AMANTE OSCURO

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redonda en el pectoral izquierdo. -Necesito saber algo, Wrath. -Su nombre sonaba bien, aunque le resultaba ligeramente extraño-. ¿Qué diablos estás haciendo aquí? Él sonrió un poco, como si le gustara su recelo. -Estoy aquí para cuidar de ti, Elizabeth. Bueno, se podía decir que lo había hecho. -Beth. Me llaman Beth. Él inclinó la cabeza. -Beth. Se puso de pie y alcanzó su camisa. Recorrió con las manos la parte delantera, como si buscara los botones. Ella pensó que no iba a encontrar muchos. La mayor par te se encontraban desperdigados por el suelo. -¿Tienes una papelera? -preguntó él, como si se perca tara de lo mismo. -Allí. En el rincón. -¿Dónde? Ella se levantó, sosteniendo la sábana a su alrededor, y cogió la camisa. Arrojarla a la basura le pareció un desperdicio. Cuando lo miró de nuevo, él se había colocado una funda negra sobre la piel desnuda, en la que se veían dos dagas entrecruzadas en medio del pecho, con la empuñadura hacia abajo. Curiosamente, al mirar sus armas se tranquilizó. La idea de que hubiera una explicación lógica para su aparición era un alivio. -¿Ha sido Butch? -¿Butch? -El que te ha enviado a vigilarme. Él se puso la chaqueta, cuyo volumen le ensanchó los hom bros aún más. El cuero era tan oscuro como su cabello y una de las solapas tenía repujado un intrincado dibujo en hilo negro. -El hombre que te atacó anoche -dijo-. ¿Era un extraño? -Sí. -Se rodeó con sus propios brazos. -¿La policía se ha portado bien contigo? -Siempre lo hacen. -¿Te dijeron su nombre? Ella asintió. -Yo tampoco podía creerlo. Cuando Butch me lo di jo pensé que era una broma. Billy Riddle parece más un personaje de Barrio Sésamo que un

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