y siquiera, porque tan presto no muera, amándoos, desesperado, sustentad un desdichado, de esperanza lisonjera, pues lo cierto, será primero estar muerto, que me la deis verdadera.
Villancico Fueron todos los favores que me diste, Amor tirano, un ramillete de flores que se me secó en la mano. Todos tus favores son, Amor, a quien los pretende, como tesoro de duende que se convierte en carbón. Y el premio (le mis amores, pretendido tan en vano, fue ramillete de flores
que se me secó en la mano. No sé si tuve placer, ni es mucho dudar en esto, porque se pasó tan presto, que apenas le pude ver.
Sé que fueron los dolores, muchos, y el placer liviano, un ramillete de flores que se me secó en la mano. 427