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Luchando para dar a Luz a la Esperanza
Por Padre ron rolheiser
Después que Jesús resucitó de entre los muertos, sus primeras apariciones fueron a mujeres. ¿Por qué? Una razón obvia podría ser que fueron las mujeres quienes lo siguieron hasta su muerte el Viernes Santo, mientras que los hombres lo abandonaron en gran medida. Además, fueron las mujeres, no los hombres, quienes partieron hacia su tumba en la mañana de Pascua, con la esperanza de ungir su cadáver con especias, por lo que fueron las mujeres las que estaban en el jardín cuando apareció por primera vez. Pero hay, creo, una razón más profunda y más simbólica. Las mujeres son las comadronas. Por lo general, son las mujeres las que atienden el nuevo nacimiento y las mujeres las que son más importantes en la crianza inicial de una nueva vida en su infancia.
En cualquier parto una comadrona puede ser de ayuda. Cuando nace un bebé, normalmente la cabeza se abre camino a través del canal de parto primero, abriendo el camino para que el cuerpo lo siga. Una buena partera puede ser muy útil en este momento, ayudando a facilitar el paso por el canal del parto, ayudando a garantizar que el bebé comience a respirar y ayudando a la madre a comenzar de in- mediato a nutrir esa nueva vida. Una partera a veces puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, y siempre hace que el parto sea más fácil y saludable.
La resurrección de Jesús dio a luz nueva vida a nuestro mundo, y en su infancia esa vida tuvo que ser especialmente a traveé de una partera, tanto en su surgimiento como en las primeras respiraciones que tomó en este mundo.
La resurrección dio a luz muchas cosas, y éstas tenían que ser parteras; primero por las mujeres a las que Jesús se les apareció por primera vez, luego por los apóstoles que nos dejaron sus relatos de testigos presenciales de Jesús resucitado, luego por la iglesia primitiva, luego por sus mártires, luego por la fe vivida de innumerables mujeres y hombres a lo largo de los siglos, ya veces también por teólogos y escritores espirituales. Todavía necesitamos una comadrona para lo que nació en la resurrección.
Y muchas cosas nacieron en ese evento, un evento tan radical como la creación original en lo que dio a luz. La resurrección de Jesús fue el “primer día” por segunda vez, la segunda vez que la luz se separó de las tinieblas. De hecho, el mundo mide el tiempo – Continúa en la pág. 2 –
JACKSON – Los parroquianos de St. Therese quedaron impresionados con la dedicación y seriedad desplegada por el grupo de jóvenes, que guiados por Joel Montoya, hicieron la representación de las estaciones de la Cruz y Pasión de Jesús. (Fotos de Jorge Balderas)