Para comprender la eclesiología desde AL. Víctor Codina

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dependiente de los países del hemisferio norte, donde reside el centro del poder y de la economía. No-es un continente pobre, sino empobrecido. ¿Cómo puede ser que una región con tantos recursos y riquezas de todo tipo (minas, petróleo, vegetación y cultivos en todos los climas, ganadería..) esté en situación de pobreza creciente? Las teorías desarrollistas hacían creer que el problema de América latina era simplemente el desarrollo, y que si los países subdesarrollados se desarrollaban, pronto igualarían a los países ricos y desarrollados del norte. Pero la realidad ha sido otra: la distancia entre países desarrollados y subdesarrollados, con el tiempo crece cada día más. Las teorías de la marginalidad decían que el problema era simplemente la integración de los países de la periferia en la órbita de los del centro. Pero cuanto más tiempo pasa, la integración es cada vez más difícil y crece más la marginalidad. La teoría de la dependencia desvela que la razón última de la pobreza es la situación de dependencia que América latina vive desde hace siglos. Primero, la dependencia de los imperios coloniales hispanolusos, luego de Inglaterra, actualmente de Estados Unidos y de los países ricos del llamado Primer mundo. No basta desarrollo ni integración. Es necesaria la liberación de la situación de dependencia. Formulado de otro modo, es necesario un nuevo orden económico internacional. Este cambio de mentalidad socioeconómico va acompañado de una serie de cambios políticos que desde hace 30 años sacuden al continente. Los pobres irrumpen en la historia. Los hechos se suceden con ritmo vertiginoso. En 1959, la revolución cubana se convierte en una señal de alerta para todo el mundo: América latina vive una situación explosiva, que en cualquier momento puede estallar. Estados Unidos, asustados, inician la Alianza para el Progreso, en tiempos de Kennedy, para ayudar a los países latinoamericanos. El golpe militar en Brasil el 64 también alarma a Estados Unidos. Ni Cuba ni las dictaduras militares son un ideal. Por esto propician reformas como la de Frei en Chile, con la democracia cristiana. El I0 6

IA ECLESIOLOG1A DESDE AMERICA LATINA

asesinato de Che Guevara el 67 en Bolivia muestra tanto el intento de exportar la revolución cubana a otros países, como el fracaso de querer desde ideologías unitarias resolver problemas que tienen, en cada país y cultura, características muy diferenciadas. Pero siguen los cambios: el 68, en Perú, la revolución populista de Velasco Alvarado; el 70, sube al poder en Chile, d e m o c r á t i c a m e n t e , el socialista Allende; el 70, J. J. Torres inicia también en Bolivia una revolución popular; el 72, Perón regresa a Argentina. Una ola de cambios sacude a toda América latina. Algunos creyeron que en poco tiempo todo el continente iba a caminar por la vía socialista. Pero es algo pasajero. En realidad, lentamente, los militares van tomando el poder en la década de los 70, sobre todo en el cono sur, con el visto bueno de Estados Unidos, que desde el 69 había creado en Panamá una escuela militar para formar a los futuros dirigentes de América latina. Los militares de Brasil incluso quieren dar una justificación ideológica del militarismo con la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional. Son años de dura represión, de graves y trágicas consecuencias para el pueblo, y que van a tener u n a repercusión teológica y eclesial importante. Con el presidente Cárter y su defensa de los Derechos humanos, la situación mejora algo. Comienzan las democracias tuteladas en América latina. El 79, el triunfo sandinista en Nicaragua abre una nueva puerta al cambio social, que pronto irá seguida de la guerra de los contras, apoyados por Estados Unidos . El presidente Reagan ve en Nicaragua una amenaza para su país y para la civilización occidental cristiana, de la que él se siente custodio. El 81, surge la guerrilla en El Salvador, que ha dejado en el país un trágico saldo de muertos; el 82, vuelve la democracia a Bolivia; el 83, a Argentina tras el desastre de los militares en las Malvinas. El 84, regresa la democracia a Uruguay y Brasil; el 86, es derrocada la dictadura Duvalier en Haití; en el 89, cae el dictador Stroessner y, por fin, la dictadura militar de Pinochet es derrotada y surge la democracia en Chile con Aylwin. Pero tanto los países que han recuperado la democracia, como los que ya la tenían de años (Colombia, Venezuela, México, Costa Rica), viven en


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