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無 Wu
咎 jiu
不
生
Bù
shêng
無
法
wu
fa
不
心
bù
xîn
Si no hay error, no hay fenómenos. Si no hay construcciones [mentales], no hay mente.
Puesto que los fenómenos sólo pueden ser construidos por la mente relacionándolos o comparándolos con otros fenómenos -por ejemplo, un fenómeno es categorizado como ‘erróneo’ en relación a o comparándolo con otro fenómeno que ha sido categorizado como ‘correcto’-, cuando las comparaciones cesan, los fenómenos desaparecen. Y cuando las construcciones fenomenales creadas por la mente desaparecen, la mente misma se extingue, cesa. Como un agua tranquila en la que han cesado las ondulaciones se vuelve transparente e invisible, la inactividad de la mente la hace desaparecer en su transparencia. Una mente perfectamente transparente e inmóvil es idéntica a la no mente. Sólo la no mente permite que la verdadera naturaleza de las cosas se vuelva visible, de la misma forma que la transparencia y la quietud del agua permiten observar el fondo.