Cuaderno de trabajo PEA

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El auriga es el conductor del carro y representa la parte racional del alma humana, que es la más importante. La razón debe encauzar y conducir a nuestras tendencias concupiscibles o irascibles: su papel es saber en qué momento debe soltar las riendas a cualquiera de los caballos, y en qué momento debe jalarlas, como buen jinete, para llevar a buen término este carro. Manejar de este modo la vida requiere de la prudencia, que es una virtud en parte teórica y en parte práctica, porque implica tener un conocimiento de la realidad y sentido común, pero también implica la voluntad y la libertad humana para actuar. La prudencia es así una virtud teórico-práctica que nos ayuda a saber hacer y decir lo que hay que hacer y decir en el momento preciso. Es la virtud por excelencia que debe tener un buen político para conducir los asuntos de la vida pública. Finalmente, nos falta por referir la cuarta virtud cardinal, la justicia, que en la alegoría de Platón consiste en el orden armónico de las partes del alma entre sí, es decir, en que los apetitos se sometan a la razón, así como los caballos se someten al auriga. De este modo, Platón define la justicia como la virtud que permite que cada parte haga lo que le corresponda hacer para que exista armonía en el todo. Aplicada a la vida social, la justicia consiste en cada quien cumpla las funciones y tareas que le corresponden según su papel en la sociedad para que se logre el bien de todos, que es el bien común.

Adquirir la virtud para gobernar nuestras propias tendencias no es un proceso sencillo: requiere del esfuerzo, la disciplina y la autovigilancia o autorregulación constante para que, al repetir ciertas conductas, éstas se hagan parte de nuestra vida.

Prudencia N

Templanza

O

E

Justicia

S Fortaleza Prudencia: Es el arte de decidirse bien. La persona prudente discierne en cada circunstancia cuál es el verdadero bien y cuáles son los medios más adecuados para alcanzarlo. La prudencia es contraria tanto a las decisiones irreflexivas y precipitadas como a la indecisión. Es uno de los requisitos indispensables del liderazgo, ya que el líder prudente es aquél que prevé los efectos posibles de sus decisiones y decide de tal manera que minimiza los riesgos, respeta las leyes y los valores éticos y obtiene los resultados deseados. Curso de Formación Inicial • Policía Estatal Acreditable Unidad Valores Éticos y Jurídicos

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