Ordenamos y mandamos que El se salga de la Corte, y nunca jamás aporte
do cortesanos estamos. Y al Tú que se solemniza, aunque en Corte le dejemos, cárcel perpetua ponemos, en una caballeriza. Epístola en redondillas Cuando me atreví a miraros, cual quedé no sé deciros, preguntadlo a mis suspiros, que sabrán desengañaros y dígalo el corazón de quien lleváis los despojos, y por su satisfacción, haga lengua de los ojos, para decir mi pasión. Miré el rostro soberano vuestro, donde Amor se anida, y quedó el alma rendida y presa por vuestra mano, mas que ser libre y exenta estima el dolor cruel, y no estará tan contenta, cuando se halle sin él, como cuando le atormenta.
Hallé pesar y placer en solo haberos mirado, y quedé ciego y turbado entre el osar y el temer 536