Angustias, a la que nos referimos en este artículo.

Hoy en día casi todo está hecho, pero al principio todo eran gastos porque no había nada. Hemos adquirido andas, estandartes, guiones, cetros, imágenes, faroles,… Esperamos que con la colaboración y participación de todos podamos seguir mejorando para que nuestra Semana Santa sea cada día más brillante.

Dichas imágenes son llevadas a hombros por miembros de la cofradía, el Jueves Santo a San Juan y Viernes Santo a la Virgen de las Angustias.

La semana de pasión en Honrubia comienza el Domingo de Ramos con el desfile de la Borriquilla, que es portada por todas las cofradías, continuando el Miércoles, Jueves y Viernes Santo para finalizar el Domingo de Resurrección con el Resucitado, siendo también portada por representantes de todos los nazarenos.

San Juan es portado indistintamente por hombres o por mujeres. Mientras que la Virgen, por su elevado peso, es portada por 32 hombres. Nuestro uniforme se compone de túnica morada; capuz, guantes y cordones blancos y el escudo correspondiente. Somos un total de 190

Como anécdota decir que nuestro San Juan porta en los últimos años una palma bendecida por el Obispo de la Diócesis en la Procesión del Hosanna de Cuenca.



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Fotografía: Enrique Martínez Gil

OPINIÓN


Fotografía: Enrique Martínez Gil

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El Concierto del Huerto deSanEsteban cumple20años Por Rafael Torres Muelas

En este 2010, el tradicional Concierto de Marchas Procesionales con la Banda de Música de Cuenca cumplirá veinte años de vida. Sí, veinte cuaresmas han pasado ya, desde aquel 8 de marzo de 1991 en el que tuviera lugar la primera edición del mismo, como un acto más de celebración, dentro del marco del quincuagésimo aniversario de la reaparición de nuestra cofradía tras la guerra civil. Debido a la magnífica respuesta del público, se dispuso su implantación para años sucesivos eligiendo una fecha permanente para ello: el concierto tendría lugar el viernes anterior al Viernes de Dolores. A lo largo de estas veinte ediciones, esta agrupación musical ha sido elegida para que estrenaran, año tras año, concierto tras concierto, la práctica totalidad de las marcha que los distintos autores componían para las hermandades de la Semana Santa conquense. Al oír estas composiciones, los nazarenos sentimos una sacudida emocional en la ruta del alma, ya que rápidamente se nos viene a la memoria el desfile de nuestros pasos por las calles de Cuenca, desde la ciudad llana hasta allí por donde las calles se encrespan en pronunciadas subidas, para terminar rindiéndose, al fin, como bellos ríos urbanos, en el mar de la Plaza Mayor, lugar con especial encanto donde convergen todos los itinerarios de la Cuenca Histórica… Horas de emocional vivencia, en las cuales las imágenes, a hombros de los banceros penitentes, imprimen el ritmo de su espíritu fervoroso y arrepentido, guiados por los poemas sinfónicos de nuestros músicos. Conciertos en esta iglesia de San Francisco, templo parroquial de San Esteban, tan cargada de vivencias y religiosidad, sobre los vitrales, con su arco triunfal con perfiles de viejo relicario…


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La grabación tuvo lugar en el, recientemente inaugurado, Paraninfo de la UCLM. Espacio perfectamente adaptado en lo que antiguamente fue el teatro y cine del edificio de los Padres Salesianos. -Edificio emblemático de la ciudad, construido en el año 1968, y que fue durante muchos años paradigma de la enseñanza y de la educación en nuestra ciudad. Tras la marcha de los salesianos, permaneció abandonado hasta que fue adquirido por la UCLM para incorporarlo al Campus de Cuenca-. La grabación se llevó a cabo durante los meses de diciembre y enero, de forma altruista y marcadamente desinteresada por parte de los componentes de la Banda, que sacrificaron su tiempo durante cinco días para hacer posible este trabajo. -Particularmente creo que todavía no se ha valorado debidamente el gran servicio que presta a Cuenca esta agrupación musical, integrada por hombres y mujeres puramente vocacionales, que ponen en su trabajo una pasión y un entusiasmo sin límites, con el único afán de superarse día a día al servicio de la música y de su ciudad. El preceptor artístico del proyecto ha sido el director de la Banda de Música de Cuenca, Juan Carlos Aguilar Arias, que asombra por su perfecta y hábil flexibilidad en la dirección, dejando patente su peculiar impronta y estilo propio, a los que debe sumarse su arrolladora valía personal, tras la que se esconde, quizás, la dilatada estirpe de la que provienen sus innegables “genes nazarenos.”

La gente de edad escucha en silencio…, muchas veces con los ojos cerrados o con la mirada perdida, dejándose llevar por los recuerdos que traen a su memoria, nota tras nota, melodía tras melodía, haciendo pasar por su mente el desfile de su vida nazarena…

Fotografía: Antonio Abarca Miota

Distintos son los gestos de los jóvenes y de los niños. Ellos con sus ojos bien abiertos intentan que no se les escape ni el menor de los detalles. Están ansiosos porque llegue el Domingo de Ramos, y estos acordes les avisan que ya está cerca, muy cerca. Pero volvamos a las marchas procesionales, verdaderas protagonistas de estas dos décadas de conciertos de nuestra hermandad. Son ya un buen puñado de marchas las que, año tras año, se han ido estrenando, por lo que hemos creído conveniente y acertado que, a modo de reconocimiento hacia nuestros músicos, por su vital aportación a la Semana Santa de esta ciudad, y en particular a la Banda de Música de Cuenca, reunir en una grabación todas aquellas obras que se han ido estrenando con el devenir de las distintas ediciones de nuestro concierto y ponerla a disposición del mundo nazareno o simplemente a los amantes de la música, para su uso, disfrute y divulgación, en un CD conmemorativo de la Vigésima edición del popular concierto de marchas procesionales de la V. H. de Jesús Orando en el Huerto -de San Esteban-. Para la realización de este proyecto hemos contado con la … colaboración del Patronato de la UCLM, según acuerdo suscrito, en base al interés cultural y el nazareno del mismo, entre la Hermandad y el Vicerrector del Campus Universitario de Cuenca, José Ignacio Albentosa, en reunión mantenida allá por el mes de mayo del pasado 2009.

Este nuevo CD establece un nuevo trabajo discográfico cargado de singularidades, debiendo destacarse que entre las obras elegidas para el mismo, casi todas ellas son estrenos que vieron la luz en el decano de los conciertos de marchas procesionales de nuestra ciudad; otras han sido recuperadas felizmente, por Juan Carlos Aguilar, del baúl de los recuerdos; a estas habría que añadir el “detalle” del canto del Pange Lingua en una de las piezas por parte del maestro “Herminio”. Para todos aquellos amantes y coleccionistas de este tipo de melodías, se pone en curso otro álbum inédito y apasionante, que al ser puesto en circulación de forma venal, se podrá adquirir en carácter de donativo simbólico. Así es, por deseo expreso de todas las partes implicadas en el proyecto: UCLM, Hermandad de Jesús Orando en el Huerto -de San Esteban-, y la propia Banda de Música de Cuenca. La recaudación será destinada a la Asociación Cultural “Ayuda a Cité Soleil” para contribuir a paliar, en la medida de nuestras posibilidades, la catástrofe producida en Haití, como consecuencia del terremoto sufrido en el mes de enero. Informar que esta asociación fue constituida en el año 1988 como ONG sin ánimo de lucro, con el único fin de dar atención a niños, mayores y ancianos que quedan totalmente indefensos. Encargándose de esta labor las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, donde la religiosa conquense, Milagros Caballero, se encuentra al frente de este servicio desde hace más de treinta años. Y con este anhelo hemos generado, en la Hermandad, la grabación de este CD. Que este lenguaje musical con sus sinfonías, lánguidas y tristes sirvan para el recogimiento y la reflexión subrayando el valor dramático de lo que están ilustrando y escenificando: “LA PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO POR LAS CALLES DE CUENCA”.


Fotografía: Martínez Gil Fotografía: Enrique Archivo Hermandad

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FotografĂ­a: Antonio Abarca Contreras

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HABLAN LAS HERMANDADES

Por María del Coral Clemente Ruiz Señor Presidente y hermanos de la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad del Puente: Agradezco la oportunidad que nos brindan a todos los jóvenes conquenses para sentirnos pregoneros de nuestra Semana Santa. Por ello, tengo que confesar el inmenso gozo por contar el trocito de nostalgia nazarena que llevo dentro de mí. Precisamente, fueron esas añoranzas las que me trasladaron al interior de la iglesia de El Salvador. El próximo Viernes Santo hará un año que ocurrió. Pensaba, en esos instantes, que por fin vería cumplido mi sueño; pronto acompañaría a Jesús “Camino del Calvario” y sentiría la turba cercana a mí, con su estruendo adormeciéndome los oídos. Noté que aquella sensación era mucho más fuerte que la que había imaginado años atrás. ¡Era genial! Muchas veces había intentado salir en esa mañana. “Eso es una locura, es una procesión para mayores“, zanjaba mi madre cuando se lo planteaba. Pero en esta ocasión, no sé si por cansancio o por la confianza que ella veía en mi misma, la convencí, aunque mostrase preocupación mientras me revestía con la túnica: “Ten cuidado, no te despistes”. Apenas tenía tres años y ya sentía la Semana Santa de mi ciudad. Más tarde, mientras se acercaba mi adolescencia, con mis días de niña contados, la veía pasar, cada año, junto a mi familia. Elegíamos el mirador de San Andrés. Para mí era el mejor sitio. Desde allí parecía que tocabas las imágenes y que acariciabas con la mirada la policromía de todas las tallas. Aún guardo el recuerdo del escalofrío que me produjo la belleza del Ángel en el “Miércoles del Silencio”. Notaba que me miraba cautelosamente sin hacer el mínimo gesto. Luego, imaginé el cariño con que las manos de Marco Pérez modelaron esta imagen. También desde allí, pude ver de cerca a San Juan Bautista, logrando adivinar en sus labios las palabras precursoras: “Detrás de mí, viene uno a quien no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias”. Pero no era Jesús, el de Medinaceli, quien iba tras él, el Martes Santo en las calles conquenses, era María Magdalena. Su pena, inundada de luna, me asemejaba una aparición. Esperando dentro de la iglesia noté una decepción. Escuchaba a unos nazarenos hablar de cenas y resolis. Creí que no entendían el verdadero valor de la celebración. Para mí, era mucho más profundo, mucho más valioso. Y las procesiones, desde mi punto de vista, eran un bonito sueño. Resentida, me callé. Sola fui recordando aquella semana. Destapaba el baúl, donde guardaba mis recuerdos como “oro en paño”. Veía como el domingo, frente a la antigua iglesia de San Felipe Neri, los niños agitaban sus palmas y ramos de olivo en

muestra de bienvenida: “¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Entre ellos, una borriquilla bailaba al son de la música, mientras Jesús, en sus lomos, saludaba con una sonrisa humilde. Mientras estaba en esos momentos maravillosos, se oyó el golpeteo de un mazo. Me sobresalté. Creía que íbamos a salir. “La lluvia es constante, de momento se aplaza la procesión”. Era la voz del Hermano Mayor. Sentí el nerviosismo que se respiraba en el templo: nazarenos de allá para acá, mirando sus relojes. Las cosas se ponían mal. Me senté en un banco. De nuevo me abstraje y vi como el Lunes Santo, la campana fúnebre resonaba por el casco antiguo y los hachones iluminaban a un Cristo, como aquel que hombres llevaron a hombros en la primera Semana Santa conquense. Al terminar con estas reflexiones me asustó la idea de la fatiga. Antes de salir de casa, mientras tomaba una torrija, mi madre me recordó otra vez: “Es una locura, dos procesiones seguidas sin descanso”. En el momento que volví a mi habitación a recoger los guantes vi demostrada la preocupación de mi madre al ver las sábanas arrugadas. Era el resultado de mi inquietud. Pero lo cierto fue que el cansancio era de verdad. Ya me lo había imaginado al traspasar el Puente de San Antón con la procesión de “Paz y Caridad”. Más tarde, en la “Curva de la Audiencia”, lo percibí también en los banceros que llevaban en sus hombros a los Cristos de Cuenca. Ascendía hacia la Plaza Mayor Jesús, “el del Huerto”, “El Amarrado”, “el de la Caña”, “el de San Gil” y “el del Puente”. En el descanso creí haberme recuperado por lo bien que me lo pasé en la plaza de San Nicolás con mis amigos. Sin embargo, al regresar al templo de la Patrona conquense, noté de nuevo la fatiga al escuchar las notas del Himno Nacional, en el instante que la Soledad del Puente se dirigía hacia su hornacina. Se oyeron tambores y clarines desde el interior de la iglesia. Esto me hizo pensar que en breve estaría fuera con todo el ruido. Ahora me acordaba de mi madre. ¡Cuánta razón tenía al hablar del cansancio! No obstante, me reanimé al recordar la sonrisa que se le dibujó en su cara al despedirnos. Con el ruido intenso de la turba quedé aturdida unos instantes. La inquietud hizo que me sentara. Levanté la vista y vi todas las imágenes que estaban listas para salir: observé a Jesús con la cruz a cuestas; también pude ver a San Juan, vestido de terciopelo, con su delicada palma; más allá, Madre e Hijo se encontraban en un momento muy triste; y al fondo, toda llena de soledad, se hallaba María, siempre fiel a Cristo.


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Fotografía: Enrique Martínez Gil

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En la espera, comencé a ponerme nerviosa. Traté de refugiarme en algo más acogedor. Así me trasladé al Miércoles Santo, en su fría mañana, en el resplandor de la luna sobre las caras de los apóstoles durmiendo, en la falsa identidad de Judas, en los capuces blancos sobre túnicas de colores, en la centelleante mirada de San Pedro, en la angustia de Jesús de San Miguel, en San Juan consolando a María, un consuelo que era inútil porque la amargura había quedado grabada en su corazón. Los banceros se estaban preparando. Había merecido la pena esperar tantos años para salir en la procesión. Todo eso era un sueño que pronto iba a ser realidad. La primera sensación la tuve cuando apenas tenía ocho años. Apoyada en la barandilla de El Carmen pude oír el tremendo silencio que todo Cuenca hizo al escuchar las primeras notas del Miserere. Era como un lamento que se expandía por el ambiente. Todas las miradas se quedaron quietas en Jesús Nazareno. Bajé rápidamente al Jardinillo. Allí, en la calle de Solera, el panorama era diferente. Tan sólo se oía el arrastrar de los pies de los banceros. A pesar de que la Virgen de San Agustín iba rodeada de todos sus hermanos, vi el desgarro que producía la soledad en su mirada. Después del rezo del Padrenuestro pude ver por las vidrieras los primeros rayos de sol del amanecer. La lluvia había cesado. Ya podía dar comienzo la procesión. De pronto las puertas se abrieron. Con el vuelo de mi capuz tapándome la cara, amarré fuertemente la tulipa. Ya estaba preparada. Los hermanos mayores indicaban el orden de las filas: primero, los más bajos; luego, nosotros; y por último, el resto de los nazarenos. Una señora amable me dejó situarme en medio para no perderme. Era evidente que se notaban mis doce años. No habían acabado de pasar los últimos nazarenos, cuando en el dintel de la puerta apareció Jesús con el Cirineo. Mi cabeza se llenó de ruidos y voces. ¡Cuánta gente enloquecida lo habría insultado en Jerusalén! ¡Cuán grande habría sido el dolor que traspasó el corazón de María!

Luego vino todo el lío, la confusión. Enseguida nos adentramos en el frío de la calle. No entendía el porqué de la algarabía de la gente que hacía que hubiese tantos policías. Poco a poco, la oscuridad dejaba paso a la luz del amanecer. Pero de repente, la noche volvía otra vez, me daba cuenta que la Semana Santa se me escapaba. Rápidamente pasaron ante mí los Cristos del mediodía: los primeros, medio moribundos, con los ojos entreabiertos; más tarde, agónicos, incluso traspasados por una lanza; luego, muertos; finalmente, descendidos en brazos de su Madre angustiada. Las escenas siguieron con una triste cruz, un sudario y una calavera delante de Jesús muerto en la noche del viernes conquense. La película acabó con el sonido de las campanas de gloria que acompañaban a la Virgen del Amparo y al Resucitado, tras haberse encontrado de nuevo. Yo intentaba vivir esos últimos momentos con intensidad, para que no se me fueran nunca de las manos. Pero no fue así, mi Semana Mágica se había terminado. Y con ella mis sueños, como un barco, alejándose del muelle que lleva tesoros y los guarda sin saber dónde acabarán. Así, al poco tiempo, me di cuenta que a mi espalda colgaba ya la mochila con todos los libros para empezar de nuevo las clases. Fue entonces cuando recordé las palabras de mi padre: “No hay nada en la vida, por muy largo que te pueda parecer”. Para terminar, tengo que decir que me hubiera gustado ser como uno de aquellos antiguos pregoneros, para vocear desde estas líneas las excelencias de nuestra Semana Santa. Pero yo sé que esa voz nunca surgirá porque los días de pasión en Cuenca son días de sentimiento profundo, en donde las palabras se quedan dentro. Por ello, me daría por conforme que al final de estos renglones se haya escuchado ese rumor suave que llama para salir a las calles con el alba, al mediodía y en la noche. Pero especialmente, que ese sonido lo oigan mis paisanos, mis amigos, los que arriman el hombro, los que llenan las filas y los que permanecen largos ratos en las aceras, desafiando al frío y a la lluvia dando vida a los desfiles procesionales. A ellos va dedicado este pregón.


Fotografía: Julio Palencia

HABLAN LAS HERMANDADES

Por Mariano López Herráez (Secretario de la Hermandad) Con ilusión y ganas de hacer las cosas bien, desde la Junta de Diputación de la Venerable hermandad de San Juan Bautista, afrontamos la celebración de nuestro 75 aniversario. En primer lugar, se nombró una comisión que colaborara con sus ideas, teníamos los nazarenos adecuados, de eso no había duda. Miguel Romero y Lucio Mochales, fueron los elegidos, curiosamente pregoneros, los dos, del año 2009 y del actual 2010. En varías juntas diseñamos las actuaciones: “Elaboración y presentación de un D.V.D y celebración de una función extraordinaria. En el año 1992 ya se había celebrado una exposición y no nos pareció adecuado repetir, ya que el material sería, en todo caso, casi el mismo. Miguel Romero nos ofreció la presentación del DVD, dentro del programa de “Encuentros en la provincia”, que patrocina la EXCMA. Diputación Provincial. En un principio, se trataría de una mesa redonda, del visionado del DVD y de un concierto, por motivos de fechas, dicho concierto, se trasladó al 24 de junio festividad de San Juan Bautista. Lucio Mochales se ocupó de la preparación de una función religiosa, que queríamos fuera diferente. En un principió, se barajó la

posibilidad de invitar a los obispos de Alicante y Albacete, localidades donde San Juan Bautista es patrón, sin embargo, por motivos ajenos a la hermandad, no se consiguió. Los Hermanos Gonzalo y José L. Sánchez Sauquillo, diseñaron un logotipo para este aniversario que ha sido usado en toda la cartelería y correspondencia de la Hermandad durante todo el año y que ha sido muy bien acogido por todos nuestro hermanos. Presentación del DVD, mesa redonda. En el Teatro Auditorio de Cuenca, el 28 de febrero, asistieron varios de nuestros hermanos más veteranos, como Luis Benítez, Jesús Calvo, Juan Soria. Nos acompañó el Presidente de nuestra Junta de Cofradías D. Jorge Sánchez Albendea. Durante una hora se debatió sobre el estado de la hermandad y sobre alguna de las anécdotas que componen esa historia íntima de las cofradías, que aún siendo todas iguales, las hace tremendamente diferentes. No faltaron propuestas, como la del hermanamiento con el colegio de veterinarios o la discusión, mas traída y llevada de estos años, nuestro derecho a desfilar en Miércoles Santo, nuestro presidente dijo entonces, que desde luego, nos fuéramos olvidando de desfilar en Miércoles Santo, al menos como se venía haciendo hasta ahora,


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por que ese era, desde su punto de vista, el sentir de las demás hermandades de nuestra Semana Santa, y la verdad es que el tiempo le ha dado la razón. Tras el coloquio se proyectó el DVD de nuestra hermandad hecho por producciones Play que fue muy del agrado de todos los presentes. Función Religiosa. Oficiada, el sábado 14 de marzo en la Iglesia de “El Salvador”, por nuestro capellán Don Santos Saíz , en una iglesia abarrotada, el organista Gyula Szilagyi, nos deleitó con la interpretación de diferentes obras musicales, no faltando marchas de Semana Santa al órgano, como Virgen del Valle, Santísimo Cristo de la luz y el San Juan de Nicolás Cabañas. La sensación de haber hecho algo diferente, muy digno y entrañable, como así reconoció la prensa, ha quedado en nuestras retinas. Tras la función religiosa, como casi es de rigor en nuestra Ciudad, la cena de hermandad, que reunió a muchos hermanos veteranos y que tubo dos momentos estelares. La intervención de nuestro hermano José Luis Lucas Aledón que extracto a continuación: “Buenas por no decir inmejorables son estas reuniones fraternas, estos sínodos amistosos o estas Juntas donde no se levantan Actas, aunque si hemos rezado las preces de rigor. Dice un tango famoso, que 20 no son nada, ni 20, ni 50, ni 75, cuando se han seguido paso a paso, por que somos lo que somos y seremos PRECURSORES. Precursores en la Semana Santa. Nazarenos con patente y denominación de origen bien ganada. Cepa y escuela del hombro para soportar el banzo nuestro y en las demás hermandades de nuestra querida semana Santa.

Fotografía: Enrique Martínez Gil

Precursores, también en recuperar las andas paisanas sin oros ni platas, en puro olivo almarcheño, grupos de suave luz de forja, salida de la fragua y yunque de Victoriano Carbonero, que anda con Dios como tantos y tantos, que en Paz están. Por ellos no lloramos, rezamos. Con la misma devoción con que cuidamos al corderillo, el cual, según las viejas actas, tiene asignado en cuota veterinario para su vigilancia y cuidado.

Finalizando Hermanos todos. Los de tulipa, los de cetro y sobre todo los banceros quiero terminar recordando el grito de cuando era vuestro capataz: ¡ Al venga va!. A favor del aire. Y no “bailis”. El otro momento estelar, fue la imposición de la Medalla de plata de la Hermandad Del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo a nuestra hermandad. En esta Semana Santa desfilamos con ella prendida de nuestro guión, como prueba de agradecimiento a esa hermandad, que desfila tras nosotros, en las noches del Perdón de Martes Santo. El 24 de junio festividad de San Juan Bautista en el Auditorio y completando los actos de “Encuentros en la provincia” se celebró el concierto de la Unión Musical de Minglanilla dirigida por Héctor I. Martínez Diez. Concierto que fue presentado por Miguel Romero y en el no faltó “San Juan”, de Nicolás Cabañas, pero que tuvo otras Marchas distintas, a las que tradicionalmente se ofrecen en estos actos. El coro de la escolanía de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad de San Agustín, cantó en la función ordinaria a nuestro Titular, sumándose de esta forma esta Hermandad, tan querida, a los actos de nuestro aniversario. Detalle, este, que agradecemos profundamente. Terminaron, así, unos actos que me atrevo a calificar de brillantes, y que dejaron ideas por realizar, tanto es así, que cuando escribo estas líneas preparamos un concierto de la banda de música de María Santísima de la Victoria “Las Cigarreras” de Sevilla, dirigida por el maestro D. Bartolomé Gómez Meliá, donde se incluirán marchas de compositores sevillanos y conquenses y donde se estrenará la obra “Precursor” del pianista conquense D. Ernesto Vicente, que fue compuesta para conmemorar este 75 aniversario, pero que no pudo ser interpretada por que literalmente, no teníamos tiempo para ello. Y así, poco a poco, nos acercamos a los cien años de Hermandad, donde otros, seguro, que prepararán actos mejores, y todo, como siempre, para mas gloria de nuestro Titular, Juan “El Bautista”.


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La Banda de la Escuela Municipal de Música de las Mesas y la Vble. Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz

Génesis,fundamentoycelebración de un hermanamiento La Banda de la Escuela Municipal de Música de Las Mesas (Cuenca), desde el año 2001, participa en los desfiles procesionales de nuestra ciudad. Durante la tarde del Martes Santo, en la procesión del Perdón, ha acompañado desde aquel año a nuestra Hermandad en el desfile de Santa María Magdalena en la subida de la Iglesia de El Salvador a la Plaza Mayor y a la Hermandad del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo desde la Iglesia de San Pedro hasta la Iglesia de San Andrés, Hermandad que en el año 2006 estrechó sus lazos con la banda en un emotivo hermanamiento

en su sede canónica, que finalizó con un concierto en el Auditorio de la capital. Durante la procesión de las Once del Viernes Santo, la de los Cristos, de la cual tiene privilegio nuestra Hermandad para organizar, ha acompañado al Santísimo Cristo de la Luz desde el año 2003. Entendiendo desde la Junta de Diputación de esta Venerable que la Banda de la Escuela Municipal de Música de Las Mesas había sido y es un componente esencial dentro de nuestros desfiles procesionales desde hacía varios años, se decidió hacer


Fotografías: Enrique Buendía Fotografía: José Andrés Jiménez

HABLAN LAS HERMANDADES

manifiesta su relación con nosotros con el Hermanamiento entre la Banda y la Hermandad, puesto que el acompañamiento musical se ha convertido en una particularidad más de nuestras procesiones: su director conoce la idiosincrasia propia de nuestra Hermandad y la melodía de sus instrumentos se acopla perfecta y sutilmente a la cadencia espacial y temporal de nuestros banceros. Así, el 21 de noviembre de 2010, sábado, a las 18 h., desde la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Asunción de Las Mesas, en la víspera de la solemnidad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, y festividad, por tanto, de la Banda, Santa María Magdalena salió en procesión por las calles de la villa manchega, primera vez que una imagen de las procesiones de la Semana Santa de Cuenca desfilaba fuera de la capital. Santa Cecilia fue portada por varios miembros de la Hermandad del Bautismo de nuestra ciudad y por meseños. Después, vistiendo el traje de novia adaptado que en el año 2008 regaló una hermana, salió por la principal de la Parroquia a hombros de sus banceros Santa María Magdalena. Y empezó a sonar la banda; a destacar: María Magdalena, del director de la Banda D. Fernando Ugeda (que también se estrenó el Martes Santo del año 2008 y dedicó, con entusiasmo, a esta advoca-

ción de nuestra Hermandad) y Cristo de la Luz de Antonio Sendra. Brilló con luz propia la talla, a la que acompañaron centenares de fieles de Cuenca, hermanos, y de Las Mesas, quedando los naturales manchegos impresionados por la forma de desfilar. Fue emotivo el momento en el que nuestra imagen se giró ante la ermita del Niño de la Bola, patrón de la localidad. Tras la procesión, se culminaron los actos del Hermanamiento con la celebración de la Santa Misa. Después de la ceremonia litúrgica, en la invitación con la que se convidó a todos los participantes, el alcalde de Las Mesas, Carlos Algava, y el director de la Banda, Fernando Ugeda, hicieron entrega al Secretario de la Hermandad de varios presentes, tras unas breves locuciones. El día 27 de febrero, en el Paraninfo de la Universidad de Castilla La Mancha, a las 19 h., la Banda de la Escuela Municipal de Música de Las Mesas es homenajeada por la Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz, en un concierto en el que se interpretarán marchas dedicadas a las imágenes de la Hermandad y al patrón de Las Mesas. Ahí se culminarán los actos, pero no los entrelaces que cada Martes Santo en la procesión del Perdón y cada Viernes Santo en la procesión En el Calvario, esperamos mantener y sentir con nuestro hermano honorario.


Fotografía: José Andrés Jiménez

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HABLAN LAS HERMANDADES

Por Miriam Benito Iniesta. Hermana y Camarera de la Vble. Hdad. de Ntro. Sr. Jesucristo y María Santísima del Amparo

Es una sensación difícil, quizás, de percibir para las personas que no participan, y, quizás, más fácil para las personas que esperan, todo el año, deseosos que por fin llegue cada Domingo de Ramos, y con él, el inicio de nuestra Semana Santa. Porque todos, aunque parezca en ocasiones absurdo, tenemos nuestro día preferido, o nuestro Paso, por él que tenemos más devoción y por el que dejaríamos todo por acompañarlo en la procesión. Esos días, es frecuente oír: “Yo el Martes, tengo que salir con mi Jesús de Medinaceli…”; “Yo en mi Virgen de las Angustias…”;… Siempre el Mí, precisamente porque lo sentimos nuestro y lo sentimos de corazón. Pues bien, una vez puestos en situación, quiero transmitir lo que yo siento y espero poder haceros participes de ello a lo largo de su lectura. Es esta frase: ¡Y por fin… Domingo de Resurrección! Esta es la frase que pasa por mi cabeza, todos los años, cuando el Sábado Santo me voy a dormir. Deseando que al día siguiente todo salga bien; no llueva; no ocurran imprevistos;… Todo ello, acompañado por ese cosquilleo que siento en la tripa por el deseo de subir ya a la Iglesia de San Andrés y ver allí, preparados para salir y reencontrase, al Señor Resucitado y a mi Virgen del Amparo. Es una noche larga, muy larga…, porque cuento los minutos para que mi padre toque a la puerta de mi habitación y me diga: ¡Vamos! Ese momento… No sé cómo explicar lo que siento, pero todo está en marcha y, por fin, llegó el día. Como es costumbre, desde que tengo uso de razón, empieza el trajín en mi casa. La preocupación de mi madre: “¡Cuidado!, no te manches” o “…que no se arrugue…”, -un breve paréntesis, a mi parecer imprescindible, para agradecer a mi madre y a todas las madres, por todo el trabajo dedicado a planchar túnicas, coser escudos, fajines, etc; aparecen, también, las pequeñas discusiones por los nervios de mi Padre y de mi hermano, por las prisas, in-

tercambios de fajín, porque a última hora a uno le vale y al otro no;… Al fin y al cabo, experiencias típicas que, creo, todos vivimos en nuestras casas en estos días. Llega el momento… Salimos a la calle… Nos reunimos con los amigos y subimos todos juntos hasta san Andrés. Así era mi Domingo de Resurrección hasta hace cuatro años. Desde entonces, vivo mi día preferido todavía con más intensidad si cabe. Sí, porque hace cuatro años vi cumplido uno de mis sueños desde pequeña: “subir a retirarle el manto de luto a mi Virgen del Amparo”. Pero todavía había más. A pesar de mi edad y de mi poca experiencia, mis hermanos decidieron que fuese la “camarera” de mi Virgen del Amparo. Cargo al que nunca hubiera podido optar sin las enseñanzas y consejos de dos grandes maestras en estas tareas: Conchi y Mª Luisa. Gracias por todo, a las dos. Retomando donde me había quedado, subimos todos juntos a nuestro San Andrés y, por fin, todo preparado. Y es entonces cuando salimos a la calle acompañando a nuestras Imágenes. Pero mis nervios aún no han terminado, porque para mí queda un momento cumbre: es el momento de prepararme y subir a las andas, con ayuda de mis hermanos banceros. Y ahí estoy…, bajo la atenta mirada de cientos de personas; con la preocupación de ser rápida…¡Cuantos alfileres!; de hacerlo bien; responsabilidad para que las manos, si hace frío, no se me hayan quedado heladas;… Pero, ¡Ya es el momento! Levanto la vista y me encuentro, cara a cara, con mi Virgen del Amparo. Entonces, la miro a los ojos, esos ojos marrones preciosos que me hablan y… me quedo tranquila. Dejo de ver gente a mi alrededor. Sólo estamos Ella y yo. Y, ahora sí, por fin, desprendo ese manto de luto. Cuidadosamente…, con cariño… Y entonces estalla la alegría; los aplausos; el vuelo de las palomas; y por supuesto, ese precioso baile en el que parece que ambos pasos, Madre e Hijo, se hacen uno y se abrazan. Y así, con todos esos sentimientos y emociones continúo la procesión camino de regreso a San Andrés. Donde, acompañados por la música, vemos todos expectantes cómo entran en la Iglesia nuestras sagradas Imágenes. Y de nuevo, vuelvo a mirarlas. A despedirme de ellas: ¡Hasta el año que viene¡

Fotografía: Antonio Abarca Contreras

Con estas palabras, pretendo hacer partícipes a los lectores del sentimiento semanasantero que muchos conquenses vivimos cuando llegan estas fechas, y personalmente, trataré de revivirlo a través del Domingo de Resurrección.


Fotografía: Enrique Martínez Gil

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HABLAN LAS HERMANDADES

La Oliva del Huerto de San Antón Texto y Fotografías: Antonio Abarca Contreras

El principal objetivo de toda hermandad de la Semana Santa de Cuenca es salir a la calle. Procesionar… Salir por las calles de esta ciudad mostrando con orgullo y sencillez, a conquenses y visitantes, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, recogiendo el legítimo legado que hemos heredado de nuestros antepasados. Y para que este trascendental momento salga impecable, giran la mayoría de las actividades de la hermandad a lo largo del año: Se preparan, con exquisita delicadeza, todos y cada uno de los enseres que participarán en el desfile procesional, desde el “guión”, -pieza principal e imprescindible donde figura en lugar destacado el emblema de la hermandad-, hasta el último cordel que pudiera hacer falta para hacer frente a cualquier adversidad; Todo es revisado… También, mentalmente, se repasa, una y otra vez, el recorrido para dejar lo mínimo posible al azar. Todo tiene que estar preparado y listo para cuando la hermandad efectúe su salida, como todos los años, a recorrer las calles de Cuenca. Sin embargo, hay un día, previo al del desfile, que para todas las hermandades tiene un especial encanto, concentrando en él la atención y emoción de todos los cofrades. Ese, no es otro, que: el día de la “puesta en andas”. Este es el momento en el que las imágenes abandonan sus altares u hornacinas, -que les sirven de virtual reposo durante todo el año para recibir adoración y veneración-, para situarlas sobre las andas. Imágenes y andas, andas e imágenes, en perfecta

armonía, constituyendo “el paso”, elemento desde el que se mostrará a Cuenca el trocito, -su trocito-, de esa magnífica catequesis urbana que es la Semana de Pasión Conquense. Para nuestra hermandad, -El Huerto de San Antón-, ese momento tan especial acontece en la tarde del Lunes Santo, al igual que para el resto de hermandades que, como nosotros, desfilan el Jueves Santo. Esa tarde, la coqueta iglesia parroquial de la Virgen de la Luz es literalmente tomada por las hermandades. Un montón de personas, en un incesante trasiego de ir y venir de un sitio para otro, en un escenario de aparente y engañosa anarquía, que se afanan por cumplir con la tarea que cada uno tienen encomendada. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y procura cumplirlo incomodando lo menos posible al resto. Es aquí donde entran en escena la labor de los “manitas” y las camareras de las hermandades. Manos expertas que conocen a la perfección hasta los más mínimos detalles y los entresijos del paso: de dónde hay que agarrar para mover la figura y que no corra el riesgo de deteriorarse; cómo y con qué limpiar los distintos enseres; si los focos de luz están bien dirigidos; si los adornos, florales o de otro tipo, están bien dispuestos o estorban al conjunto escultórico;… Saben donde se encuentra hasta el último tornillo que se precisa para que todo esté a punto a la hora de salir… Normalmente, estas personas pertenecen a familias que desde siempre han estado vinculadas con la hermandad, por lo que la llevan en la sangre


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NAZARENA y en los genes… Nadie les tiene que explicar nada; lo han visto desde que eran pequeños; por estas tierras se dice que “lo han mamado”. “El Huerto”, por su ubicación en el templo para el orden de salida procesional, es la última hermandad que se pone en marcha. Esta circunstancia nos da el tiempo suficiente para que, parte de estos responsables de la hermandad, junto con los hermanos mayores correspondientes que les quieran acompañar, cumplan con una de las faenas y obligaciones que más arraigo tienen dentro de esta hermandad: traer las ramas de olivo que adornarán el tronco del paso para su desfile en la tarde-noche del Jueves Santo. Esta tarea, que aparentemente no tendría que tener mayor relevancia, siempre ha contado con una expectación insólita, proporcionando multitud de anécdotas, chascarrillos y aventuras que se han ido incorporando a la historia no escrita de la hermandad y que son fruto del recuerdo, risas y comentarios cuando los hermanos se reúnen en torno a alguna celebración. Antiguamente, cuentan los “mayores” de la hermandad, el aportar las ramas de olivo para el desfile era responsabilidad de los hermanos mayores de cada año, y eran ellos los que solían desplazarse a la finca de “El Quinto”, o a las laderas de los montes que rodean al paraje de la Playa Artificial, para cortar unas ramas en las escasas olivas que hay, -unas veces con conocimiento y consentimiento de los propietarios y otras…-. Incluso, llegan a contar que, algún año “El Huerto” ha desfilado con ramas y frutos de naranjo, aunque nadie sabe explicar ciertamente el porqué. Pero desde el año 1987 este ritual cambio por completo. Correspondía ser hermanos mayores a Victoriano Pardo, Ángel Herráiz y Ernesto Torrijos. Ellos, por su amistad con un vecino de Villar del Infantado, localidad de la Alcarria conquense que cuenta con una gran superficie dedicada al cultivo de olivos, se les ocurrió que podían ir allí a coger las ramas que adornarían el paso del Huerto en ese año. Y así fue. A la vuelta, los integrantes de la “expedición” pararon a tomar un aperitivo en localidad cercana de Cañaveras. Y a partir de ese año, uno tras otro, se ha ido repitiendo el mismo ceremonial. A las 15:30 horas se queda

en el Bar Polo, para, mientras se degusta un café o un resoli, ir acoplándose en los distintos vehículos. Pedro, el camarero, -un gran nazareno- ya sabe que el último en llegar es al que le tiene que cobrar las consumiciones. El paso del tiempo ha hecho que la relación de la hermandad con la localidad de se haya consolidado hasta llegar, en el año 2000, a sellar en un acto de agradecimiento mutuo este acontecimiento. Los vecinos de Villar del Infantado se sienten orgullosos de que el Huerto de San Antón salga con ramas de olivo que son producto de sus tierras. Ya de vuelta, la comitiva se detiene en uno de los bares de la localidad de Cañaveras, donde dan buena cuenta de refrescos y raciones, y de esta forma dar tiempo a que los que están esperando en la iglesia, miren y remiren al reloj y se impacienten un poco. A la llegada, el resto de hermandades, prácticamente han terminado ya sus quehaceres y se encuentran en los alrededores del templo charlando sobre los avatares de la jornada y dando buena cuenta de convites y aperitivos. Enseguida las ramas de olivo son descargadas del camión, y siempre hay alguien que se pincha con la zarza que alguien ha escondido entre las ramas de olivo. Una vez dentro de la iglesia, son los “Pacos” -Paco Recuenco y Paco Zafa-, que se encuentran encaramados encima de las andas, los que se encargan de ir colocándolas bajo las atentas indicaciones de los hermanos que se encuentran rodeando el paso: “Esa no vale, sube mucho”; “Parece una chaparra”; “Vaya ramas buenas, las de este año” “A ver… Gira, gira..¡Vale! Ahí está. Ni la toques”. Y así, una tras otra, hasta que “la oliva” queda a gusto de la mayoría, porque que nunca se consigue la unanimidad. Tras echar un último vistazo desde la misma puerta de la iglesia para comprobar que todo ha quedado perfecto para que “El Huerto” vuelva a desfilar, otro año más, por las calles de Cuenca, Don Ángel, el párroco, que nos espera para cerrar, murmura bromeando, -“Venga que los del Huerto siempre sois los últimos” y estirando cierra la puerta, poniendo punto y final a otra jornada más donde la iglesia de San Antón se ha visto literalmente invadida por las gentes de Cuenca. Todo un ritual… Siempre igual, pero siempre distinto.


HABLAN LAS HERMANDADES

XX Aniversario de la llegada a Cuenca y del primer desfile procesional de la Sagrada Imagen de la Santa Cena Significado El 28 de Marzo de 1985 fue un día grande para todos los que amamos la Hermandad. El anuncio de que aquel día llegaba por fin a Cuenca la ansiada imagen nos convocó a muchos conquenses en la Plaza Mayor con el fin, no solo de contemplar el resultado final de la obra, sino de ayudar también a descargarla del camión que la habría traído desde Madrid e introducirla por primera vez en la Catedral, donde fue bendecida por el señor obispo, don José Guerra Campos. Así las previsiones se habían

cumplido, y el Miércoles Santo siguiente pudo por fin desfilar el paso de la Santa Cena , después de cincuenta años. Había sido en 1930 cuando el antiguo paso de Luis Marco Pérez había desfilado por primera vez en la Semana Santa de Cuenca, en Jueves Santo, sin haber estado nunca constituida en hermandad propia, y había sido en 1936 cuando ese mismo conjunto procesional lo había hecho por última vez, destruido en los primeros meses de la GuerraCivil.


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Mientras tanto, la devoción a esta escena inaugural de la pasión y muerte de Jesucristo nunca se había olvidado, y prueba de ello fueron los numerosos intentos que hubo de fundar una hermandad que renovara el culto y volviera a sacar a las calles de la ciudad del Júcar un paso representativo de este momento tan importante. Los conquenses estuvimos a punto de conseguirlo en la década de los años cincuenta, y desde entonces permanece el boceto de lo que debía ser el paso, obra de Fausto Culebras, y algunos apóstoles pasados ya a la madera. Pero no fue hasta ese día, 28 de marzo de 1985, que los anhelos de todos los nazarenos conquenses se hicieron por fin realidad, con una Plaza Mayor llena hasta rebosar, porque muchos quisieron comprobar con sus propios ojos esa realidad tan esperada, estar presentes y colaborar para que el paso fuera instalado por primera vez en la que habría de ser desde entonces su nueva casa: naves de la Catedral de Cuenca. Actividades y Balance de las mismas Para la realización del aniversario que hemos mencionado, la Hermandad dispuso una serie de actividades conmemorativas. En primer lugar tuvieron lugar sendas conferencias en los Salones de la Oficina Principal de CCM los días 24 y 25 de marzo. La primera fue expuesta por nuestro Consiliario y secretario del Cabildo de la S.I.C.B. de Cuenca, D. León Chicote Pozo y versó sobre la Eucaristía, motivo principal de la devoción de nuestra Venerable Hermandad. Al día siguiente. D. Julián Recuenco López nos deleitó con su exposición sobre los 25 años de existencia de nuestra Hermandad y sus antecedentes históricos bajo el título de “La Santa Cena de Cuenca, 25 años de Hermandad, 80 años de devoción”. A ambas acudieron un buen número de visitantes y tras la finalización de la primera conferencia, el día 24, se realizó un breve homenaje a todos aquellos que desde fuera de la Hermandad contribuyeron a que el proyecto de creación de la misma fuese una realidad. Se entregaron recuerdos a los miembros de la Junta de Cofradías que presidían en aquellos momentos esta institución así como a varios miembros de la Corporación Municipal. El día 28 de marzo tuvo lugar la Solemne Misa del “XXV Aniversario”, presidida por D. José Javier Muñoz Pérez, Delegado Episcopal para la Junta de Cofradías de Cuenca. En la misma

participaron con ofrendas miembros del Grupo Joven y se procedió a la bendición del Estandarte conmemorativo que a partir de ese momento desfilará con la Hermandad todos los Miércoles Santo. La ceremonia resultó muy emotiva, con gran asistencia de Hermanos y miembros del Ayuntamiento, Diputación y Junta de Cofradías. Posteriormente tendría lugar una Cena en la cual se homenajearon y se entregaron recuerdos a todos aquellos Hermanos que habían ostentado algún cargo de la Junta de Diputación durante los veinticinco años. También se aprovechó para obsequiar a la institución de la Excma. Diputación Provincial de Cuenca, representada por su presidente D. Juan Avila Francés por dejarnos utilizar desde unos años el recinto de la institución en la finalización de nuestro desfile procesional. Por último, se realizó una exposición en la Sede que el Museo de la Semana Santa posee para tales eventos. Hay que destacar en la misma la figura de Jesús de nuestra “Sagrada Imagen” que se podía contemplar a muy cercana distancia, que admiraba y que provocaba la devoción de todos los visitantes. También se instaló un banzo de los antiguos con sus horquillas, una maqueta del paso realizada por D. Jesús Martín de los Santos, un maniquí con la vestimenta propia de un Hermano Mayor de la Santa Cena, varios enseres (guión, estandartes, faroles, cetros, grupos antiguos de forja, etc.), un mural de Tomás Bux de la Hermandad, nuestro cartelista del año 2010, y documentación varia (fotografía, prensa, publicaciones etc.) sobre los acontecimientos y la historia de la Hermandad. A la inauguración asistieron también autoridades civiles y religiosas y todos los miembros de la Comisión Ejecutiva de la Junta de Cofradías, presididos por D. Jorge Sánchez Albendea, al cual se entregó un recuerdo del acto. Indicar también que en Cuaresma se instaló una plataforma alrededor de la Santa Cena en la Catedral para que pudiese ser visto desde una posición más elevada, tal como se hizo durante la celebración del IX Encuentro de Hermandades y Cofradías de la Santa Cena en el año 2006. Para todos estos actos se colocaron banderolas anunciando el acontecimiento en sitios estratégicos. El balance de todos estos actos ha resultado muy positivo para toda la Hermandad puesto que nos ha transportado a nuestros comienzos, de los que muchos Hermanos hay vivido en sus carnes, provocando la nostalgia de los más antiguos y la admiración de los más jóvenes por seguir manteniendo nuestra historia.


Fotografía: Martínez Gil Fotografía: Enrique Javier Romero


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Anuario Nazareno 2009 Por Rafael Pérez Caballero, Comisión Ejecutiva de la Junta de Cofradías

Fotografía: Antonio Abarca Contreras

Comenzaba el año con la presentación el 27 de enero en el Centro Cultural Aguirre del cartelista y del pregonero de la Semana Santa, fue el primer acto multitudinario organizado por la Junta de Cofradías. El acto contó con la actuación del Coro de la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca, dirigida por José Antonio Fernández que interpretó cuatro piezas de música sacra. Seguidamente, se presentaba el cartel anunciador de la Semana Santa, realizado por el artista Luís Muro, que por causas personales no pudo asistir. También se presentó, a la comunidad nazarena conquense, a Miguel Romero como el pregonero de la Semana Santa de Cuenca 2009.

El 6 de febrero, en la sede de la Junta de Cofradías, tuvo lugar la entrega de los Premios del I Concurso de Fotografía organizado por esta institución, que habían recaído en: Primer premio para la obra “Sentimiento Nazareno”, de Juan Carlos García Benito; El segundo, para Francisco Santoyo, por su fotografía titulada “Jueves Santo 3”; y el tercer premio fue para Cristina Díaz Chavarria por “El Bautista”. Fueron más de ciento veinte las fotografías presentadas, de las que casi la mitad fueron seleccionadas para formar parte de la exposición que tuvo lugar en las salas que la Junta de Cofradías tiene para estos menesteres.

Como en el año anterior, la Junta de Cofradías quiso reconocer públicamente a personas o instituciones que destaquen o se signifiquen por su labor en pro de la Semana Mayor de Cuenca, recayendo este año en las Madres Concepcionistas Franciscanas, -Las monjitas de la Puerta Valencia, como popularmente se las conoce-, que vienen realizando un trabajo callado y sincero a numerosas hermandades, albergando y cuidando numerosos enseres de las mismas.

El 21 de febrero, se reunieron en la sede de la Junta de Cofradías los directores de las nueve bandas de música que iban a actuar en la Semana Santa de este año. Previamente se les había enviado un repertorio musical con el objeto de mejorar la calidad y adecuar distintas marchas a la tradición de los desfiles conquenses. En esta jornada de convivencia con los directores, se firmaron los contratos con las distintas bandas, se pusieron en común diversos aspectos y sugerencias, concluyendo con una visita por parte de estos músicos al Museo de Semana Santa.

Al día siguiente, tenía lugar su presentación a nivel nacional en FITUR. Feria a la que la Junta de Cofradías acudió para promocionar su Museo de la Semana Santa.

El Miércoles de Ceniza, 25 de febrero, se celebró, en la iglesia del Convento de las Madres Concepcionistas de la Puerta de Valencia, como viene siendo tradicional, la Misa de Imposición


HABLAN LAS HERMANDADES de Ceniza. Ceremonia que fue oficiada por nuestro Obispo y que contó con el acompañamiento musical del Coro de la la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca y la asistencia de un gran número de nazarenos y fieles. El viernes siguiente, día 27, se celebró en esta misma iglesia la Misa por los Difuntos de las hermandades conquenses.

como de los visitantes que pudieran acudir a Cuenca durante la Semana Santa o que quisieran conocer cualquier aspecto de la esta conmemoración. Durante este acto, también fue presentado el II Premio de fotografía “Semana Santa de Cuenca”¸ organizado por la Junta de Cofradías y en colaboración con la Diputación y el Ayuntamiento de Cuenca.

El 28 de febrero, primer sábado de Cuaresma, tuvo lugar en el Auditorio de Cuenca el Concierto Inicio de Cuaresma, que en esta ocasión fue interpretado por la Banda de Música de Cuenca, y que nos deleitó con la magnífica ejecución de un repertorio cuidadosamente seleccionado.

El 28 de marzo, tenía lugar el acto de clausura de la primera Escuela Nazarena, que fue llevada a cabo por la Asociación de Mujeres Cofrades y la Junta de Cofradías. Los objetivos que se habían marcado se cumplieron con creces y se entregaron los diplomas a los niños y niñas que, durante varios meses, participaron en las distintas actividades.

Desde el día 9 de marzo se pudo contemplar en las salas del Museo de Semana Santa, la exposición titulada “Cien años de azul y blanco”, de la Vble. Hdad. de Nuestra Señora de la Amargura y San Juan Apóstol realizaba con motivo de los actos de su I Centenario. Con motivo de esta celebración, esta hermandad celebró, el viernes, 11 de marzo, una Solemne Procesión extraordinaria que desfiló desde la iglesia de El Salvador hasta la Catedral. Esta procesión contó con la asistencia en pleno de la Junta de Diputación de la Junta de Cofradías y de numerosos guiones y cetros de las distintas hermandades de Cuenca. El 13 de marzo tuvo lugar la presentación de las publicaciones oficiales de la Junta de Cofradías, este año compuesto por: El programa oficial, que este año incluía la colaboración literaria del poeta conquense Jesús Calleja, y que siguió contando con su edición a cargo de la UCLM; la revista “Cuenca Nazarena”; y el dvd “Objetivos Nazarenos”. El 17 de marzo, la Junta de Cofradías presentaba su nueva Web, http://www.juntacofradiascuenca.es, un nuevo portal en Internet para información, tanto de nazarenos y conquenses,

El día 30 de marzo, se firmaba un convenio con el Ayuntamiento de Cuenca, por el cual la Iglesia de San Andrés, de propiedad municipal, fuera puesta al servicio de las hermandades durante los días previos y posteriores a la celebración de la Semana Santa.


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El día 31de marzo tuvo lugar la Junta General previa a la Semana Santa de este año, contando con la asistencia del Obispo de Cuenca Monseñor José Maria Yanguas y la del alcalde la ciudad Francisco Pulido. En esta sesión se aprobaba una declaración institucional contra el aborto por parte de las cofradías de Cuenca. En estas mismas fechas se inauguraba en el Museo de Semana Santa una nueva exposición denominada Pasión por Cuenca compuesta por fotografías del arquitecto conquense, Enrique Martínez Gil. La muestra estuvo integrada por treinta y dos fotografías fieles representantes de la sensibilidad y maestría de este conquense. La tarde-noche del Viernes de Dolores tuvo lugar en la antigua Iglesia de San Miguel el acto con el cual se da por oficialmente iniciada la Semana Santa de Cuenca. El Pregón de Semana Santa de este año corría a cargo de Miguel Romero, que emocionaba al entregado auditorio con sus palabras, acompañadas de poemas y efectos musicales. En el escenario se encontraba como es ya tradición la imagen del Santísimo Ecce Homo de San Miguel. A este acto acudieron numerosas autoridades, el Sr. Obispo de Cuenca, Alcalde, Presidente de la Diputación, Subdelegado del Gobierno, además de la Junta de Diputación de la Junta de Cofradías de Cuenca. Antes del Pregón tuvo lugar la actuación musical de la Escolanía de la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad de San Agustín. Seguidamente intervino el Coro del Conservatorio de Cuenca y cerraba este preludio la Banda de Música de Cuenca. La celebración de la Semana Santa de este año se vivió con una mayor participación de nazarenos en las hermandades conquenses. También se destacó el excelente trabajo realizado por las bandas de música que desfilaron. Lo peor fue la suspensión por inclemencias meteorológicas de dos procesiones el Viernes Santo, la de “Camino del Calvario” y la de “En el Calvario”. El 4 de mayo tuvo lugar la primera Junta General celebrada por la Junta de Cofradías tras la Semana Santa. En esta sesión se aprobó la reforma de los Estatutos que rigen la institución nazarena y se leyeron los informes de cada desfile procesional. La hermandad de la Santa Cena inauguraba una exposición en el Museo de Semana Santa que mostraba los veinticinco años de vida de esta cofradía, destacando la talla del Jesús que se podía contemplar separada del resto de los apóstoles. El 9 de mayo, se participó en el IX Encuentro de Hermandades que se celebró en la localidad de Priego. El 25 de mayo, la Junta de Cofradías recogía en Madrid el Premio que otorga la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid a la Mejor Asociación castellano-manchega de 2008.

El 1 de junio, festividad de la Virgen de la Luz, en la procesión con la patrona de Cuenca, desfilaba, por primera vez, una representación de la Junta de Cofradías que, previamente había sido invitada por esta hermandad. El domingo, 14 de junio, tuvo lugar la procesión del Corpus Christi, organizada como viene siendo habitual en los últimos años por la Junta de Cofradías. La custodia fue llevada a hombros por banceros de diversas hermandades. Cinco hermandades habían situado bellos altares para recibir el paso del Señor. En los Arcos del Ayuntamiento lo hacia la hermandad del Bautismo de Jesús. En San Felipe la hermandad de María Santísima de la Esperanza. En la curva del Escardillo tenia el altar la hermandad de la Santa Cena. En la calle Palafox, en las puertas del antiguo instituto, estaba el altar de la hermandad de Jesús Entrando en Jerusalén y finalmente, en la avenida Virgen de la Luz, estaba situado el de la hermandad de La Vera Cruz. El 9 de septiembre, se dieron a conocer los premios del II Concurso de fotografía “Semana Santa de Cuenca”, organizado por la Junta de Cofradías. El primer premio fue para “Penitente con incienso”, de Luís Miguel Caballero Martínez; el segundo premio recayó en Julio Palencia Garrote, por su obra titulada “Admiración y respeto”; y el tercero fue para la fotografía bajo el título de “Esperando a un redentor”, de Javier Chaler Villanueva. En la Junta de Diputación del 15 de septiembre, se eligió a Tomas Bux como cartelista de la Semana Santa 2010. La sesión de la Junta de Diputación del 7 de octubre eligió a Lucio Mochales Correas como pregonero de la Semana Santa del año 2010. El día 14 de noviembre se puso en marcha el segundo curso de la Escuela Nazarena, con alrededor de cuarenta alumnos organizada por la Junta de Cofradías y la Asociación de Mujeres Cofrades. La Junta de Diputación del 9 de diciembre, dio el visto bueno al presupuesto de la Junta de Cofradías para el año 2010, este presupuesto descendía en un 18 % respecto al del año pasado, debido, en parte, a las suspensiones de diversas procesiones de este año. También en esta sesión se dio la conformidad a las cuentas del ejercicio económico que finalizaba el 1 de julio de 2009. Además se planteó una propuesta de modificación del protocolo de lluvia. La última Junta General del año tuvo lugar el 14 de diciembre. En esta sesión se aprobaron las cuentas del ejercicio económico y el presupuesto para el año 2010. Se voto la no unión de las procesiones del Perdón y del Silencio en caso de lluvia el Martes Santo, siendo aprobada esta propuesta.



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FotografĂ­a: Antonio Abarca Contreras


Fotografía: Enrique Martínez Gil

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Fotografía: Archivo Junta de Cofradías

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Apuntes para la historia Por Antonio Pérez Valero Cuando sentí la necesidad de publicar “A Través de mi Capuz”, mis metas eran, por una parte transmitir y dar a conocer los resultados obtenidos hasta esa fecha tras años de búsqueda de nuestra tradición nazarena, y por otra infundir y plantear la necesidad y posibilidad de nuevas y mas minuciosas investigaciones que fueran acercándonos a nuestro orígenes procesionales. Hasta esas fechas eran pocos los estudios rigurosos conocidos y menos aun el tiempo dedicado a bucear en el polvo de nuestros archivos para hacer aflorar más documentación que sirviese para completar ese puzzle en que se ha convertido nuestro pasado. En los trece años transcurridos, se ha avanzado mucho en la rigurosidad histórica de las publicaciones (que aparte se han multiplicado en cuanto al numero de ellas) y así paulatinamente el abanico documental para el estudio de nuestras cofradías se ha visto fuertemente ampliado. Pero el aumento de la base documental, no significa necesariamente una solución para los enigmas, todo lo contrario, a veces los incrementa y por ello voy a dedicar este espacio a plantear una serie de interrogantes que particularmente considero se han multiplicado con los nuevos conocimientos y que considero pueden enriquecer nuestra curiosidad. La escasez de documentación provocó la reiteración de errores, ocasionados generalmente por la interpretación de la poca documentación localizada, y ahora el aumento de ella nos obliga a continuas modificaciones, de unos origines que muy difícilmente conseguiremos esclarecer en todo su alcance. Como ejemplo pongamos el Cabildo de San Nicolás de Tolentino, existente en el Convento de San Agustín, organizador del desfile de la madrugada del Viernes Santo, en el que tradicionalmente hemos encuadrado a las tallas del Cristo de la Luz, San Juan Evangelista y Nuestra Sra. De la Soledad, que desfilarían desde su origen en 1616 hasta que en 1707 se le une la Hermandad de Jesús Nazareno, quien lógicamente incorporaría su talla. Así se deduce de cuanto nos comentan tanto Muñoz y Soliva “su iglesia era reducida, sin cosa notable que referir a excepción de los Santos Pasos de Jesús Nazareno, El Sto. Cristo de los Espejos, San Juan y Ntra. Sra. Dolorosa”, como Mateo López, e inclusive se puede deducir de las Constituciones de la Hermandad de Jesús Nazareno del año 1778.


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Fotografía: Archivo Junta Cofradías

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Hoy sin embargo tenemos que afirmar que todo ello es erróneo. La Hermandad del Cristo de la Luz, jamás forma parte del Cabildo de San Nicolás de Tolentino, y su incorporación al desfile de la madrugada del Viernes Santo no se realiza hasta el año de 1751, año en que además son aprobadas sus Constituciones fundacionales y construidas sus andas procesionales “Haviendo visto las ordenanzas y constituciones echas por los hermanos de la Hermandad de la Santa Cruz, advocación del Santo Ecce Homo, que oy se venera en su Capilla sita en el Convento de Nuestro Padre San Agustín, extramuros de esta Ciudad con el titulo del Santísimo Cristo de la Luz”. El desfile nace con los pasos ya mencionados “la costumbre que inmemorial ha habido de que solamente salga en procesión Nuestro Padre Jesús, Señor San Juan y María Santísima de la Soledad por representarse únicamente en dicha Procesión el Paso de la calle de la Amargura” “y que dirigiéndose la procesión y Santas Efigies que en ella se llevan a representar a Nuestro Redemptor vivo, llevado por los Fariseos por la calle de la Amargura de la Ciudad de Jerusalem”. Y aquí me surge una gran interrogación, al comprobar que en el desfile de la madrugada, desde su origen aparte de los nazarenos se habla de Fariseos. ¿Es una simple mención a lo que se quería representar? ¿Desfilaban en el desfile cofrades representando a esos fariseos?, de ser así, ¿Pueden ser nuestras actuales turbas una transformación de aquellos primeros fariseos? Las tallas eran propiedad del Cabildo, alrededor del cual nacen las Hermandades de San Juan y de Ntra. Sra. De la Soledad, no así la de Jesús Nazareno, que se une al Cabildo en 1707 “resulta que en tres de abril del año pasado de setecientos y siette otorgaron los dichos Hermanos (Hermanos del Jesús Nazareno) con los individuos del Cavildo de San Nicolás de Tolentino una que llaman Concordia”. Qué pasa desde esas fechas para que cuando en 1835 se hace inventario de los bienes del Convento de San Agustín se inventaríen las tallas de Jesús Nazareno, de Ntra. Sra. De la Soledad y de San Juan Apóstol y se haga una referencia de que se encuentra en litigio para establecer la propiedad de las mismas. Y cuando seis años más tarde se reparten los bienes de los Conventos amortizados en la Diócesis, estas

tres tallas se entreguen a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús junto con todo lo perteneciente a dicha Hermandad. Podemos entrar en otro de los errores a los que la historia y documentación nos han inducido, al dotar a las hermandades de una continuidad en el tiempo que en muchas ocasiones no ha sido producido sino por la existencia de distintas cofradías bajo una misma advocación. Tomo como ejemplo la ya mencionada del Cristo de la Luz: Sabemos de su existencia desde mediados del siglo XVII en la parroquia de San Martín, donde son aprobadas sus constituciones en 1722 “CONSTITUCIONES PARA EL GOBIERNO INTERIOR DE LA HERMANDAD DEL SANTISIMO CRISTO DE LA LUZ SITA EN LA PARROQUIAL DE SAN MARTIN DE LA CIUDAD DE CUENCA”, conociendo también que esta Hermandad continua en la Parroquia de San Martín en 1751, año en que es fundada la ya mencionada en el Convento de San Agustín. Y según la visita realizada a dicha Parroquia, el 21 de Noviembre de 1756, la primitiva Hermandad continua establecida en San Martín, con lo cual podemos afirmar se trata de dos hermandades diferentes, que coinciden en el tiempo. No es una excepción, pues son muchas las Hermandades que en aquella época coinciden en nuestra Ciudad: A las ya comentadas del Cristo de la Luz en la Parroquia de San Martín y en el Convento de San Agustín, podemos unir las de San Juan Evangelista existentes en este ultimo Convento, en la Parroquia de San Juan Bautista y en el Convento de la Merced; mientras la Hdad. Del Cristo de la Salud tiene Constituciones aprobadas en la Parroquia de San Esteban desde 1720, otras hermandades con la misma advocación existen en la de San Juan Bautista, en el Convento de los Dominicos, en la Parroquia de San Pedro, o en el desaparecido Convento de San Agustín existente en el Barrio de los Tiradores (hoy parroquia del Cristo del Amparo). Similar situación encontramos con las Hermandades del Nazareno, La Hermandad de Jesús con la Cruz a Cuestas existe en San Roque, en San Agustín y también en San Juan Bautista, teniendo también culto una talla existente en el Convento de Francisco Observantes; en la parroquia de San Juan existe hermandad de Ntra. Sra. De las Angustias (que sale procesionalmente


Fotografía: Enrique Martínez Olivares

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Fotografía: Gregorio Cubillo

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en el Domingo de Lázaro en la Cuaresma, al menos desde 1637) en duplicidad con la existente en su Ermita; si nos referimos a cofradías de Ntra. Sra. De la Soledad, las encontramos en San Roque, San Agustín y en la Parroquia de San Salvador, manteniendo altar y capilla en el Convento de los Trinitarios; y si inventariásemos las de la Vera Cruz la encontramos prácticamente en la totalidad de Conventos y Parroquias existentes en la Ciudad. Conocemos la existencia de la capilla de los Pasos en la Ermita de San Roque, por las obras en ella realizadas en 1575, así como por la existencia de tallas de Jesús Nazareno en 1580 y de ello se ha deducido la existencia de desfile en la tarde del Jueves Santo. También ahora sabemos de la existencia de otra Capilla de los Santos Pasos en la parroquia de San Juan Bautista, por las obras que realiza en 1640 el maestro de cantería Nicolás de Humon, existiendo en dicha Capilla la Hermandad del Santo Cristo con la Cruz a Cuestas. ¿Se organizaba algún desfile procesional desde la parroquia de San Juan Bautista? Retornando a nuestros orígenes, es innegable que la autorización de Felipe III de fecha 17 de septiembre de 1614, “que no se seguia inconveniente, por no haver en la dicha Ciudad Cofradía ninguna que se hiciese dicha Procesión”, constituye al menos la legalización oficial de nuestros desfiles. Independientemente de que con anterioridad a esta fecha ya se celebrasen desfiles, llegado a este punto mi gran incógnita la plantea el motivo por el cual el Corregidor de la Ciudad se atreve en 1615 a desobedecer una Real Orden, indudablemente muy grandes debieron ser sus justificaciones para atreverse a tal osadía y que fuese necesaria una nueva intervención Real para que el desfile saliese a la calle en 1616. Prácticamente en la totalidad de las nuevas investigaciones se hace referencia a desfiles con anterioridad a esta fecha, algunos incluso consideran que esta fecha no sea la de inicio de este desfile, sino la de su legalización. Particularmente me llama la atención el pleito por su organización, que algunos autores sitúan en 1586. “En el año

1.586 disputaron la preferencia en las procesiones publicas con los PP Trinitarios y la ganaron los Agustinos” De la lectura del “Libro de Protocolo año 1696 del Convento de San Agustín de Cuenca” destaco las siguientes transcripciones sobre el pleito al que se hace referencia anteriormente: “En esta letra están el pleito que tubimos con los Padres Trinitarios Calzados de esta Ciudad sobre la precedencia en las procesiones y actos públicos ejecutoria a nuestro favor”. “Assimismo esta la sentencia en nuestro favor para precederles a los religiosos descalzos de San Francisco, notificada a dicha Religión ejecutoria en actos públicos. Tomados dos testimoios de ello.” “se otorga licencia para la organización en juicio contradictorio de la Vble. Hdad. De la Vera Cruz y Sangre de Cristo, que igualmente había solicitado la organización de procesion de nazarenos”. Nuevamente la documentación nos lleva a contradicciones, ¿Se trata de un único pleito en el que Franciscanos y Trinitarios se enfrentan al Convento de San Agustín? ¿Existe algún desfile organizado desde el Convento de la Trinidad? ¿Por qué afecta a la Hdad. De la Vera Cruz la autorización del desfile de la madrugada?. Si la Hdad. De la Vera Cruz ya desfilaba, ¿porque solicita también la organización de una procesión de nazarenos? Y en este caso, si Hermandad de la Vera Cruz y Cabildo de San Nicolás efectúan la misma solicitud ¿Qué derechos tiene para su organización este sobre aquella? Y si en estas fechas existen procesiones en la tarde del Jueves Santo, Madrugada del Viernes y Santo Entierro ¿Qué causa convierte en incompatibles a aquellas que no afecta a esta última? Difícil establecer el momento de arranque de nuestros desfiles, que sin duda tienen su origen en el último cuarto del siglo XVI, aun cuando nos consta la existencia de cofradías con bastante anterioridad.


Fotografía: Enrique Martínez Olivares

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En 1562 Bernardo de Fresneda es nombrado Obispo de nuestra Diócesis, celebra Sínodo Diocesano en 1564, y participa en el Concilio Provincial de Toledo. Publica su Sinodal en 1571, en ella únicamente se menciona la existencia de Cofradías en el Cap II: “Por evitar los perjurios que se siguen y suelen seguir, en grande offensa de Dios, defendemos y mandamos que no se reciban juramentos a los cofrades de las cofradias, que guardaran los statutos dellas” Apenas alguna mención a desfiles procesionales y en todo caso apartados de los de Pasión. Ya en 1566 había dictado unas amplias normas de funcionamiento, recogidas en cinco libros; se regulan los días feriados, que aparte de los domingos son cuarenta y tres a lo largo del año, fiestas que se han de guardar, mandando que en ellas todos los cristianos deben de “oyr misa enteramente y estar en ella con devoción y atención”, regulando el cierre de las tabernas y establecimientos similares, así como los juegos de azar. Entre estas 43 fiestas esta la de San Julián en Enero, así como los dos días siguientes a la Resurrección “y de honestidad el viernes Santo hasta el medio día”. Ello me lleva a una nueva incógnita ¿Qué diferenciaba la mañana del Viernes Santo en al año 1566 del resto de los días del año? Prácticamente hasta nuestros días y por unas u otras razones, podríamos afirmar no se consolidan las cofradías y los desfiles procesionales, produciéndose a lo largo de los siglos constantes vaivenes, desapariciones, fundaciones, refundaciones, que nos hace todavía mas difícil y lento el estudio de nuestro pasado procesional. Y así podemos afirmar que en el siglo XVIII ya nos encontramos con desfile el Miércoles Santo, desfile en el que al menos participa la Cofradía del Ecce Homo de San Gil, si bien desconocemos el periodo de tiempo en que este desfile cruzo las calles conquenses. Cuando Felipe Antonio Solano, es nombrado Obispo de la Diócesis en 1778, firma su primer edicto el 4 de noviembre de 1778, mientras todavía residía en Ceuta:

“Nos D. Phelipe Antonio Solano por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Zeuta y electo de Cuenca…………….. Hacemos saber, que por termino de Nuestra General Visita y para evitar los escándalos, pecados públicos y abusos perniciosos, hemos provehido los siguientes mandatos……………Así mismo mandamos bajo la misma pena y en virtud de Real Orden de 20 de Febrero del año pasado de 1777, que no se hagan, ni permitan en adelante procesiones de Noche, aun las de Semana Santa ………………. por que las Iglesias han de estar cerradas en los tres días, Miércoles, Jueves y Viernes de la Semana Santa a las 10 de la noche lo mas tarde” La existencia de desfile en el Miércoles Santo nos la confirma la petición realizada por la Cofradía del Ecce Homo de San Gil el 8 de marzo de 1828: “Don Claudio Peñalver, Hermanos mayor y en nombre de la Hermandad de Socorro del Santo Ecce-Homo, sita en la Parroquial de San Gil de esta Ciudad, a V.S.I. con todo respeto hace presente: Que la Hermandad ha acordado se haga la procesión de dicho Sto. EcceHomo el Miércoles de la Semana Mayor, próxima teniente, así como la verifican en Medinaceli, Barcelona y otras Poblaciones” León García es el Vicario Ecónomo de San Gil y como tal emite el perceptivo informe: “Que desde el año de mil setecientos noventa y cinco, que reside en esta Ciudad no ha visto haya salido procesión formada con el Santísimo Paso del Ecce Homo de la Parroquial de su cargo, sino para incorporarse el Juebes de la Semana mayor con la que al presente sale de la Hermita de Nuestra Señora del Puente y anteriormente de la de San Roque. Sin embargo de informes tomados, resulta hace muchos años salida de San Gil la indicada procesión con solo el Doloroso Paso la tarde del miércoles Santo cesando desde este tiempo los fieles en sus trabajos…………………… Y siendo el principal objeto dar a Dios especial culto con la procesión que se solicita podrá (caso de


Fotografía: Enrique Martínez Olivares

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concederse) ejecutarse el Juebes Santo concluido el Mandato en la Santa Iglesia. Cuenca a veinte y nueve de marzo de mil ochocientos veintiocho” Podemos confirmar la existencia de desfile el Miércoles Santo. Lo que nuevamente me llena de incógnitas: ¿desde cuando? ¿Cuándo y porque desaparece?, llama igualmente la atención que si esta Cofradía se incorporaba ya desde finales del siglo XVIII al desfile organizado el Jueves Santo, ¿Por qué hasta 1819 los gastos de este desfile son únicamente repartidos entre cuatro Cofradías? Analizando la evolución de esta autorización, se nos abre una nueva incógnita sobre la existencia del desfile del Jueves Santo: “Que en atención a lo que informa el Vicario en el que precede y de lo que en esta asunto no se trata de nueba erección de Cofradía y Hermandad, sino el de renovar las piadosas y antiguas costumbres de dar al Señor un aumento de culto, y escitar a los fieles la Devoción, recordando los Pasos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús Christo… Concedía y Concedió su Señoría la Licencia necesaria en semejante caso, para el año presenta y en los subcesivos a efecto de que dicha Hermandad pueda hacer la procesión que solicita en el día y tarde del Juebes Santo después de concluido el Labatorio y Sermón de Mandato en la Santa Iglesia Catedral, con el ornato, decencia y asistencia de todos los individuos de la repetida hermandad y demás fieles que tubiesen devoción con velas o hachas encendidas… Cuya licencia y permiso se hara saber al precitado Vicario y Párroco de dicha Iglesia y así mismo se notificara al Caballero Corregidor de esta Capital para que permita el transito publico en la Carrera de dicha procesión y se sirva si gustase asistir a esta, y auxiliar en su caso a la Jurisdicción Eclesiástica”.

para celebrar y contemplar los Augusto Misterios de la Religión Santa que profesamos”. Encontramos en la documentación cruzada dos referencias que me hacen pensar que en la fecha de la solicitud el desfile del Jueves Santo había desaparecido, reorganizándose posteriormente: por una parte la necesidad de notificación al Caballero Corregidor para que permita el transito publico y si gusta asista a ella; y por otra que pese a la autorización del Vicario General para desfilar el Jueves Santo, la Real Cancilleria de Granada no lo permite para no distraer a los cristianos. Lógicamente si ya se estuviese celebrando desfile el Jueves Santo ambos estamentos hubiesen autorizado a la Cofradía simplemente a que se incorporarse al mismo, y no planteándose la creación de un nuevo desfile. También las hermandades sufren con el paso del tiempo de periodos de letargo, como muestra la contestación del Párroco de San Salvador de fecha 8 de marzo de 1842, en relación con las cofradías existentes en su Parroquia: “La Hermandad de Caballeros Nobles de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Sepulcro de Jesús,… y Procesión Solemne en la tarde del Viernes Santo que anualmente se celebra , llamada del Entierro de Jesús y una Función Anual. La Hermandad del Stmo. Jesús Nazareno, sita que fue en el Convento de San Agustín,… para el culto de la dicha Imagen en la solemne Procesión del Viernes Santo por la mañana, y dos funciones solemnes anualmente.

Significativa es también la decisión de la Real Cancillería de Granada en 1829:

La Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz, sita como la anterior en el Convento que fue de San Agustín… su objeto el dar culto a dicha Santa Imagen en la Procesión Solemne del Viernes Santo por la mañana a las diez y amas una función anual.

“Y respecto a la procesión de Stmo. Ecce Homo podría realizarse en el Miércoles de la Semana Santa o mayor… y no permitiéndose en el Juebes Santo con el objeto de no distraer a los cristianos de la visita del Santísimo Sacramento y de la concurrencia a los Templos

La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, sita que fue en el Convento de San Agustín… su objeto el dar culto a la Santísima Virgen de la Procesión Solemne del Viernes Santo por la mañana a las Seis, y amas una Función anual.”


INVESTIGACIÓN El mencionado párroco no hace mención alguna a la Hermandad de San Juan Evangelista, algo similar ocurre casi con un siglo de antelación con la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (del Puente): “que en la procesión que el Juebes Santo por la tarde se hace desde la Hermita del Señor San Roque ba la imagen de nuestro Redemptor en representación de su mortal agonía y copioso sudor de sangre que tubo en el Huerto, y en la de la sacrílega burla que hicieron poniéndole una Caña por Cetro y Coronándolo por Rey con penetrantes espinas, también va con la Cruz a cuestas representando el transito por la Calle de la Amargura pues desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calbario la llebo su Majestad; también va en representación de Cruzificado y difunto”.

Es curiosa la diferencia que se establece en los desfiles existentes en el siglo XVIII, siendo los del Viernes Santo (madrugada y Santo Entierro) considerados como la representación de un Paso de la Pasión, mientras que el del Jueves Santo lo es para mover a las conciencias de los conquenses: “por quanto la referida procesión, (se refiere a la del Jueves Santo) no es destinada como las otras a la representación de un Paso, o suceso particular en la Pasión de nuestro Redemptor; y si para manifestar a nuestra tibieza; y poner a nuestra vista y consideración los mas principales Misterios de una Pasión y muerte en nuestro bien; por lo mismo salen en ella aquellas imágenes que mas a lo vibo representan lo mucho que padeció por nuestro amor; aquel Divino señor, desde que empezó con el sudor sangriento, asta que concluio espirando en la Cruz” Igualmente la inquietud de las cofradías para obtener la mayor cantidad de privilegios posible, es también reflejo de aquellos orígenes, encontrándonos como la Hermandad de la Vera Cruz, nombra procurador a Diego de Quesada, para que en 1610 efectúe diversas gestiones en Roma, sorprendiendo el mismo con su escrito del 21 de julio de 1610 “en Roma a causado gran maravilla el ver tantas indulgencias… y las copias que tenia ni son Bulas ni menos Breves Apostolicas concedidos a esta Cofradia, sino un trasunto de un Cardenal el cual pidio la gracia a Su Santidad de aquellas indulgencias y el se las concedio, siendo revocadas junto con todas las demas antiguas por Sixto V y Pio V” Conocemos por las actas existentes, que las juntas se realizaban en casa del hermano mayor, lo que hemos justificado por el reducido numero de cofrades que las componían, nada mas lejos de la realidad: “no quiere la hermandad reunirse en la sachristía del Convento, para oviar los inconvenientes graves, einescusables, que de congregarse en dicha sacristía del convento se pueden seguir con la concurrencia de los Religiosos, que quieren apropiarse voz y voto, que no tienen, y inquietud de animo en sus secularizados”. Esta afirmación se hace en el siglo XVIII contestando a la orden de reunirse en la Sacristía, negándose la Hermandad del Jesús Nazareno, para evitar la intervención de los religiosos y su influencia en los participantes en las juntas. Todo lo contrario ocurre en cuanto a la finalidad principal de las Cofradías: “y pudo temer, por estar mui enfervorizado y empeñado el publico en celebrar dichas funciones, el que se conceptúo al recoger por si, el Provisor las llaves de la Puerta de la Hermita de donde havia de salir la procesión… pero Dios quiso que a la hora precisa nebase y casi todo el siguiente día”, así se expresa el Corregidor Manuel Becerril y Valero, refiriéndose a los desfiles del Jueves y Viernes Santo, y termina diciendo “se celebrasen las dichas procesiones en que save el muy bien, el fervor y empeño que toma este publico que suele hacerlas aun lloviendo”. Era el año de 1793.

Fotografía: Enrique Martínez Olivares

He querido hasta aquí únicamente llamar la atención sobre el importante camino que todavía nos queda por recorrer, para poder acercarnos a unos siglos nazarenos que tienen todavía mucho que descubrir y que enseñarnos; y por ultimo voy a resaltar algunos sucesos acaecidos en épocas muy alejadas en el tiempo, y que mantienen una plena similitud con tiempos bastante mas cercanos:


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Homenaje de la Vble. Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz en el Centenario de su nacimiento

Federico Muelas (Cuenca, 7 de octubre de 1909 – Madrid, 25 de noviembre de 1975) es el puro sentimiento de lo conquense, del sentimiento oriundo en las hoces y piedras, advirtiendo desde las emociones e inquietudes más íntimas en la necesidad pura de su expresión hasta la narración de hechos, prodigios y vivencias de una ciudad que, ensamblada con su alma, le debe, probablemente, su existencia en la vida literaria del siglo XX. Y es que Cuenca, y sobre todo su Semana Santa, resurgió en los difíciles años postreros a la Guerra Civil de la nada, siendo el ímpetu de los conquenses el más valioso de los instrumentos de resurrección. Y ese ímpetu, económico en las instituciones, arraigado y creyente en el pueblo conquense, permitió que se reorganizaran nuestras hermandades y que allá por el año 40, un dos de febrero, la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz iniciara las gestiones para solicitar a la orden de las Carmelitas Descalzas la cesión de la imagen de un crucificado para desarrollar la procesión de ‘En el Calvario’.

En el año 1946, distando pocos años de su reorganización, Federico Muelas elude la responsabilidad de ser Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo de la Luz a causa del padecimiento de su enfermedad de vista, pero (tal y como aparece reflejado en el acta) ‘dejará un regalo para el Santísimo Cristo que deje recuerdo de su paso’: qué mejor regalo que sus dos composiciones poéticas dedicadas a esta talla. En el primer listado de hermanos de 1952, Federico Muelas ostentaba el número 5. Cabe destacar que, Federico Muelas, a pesar de estar afincado en Madrid desde el año 1941 (y fue allí en donde se abrió plenamente a la vida cultural del momento, en la capital, avivando su capacidad creadora, entrando en contacto con los principales escritores, convirtiéndose en uno de ellos), no olvidó a Cuenca; de hecho, es una constante en su obra la vinculación del autor con su tierra, y su presencia en la ciudad.

Fotografía: Julio Palencia

Por Aurora Garrote Armero


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PREGONERO DE SU TIERRA, DE SU SEMANA SANTA Sea quizá la faceta más reconocida en la Semana Santa de Cuenca, Federico Muelas impulsó desde Radio Nacional de España (y desde otras emisoras, junto a él, Enrique Domínguez Millán) la revelación de nuestra tradición a toda España. Primero, en los partes de noticias con breves crónicas; después, en programas dedicados que escondían su pregón (Cuenca, 1945) que, posteriormente, considerados ya un clásico a nivel nacional desde Madrid se repetían año tras año por el propio autor, hasta que, oficializado por la Junta de Cofradías en 1952, se trasladó en emisión local a Cuenca dándole la voz a otros escritores y nazarenos. Pero en ese afán de anunciar, Federico Muelas, además de escribir los pregones de la Semana Santa de nuestra ciudad de los años 1945, 1949, 1950, 1952, 1961 y 1968 (conservados; Luis Calvo Cortijo le confiere en torno a 10), publicó numerosas crónicas y artículos informativos en periódicos y revistas de tirada nacional (La Vanguardia, Blanco y Negro) y provincial (Ofensiva), colaborando también en la edición de los programas oficiales que editaba la Junta de Cofradías desde el año 40 con diversos textos bien publicados, bien originales. OBRA POÉTICA Un libro dedicado íntegramente a la Semana Santa de Cuenca, titulado ‘Hilván dorado al aire del lamento’ fue uno de los sueños incumplidos de Federico Muelas. En una carta personal que le reenvía a Don Alfonso Durán, le comenta que ‘iré a Cuenca pronto. Me refugiaré en el hocino y terminaré, Dios mediante, mi libro sobre la Semana Santa de Cuenca’. Diversos poemas publicados en algunas antologías propias o en diversos medios (programas de Semana Santa, prensa, pregón del año 1950) podrían conformar este libro. Carlos de la Rica en la recopilación de la obra poética completa del autor (Poesía. Federico Muelas, Ed. El Toro de Barro, 1979) indica, en la compilación de poemas de Semana Santa (que agrupa como ‘El libro de horas de mi Semana Santa’), que el libro no fue completado nunca por Federico Muelas, encontrándole diversos títulos de poemas que posteriormente no escribió (deja constancia de que el poeta deseaba escribirle una composición a cada uno de los escultores conquenses con talla en nuestra tradición). Ocho poemas en total que en su mayoría han pasado al imaginario colectivo conquense por su uso de imágenes y metáforas, que se han convertido en tópicos literarios de nuestras procesiones tan repetidos por los nazarenos y por nuestros pregoneros (‘cierne luz de luna llena’ en el Miércoles Santo). Pero son dos, dos poemas al Cristo de la Luz, dos ‘regalos’ que dejó a su Hermandad, tal y como prometió en el año 46 al renunciar al cargo de Hermano Mayor.

SANTÍSIMO CRISTO DE LA LUZ Yo diría: nací con la fe en Cristo.(…)Mi Cristo cierto, siempre inmediato, siempre solícito, aun en mis pequeñeces, siempre plegado en su infinitud a mi vida insignificante, salvador meridiano, atento a todo y a todos, sin pedir más que la evidencia en la invocación(…). (Autorretrato y Confesión, Carta a Martín Descalzo, en ‘A Federico Muelas. Rev. Cuenca’, Excma. Diputación de Cuenca, pág. 2) De profunda religiosidad, la creencia cristiana de Federico Muelas es el eje vertebrador de gran parte de su obra. ‘Mi fe desborda, pues, los estrictos límites cristianos’ apelando, incluso, a ese carácter innato de su fe, de su propia práctica religiosa concebida como continuo milagro, que deriva en un temática y estilo con múltiples acentos místicos. Y en esa creencia, su participación como hermano del Cristo de los Espejos será el enlace más directo con la Semana Santa, con la tradición popular cristiana más arraigada en el pueblo conquense, en la que participará tanto en el ámbito personal y espiritual como en el familiar (y como hemos relatado, en el profesional). Su hermandad, su imagen de veneración en Cuenca, el Santísimo Cristo de la Luz crucificado en una cruz de espejos. Y desde la hermandad, un homenaje en el centenario de su nacimiento. El día 27 de febrero, en el Paraninfo de la UCLM, se celebró un breve recital, con vivencias de los que con él compartieron la Semana Santa y de los que la han vivido con la lectura de su obra. Para mayo, coincidiendo con la celebración de la Solemne Función Religiosa, se presentará una publicación que, además de contar con la colaboración de aquéllos que lo conocieron, la de los poetas de hoy, de la Semana Santa, de Cuenca, que le dedicarán sus versos, recopilará toda su obra escrita relacionada con la Semana Santa de Cuenca, acompañado de varios estudios en torno a su figura y a su obra. Y todo, en agradecimiento a su contribución en la promoción de la Semana Santa, y, como no, por su devoción al Santísimo Cristo de la Luz.

… Y la mano de Dios signó los aires siguiendo de la Cruz el duro trazo. Y en viva luz sobre el Calvario, Cristo árbol de luz, al mundo cobijaba.


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La Semana Santa de Cuenca en 1917 Por Enrique Valero Moscardó Colaboración y Agradecimientos: Biblioteca Pública Fermín Caballero de Cuenca, Archivo Histórico Nacional, Rafael Pérez, Antonio Pérez Valero y José Aguilar Torralba. Textos: Federico Rodríguez y Delgado, Zharenden, N. y Z., Prensa local y nacional de la época, E. Valero. Fotografías: Campos, Ciarán, Echagüe y A. Martín,

La ciudad hidalga y vetusta proyecta sombras en el abismo; silentes noches de la Santa Semana. Los nazarenos cruzan graves con serio andar de ceremonia. Cubren su faz sombríos capuchones que les hacen extraños, misteriosos. Semejan bíblicos ascetas en olor de penitencia y contrición. Las sagradas imágenes son llevadas con ritmo por algunos devotos. En las calles por do pasa la santa comitiva, manos ebúrneas y divinas arrojan flores desde el herraje de jarifo balcón. Federico Rodríguez y Delgado. 1917

En 1917 la ciudad de Cuenca contaba con 20.000 habitantes. Fue el año que comenzaron intensos, complejos y contradictorios sucesos. Los conquenses eran una sociedad polifacética, inmersos en un conjunto de prácticas culturales, que vinculaban ideales y mentalidades, morales, religiosas, vida cotidiana, políticas,…. Según muchos historiadores, la primera Gran Guerra supuso para la España neutral un aumento de las exportaciones, del comercio y los negocios. Aquel beneficio obtenido se tradujo rápidamente en una brutal escalada de los precios, y después en un notable descenso en el nivel de vida de las clases populares, la “crisis” no paró hasta 1939. En Cuenca, la carestía de vida era importante, y en marzo de aquel año las cosechas no se proyectaban halagüeñas ni tampoco esperanzadoras, el pan había adquirido un precio extraordinario y la carne dejaba de consumirse con la necesidad que el trabajo cotidiano exigía, otros artículos de consumo habitual pasaron a la categoría de recuerdos, era un mal cuadro social.


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Cuenca, Cuaresma de 1917 Noticias de las gacetas, hojas y papeles que circularon en la ciudad en 1917. Día 24 de marzo. “Por propio interés”

Día 28 de marzo. “El Ayuntamiento recauda”

Dentro de breves días, la Iglesia, Nuestra Madre, siguiendo las prescripciones de la Liturgia sagrada, ha de conmemorar los misterios del Calvario de tan profunda emoción para el alma creyente. Aquí, en nuestra capital, a expensas de la munificencia de unos y merced a la constante labor y buena voluntad de otros, han llegado a organizarse unas procesiones de la Semana Santa en tal forma y con tan extraordinario esplendor, que cuando menos están a raya, si es que no sobresalen, de las más celebradas de otras poblaciones. Viva satisfacción sentimos en manifestarlo así porque cede en prestigio de esta ciudad, objeto de nuestros más encendidos amores, pero como la pasión no debe oscurecer los límpidos horizontes del conocimiento, ni el acendrado cariño a la Patria chica, hemos de decir ingenuamente que las mencionadas manifestaciones del culto público dejan bastante que desear, en cuanto atañen a su realización y desarrollo.., las filas, de las distintas hermandades no guardan la debida formación y regularidad, cortándose a cada paso; sí, entre nazarenos y público se entablan conversaciones en tonos elevados; sí, los cofrades se separan a su antojo de la formación, circulan libremente por las calles, y penetran, cuando en gana les viene, en los establecimientos públicos; sí, quienes contemplan las procesiones, hablan descompuestamente, ríen, fuman, interrumpen la ordenada formación y se empeñan en pasar de una a otra parte, sin cuidarse para nada del orden que debe observarse, cuando la masa de fieles que sigue a las procesiones, en algunos trayectos de la carrera, semeja descompuesta muchedumbre que sale a presenciar un espectáculo profano…, las procesiones han perdido su carácter piadoso, serio y de recogimiento y se convierten en actos de marcada incultura. Escribimos las presentes líneas por si algo se pudiera corregir, las autoridades, corrigiendo las faltas que se pudieran cometer, las Hermandades atendiendo al espíritu y finalidad de su fundación. El pueblo haciendo gala de su sentimiento católico y evitando cualquier acto que pudiera mancillarlo. Así se puede llegar a la cima de las generales aspiraciones y la Semana Santa conquense, por el orden, mesura, devoción y religiosidad, no sólo igualará a las de otras poblaciones, sino que las superará en mucho, sirviendo de ejemplar modelo acabado, que es nuestro desideratum en este particular. Zharenden

Día 26 de marzo. “Las Próximas Fiestas” A última hora, por no perder la costumbre, se decidió la organización de algunos festejos para solemnizar la Pascua. La Alcaldía ha fijado, como el año anterior, las cantidades con que han de contribuir los comerciantes e industriales, y de la confección del programa se han encargado los señores Caballer y Moreno. Habrá tradicionales fuegos, traca, conciertos, gigantes y cabezudos, novillada con cuatro reses de casta y dos novilleros. Los precios, reducidísimos, barreras y grada una peseta con cincuenta céntimos, y los palcos a 12,50 pesetas. El beneficio se invertirá en una limosna. También parece que actúen los bailes regionales del circo Price. ¿Y la fiesta de la Flor? ¿Se ha prescindido de repetir lo que con tanto éxito se inició el año anterior?

Ha comenzado la recaudación “a domicilio” de las cantidades respectivamente señaladas a las Corporaciones, centros y particulares, que figuran en la relación formada para allegar fondos con que satisfacer el importe de las fiestas populares que se han de verificar en esta capital, una vez terminados los oficios litúrgicos de la Semana Mayor. No debe de perder de vista la Comisión designada, que nuestras procesiones constituyen importantísimo y principal elemento para la atracción de forasteros, y, en tal concepto, debe trabajar cuanto esté de su parte, para que resulten vistosas y, sobre todo, perfectamente organizadas. El año pasado se creó una sección de soldados romanos que, en el presente y por muy poco gasto, pueden utilizarse; pero más que nada, procede estimular a las Hermandades a fin de guardar el orden debido. El medio de lograrlo queda al buen juicio de la Comisión, sin que por ningún concepto deje de cumplirse lo que se acuerde y prometa, para evitar enojosos desengaños, y las reclamaciones que pudieran formularse. En el año anterior, aun cuando se ofrecieron premios, no se otorgaron a alguna de las Cofradías que lo mereció, según se dice de público, y esto, amén del mal efecto que produce y de la falta de estímulo que engendra, no nos parece puesto en razón. Veremos si algo se consigue. N. y Z.


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“¿Una Bebida para Probar?” La primera noticia de la “tradicional” bebida conquense apareció en Cuenca en la Semana Santa de 1917.

Hermandad de Socorro de Jesús Amarrado a la Columna En Abril de 1917 se publicó el Reglamento para el Régimen y Gobierno de la Hermandad de Socorro de Jesús Amarrado a la Columna. …”la Hermandad es propietaria en absoluto y dispondrá siempre del Santo, como dueña de su Titular; en virtud del generoso donativo que hizo a la misma del referido Paso, el Excelentísimo Señor D. Pedro José Cobo Giménez en el año 1916, cuyo Paso se halla instalado en una de las Capillas de San Antón Abad de esta ciudad, …”

“Con Cursiva del Diez” “No podemos quejarnos del Programa de festejos con que nos ha obsequiado la Comisión. El Comercio puede estar satisfecho, la sola lectura del “programita” hará que muchos se decidan, y por consiguiente, la afluencia de forasteros será tan grande, que difícilmente podrán encontrar albergue tantos huéspedes. Lo que no podrían explicarnos es la causa por lo que se habrá prescindido de la Cámara de Comercio, que en definitiva es la que paga. Ya está explicado, como el que en esta Comisión figure el Sr. Espejo. La comisión de festejos subvenciona a este señor con un buen puñado de pesetas por ser empresario de la corrida de toros. ¡¡Edificante!!…”

Ecce-Homo de San Gil

Ntro. Padre Jesús Nazareno del El Salvador

Jesús con la Caña


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FIESTAS RELIGIOSAS Miércoles. Día 4 de Abril

Viernes. Día 6 de Abril

A las ocho de la noche. Solemne procesión del Silencio, que saliendo de la Iglesia Parroquial de San Esteban, se dirigirá por las calles de costumbre a la Plaza de la Constitución, con los Pasos y Cofradías de La Oración en el Huerto, El Pretorio, El Beso, La Virgen y San Juan, La Negación de San Pedro y Santo Ecce-Homo, regresando por el mismo itinerario a la Parroquial de San Esteban.

Jueves. Día 5 de Abril A las diez de la mañana. Divinos Oficios en la Santa Iglesia Catedral Basílica. A las cuatro de la tarde. Saldrá de la Ermita de San Antonio Abad la grandiosa procesión que organiza la Archicofradía de Paz y Caridad, con los Pasos y Hermandades de la Oración del Huerto, Jesús Amarrado a la Columna, Paso de la Caña, EcceHomo, Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de las Misericordias, y Soledad.- Terminada la procesión que antecede se pronunciará el sermón de Mandato en la referida Ermita.

A las seis de la mañana. Tendrá efecto la Procesión de las Injurias, que saliendo de la Parroquia del Salvador, será formada por los Pasos y Cofradías de Jesús Nazareno, La Caída con La Verónica, San Juan Evangelista y La Soledad, recorriendo el itinerario establecido. A las diez. Saldrá de la expresada Parroquia la procesión titulada de la Amargura, compuesta de las siguientes Imágenes con sus correspondientes Cofradías: Crucifixión, Exaltación, Cristo de la Agonía, Expiación, Descendimiento y N.S. de las Angustias. A las tres de la tarde. Solemne Vía-Crucis y sermón en la Ermita de N.S .de las Angustias, y sermón de Mandato en la Parroquia del Salvador. A las cinco. Grandiosa procesión titulada El Santo Entierro, constituida por los Pasos del Santo Sepulcro y Mater Dolorosa, abriendo la marcha un piquete de la Guardia civil y Heraldos de la Fama, siguiendo los Caballeros del Santo Sepulcro, y en el centro las Marías, Seminario, Cofradías, Corporaciones civiles, militares, presidencia eclesiástica y Ayuntamiento bajo mazas, presidido por el Sr. Gobernador civil.- Terminada esta procesión, se cantará en la Parroquial del Salvador un solemne Miserere.

NOTAS La Comisión concederá dos premios en metálico a las Hermandades mejor organizadas y que mayor orden conserven en

todo el recorrido.- A todas las procesiones asistirán las bandas de música provincial y municipal, con la capilla de la S. I. C. B.

FIESTAS PROFANAS Sábado. Día 7 de Abril

Domingo. Día 8 de Abril

A las diez de la mañana. Gran traca en el Parque de Canalejas: terminada ésta, las bandas de música provincial y municipal saldrán del expresado parque, recorriendo las principales calles de la población ejecutando escogidas piezas de su repertorio.

A las nueve de la mañana. Solemne función religiosa en la Santa Iglesia Catedral Basílica.

A las once. Gigantes y Cabezudos, que saliendo del Parque de Canalejas, acompañados de la clásica dulzaina y tamboril, pasarán por las calles de Mariano Catalina, Calderón de la Barca, Palafox, Andrés de Cabrera, Alfonso VIII y Plaza Mayor.

A las tres de la tarde. Gran corrida de novillos-toros en beneficio de los pobres de esta ciudad, por afamados diestros.

A las cuatro. Cantos regionales por rondallas aragonesas y valencianas.

A las nueve y media. Notable y variada función de fuegos artificiales en el Parque de Canalejas, por los acreditados pirotécnicos Hermanos Ramírez e hijos, de Tarancón, terminando las fiestas una gran traca.

A las nueve de la noche. Cinematógrafo público en la calle de Calderón de la Barca.

A las diez. Reparto de limosna a los pobres por la Comisión organizadora de festejos, en la Inspección de Policía Urbana.

A las siete. Concierto en La Constancia

Nota final La Compañía de Ferrocarriles de M. Z. A. concede rebaja en el precio de los billetes desde Aranjuez a Cuenca, en los días de las precedentes fiestas.

Cuenca, 23 de marzo de 1917 El Presidente: Manuel Caballer. Los Concejales: Eduardo Moreno y Matías González. Imp. : Colón – 12.Cuenca.


INVESTIGACIĂ“N

Semana Santa de 1917 Son muchos los forasteros que nos visitan en estas fechas, a todos les deseamos que la estancia les sea grata


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Las Procesiones En la semana que hoy termina, la afluencia de forasteros ha sido grandísima y como de costumbre calles y balcones por las que desfilaban las hermandades presentaban brillantísimo aspecto. Miércoles Santo El miércoles por la noche, vino el tiempo a deslucir la solemnidad religiosa del Silencio. Momentos antes de ponerse en marcha la procesión, principió la lluvia, a pesar de la cual el recorrido se hizo con perfecto orden por la Carretería, invadida materialmente por la muchedumbre. Al llegar a la Trinidad, la lluvia se formalizó en torrencial, por lo cual ya fue preciso desistir de continuar la marcha en las Cocheras, desorganizándose la comitiva y refugiando a las imágenes en distintas iglesias. Momentos después la lluvia se convirtió en copiosa nevada, que fue la encargada de poner fin al primer día de fiestas religiosas, cubriéndose el suelo y haciendo descender considerablemente la temperatura. Jueves Santo El jueves por la tarde, despejose completamente el horizonte y algo, aunque poco, amainó el frío, pero la temperatura siguió de pleno invierno. A la hora de costumbre salió de San Antón la

Fiestas y Festejos PARA HOY A las cuatro de la tarde en el parque de Canalejas, cantos y bailes regionales por rondallas aragonesas y valencianas. A las nueve de la noche Cinematógrafo en la calle de Calderón de la Barca. A las diez y once y media de la mañana, y cinco y siete de la tarde, y diez de la noche en el Ideal Artístico, última proyección de la hermosa cinta “Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo”. A las seis y diez de la noche en el Teatro Liceo presentación de las rondallas y bailes. PARA MAÑANA Por la mañana en el Parque de Canalejas cantos y bailes regionales. A las tres y media de la tarde, corrida de novillos-toros, en la que se lidiarán cuatro reses de Letona, por la cuadrilla del diestro Posadero, y en la que intervendrá el famoso luchador y ex matador de toros Suárez el cual ejecutará su arriesgada lucha con el cuarto novillo. A las siete de la tarde gran concierto en el Círculo de la Constancia, por la orquesta que dirige el maestro Sr. Cabañas. A las nueve y media de la noche notable y variada función de fuegos artificiales en el Parque de Canalejas por los acreditados pirotécnicos Hermanos Ramírez e hijos de Tarancón, terminando las fiestas con una gran traca. A las nueve y media de la noche, en

procesión de Paz y Caridad, que resultó lucida y un tanto más ordenada que en años anteriores; pero no todo lo que nosotros hubiéramos deseado. Viernes Santo El viernes, amaneció apacible y con sol espléndido, por lo cual, las procesiones resultaron más animadas que en días anteriores. Sobre todo la del Entierro, que congregó en la parte alta de la población, a Cuenca entero, presentando las calles de Alfonso VIII y Plaza Mayor, imponente aspecto. A las siete y media de la noche, regresó la procesión al Salvador, terminando con ella las fiestas religiosas. El orden en todas ellas ha sido completo, no habiendo que lamentar incidente de ninguna clase. Las bandas de música provincial y municipal han trabajado sin descanso, ejecutando inspiradas marchas fúnebres. El mujerío vistió la clásica mantilla y los Monumentos se vieron concurridísimos. Las procesiones, dicen cuantos forasteros acuden a presenciarlas, son de las más ordenadas, y severas, imponen verdaderamente por su verismo y es lástima que el aumento de cofradías en estos últimos años haya introducido en ellas el industrialismo escultórico de un gusto deplorable.

el Teatro Liceo, debut de la compañía cómico-dramática que dirige el primer actor Luís Echadle. “Y se aguaron los festejos” El sábado de Gloria amaneció como el cuadragésimo día del Diluvio, el cielo fue pródigo en lluvias y derramó sobre la ciudad del cáliz y la estrella todos sus furores, queriendo dar ejemplo lavó las calles y fachadas e impidió la celebración de fiestas profanas. Adiós cine, toros, concursos…Repitiose el cuento de la lechera. Sin embargo unas rondallas dieron sus tocatas, y un cierto público asistió a ellas con la mayor compostura, asaltando sillas y haciendo precisa la intervención de unos furiosos civiles que arremetieron con atriles y bombos e hicieron enmudecer a nobles y plebeyos. La pólvora resultó concurrida, con generales elogios a los afamados pirotécnicos. El domingo de Pascua brilló el sol por la mañana y a tomarlo salieron los gigantes y cabezudos que sin saber porqué se nos antojaron humanas caricaturas de las naciones en guerra, Alemania, Inglaterra, Rusia y Francia los cuatro gigantes y Austria, Italia, Turquia y Bulgaria los cabezudos. Y nada más, que otro año salga un poquito igual el programita callejero, que se marcharon los huéspedes, los forasteros, y con ellos el Posadero.


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